I.3 Objeto de estudio: Programa “Muévete,
San Borja”
Este trabajo de campo se realizó desde
mediados del 2009 hasta la misma periodicidad del 2011, acerca del programa
municipal «Muévete, San Borja», desarrollado en un distrito de clase media de
Lima, San Borja. A través de este programa se ha tenido la oportunidad de ver
cómo una gestión organizada en torno a la noción de ‘marca ciudad’ opera como
un instrumento de gobierno dentro de una lógica neoliberal. La metodología
llevada a cabo ha sido “a través de entrevistas, conversaciones informales,
registros visuales, recopilación de documentos, así como de observación
participante” (Cánepa, 2012:45).
En esta investigación Cánepa propone
algunas cuestiones como sustantivas para conocer la realidad observada:
- Qué dice el programa sobre los nuevos modos de gobernar la ciudad,
- de qué manera opera la cultura en el ámbito de la gestión municipal, y
- qué implicaciones tiene el mandato de la participación en la gestión del gobierno municipal de San Borja y para el desarrollo de una institucionalidad democrática en Perú. En este punto se apoya en los estudios sobre marketing urbano, especialmente en aquellos que lo conciben como una forma de gestionar la ciudad y de construir ciudadanos, y concluye que muchas de las estrategias de este tipo de marketing están operando en el programa «Muévete, San Borja»: comunicar lo que se viene realizando, identificar las potencialidades de la ciudad, etc.
En Perú, la calle había tenido una
connotación negativa -a diferencia de lo que ocurre en otras sociedades, como
las europeas-, pues se asociaba con las clases más bajas, y aclara que este
país ha tenido una tradición aristocrática muy arraigada, por lo que han
seguido vigentes las discriminaciones de tipo racial y étnico. Sin embargo, con
lo que presenció en el distrito de San Borja, se dio cuenta de que el
significado de la calle estaba cambiando, ya que la municipalidad estaba
ofreciendo ese espacio urbano para desarrollar actividades de esparcimiento y
deportivas en familia.
Por otra parte, es importante significar
el hecho de que San Borja “ha sido estereotipado como el distrito de una clase
media emprendedora” (Cánepa, 2012:49), que se encuentra entre una nueva clase
media emergente -formada por ciudadanos que se consideraban de segunda clase y
que, a través de actividades informales, han adquirido mucho dinero y capacidad
de consumo- y una clase media-alta más elitista. Por último, Cánepa se refiere
a la carga negativa que ha tenido el distrito por encontrarse en él el Cuartel
General del Ejército de Perú -más conocido como Pentagonito-, en el que,
durante los años de violencia política, se produjeron torturas y
desapariciones, por lo que se trataba de un lugar que manchaba el prestigio de
San Borja. Ofrecía la posibilidad de “renovar la mala imagen que la historia
reciente (…) le daba a la zona” (Cánepa, 2012:45). Sin embargo, ahora eran
justo las calles del perímetro del Pentagonito las que se cerraban para
realizar actividades recreativas y deportivas, lo cual significaba un cambio
enorme con respecto a cómo se estaba revalorando también ese espacio en
particular, al que, durante los años de violencia, ni siquiera se podía
acceder.
Como referencia directa al asunto que
ocupa esta investigación, la antropóloga comienza describiendo «Muévete, San
Borja» como una invitación a poner en práctica los mandatos del proyecto
municipal, especialmente aquellos que se refieren a sus programas de “salud
preventiva” (Cánepa, 2012:52), que a su vez se inscriben en los parámetros
dictados por la Organización Mundial de la Salud. Se trata de un programa que
promueve estilos de vida saludables a través de la organización de eventos y
actividades deportivas y de ocio. Sin embargo, aclara que esta iniciativa no es
algo novedoso, sino que ya se venía desarrollando al menos en el ámbito
latinoamericano. De hecho, «Muévete, Bogotá» es el programa que el alcalde de
San Borja toma como referencia para llevar a cabo el suyo.
I.4 Un lema como imperativo en los
lenguajes performativos
El lema de esta iniciativa, puede ser
leído como una propuesta para ocuparse del cuidado personal, a la vez que para
participar de un proyecto comunitario y público, aportando a la sostenibilidad
de la salud de los vecinos y a la creación y consolidación de la identidad del
distrito. Este programa se configura como una plataforma para escenificar la
propia gestión municipal -es decir, la capacidad de movilizar a la gente dentro
de un marco de actividades reguladas y en un espacio delimitado-, y que es en
el marco de esta programación que el eslogan «Muévete, San Borja» se repite en
distintas variantes: «San Borja se mueve por amor», «San Borja se seguirá
moviendo», etc. Pero, en este caso, se observa que «muévete» es un imperativo,
porque en términos lingüísticos, los imperativos son parte de los lenguajes performativos. Y este mandato de que hay
que moverse, de que hay que ser participativo, es asumido por los vecinos de
San Borja -y otros vecinos de Lima que van al distrito- de manera bastante
eficaz.
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