lunes, 31 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 12


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

Diferencias culturales y la regulación emancipatoria

Para De Sousa la política de asimilación o integración cultural supone una derrota para una de las culturas subalterna. Porque la cultura triunfante, la hegemónica, en su asimilación, practica la absorción de la cultura subalterna. En el proceso se succionan las diferencias y se obtiene como resultado un universalismo antidiferencialista; “las políticas de asimilación nunca impidieron que las diferencias culturales, religiosas o de otro tipo continuaran”. Si la cultura asimilada y subalterna, tiene que ceder tradición, cultura y religión para someterse a los principios de regulación que condenan la mutilación genital, ¿significa que la cultura hegemónica es insolidaria con la cultura subalterna? Según Nieto, en los casos de clitoridectomía, infibulación y en general de mutilación genital, la emancipación de la mujer tiene primacía sobre la práctica cultural que cercena clítoris e infibula labios vaginales.

La tensión que existe entre regulación y emancipación no está superada, pero Nieto entiende que pronunciarse en contra de la mutilación genital, además de ser una manifestación plena de sentido en un mundo globalizado, es una forma muy concreta de solidaridad, una manera de solidarizarse con la mujer. La superación entre aquello que se regula y aquello que se emancipa, no se puede asumir el hecho de que haya que esperar a la extinción cultural y unilateral de la práctica mutilatoria de la cultura subalterna, para emprender y crear en la cultura hegemónica alternativas de regulación que liberen a la mujer del sometimiento genital. Estaríamos ante una regulación emancipatoria y un sincretismo más de los que se generan las culturas se encuentran y desencuentra. El canibalismo cultural hegemónico se encuentra, rivaliza, asfixia y neutraliza el canibalismo genital subalterno. La oxigenación de ciertas prácticas subalternas de diferenciación cultural, como la mutilación genital, supondría, en caso de llevar la política de laissez faire en la cultura hegemónica, perpetuar la ignominia.

El reconocimiento de los derechos de transexuales e intersexuales que los colectivos respectivos viene reclamando para que su identidad sea reconocida, sin confundirla con una enfermedad, con el trastorno de disforia de género, también es regulable. La regulación no supondría penalización, supondría emancipación; emancipar a las personas trans del yugo del trastorno disfórico. La transformación social no está sometida, pues, a un exclusivo criterio de regulación. Necesita de dominios concretos. De forma que el dominio de la regulación es el dominio de conductas delictivas y de le emancipación. La pluralidad de identidades y conductas necesita de frentes concretos y diversos que presionen para lograr la transformación social y con ella la emancipación de los injustamente excluidos, de los “sin derecho”.

La regulación necesita un nuevo marco legal que por medio de un nuevo marco jurídico actualice y reforme los principios modernizadores del Derecho. Una actualización y reforma jurídica-legal que confirmara que “el consenso sobre la primacia del derecho y del sistema judicial es uno de los componentes esenciales de una nueva forma política del estado e igualmente en que mejor vincula la globalización política con la globalización económica” (De Sousa).

Se restituye la legitimación de conductas/identidades deslegitimadas y, así, se contribuye a transformar la realidad social. Desde el punto de vista de la emancipación, la sociología deje de nutrirse de conductas desviadas. La esencia conceptual que definía la desviación de identidades y conductas se ha disuelto, esfumado, y ha devenido existencia normativa emancipadora. El transgénero que médicamente se penaliza y discrimina a los/las transgeneristas, una vez que se haya regulado desde la perspectiva de la emancipación evitaría la penalización médica de las personas trans.

Nieto prefiere enmarcar la conducta/cultura/identidad trans a modo de transición paradigmática y de emancipación, aunque inacabada, dentro de los presupuestos de la sociología de la diversidad, en lugar de la sociología de la desviación. Decidirse por la inclusión de la transexualidad y el transgénero en el ámbito de lo sociológicamente diverso es contribuir a su desmedicalización. Nieto intencionalmente desplazó la transexualidad de la desviación a la diversidad y del análisis de los DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) que la contemplan como trastorno mental al análisis sociológico y antropológico de la diversidad. El estudio sobre el transgénero realizado se confirma como un funeral comparativamente tardío, el deceso de la sociología de la desviación propuesto por Sumner. Como un estudio anticipatoria de la despsiquiatrización del transgénero.

