martes, 30 de abril de 2013

La solución del 1%


Artículo de Paul Krugman publicado en El País el 28 de abril de 2013
Manifestaciones del movimiento Ocupa Wall Street en
mayo de 2012 en Santa Mónica. / LUCY NICHOLSON
Los debates económicos rara vez terminan con un KO técnico. Pero el gran debate político de los últimos años entre los keynesianos, que abogan por mantener y, de hecho, aumentar el gasto público durante una depresión, y los austerianos, que exigen recortes inmediatos del gasto, se acerca a ello, al menos en el mundo de las ideas. En estos momentos, la postura austeriana ha caído por su propio peso; no solo es que sus predicciones sobre el mundo real fuesen completamente erróneas, sino que la investigación académica que se invocaba para respaldar esa postura ha resultado estar plagada de equivocaciones, omisiones y estadísticas dudosas.
Aun así, sigue habiendo dos grandes preguntas. La primera: ¿cómo llegó la doctrina de la austeridad a ser tan influyente en un primer momento? Y la segunda: ¿cambiarán en algo las políticas ahora que las principales afirmaciones austerianas se han convertido en carnaza para los programas de humor de madrugada?
Sobre la primera pregunta: la preponderancia de los austerianos en los círculos influyentes debería inquietar a cualquiera a quien le guste creer que la política se basa en hechos reales o, incluso, que está muy influida por ellos. Después de todo, los dos principales estudios que ofrecen la supuesta justificación intelectual de la austeridad —el de Alberto Alesina y Silvia Ardagna sobre la “austeridad expansiva” y el de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff sobre el peligroso “umbral” de la deuda, situado en el 90% del PIB— tuvieron que enfrentarse a críticas devastadoras nada más publicarse.
Y los estudios no resistieron un análisis pormenorizado. Hacia finales de 2010, el Fondo Monetario Internacional (FMI) refundió el estudio de Alesina y Ardagna con datos mejores e invalidó sus hallazgos, mientras que muchos economistas plantearon dudas fundamentales sobre el de Reinhart y Rogoff mucho antes de que conociésemos el famoso error de Excel. Por otra parte, los acontecimientos del mundo real —el estancamiento en Irlanda, que fue el primer modelo de austeridad, la caída de los tipos de interés en Estados Unidos, que se suponía que iba a enfrentarse a una crisis fiscal inminente— rápidamente convirtieron las predicciones austerianas en sandeces.

Sin embargo, la austeridad mantuvo e incluso reforzó su dominio sobre la opinión de la élite. ¿Por qué?
Parte de la respuesta seguramente resida en el deseo generalizado de ver la economía como una obra que ensalza la moral y las virtudes, de convertirla en un cuento sobre el exceso y sus consecuencias. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, cuenta la historia, y ahora estamos pagando el precio inevitable. Los economistas pueden explicar hasta la saciedad que esto es un error, que la razón por la que tenemos un paro tan elevado no es que gastásemos demasiado en el pasado, sino que estamos gastando demasiado poco ahora y que este problema puede y debería resolverse. Da igual; muchas personas tienen el sentimiento visceral de que hemos pecado y debemos buscar la redención mediante el sufrimiento (y ni los argumentos económicos ni la observación de que la gente que ahora sufre no es en absoluto la misma que pecó durante los años de la burbuja sirven de mucho).
Pero no se trata solo del enfrentamiento entre la emoción y la lógica. No es posible entender la influencia de la doctrina de la austeridad sin hablar sobre las clases y la desigualdad.
A fin de cuentas, ¿qué es lo que quiere la gente de la política económica? Resulta que la respuesta depende de a quién preguntemos, una cuestión documentada en un reciente artículo de investigación de los politólogos Benjamin Page, Larry Bartels y Jason Seawright. El artículo compara las preferencias políticas de los estadounidenses corrientes con las de los muy ricos y los resultados son reveladores.
Así, al estadounidense medio le preocupan un poco los déficits presupuestarios, lo cual no es ninguna sorpresa dado el constante aluvión de historias de miedo sobre el déficit en los medios de comunicación, pero los ricos, en su inmensa mayoría, consideran que el déficit es el problema más importante al que nos enfrentamos. ¿Y cómo debería reducirse el déficit presupuestario? Los ricos están a favor de recortar el gasto federal en asistencia sanitaria y la Seguridad Social —es decir, en “derechos a prestaciones”—, mientras que los ciudadanos en general quieren realmente que aumente el gasto en esos programas.

Han captado la idea: el plan de austeridad se parece mucho a la simple expresión de las preferencias de la clase superior, oculta tras una fachada de rigor académico. Lo que quiere el 1% con los ingresos más altos se convierte en lo que las ciencias económicas dicen que debemos hacer.
¿Realmente redunda en interés de los ricos una depresión prolongada? Es dudoso, dado que una economía próspera suele ser buena para casi todo el mundo. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que los años transcurridos desde que tomamos el camino de la austeridad han sido pésimos para los trabajadores, pero nada malos para los ricos, que se han beneficiado del aumento de los rentdimientos y de los precios de las acciones aun cuando el paro a largo plazo empeora. Puede que el 1% no desee realmente una economía débil, pero les está yendo lo bastante bien como para dejarse llevar por sus perjuicios.
Y esto hace que uno se pregunte hasta qué punto cambiará las cosas el hundimiento intelectual de la postura austeriana. En la medida en que tengamos una política del 1%, por el 1 % y para el 1 %, ¿no seguiremos viendo únicamente nuevas justificaciones para las viejas políticas de siempre?
Espero que no; me gustaría creer que las ideas y los hechos importan, al menos un poco. De lo contrario, ¿qué estoy haciendo con mi vida? Pero supongo que veremos qué grado de cinismo está justificado.
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008
© New York Times Service 2013
Traducción de News Clips.

