martes, 12 de abril de 2011

La explicación sociológica: una introducción a la Sociología. Resumen capítulo 13 Parte I

La asignatura Introducción a la Sociología I y II tiene como bibliografía básica el libro de La explicación sociológica: una introducción a la Sociología de José Félix Tezanos Tortajada, para Grado de Sociología y Ciencia Política.
Estos son mis resúmenes de cada capítulo de este libro, agradecería que si creen que pueden ser mejorados o están mal resueltos, me lo hagan saber.


Capítulo 13. La Sociología y los valores

1.- El debate sobre la Sociología como ciencia libre de valores
La lógica de la diferenciación de la Sociología como saber autónomo y la misma lógica del método científico parecían requerir dos planos perfectamente diferenciados: el plano de los hechos objetivos y el plano de las opiniones o los criterios.
El conocimiento científico exige una inequívoca disposición a la objetividad y que no puede existir cuando el investigador se deja llevar por sus prejuicios, inclinaciones y simpatías a la hora de seleccionar o registrar los datos relevantes para su investigación. La experiencia concreta demuestra que los prejuicios y los elementos valorativos extra-científicos pueden penetrar en el mundo científico de muchas formas, desde la misma elección preferente de unos temas sobre otros, hasta la fijación más o menos rígida de prioridades en función de metas políticas.
La objetividad y la imparcialidad del científico social no viene garantizada per se, simplemente a partir del desempeño de su papel como tal. Alvin Gouldner dice que la Sociología:

·      Es o debe ser, una disciplina que excluye con todo éxito los supuestos no científicos, al estudiar un problema.
·      Que los sociólogos no hacen, no pueden, o no deben emitir juicios de valor.
·      Que los sociólogos son o deben ser indiferentes a las aplicaciones morales de su labor.
·      Que los sociólogos sólo pueden formular juicios de valor señalando expresamente que éstos sin diferentes de los enunciados fácticos.
·      Que los sociólogos no deben expresar sentimientos a favor o en contra de las cosas que estudian.
·      Que los sociólogos no deben plantear las consecuencias de ciertos hechos, o sus opiniones sobre las soluciones a ciertos problemas sociales, a no ser que sean demandados específicamente para ello.
·      Que los sociólogos no deben expresar abiertamente sus opiniones.
·      Que los profesores de Sociología no deben de utilizar su docencia para exponer o divulgar sus ideologías y opiniones particulares sobre las soluciones a los problemas estudiados.

Buena parte de la discusión sobre el tema de la Sociología y los valores arranca del postulado a favor de una Sociología libre de valores, que a partir del famoso alegato de Max Weber, y su planteamiento de la neutralidad valorativa de la Sociología.

Jürgen Habermas
Una Sociología libre de valores descansa, en la consideración general de que es necesario diferenciar perfectamente el plano de los hechos y el plano de los juicios; el dualismo de hechos y decisiones, que apuntará Habermas, le corresponde la exigencia de limitar el campo de las ciencias experimentales a las regularidades empíricas en los procesos naturales y sociales; los juicios de valor jamás pueden asumir legítimamente la forma de enunciados teoréticos.
La imagen de un científico absolutamente neutro y capaz de no tener ni emitir ningún juicio o valoración, anterior o posteriormente a la realización de un estudio, es una imagen que de hecho no se corresponde con la realidad. El investigador, subrayará Merton, también tiene sus valores, tácitos o explícitos, que influyen en su definición del problema, las líneas de investigación que le parecen más fructíferas, las políticas alternativas por explorar, etc. Estos valores pueden ser discernidos conforme a su propio rol:

·      Como técnico aceptará propuestas alternativas para la adopción de políticas como bases para la investigación, siempre que tales alternativas puedan técnicamente ser sometidas a investigación.
·      Como científico socialmente orientado, sólo explorará aquellos cursos de acción alternativos que no violen sus propios valores.

Ralf Dahrendorf
Dahrendorf apunta que ni las valoraciones ni el proceso reflexivo del científico deciden sobre la validez de sus hipótesis, en este punto sólo decide la constatación empírica, cuyos resultados, por su parte, no pueden alterar en ningún punto los valores ni el proceso reflexivo del investigador; las ciencias sociales y los juicios de valor forman dos esferas distintas. Los valores, e incluso los prejuicios pueden acabar influyendo por medio de mecanismos muy sutiles y a veces difícilmente perceptibles. Dirá Myrdal, que nos somos autómatas como las máquinas electrónicas para controlar grandes masas de datos. El resultado son los prejuicios sistemáticos en nuestro trabajo.
La consideración no está ante la necesidad, o la conveniencia de una práctica sociológica absolutamente neutra, sino la necesidad de una práctica investigadora objetiva como para evitar la deformación ideológica, al tiempo que lo suficientemente explícita y transparente como para que sea posible la identificación de los elementos valorativos o ideológicos que puedan estar influyendo en el quehacer sociológico.
El tema de lo valores y la Sociología es objeto de un tratamiento heterogéneo por parte de unos y otros sociólogos, y más allá de las diferencias, en la mayor parte de los enfoques laten dos intenciones básicas:
·      Evitar la conversión de la Sociología en mera ideología, o en instrumento político.
·      La necesidad de dejar a salvo la posibilidad del compromiso práctico de los sociólogos.

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