La Alta Autoridad de la Salud francesa parece estar dispuesta a decretar que la transexualidad/el transgénero dejen de ser afecciones psiquiátricas, para que las personar trans, sin tener que abandonar sus conductas/identidades, no sean consideradas  enfermos mentales. El Gobierno Sueco basándose en que s ofensivo y causa prejuicios, autorizó retirar el diagnóstico de “trastorno de identidad de género de la infancia”. Suecia ha sido el primer país en realizar una eliminación diagnóstica de tanta significación y alcance. Estas decisiones constituyen una realidad y una posibilidad con un mismo objetivo: evitar a estigmatización, la discriminación y la exclusión social del transgénero. Desde ATC, una plataforma pro derechos trans catalana: “Consideramos que la transexualidad debe despatologizarse, que debe dejar de estar supeditada a la medicina, a la psiquiatría, y que entonces cuando hablemos de un día internacional contra la homofobia y contra la transfobia”. De hecho, la desclasificación de los trans, en sus diferentes facetas, como enfermedad psiquiátrica como “trastorno de identidad de género”, constituirá un hito histórico.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 11


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

La escuela de Chicago

Esta escuela se interesa, por una parte por la interacción social de los sujetos, por otra, sigue la estela darwinista. La inspiración viene dada por el interaccionismo simbólico de Georde H. Mead. Que supone romper con los postulados teóricos positivistas imperantes del momento y con sus formulaciones estadísticas. Estamos ante un sujeto constructor, un sujeto-actor que en el dinamismo de sus acciones emite gestos y señales indicando que sus conductas no son meras respuestas mecánicas a las situaciones sociales de su entorno y, por extensión, de la sociedad. Son conductas construidas por medio de procesos de formación y concienciación. El sujeto-actor reelabora los símbolos sociales mediante su mind. Su conciencia, su reflexión y su experiencia. Ese valor reside en la situación social y no existirá aparte de ella. Es la contribución del individuo a la situación, aun cuando el valor prevalezca solo en la situación social.

La escuela de Chicago aplica al sujeto conceptos que recuerdan los utilizados por Darwin: adaptación, competición, supervivencia, simbiosis y ecología de conductas. Pero se aleja de la biología interpretada como herencia obligada que marca la ruta a seguir por la sociedad. Trata al sujeto-actor que contempla como animal cultura: en proceso de adaptación al mundo biótico de su milieu. Mundo que se circunscribe a la ciudad. Los procesos simbióticos y de adaptación son procesos de orden social y control social. Cuando se quiebra el orden surge la desviación, la desviación de delincuentes no es el producto de la marca biológica que comprime y “sujeta” al sujeto, La herencia biológica o anula al sujeto constructor. El posicionamiento teórico de esta escuela acerca de los conceptos de desviación y de conducta desviada, representa la toma de distancia, con relación a la idea-base o idea-fuerza que las conceptualiza con ambivalencia como efecto de desorganización social. La conducta diferenciada deja de ser conducta desviada, la diferencia no es desviación. Es una expresión cultural más, una forma de comportarse que no coincide con los valores de la clase media asentada en Chicago, cuyas directrices señalan en qué consiste la norma social. La aceptación del valor universal de la norma, impuesta por los blancos de clase media, no tiene sentido. Salvo para sus integrantes que califican como desviadas las conductas de los miembros de otras culturas, la desviación es una etiqueta errónea, la norma también lo es. La norma social que no se sigue, que se transgrede y violenta y que juzga alos transgresores como desviados, mediante la interpretación y el etiquetado de “diferenciación social”, se cuestiona.
Se debe a Sutherland la creación del concepto “asociación diferenciada”, logrando sintetizar en nueve apartados, en qué consiste la diferencia por asociación:

1.    Las conductas delictivas no están determinados ni por la biología ni por los rasgos psicológicos que causa la misma biología.
2.    El aprendizaje se efectúa mediante la interacción del sujeto con otros sujetos.
3.    La parte más significativa del proceso de aprendizaje del delito se genera en el grupo más próximo del sujeto, en su pertenencia al mismo.
4.    El aprendizaje incluye motivaciones, impulsos, racionalizaciones, actitudes y técnicas.
5.    Las motivaciones y los impulsos se aprenden de la definición de los códigos legales; de la interpretación que se hace del delito; beneficiosa o perjudicial.
6.    El sujeto se hace delincuente (desviado) si interpreta de la lectura anterior que hay un exceso de definiciones que le benefician si decide violar el código.
7.    La asociación diferenciada no permanece fija. Se trata de un concepto dinámico y contingente. Esta asociación puede variar de frecuencia, duración, prioridad e intensidad.
8.    El proceso de aprendizaje de las conductas delictivas (desviadas), mediante la asociación con pautas de delincuencia (y desviadas); por un lado, y con pautas “normales”, es decir, no delictivas (y no desviadas), por otro, responde a mecanismos similares a los de cualquier otro aprendizaje.
9.    En tanto que las conductas delictivas (y desviadas) son la expresión general de necesidades y valores no pueden, sin embargo, explicarse mediante esas necesidades y esos valores.