Artículo de Paul Krugman publicado en El País el 28 de abril de 2013

lunes, 29 de abril de 2013

El estudiante que salvó al mundo de la austeridad


 Artículo de Sandro Pozzi publicado en El País el 28 de abril de 2013
Los profesores de Harvard Kenneth Rogoff y
Carmen Reinhart. / M. F. CALVERT
Cuando la deuda de un país supera el 90% del PIB, el crecimiento de la economía es inviable. El aserto, nacido de dos cerebros de Harvard y sobre el que se asientan las políticas de austeridad que están a punto de dinamitar los pilares del Estado de bienestar en medio mundo, ha resultado tan falaz como las armas de destrucción masiva que sirvieron para justificar la invasión de Irak.
“Es exagerado hacer la comparación, pero acepto la analogía porque es cierto que se están adoptando políticas a partir de premisas que son falsas”. Quien habla es Thomas Herndon, el estudiante de 28 años que, en su camino para sacarse un doctorado en Economía en la Universidad de Massachusetts, ha desenmascarado la mentira macroeconómica más significativa de los últimos años, y sobre la que EE UU y Europa se han apoyado en su campaña por la austeridad fiscal y el recorte drástico del gasto.
Herndon cuenta que se frotaba los ojos al cruzar los datos de su trabajo ordinario de carrera con los del hipercitado informe de los profesores de la prestigiosa Universidad de Harvard Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff. Los errores eran básicos. De hecho, al principio pensó que el equivocado era él. No podía ser que dos reputadas eminencias hubieran podido pasar por alto cosas así.
El estudio que está en el centro de la controversia global lo publicaron Reinhart y Rogoff en la American Economic Review en 2010. Ahí defienden cómo el crecimiento cae de golpe cuando la deuda pública de un país supera el 90% del PIB. Reinhart, nacida en La Habana (Cuba) hace 57 años, fue economista jefa durante tres años del difunto Bear Stearns, la primera víctima de la crisis financiera. Eso fue en los años 1980, antes de ocupar varios cargos en el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde llegó a ser la número dos en el departamento de investigación antes de llegar a Harvard. Rogoff, de 60 años, fue su jefe en el FMI, donde tuvo un sonado encontronazo con Joseph Stiglitz a cuenta de la crítica que el premio Nobel hizo de esa institución en su libro El malestar en la globalización (2002).

No fueron pocos los políticos que echaron mano del trabajo para defender que se pase la podadora al gasto para volver a la senda de un crecimiento sano y robusto. Entre ellos, Paul Ryan, el candidato republicano a la vicepresidencia de EE UU. También el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el expresidente del Banco Central Europeo Jean-Claude Trichet. Ninguno cuestionó la metodología del trabajo, ni sus datos, como hizo el joven Herndon.
“Estaba convencido desde el principio de que algo iba realmente mal con el estudio. Y cuando me llegaron los datos [los autores le mandaron las tablas de Excel que utilizaron, a petición del estudiante], se confirmaron mis sospechas”, relata Herndon. El joven estudiante, criado en Austin (Texas), de padre texano y madre de Hong Kong, al que le gusta tocar el bajo, le pasó las tablas a su novia, Kyla Walters. Ella tiene un doctorado en Sociología y gracias a su trabajo de investigación está muy acostumbrada a cruzar números. “No creo que te estés equivocando”, le respondió.
El siguiente paso fue acudir a Michael Ash y Robert Pollin, dos de sus profesores, que ahora le cubren las espaldas, pero que en un primer momento se mostraron más bien incrédulos. Lo que no logró anticipar Herndon, ni tampoco Ash y Pollin, es lo que venía a continuación. Hay economistas que les han llamado para emprender con ellos una batalla contra la idea de que el alto endeudamiento frena el crecimiento.
Pero hasta ahora ni un solo dirigente político se ha puesto en contacto con el trío para conocer su teoría. Aun así, el estudiante señala que el trabajo “está empezando a marcar la diferencia en los círculos de decisión política”. Cita, por ejemplo, el blog de John Taylor. El reputado economista por Stanford asegura que el error puesto en evidencia por el joven influyó en la decisión de los ministros de Finanzas del G-20 para omitir en su comunicado de la semana pasada una referencia al nivel de endeudamiento.
En el origen del fiasco está un encargo convencional de los profesores. Pidieron a los alumnos que emularan resultados estadísticos de estudios ya publicados. Él eligió el estudio de Reinhart y Rogoff porque, “aunque era poco atractivo”, le pareció oportuno vistas las dificultades que tienen Europa y EE UU para salir del agujero de la recesión y del impacto de las políticas que se están adoptando en los países.

