miércoles, 18 de marzo de 2015

Marca ciudad como gubernamentalidad neo-liberal. Gisela Cánepa Koch II

I.3 Objeto de estudio: Programa “Muévete, San Borja”
Este trabajo de campo se realizó desde mediados del 2009 hasta la misma periodicidad del 2011, acerca del programa municipal «Muévete, San Borja», desarrollado en un distrito de clase media de Lima, San Borja. A través de este programa se ha tenido la oportunidad de ver cómo una gestión organizada en torno a la noción de ‘marca ciudad’ opera como un instrumento de gobierno dentro de una lógica neoliberal. La metodología llevada a cabo ha sido “a través de entrevistas, conversaciones informales, registros visuales, recopilación de documentos, así como de observación participante” (Cánepa, 2012:45).
En esta investigación Cánepa propone algunas cuestiones como sustantivas para conocer la realidad observada:
  1. Qué dice el programa sobre los nuevos modos de gobernar la ciudad,
  2. de qué manera opera la cultura en el ámbito de la gestión municipal, y
  3. qué implicaciones tiene el mandato de la participación en la gestión del gobierno municipal de San Borja y para el desarrollo de una institucionalidad democrática en Perú. En este punto se apoya en los estudios sobre marketing urbano, especialmente en aquellos que lo conciben como una forma de gestionar la ciudad y de construir ciudadanos, y concluye que muchas de las estrategias de este tipo de marketing están operando en el programa «Muévete, San Borja»: comunicar lo que se viene realizando, identificar las potencialidades de la ciudad, etc.

En Perú, la calle había tenido una connotación negativa -a diferencia de lo que ocurre en otras sociedades, como las europeas-, pues se asociaba con las clases más bajas, y aclara que este país ha tenido una tradición aristocrática muy arraigada, por lo que han seguido vigentes las discriminaciones de tipo racial y étnico. Sin embargo, con lo que presenció en el distrito de San Borja, se dio cuenta de que el significado de la calle estaba cambiando, ya que la municipalidad estaba ofreciendo ese espacio urbano para desarrollar actividades de esparcimiento y deportivas en familia.
Por otra parte, es importante significar el hecho de que San Borja “ha sido estereotipado como el distrito de una clase media emprendedora” (Cánepa, 2012:49), que se encuentra entre una nueva clase media emergente -formada por ciudadanos que se consideraban de segunda clase y que, a través de actividades informales, han adquirido mucho dinero y capacidad de consumo- y una clase media-alta más elitista. Por último, Cánepa se refiere a la carga negativa que ha tenido el distrito por encontrarse en él el Cuartel General del Ejército de Perú -más conocido como Pentagonito-, en el que, durante los años de violencia política, se produjeron torturas y desapariciones, por lo que se trataba de un lugar que manchaba el prestigio de San Borja. Ofrecía la posibilidad de “renovar la mala imagen que la historia reciente (…) le daba a la zona” (Cánepa, 2012:45). Sin embargo, ahora eran justo las calles del perímetro del Pentagonito las que se cerraban para realizar actividades recreativas y deportivas, lo cual significaba un cambio enorme con respecto a cómo se estaba revalorando también ese espacio en particular, al que, durante los años de violencia, ni siquiera se podía acceder.
Como referencia directa al asunto que ocupa esta investigación, la antropóloga comienza describiendo «Muévete, San Borja» como una invitación a poner en práctica los mandatos del proyecto municipal, especialmente aquellos que se refieren a sus programas de “salud preventiva” (Cánepa, 2012:52), que a su vez se inscriben en los parámetros dictados por la Organización Mundial de la Salud. Se trata de un programa que promueve estilos de vida saludables a través de la organización de eventos y actividades deportivas y de ocio. Sin embargo, aclara que esta iniciativa no es algo novedoso, sino que ya se venía desarrollando al menos en el ámbito latinoamericano. De hecho, «Muévete, Bogotá» es el programa que el alcalde de San Borja toma como referencia para llevar a cabo el suyo.
I.4 Un lema como imperativo en los lenguajes performativos

El lema de esta iniciativa, puede ser leído como una propuesta para ocuparse del cuidado personal, a la vez que para participar de un proyecto comunitario y público, aportando a la sostenibilidad de la salud de los vecinos y a la creación y consolidación de la identidad del distrito. Este programa se configura como una plataforma para escenificar la propia gestión municipal -es decir, la capacidad de movilizar a la gente dentro de un marco de actividades reguladas y en un espacio delimitado-, y que es en el marco de esta programación que el eslogan «Muévete, San Borja» se repite en distintas variantes: «San Borja se mueve por amor», «San Borja se seguirá moviendo», etc. Pero, en este caso, se observa que «muévete» es un imperativo, porque en términos lingüísticos, los imperativos son parte de los lenguajes performativos. Y este mandato de que hay que moverse, de que hay que ser participativo, es asumido por los vecinos de San Borja -y otros vecinos de Lima que van al distrito- de manera bastante eficaz.

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