El concepto de asociación diferenciada de Sutherland ha influido considerablemente en la evolución, el desarrollo y el deceso de la sociología de la desviación. El sujeto-actor proporcionó la idea para formular un principio sociológico de la Escuela de Chicago; el “principio de Thomas”: si los sujetos definen una situación como real, esta es real en sus consecuencias. Thomas se desentiende de la interpretación de Park que consideraba la cultura como un resultado de la actividad humana en su interacción ecológica con el medio. Thomas cuestiona la evolución lineal como principio explicativo de la cultura y, asimismo, disiente del concepto de uniformidad cultural establecido por niveles o etapas, puesto que su doctrina se inclina hacia la/s diferencia/s. Thomas es un valedor de los criterios culturales diferenciados.

Tylor defiende la evolución unilineal. El itinerario que siguen las religiones es único e inquebrantable. Atraviesan distintas fases; a principio las religiones son animistas, más tarde politeístas y posteriormente monoteístas. En última instancia, las religiones son desplazadas por la ciencia, que es la encargada de dar sentido, cobertura y explicación a desconocimiento humano y a sus atribuciones más oscuras.

Morgan sostiene que las sociedades evolucionan por etapas, pasan por tres niveles evolutivos: salvajismo, barbarie y civilización. Morgan establece, para el salvajismo y la barbarie, una división en tres fases o subetapas que identifica como baja, media y alta evolución. Este itinerario era ineludible y uniforme para todas las sociedades que logran civilizarse, alcanzar la civilización.

La perspectiva evolucionista de Service, no acredita las etapas unilineales y evolucionistas de su análisis en La sociedad primitiva. Los sistemas políticos se clasifican de acuerdo a las organización política de las sociedades, en bandas, tribus, jefaturas y Estados.

Thomas se indicó disidente del evolucionismo unilineal y mostró su desacuerdo con respecto al hecho de que el medio geográfico marque los diferentes estadios evolutivos de la cultura y tampoco acepta la explicación de que las culturas más evolucionadas deban su desarrollo como consecuencia de que sus individuos estén, a su vez, dotados de una capacidad mental más desarrollada. Enfatiza que la cultura y la diversidad de conductas que en ella se ofrecen y se observan, lejos de interpretaciones evolucionistas son el fruto de diferencias vividas a través de diferentes experiencias. Y si las culturas se justifican por la diferenciación de las experiencias y estas son frutos de la diferencias de vida, el resultado final es que la cultura es el reflejo de la organización social de la diferencia y de la historia. Thomas se distancia de la utilización del método comparativo de Tylor, Morgan y otros evolucionistas, empleado con el objetivo de realizar comparaciones transculturales y establecer medidas que les sirvieran para hacer evaluaciones culturales de alcance universal.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 10


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González



Inclusión/exclusión social

Los manuales de sociología de la desviación han sobredimensionado ciertas conductas, amplificado su importancia y subdimensionado u omitido otras, silenciado o medio mostrado su presencia real, por abandono analítico o sencillamente por decisión pensada y consciente a la hora de valorar el riesgo profesional que se asumiría en caso de que fueran tratadas sistemáticamente. Por un lado, sobredimensionar el texto, amplificando una conducta, significa ensanchar la realidad social de la conducta en cuestión; y por otro, subdimensionar u omitir una conducta real en el texto significa estrechar la dimensión de su práctica social. La transformación especular, encerrada en el texto con la sobreexplotación o con el desaprovechamiento correspondiente, muestra el ensanche y la ampliación o el estrechamiento y el recorte de la realidad y de las experiencias sociales que en ella conviven y sobreviven, bienviven y malviven. Todo ello centrado el punto de mira para que las conductas fueran tratadas como conductas individuales, que pautadas en sociedad, al mismo tiempo que define la norma, estigmatiza al individuo en su desviación. Las conductas individuales resultaban sobrerrepresentadas en relación a as conductas desviadas de grupos organizados que, anticipándose en sus acciones al articulado de los códigos penales, resultaban “legalmente” beneficiados.