Los profesores de Harvard ahora cuestionados le facilitaron en enero todo el material que necesitaba para descifrar el estudio y le dieron libertad para publicar lo que quisiera. “Vi el error muy rápido”, dice Herndon. A comienzos de abril, Reinhart y Rogoff admitieron que habían cometido algunos fallos a la hora de codificar las cifras. Pero siguen defendiendo su metodología e insisten en que existe una clara correlación entre alto endeudamiento y lento crecimiento. “Este lamentable desliz no afecta al mensaje central”, dicen en una nota.
Herndon, que habla siempre en plural, admite que criticar el trabajo de los dos profesores de Harvard “es lo más fácil” y no cree que hubiera una intencionalidad cuando omitieron ciertos datos, como el hecho de que Australia, Canadá y Nueva Zelanda crecieran en periodos de alto endeudamiento, o se equivocaran en alguna suma al introducir mal las órdenes en la celdilla de Excel. Pero está convencido también de que la teoría no puede replicarse, porque está mal planteada. Y apoya que se adopten políticas de estímulo para salir de la recesión. “La austeridad es contraproducente, crea sufrimiento”.
El estudiante Thomas Herndon
El joven no se declara ni conservador ni liberal; dice que no le gustan las etiquetas. Pero sí parece tener muy claro que “es falso decir que el alto endeudamiento es malo”. Por eso cree que lo que deben hacer los dirigentes es ver las circunstancias específicas en las que la deuda puede ser efectiva en un escenario de recesión. Su prioridad ahora, comenta, es terminar el segundo semestre y recopilar ideas para su tesis final.
De momento se está dedicando con sus profesores a publicar los primeros hallazgos para después seguir desarrollando el trabajo a lo largo del verano, integrando mejoras estadísticas. Y entre clase y clase busca tiempo para conceder entrevistas e incluso acercarse a Nueva York para verse con Stephen Colbert, el conductor del programa satírico The Colbert report. Colbert le dedicó esta semana dos espacios a su trabajo, lo que muestra hasta qué punto está caliente el debate. En el primero se dedicó a mofarse de los profesores de Harvard y de los que se apoyaron en su estudio para aventurar “una nueva crisis económica alimentada por la deuda”. “¿Sabes que has enfadado a mucha gente en el campo de la austeridad, importantes y muy poderosos?”, le preguntó después. “La Universidad me cuida mucho”, le respondió. Herndon admite no estar preparado para la avalancha mediática. “Ni siquiera tenía una buena foto”, comenta. Y las siglas con las que los tres autores firman el trabajo, HAP, tomada de la inicial de sus apellidos, ha inspirado ya una expresión entre los estudiantes: “To get happed”, que alguien te señale los errores.
El joven cree que su experiencia hará que los estudiantes presten mucha más atención a la hora de comprobar una y otra vez los resultados de sus trabajos. “Serán mucho más cuidadosos”. Como le dijo Colbert, la pareja de Harvard no se dio cuenta de los errores porque no hay nadie por encima de ellos que les revise sus estudios. Ahora, como señala Kyla, su chico tendrá menos tiempo para practicar música, pero sus perspectivas de trabajo han mejorado.

 Artículo de Sandro Pozzi publicado en El País el 28 de abril de 2013

domingo, 28 de abril de 2013

Resúmenes Cambio Social I Parte 22


En la asignatura de Cambio Social I del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria Sociología del cambio social de Piotr Sztompka. Derechos reservados, sus autores.

Capítulo 1 Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 2 Vicisitudes de la idea de progreso. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 3 La dimensión temporal de la sociedad: El tiempo social. Víctor Riesgo // Capítulo 4 Modalidades de tradición histórica. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 5 La modernidad y más allá. Víctor Riesgo // Capítulo 6 La globalización de la sociedad humana. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 7 El evolucionismo clásico – Julia Ortega Trovar  // Capítulo 8 El neoevolucionismo - Julia Ortega Trovar // Capítulo 9 Teorías viejas y nuevas de la modernización – Andrea Fuente Fernández // Capítulo 10 Las teorías de los ciclos históricosBlas García Ruiz // Capítulo 11 El materialismo histórico - Blas García Ruiz  //Capítulo 12 Contra el desarrollismo, la crítica moderna Julio Monteagudo Diz // Capítulo 13 La historia como producto humanoGalaaz Vaamonde (9 octubre) // Capítulo 14 La nueva Sociología histórica - Galaaz Vaamonde // Capítulo 15 El devenir socialJesús Sánchez Azañedo // Capítulo 16 Las ideas como fuerzas históricas - Carlos Catalán Serrano // Capítulo 17 El surgimiento de lo normativo – María Purificación Moreno Moreno // Capítulo 18 Los grandes individuos como agentes de cambio social - María Purificación M. Moreno  

Marshall Sahlins y E. Service: la distinción entre evolución general y evolución específica.

En su libro “Evolution and Culture”, Sahlins y Service intentan reivindicar los temas principales del evolucionismo clásico y reconciliarlo con la nueva teoría evolutiva. La “evolución general” puede estudiarse como dirección general de la humanidad. La “evolución específica” comprende formas concretas en las que los nuevos tipos culturales se adaptan a ambientes específicos. La cultura bien adaptada es algo predispuesto. Esto le proporciona identidad, unicidad y fuerza. La “evolución general” y la “evolución específica” pueden entrar en conflicto. “La sociedad o la cultura puede devenir tan adaptada a través de la especialización a su ambiente, tan bien ajustada a su nicho ecológico, que ya no sea adaptable, ni capaz de innovar para saltar hacia niveles más actos de organización tecnológica o social “(Smith). El estancamiento en lugar del cambio será el resultado probable.

El neoevolucionismo en sociología

El neoevolucionismo se afianzó en sociología como rechazo a las versiones ortodoxas del enfoque estructura-funcional. La teoría evolutiva revisada fue propuesta como alternativa al funcionalismo. Discutiremos los dos ejemplos más influyentes en el  neoevolucionismo sociológico.

Gerhard y Jean Lenski: el enfoque ecológico evolutivo.

Definen su perspectiva principal por referencia a las ciencias biológicas: “comparte con el enfoque evolutivo en biología un intenso interés por el proceso de cambio -especialmente el cambio básico, a largo plazo, de desarrollo y adaptativo  - y por los procesos conexos de competición y conflicto. Con el enfoque ecológico en biología comparte un interés por los lazos de interdependencia dentro y entre poblaciones y por las relaciones entre las poblaciones y su medioambiente”. (Lenski y Lenski)

La historia humana no es una mera secuencia, sino, por el contrario “la presencia de tendencias a largo plazo es meridianamente evidente. (Lenski) La más significativa es la tendencia del “avance tecnológico y sus consecuencias”. (Lenski y Lenski). La esencia del avance tecnológico procede del alcance y distinta calidad de la información.

La forma básica de información es genética, la forma superior es el aprendizaje individual, después viene la comunicación por signos y por último la comunicación mediante símbolos, la información codificada, conservada y compartida.

Las soluciones de una sociedad a sus problemas tecnológicos funcionan como un conjunto de condiciones que determinan el abanico de soluciones que la sociedad puede aplicar a otros problemas” (Lenski y Lenski). El curso dominante de determinación sigue la secuencia: “tecnología-economía-Estado-sistema distributivo”. “El avance tecnológico es el principal  determinante de esta constelación de tendencias globales -en población, en lenguaje, en estructura social y en ideología- que definen los rasgos básicos de la historia humana” (Lenski y Lenski).

La tecnología proporciona el criterio principal para la periodización de las sociedades humanas en fases evolutivas:

1)    Caza y recolección hasta el 7.000 a.C.
2)    Hortícola, desde el 7.000 al 3000 a.C.
3)    Agraria, desde el 3.000 a.C. al 1.800 d.C.
4)    Industrial, desde el 1.800 d.C.

Algunas sociedades pueden desarrollar tecnologías diferentes, pero equivalentes, cuantificables como “el valor del producto bruto de una sociedad dividido por la energía humana empleada en su producción.

Talcott Parsons y la teoría ampliada de la diferenciación

T. Parsons acometió el problema del cambio histórico de largo alcance. En “Societies: Evolutionary and Comparative Perspectives” (1966) y “The System of Modern Societies” (1971), utilizó sus conceptos estructurales-funcionales anteriores para interpretar las transformaciones evolutivas de la sociedad humana.

Parsons distingue dos tipos de procesos que acontecen en cualquier sistema social:

1)    Procesos integradores y de control, tienen efectos compensatorios.
2)    Procesos de cambio estructural que tocan el centro del sistema de valores y normas. “El cambio estructural es un cambio en los valores que controlan las relaciones entre unidades del sistema” (Lacky).

Los cambios estructurales siguen el modelo evolutivo. “La evolución sociocultural, al igual que la evolución orgánica, ha procedido por variación y diferenciación desde formas simples a formas progresivamente más complejas “(Parsons). “El factor direccional es un incremento en la capacidad adaptativa generalizada”. La evolución no es unilineal sino multilineal.

Hay cuatro mecanismos básicos de evolución: la diferenciación, la gradación adaptativa, la inclusión y la generalización del valor.

1)    La diferenciación: la formación de unidades estructural y funcionalmente específicas.
2)    Gradación adaptativa: el surgimiento de la eficiencia de cada nueva unidad, su mayor ejecución especializada y efectiva comparada con totalidades anteriores más uniformes.
3)    La inclusión: la integración de nuevas unidades en la sociedad salvaguardando su funcionamiento armonioso en un contexto nuevo.
4)    La generalización del valor: formular los patrones normativos a un nivel suficientemente general como para abarcar nuevas unidades, diversificadas y proveerlas de apoyo y legitimación.

Estos cuatro mecanismos operan de forma conjunta. “El estado de cualquier sociedad dada y, lo que es más, de un sistema de sociedades conexas … es un complejo que resulta de ciclos progresivos que implican estos (y otros) procesos de cambio”.

La evolución sigue estadios discernibles: primitivo, primitivo avanzado, intermedio y moderno.