La sociología de la desviación está acabada académicamente, hay que admitir que sus formas de abracar contenidos, en consecuencia, también lo están. Así:

·      La inclusión social que se propone implica el reconocimiento de derechos, entre ellos, el derecho a la diferencia que se ha negado tradicionalmente a diversos sujetos sociales, que quedaban consecuentemente excluidos.
·      La exclusión social propuesta, por el contrario, implica el rechazo absoluto, la tolerancia nula, el grado cero de determinadas conductas realizadas por los sujetos sociales, que por inercia.

Si la inclusión social significa igualar las diferencias en el plano del derecho o de las disposiciones médicas, la exclusión social significa diferenciar las conductas en el plano de equidad social. Estas propuestas tratan de incluir a los excluidos sociales mediante silencios normativos que niegan sus derechos y, paralelamente, tratan de excluir las conductas estigmatizadas de los incluidos en los manuales de sociología de la desviación. La sociodiversidad, así, voltea la desviación. Incluye a los excluidos sin derechos y excluye la diferencia como categoría social, médica o jurídica reprobada.

La adquisición de derechos de ciudadanía enmarcados en el transgénero/la transexualidad, la intersexualidad y la homosexualidad implica automáticamente, ere otras razones, replantearse el concepto de desviación. La acción desviada y patológica del sujeto se disuelve en el acto de conocer su diferencia, desde el momento que sus derechos se incorporan a la estructura normativa.

Los mecanismos convencionales que sustentan la exclusión social se basan en procesos que producen, por medio de disposiciones fácticas instrumentos reguladores de normalización de conductas. Estos instrumentos al normalizar también desnormalizan. Todo dispositivo médico, instrumento jurídico o medida económica que normaliza, simultáneamente califica y descalifica la identidad/conducta. Por ejemplo, cuando se califica a una persona transexual como sujeto que padece “trastorno de disforia de género”, aunque de su identidad/conducta no se derive peligrosidad social alguna, se está estigmatizando a la persona. Supone a la vez la descalificación social de la persona trans. La desaparición del diagnóstico psiquiátrico “disforia de género” aplicado al transgénero supondría la eliminación de la “no pertenencia” o excusión social y, al mismo tiempo, el reconocimiento de los derechos de la ciudadanía trans, en términos equitativos e igualitarios al resto de los ciudadanos. En suma, su inclusión social íntegra, sin fisuras.

Tanto la exclusión social de ciertas conductas como la inclusión social de ciertos derechos hasta ahora no reconocidos requieren de innovadoras medidas de regulación. En el caso de la exclusión, en un intento de erradicar conductas de abuso sobre bienes y personas. En el caso de la inclusión, con el fin de emancipar, regulándolas, identidades y conductas jurídica o médicamente discriminatorias. En  la resolución generada por al tensión haya de primar la emancipación frente a la regulación. Pero en el encuentro de culturas presente hay que aquilatar al máximo en qué consiste la emancipación y la regulación. Porque si el concepto emancipatorio se asocia con la libertad que permite desprenderse de la asfixia de la opresión, el concepto de regulación, además de asociarse al orden, se relaciona y liga con la insolidaridad cultural. 

viernes, 28 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 9


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

Pluribus unum de la desviación

El estigma sería el factor que aglutina a los desviados. Desviados es una designación global, una designación “paraguas”, que cubre diferentes particularidades, distintas conductas desviadas. Una especie de cajón de sastre que condensa la pluralidad que las desviaciones muestran en su cotidianeidad social. Para Rock, no cree en la extinción de la sociología de la desviación, solo los sociólogos encuentran interesante e instructivo agrupar en un agregado común, bajo un epígrafe aglutinante, las diversas particularidades conductuales y las identidades a las que remiten (Sumner). La gente no suele aludir de forma genérica a los desviados, prefiere usar la alusión directa que especifique nominalmente las personas o grupos a los que se refiere.

La desviación sexual como referencia que aglutina conductas sexuales diversas se sigue utilizando en la literatura cínica. Karl Hanson remite a la desviación sexual, a la que define como una manifestación psicopatológica que puede describirse en términos de dimensión. El número óptimo de dimensiones para describir las conductas sexuales psicopatológicas se desconoce, pero debería incluir rasgos relacionados con la autorregulación de los problemas sexuales y reflejar la intensidad del deseo sexual. Según Hanson, estas tres condiciones son imprescindibles para facilitar la comunicación entre los profesionales de salud mental.