1)    La sociedad primitiva: homogénea y uniforme. Lazos sociales: parentesco y religión. Participación en la sociedad definida por categorías adscriptivas y criterios pluralistas.
2)    Estadio primitivo avanzado se alcanza cuando aparece la división en subsistemas: las funciones políticas les emancipan de la religión, diferenciando lo sagrado de lo profano. La participación en la sociedad deviene estratificada, dando énfasis al criterio de logro en lugar al de adscripción.
3)    Las sociedades intermedias están caracterizadas por el uso de la escritura (información, comunicación a distancia, transmisión de la tradición). Estratificación social desarrollada con principios universalistas.
4)    El tipo moderno de sociedad ha surgido en un espacio evolutivo único, Occidente, que es esencialmente la mitad de Europa que se siente heredera del Imperio Romano del norte del Mediterráneo. La sociedad de la cristiandad occidental, por tanto, proporcionó la base desde la cual “despegó” lo que denominaremos el “sistema” de la sociedades modernas (Parsons). Los rasgos cruciales de la modernidad son:

a.    La diferenciación completa de los cuatro subsistemas de la sociedad: adaptativo, de logro de fines, integrador y de mantenimiento del modelo
b.    El papel dominante de la economía (producción en masa, burocracia, mercado, dinero)
c.     El desarrollo del sistema legal como mecanismo principal de coordinación social y control.
d.    La estratificación basada en los criterio universalistas de mérito
e.    La extensión de redes complejas, impersonales, mediadas de relaciones sociales.

La imagen de Parsons de la evolución ha sido criticada por sus prejuicios prooccidentales  por Smith. Los prejuicios de Parsons son mayores cuando termina su discusión de la evolución con la siguiente conclusión: en nuestro tiempo ha aparecido una “sociedad de plomo”, que culmina el proceso evolutivo, y esta sociedad es los Estados Unidos. “Los Estados Unidos, la “primera nación nueva”, ha llegado a jugar un papel parecido a la Inglaterra del s. XVII” (Parsons).
Una descripción idealista, y se aleja de las realidades más desagradables de la vida americana. “Talcott Parsons, al escribir en los Estados Unidos en los años 50 y 60, sintió que estaba viviendo en la cumbre de la civilización humana, al igual que Aguste Comte en la década de los 30 del siglo pasado creía que su Francia mostraba la cara del futuro a las sociedades menos modernos de su tiempo” (Collins).

sábado, 27 de abril de 2013

Resúmenes Cambio Social I Parte 21


En la asignatura de Cambio Social I del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria Sociología del cambio social de Piotr Sztompka. Derechos reservados, sus autores.

Capítulo 1 Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 2 Vicisitudes de la idea de progreso. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 3 La dimensión temporal de la sociedad: El tiempo social. Víctor Riesgo // Capítulo 4 Modalidades de tradición histórica. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 5 La modernidad y más allá. Víctor Riesgo // Capítulo 6 La globalización de la sociedad humana. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 7 El evolucionismo clásico – Julia Ortega Trovar  // Capítulo 8 El neoevolucionismo - Julia Ortega Trovar // Capítulo 9 Teorías viejas y nuevas de la modernización – Andrea Fuente Fernández // Capítulo 10 Las teorías de los ciclos históricosBlas García Ruiz // Capítulo 11 El materialismo histórico - Blas García Ruiz  //Capítulo 12 Contra el desarrollismo, la crítica moderna Julio Monteagudo Diz // Capítulo 13 La historia como producto humanoGalaaz Vaamonde (9 octubre) // Capítulo 14 La nueva Sociología histórica - Galaaz Vaamonde // Capítulo 15 El devenir socialJesús Sánchez Azañedo // Capítulo 16 Las ideas como fuerzas históricas - Carlos Catalán Serrano // Capítulo 17 El surgimiento de lo normativo – María Purificación Moreno Moreno // Capítulo 18 Los grandes individuos como agentes de cambio social - María Purificación M. Moreno  

EL NEOEVOLUCIONISMO

El renacimiento del evolucionismo

Después de un período de crítica, rechazo y abandono, el evolucionismo sociológico volvió a la primera línea en los años cincuenta, entroncando con nuevas fuentes intelectuales.

El neoevolucionismo busca fundamentos nuevos para sus afirmaciones. 
“Los rasgos básicos de la historia humana desde el bajo paleolítico a través de la edad de bronce están ahora claros. Sólo pueden describirse en términos de desarrollo: las pruebas de un incremento numérico de la población humana, las pruebas de la residencia del hombre en hábitats cada vez más variados, las evidencias de una tecnología cada vez más compleja y las evidencias de la producción cada vez mayor de bienes duraderos y de acumulación de capital. Los historiadores toman la historia donde la dejan los arqueólogos, y sus hallazgos refuerzan y extienden el cuadro proporcionado por los arqueólogos: crecimiento continuo de la población; avance continuo en la tecnología, en la producción y en la acumulación de capital: y, además, los sistemas sociales generalmente se vuelven más complejos, más diferencias, más urbanos y más poderosos a medida que pasa el tiempo (Lenski).

Talcott Parsons afirma que “los desarrollos en la teoría biológica y en las ciencias sociales han creado firmes bases sobre las que aceptar la continuidad fundamental de la sociedad y la cultura como parte de una teoría más general de los sistemas vivos en evolución.

El neoevolucionismo se aleja del evolucionismo clásico:

1)    el enfoque se traslada desde la evolución de la sociedad humana global hacia los procesos de entidades sociales más limitadas: civilizaciones, culturas.
2)    La principal preocupación radica en los mecanismos causales de la evolución, en lugar de en la secuencia de estadios necesarios.
3)    Las descripciones de la evolución son formuladas en términos categoriales, descriptivos, evitando las evaluaciones y sobreentendidos acerca del  progreso. “Para los evolucionistas contemporáneos la evolución sociocultural tiene un significado mucho más restringido, carece de juicios morales implícitos” (Lenski y Lenski).
4)    Las proposiciones son expresadas en forma probabilística, en lugar de determinista.
5)    Incorporación gradual de puntos de vista de otras ramas del evolucionismo.

El neoevolucionismo en la antropología cultural

El neoevolucionismo comenzó en la antropología cultural, con diversos trabajos que renovaron el evolucionismo clásico. El neoevolucionismo reconoce y se adapta a la amplia crítica precedente. A continuación se exponen algunos trabajos:

Leslie White y el movimiento hacia el determinismo  tecnológico

En sus libros “Science of Culture” y “Evolution of Culture”, el etnólogo norteamericano  Leslie White, describe la cultura como un mecanismo adaptativo por medio del cual la especie humana se acomoda a la naturaleza.
Todas las partes de la cultura están interrelacionadas pero el papel primario es jugado por el sistema tecnológico, siendo secundarios la organización política, la estructura normativa y los sistemas de conocimiento e ideologías.  La cultura se desarrolla y avanza a través del incremento del tipo de energía, y la eficiencia con la que es utilizada la energía. Este factor determina el creciente dominio humano sobre la naturaleza que White ve como la tendencia evolutiva fundamentales.

La secuencia de utilización de la energía: energía corporal; domesticación animales; revolución agrícola; descubrimiento de los combustibles; energía de la fisión nuclear y comienza la era atómica.

El desarrollo de la cultura tiene orígenes biológicos y es principalmente endógeno. La clave de la evolución de una cultura radica en la cultura misma.

Julian Steward y el concepto de evolución multilineal

En su libro “Theory of Culture Change”, se alejó de la ortodoxia evolucionista. Buscó regularidades de “tipo medio” en el cambio histórico, estudiado múltiples culturas diferentes, llegando a afirmar que las culturas particulares divergen significativamente unas de otras y que no pasan por estadios unilineales.

Las culturas son consideradas como entidades discretas situadas en diversos nichos ecológicos, que van adquiriendo formas diversas a través de la adaptación a diversas condiciones. Las culturas difieren de otras culturas.

La evolución abarca culturas concretas, y ha de ser considerada como multilineal en dos sentidos:

1)    sentido intersocietal
2)    sentido intrasocietal

Lo que se pierde en universalidad se gana en concreción y especificidad. La determinación del análisis de paralelismos es un objetivo de la evolución multilineal.

Hay un principio causal más general tras los cambios evolutivos: la preponderancia de los factores “tecnoeconómicos”. La dominación de lo tecnoeconómico es considerada como distribución  probabilística.

El centro cultural es definido por Steward como la constelación de características que están más íntimamente relacionadas  con las actividades de subsistencia y con la organización económica. El centro incluye aquellos modelos sociales, políticos y religiosos que se han determinado empíricamente que están íntimamente conectados con esta organización.

 La tecnoeconomía es con más frecuencia decisiva, y la política  ocupa la periferia con mayor frecuencia y la ideología, derivada en la jerarquía de la causación social. “A lo largo de milenios las culturas de ambientes diferentes han cambiado enormemente, y estos cambios son ligables básicamente a nuevas adaptaciones exigidas por el cambio tecnológico y de la organización de la producción” (Steward)

Una crítica interesante a la teoría de Steward, la elaborada por Anthony Smith:

1)    La variación cultural entre sociedades es de hecho mayor que la variación de sus condiciones ambientales.
2)    La fuerza de la determinación de factores ecológicos o tecnoeconómicos depende de la fase de evolución. Cuanto más desarrollada está una sociedad, mayor será el grado en el que “el ambiente tenderá a colocar límites a la variación cultural y al cambio, en lugar de propulsar la unidad hacia el cambio (Smith). El esquema de Steward es de esta manera puesto en movimiento y dotado de una dimensión temporal.




viernes, 26 de abril de 2013

Resúmenes Cambio Social I Parte 20


En la asignatura de Cambio Social I del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria Sociología del cambio social de Piotr Sztompka. Derechos reservados, sus autores.

Capítulo 1 Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 2 Vicisitudes de la idea de progreso. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 3 La dimensión temporal de la sociedad: El tiempo social. Víctor Riesgo // Capítulo 4 Modalidades de tradición histórica. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 5 La modernidad y más allá. Víctor Riesgo // Capítulo 6 La globalización de la sociedad humana. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 7 El evolucionismo clásico – Julia Ortega Trovar  // Capítulo 8 El neoevolucionismo - Julia Ortega Trovar // Capítulo 9 Teorías viejas y nuevas de la modernización – Andrea Fuente Fernández // Capítulo 10 Las teorías de los ciclos históricosBlas García Ruiz // Capítulo 11 El materialismo histórico - Blas García Ruiz  //Capítulo 12 Contra el desarrollismo, la crítica moderna Julio Monteagudo Diz // Capítulo 13 La historia como producto humanoGalaaz Vaamonde (9 octubre) // Capítulo 14 La nueva Sociología histórica - Galaaz Vaamonde // Capítulo 15 El devenir socialJesús Sánchez Azañedo // Capítulo 16 Las ideas como fuerzas históricas - Carlos Catalán Serrano // Capítulo 17 El surgimiento de lo normativo – María Purificación Moreno Moreno // Capítulo 18 Los grandes individuos como agentes de cambio social - María Purificación M. Moreno  