Gagnon y Simon las formas y los impactos sociales de las conductas sexualmente desviadas, cuanto las respuestas de la sociedad a esas formas e impactos varían de un contexto social a otro. No existe un universal de a desviación sexual. Para su interpretación se requiere situar y examinar previamente la sociedad y su contexto, ya que es en la concreción contextual situada el lugar que se establece la relación social entre costumbres, leyes y comportamientos. Que son los componentes sociosexuales que permiten afirmar o negar si existe desviación y en caso afirmativo especificar en qué consiste.

Gagnon y Simon distinguen tres categorías de desviación sexual:

1.    Desviación normal, no necesita de la organización de formas específicas de estructura en relación con la conducta sexual desviada. No existen grupos o colectivos organizados que integren en el espacio social que representan la actividad sexual desviada. Como ejemplos, la masturbación y los contactos bucogenitales.
2.    Desviación patológica, su práctica implica a pocas personas, pero también no hay grupos ni colectivos. Como ejemplos, incesto, pedofilia, exhibicionismo, el vouyerismo y las distintas formas de agresión sexual.
3.    Desviación innominada, Gagnon y Simon piensan en la prostitución y la homosexualidad de varones y mujeres. El dispositivo al uso son los bares, discotecas, saunas etc.

Según Rock los sociólogos son los únicos en emplear los términos desviación y desviados y los profesionales de salud mental los términos de parafilia y parafílico en su articulación con las conductas sexuales desviadas. Parafilias se refiere a las conductas sexuales realizadas por sujetos psiquiatrizados y psicopatologizados por los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales. Las propuestas tratan, entre otras conductas, el sadismo y masoquismo sexual, el exhibicionismo, el vouyerismo, el froterismo y el fetichismo.

Si la información y el conocimiento de la desviación se mide por la frecuencia del registro de las conductas desviadas en los manuales, se asocia con el impacto epistemológico que a mayor frecuencia corresponde una mayor significación concedida a la conducta. La conducta cobra mayor protagonismo y se hace más relevante. La frecuencia es resultado de una mayor presencia real de la conducta en sociedad. Según Nieto, que con independencia de la mayor, menor o nula presencia de las desviaciones en los textos sociológicos, las conductas son:

·     Aspectos pluripresenciales: en forma de conductas en público o en privado, conductas en espacios abiertos o cerrados, en la intimidad más absoluta o en compañía, en la clandestinidad o en la provocación. Y todas ellas ceñidas a un continuum que matiza la polarización de lo expuesto y que hace que las conductas sean más o menos observables, que se pueden detectar en mayor o menor medida.
·      Aspectos multifactoriales: se expresan en función de la edad; el estado civil: soltería, matrimonio o relación de pareja; el género; tener o carecer de una discapacidad; la orientación sexual; practicar la conducta solo o en compañía; la identidad, etc.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 8


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

El estigma

De todas las conductas desviadas, relacionadas o no con la sexualidad se infiere que alguna de ellas, se dispone de una mayor información y, por tanto, más conocimiento. En tanto que otras, al ser silenciadas por los estudios, se desconoce todo o a penas de se sabe de ellas. Las conductas desviadas tienen poco en común, en ellas se encuentran más diferencias que similitudes. Acaso el denominador común de todos los desviados sea el estigma (Goffman). Pero la significación del estigma tiene que ser relativizada y valorada por sus características contextuales relacionales. 

Se descubriría que para la sociedad mongo de la República Democrática del Congo, la ausencia de pestañas y cejas se valora, que los dientes ennegrecidos son otro plus de atractivo  para los yapeses de las islas Carolinas de Micronesia y que los pechos flácidos y caídos atraen a los hombres de la sociedad ganda de Uganda. Desde Malinowski la antropología de la sexualidad dispone de evidencias sociales que detallan en qué consiste el atractivo físico en diferentes sociedades, por ejemplo la sociedad tiv en Nigeria se recrean la visión de pantorrilas gruesas, en la de ila de Zambia los ombligos muy marcados y salientes, los masai de Kenia se apasionan con lenguas y encías negras y los kwakiutl de la Columbia Británica de Canadá se encandilaban con las cabezas comprimidas “aplastadas”. Los pies reducidos de las chinas; la fuerza e intensidad de la mirada cruzada de los bizcos de la cultura maya y la motivación sexual, por la atracción que ejercían a los hombres, de las gigantes nalgas de las mujeres de a sociedad hotentote/khoisan.