Lewis Morgan (1818-81) y la concepción materialista de la evolución

El antropólogo norteamericano Lewis Morgan introdujo una variante de la idea evolutiva centrada en el dominio de la tecnología. Creía que la uniformidad y la continuidad de la evolución derivaban de una subyacente universalidad y continuidad de las necesidades humanas materiales, que proporcionan los estímulos necesarios para la búsqueda incesante de medios para satisfacerlas. Las nuevas tecnologías  alteran el carácter de la sociedad, la forma de vida familiar y  la organización de parentesco, los modelos económicos y políticos, los valores culturales y la vida cotidiana.
La historia de la humanidad sigue tres fases diferenciadas: salvajismo, barbarie y civilización, separadas por importantes rupturas tecnológicas.
La explicación monocausal (la tecnología), se volvió muy influyente, reapareciendo en la escuela marxista, a través de Friedrich Engels, que uso las ideas de Morgan en “Sobre el origen de la familia, la propiedad y el Estado”, retomada más tarde por representantes del neoevolucionismo: Leslie White y Gerhard Lenski.

Émile Durkheim y el concepto sociologista de evolución

Antirreduccionista, rechazaba que las causas de los fenómenos sociales fuera del dominio de una realidad social específica, reflejada en el enfoque social de la evolución social ofrecido en su obra “De la división du travail social”.
La dirección principal de la evolución está en la creciente división  del trabajo, en la diferenciación  de tareas, deberes y papeles ocupacionales que se producen en la sociedad a lo largo del tiempo. Siguiendo a Spencer, Durkheim propone otra tipología dicotómica de las sociedades basada en la calidad de los lazos sociales: la “solidaridad mecánica”, está arraigada en la similitud de funciones y tareas no diferenciadas; la “solidaridad orgánica” está enraizada en la complementariedad, en la cooperación y en la indispensabilidad mutua de papeles y ocupaciones altamente diferenciados. La historia se mueve desde la “solidaridad mecánica” a la “solidaridad orgánica”.  Se pueden resumir:

Rasgo
Solidaridad mecánica
Solidaridad orgánica
Carácter de las actividades. Principal lazo social
Similar, consenso moral y religioso uniforme.
Altamente diferenciadas. Complementariedad y dependencia mutuas.
Posición del individuo.
Colectivismo, centralidad del grupo, comunidad.
Individualismo, centralidad de los individuos autónomos.
Estructura económica.
Aislada, autárquica, grupos autosuficientes.
División del trabajo, dependencia mutua de los grupos, intercambio.
Control social.
Leyes represivas para el castigo de las ofensas (ley criminal)
Ley restitutiva, salvaguarda de los contratos (ley civil).

Ferdinand Tönnies y la evolución sin progreso

En su famoso tratado “Gemeinschaft und Gesellschaft (1887), los lazos sociales personales, primarios, autotélicos que  caracterizan la “comunidad” se convierten en contactos impersonales, secundarios y puramente instrumentales en la sociedad moderna.

Rasgo
Gemeinschaft
Gesellschaft
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La postura de Tönnies ante la sociedad moderna es crítica, con cierta nostalgia  por la comunidad perdida. No considera la evolución como sinónimo de progreso, sino que va contra las necesidades humanas.

Lester Ward (1841-1913) y la evolución de la evolución

En su “Dinamic Sociology” (1883), afirma que el mecanismo de la evolución no es constante sino que cambia en el tiempo. La frontera más importante es la que divide el período de la evolución natural (génesis), del período de la evolución humana orientada por fines (télesis).Cuatro mecanismos operan juntos, controlando las capas superpuestas de procesos de distintos orígenes: cosmogénesis, biogénesis, antropogénesis, y sociogénesis. La evolución discurre por niveles siempre nuevos, superiores y en el proceso se vuelve más multidimensional y humanizado.

El núcleo común de la teoría evolucionista

Supuestos comunes que constituyen el núcleo de la teoría evolucionista:

1)    Los evolucionistas asumen que la totalidad de la historia humana tiene una única forma, modelo, “lógica”.
2)    El objeto del cambio en curso es la humanidad.
3)    Esta totalidad es concebida en términos orgánicos, por la aplicación de la analogía orgánica.
4)    La atención se dirige hacia los cambios de tal totalidad orgánica, del sistema social.
5)    El cambio en la sociedad es considerado como algo omnipresente necesario e inescapable a la realidad social.
6)    El cambio es considerado como un proceso singular, que puede percibirse y estudiarse como una totalidad.
7)    El cambio en la sociedad es visto como direccional, desde formas primitivas a formas desarrolladas, de estados simples a complejos. Este movimiento es consistente e irreversible.
8)    El cambio evolutivo es concebido como unilineal. Las diferencias entre las diversas sociedades, son debidas a un ritmo más lento o más rápido del mismo proceso evolutivo en las distintas partes del mundo.
9)    Esta trayectoria común evolutiva se divide en distintos estadios, fases o períodos, con una secuencia constante.
10)El cambio evolutivo se percibe como gradual, continuo, incremental y acumulativo.
11)Se afirma que la evolución tiene un mecanismo causal universal y uniforme.
12)El impulso innato hacia el cambio se sitúa dentro de la naturaleza misma de la sociedad humana, derivado de su necesidad básica de autorrealización y autotransformación.
13)El cambio evolutivo se considera espontáneo.
14)El cambio evolutivo se considera equivalente a progreso: de como consecuencia la mejora constante de la sociedad, de la vida humana. Una excepción notable es la opinión de Ferdinand Tönnies.

La debilidad del evolucionismo clásico
Todas las líneas críticas tuvieron seguidores, y dieron lugar a la ruptura y a la desaparición temporal de la teoría evolucionista en la primera mitad del s. XX hasta que resurgió alrededor de los años 50 de forma revisada (neoevolucionismo).

1)    La suposición de una lógica histórica general ha sido cuestionada, cuyo enfoque toma una posición opuesta, “acontecimientista” o “ideográfica”, que enfatiza la contingencia y lo fortuito de los acontecimientos históricos. La crítica filosófica y lógica completa de este supuesto vino más tarde, con la obra de Karl R. Popper.
2)    El supuesto de una sociedad humana como entidad sujeta a cambio evolutivo fue puesto en duda por la evidencia creciente de la tremenda pluralidad, variedad y heterogeneidad de las poblaciones humanas.
3)    La imagen sobreintegrada, orgánica, de la sociedad fue socavada por la observación común de conflictos, tensiones y fricciones, por la disfuncionalidad de algunas instituciones y modelos sociales, por la autonomía funcional relativa de algunos segmentos o aspectos de la sociedad. El nuevo modelo de conflicto de la sociedad no se prestaba a la interpretación evolucionista del cambio.
4)    La proporción de los cambios sociales son de alcance limitado y tienen el carácter de cambios “en”, acontecido dentro del mismo tipo social. La centralidad de los muchos menos frecuentes cambios “de” la totalidad del sistema social se consideró injustificada. La mayoría de los cambios “en” son neutrales con respecto a la totalidad del sistema.
5)    La absolutización del cambio ha sido ligada a los prejuicios de la época moderna. Hay continuidad en largos períodos de estabilidad, estancamiento y conservación. La continuidad ha de ser tratada como algo tan natural como el cambio.
6)    Existe una multitud de procesos de cambio fragmentarios que son mutuamente independientes, paralelos, transversales.
7)    La direccionalidad uniforme de la evolución fue puesta en duda por miles de reversiones, retrocesos, rupturas, crisis e incluso colapsos totales de estados y civilizaciones. La desdiferenciación, la homogeneización, la dispersión y la desorganización a gran escala son hechos históricos comunes que no encajan en el molde evolucionista.
8)    La evolución unilineal es contraria por tres tipos de argumentos. Variedad cualitativa. La “visión horizontal” de la historia, que supone que lo que viene después es simplemente diferente, parece más adecuada que la “visión vertical”, que clasifica todo lo que viene después como superior en la escala. Otros argumentos se dirigen hacia los prejuicios etnocéntricos y la creencia en el valor último de las instituciones occidentales. Otros argumentos apelan a la idea teórica de la difusión. Las sociedades se volverán mutuamente interdependientes debido al intercambio recíproco y al préstamo de forma de organización, de reglas culturales, etc.
9)    El mismo argumento difusionista contrarresta la idea de estadios inexorables. Algunos estadios pueden omitirse  y algunos procesos  pueden acelerarse precisamente por el uso que se haga de las experiencias de otras sociedades, o a través de la intrusión de otras sociedades (conquista, colonización, dominación).
10) La visión gradual, incremental del cambio no encaja en la experiencia de las discontinuidades, las rupturas, las mutaciones, los pasos cualitativos o las quiebras y cataclismos en la historia humana.
11)La evidencia histórica contrarresta la monocausalidad simplista. Los sucesos y cambios históricos son con frecuencia efectos combinados de conjuntos singulares de causas, ninguna de las cuales puede tomarse como exclusiva o precedente universalmente.
12)El desatender la causación exógena del cambio social, es quizá la debilidad más grave del evolucionismo clásico. Sería también un fallo grave cambiar la perspectiva exclusivamente “endógenista” por la exclusivamente “exogenista”.
13) La completa espontaneidad de la evolución no puede sostenerse si reconocemos la importancia de los esfuerzos humanos para modelar y remodelar las sociedades humanas. Una parte del cambio siempre ha sido voluntario y reconocido y el porcentaje de tales cambios parece crecer a medida que la sociedad avanza. Algunos autores hablan de “historia humanista” en tanto opuesta a “historia natural”.
14) La implicación de que la evolución produce adelanto y amejoramiento de la vida humana parece contradicha por la experiencia trágica del s. XX y las aterradores prospectivas de un mayor crecimiento.

Con estos argumentos, el evolucionismo clásico perdió su lugar central en la teoría del cambio social. Reapareció, profundamente reformado, más de un siglo después de su nacimiento, bajo la etiqueta de neoevolucionismo.