Se puede afirmar que el concepto de belleza tiene que ser relativizado. No existen criterios universales, que estén programados biológicamente y que garanticen el éxito reproductor del atractivo físico, como asegura Buss. La salud, la juventud, la jovialidad y algún otro componente muy genérico de las personas pueden considerarse criterios universales de atractivo físico, pero de esta consideración a extrapolar que existe una definición universal de belleza hay una largo camino por recorrer. Significa la inexistencia de criterios universales que relacionen el estigmata (lo estigmatizado) con el estigma. Para que el estigma esté presente en una sociedad tiene que producirse un vínculo negativo entre el atributo o atributos que define/n el estigmata y el contexto social que lo genera.

El estigma no puede ser interpretado por los rasgos que a modo de signos de identificación, en aislamiento del sujeto, lo definen. Llámese rasgos, signos o atributos, su fuerza interpretativa reside en la lectura que otros sujetos sociales hacen de ellos. Se caracterizan por el lenguaje relacional y de asignación denominativa, alimentada de prejuicios, que generan en otros, éstos aisladamente interpretados, no son nada o, de ser algo, son un vacío conceptual. Están exentos de proyección, requieren de la percepción y simbolización social que se haga de ellos. Por la lectura social negativa que se otorga a los rasgos del estigmatizado que, se confiere el estigma la condición de atributo individual dominante. El estigma funciona socialmente como un master status. El estigma como el sexo, el color de la piel, la ocupación o la orientación sexual, al ser percibidos y clasificados por otros como rasgos individuales dominantes, logra imponerse como estatus superior. Así el estigma se apodera del sujeto y con ello, logra su anulación social.

Según Goffman, el sujeto estigmatizado no encuentra diferencia alguna con relación a cualquier otro ser humano. Para sí mismo no es un diferente. Pero, el mismo sujeto y aquellos sujetos que se sitúan en su entorno lo definen como un ser aparte, marginal. La contradicción deber ser imputable también a los sujetos que contribuyen a la formación del estigma del sujeto estigmatizado. Este trata de evadirse, esforzándose por salir y distanciarse del estigma, rompiendo el dilema que atenaza su vida. Goffman sentencia que la manera de salir del estigma es mediante códigos que, por un lado desvelan su condición y, por otro, la ocultan. Goffman no concede a los entornos la importancia que concede a los momentos.

Según Goffman, los entornos están subordinados a los momentos. Los segundos tiene más relevancia que los primeros. Son los momento los que explican los fenómenos sociales, se caracterizan por la interacción ritual de los encuentros o las conductas face to face, que un sujeto social reclama para sí mismo, y además, está relacionado con los patrones y actitudes, verbales y no verbales que otros asumen que ha mostrado en sus encuentros particulares; los encuentros rituales se acomodan a las fuerzas sociales, no a las leyes naturales y se apoyan (los encuentros) en la simbología de las representaciones colectivas durkheimianas. Las conductas interactivas frente a frente se deben más que a la confianza social de los débiles, al producto de acciones cuasifraudulentas impuestas por los poderosos. De acuerdo con Sumner, la interpretación de los condicionantes de la interacción ritual se realiza desde un posicionamiento acrítico con el poder.

El estigmatizado, según Goffman, sea un sujeto como cualquier otro ser humano puede ser interpretado, en su ambivalencia, como una reducción de la humanidad a la unidad o como una amplificación del estigma al universal humano. Que la estigmatización, según el estigma que se contemple, tiene respuestas sociales diferentes, con niveles o gradientes para el estigmatizado que difieren en función de los que representa en sociedad la intensidad del prejuicio y la discriminación que los genera, es una evidencia constatable. Los diferentes niveles del estigma se pueden instrumentar tanto en la intensidad que marque la lectura social que se haga de la singularidad y de los rasgos que definen y diferencian a todos y cada uno de ellos, como en función de la diferenciación en cuanto a género que se realice socialmente de la estigmación.

Preves cuestiona a Goffman en lo que se refiere al impacto de a estigmación que tiene de sí mismo el sujeto estigmatizado:

·      Según Goffman una vez que este sujeto ha profundizado internamente el estigma, no necesita de otros para perpetuarlo. La internalización, en estas circunstancias, es tan intensa que daña irreparablemente el autoconcepto, su autopercepción positiva mutua para transformarse en autopercepción negativa. El sujeto se odia así mismo, su identidad queda deteriorada o destruida. Una vez arruinada su identidad, la normalización de sujeto estigmatizado es imposible, a lo más que puede aspirar es a rebajar la intensidad de sufrimiento que el estigma le ocasiona, ya que no se puede liberar del mismo.
·      Según Preves, la permanencia enquistada del estigma, que al estar siempre presente en el sujeto, lo perpetúa no se puede aplicar a todo tipo de estigmatización y en concreto a los intersexos. El estigma y sus consecuencias, el secreto, la vergüenza, e sufrimiento y la baja autoestima se puede superar por el sujeto mediante la reivindicación de sus rasgos identitarios. El sujeto en lugar de aislarse, puede adoptar medidas de mayor exposición y visibilidad social, en lugar de recluirse, reclamar una mayor autonomía, mostrar una mayor activismo político en pos de unos derechos que se le niegan: la mayor actividad y presencia social del estigmatizado se corresponde a una menor estigmatización, y que se consigue según Preves recorriendo un itinerario social que tiene cinco niveles:

1.    El sujeto tiene que ser conciente y reconocer su inconformidad y rechazo al estigma.
2.    Debe aceptar su diferencia; asumir el reconocimiento de ser diferente con respecto a los “normales”.
3.    Tiene que buscar la relación y el encuentro con otros sujetos diferentes de sus mismas características, con los que compartirá y socializará espacios, situaciones y tiempos.
4.    Debe de estar orgulloso, no avergonzarse de su identidad “periférica”.
5.    Tiene que hacer todo lo posible para integrar su identidad en el contexto social en que vive.

Cinco niveles que permiten que la igualdad social y la diferencia individual no sean incompatibles, que la intersexualidad, en lugar de situarse en los márgenes de la sociedad, sea una identidad indiscriminada.

Preves, marca un recorrido social que podríamos llamar “itinerario de liberación del estigma”. Plummer establece un recorrido para el estigmatizado que le permita adaptarse a la situación personal de la mejor forma posible, al que llamó “itinerario de adaptación al estigma”.

En la negación, el estigmatizado no solo asume el estigma, sino que además lo rechaza. Se “desentiende” del mismo, salta del ámbito privado al ámbito público. En la neutralización el estigmatizado, además de exponer su cuerpo al exterior, expone su conducta, pero no acepta la lectura social que se hace de la misma. Pare el estigmatizado su proceder conductual tiene un significado diferente al que la sociedad registra. Lo desestigmatiza, practicando la política de “la mejor defensa es un buen ataque”. En la adaptación, según Plummer, es cuando el estigmatizado logra reorganizar su identidad. Pero solo si las conductas des estigmatizado han sido previamente codificadas y los símbolos que las definen identificados y reconocidos es cuando su identidad, además de aceptada y asumida, queda cristalizada. El estigmatizado practica, así, la política de “tierra quemada”.

Plummer, al referirse a la conveniencia de exponer públicamente las narrativas sexuales personales, ilustra, cómo los elementos comunes que las definen se pueden centrar en tres estadios

1.    El sufrimiento: estadio que se concentra la tensión de la narrativa, según Nieto, con la negación del estigma.
2.    La epifanía: es el momento en que debido a la crisis personal el estigmatizado decide que hay que abandonar la pasividad y romper el silencio, “hacer algo”.
3.    La transformación: la estrategia de adaptación al estigma.

En la práctica no suelen presentarse de manera que etapas y estrategias puedan diferenciarse nítidamente unas de otras. La realidad muestra que los dos itinerarios transcurren con ambigüedad, pudiendo coincidir una etapa o estrategia con la que la antecede o la sigue, superponiéndose.

Con independencia que cómo transcurran los itinerarios para el sujeto estigmatizado, es condición necesaria e indispensable que exista una legislación favorecedora que dicte normativas de reconocimiento de los derechos de los sujetos diferentes. La normativa legal desestigmatizadora debe proceder al proceso social desestigmatizador.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 7


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

Conductas sexuales/conductas sociales y manuales de desviación

Indiscriminadamente se califican como desviadas conductas que aparte de no tener nada en común, no disponían tampoco de fuerza argumental alguna para que una vez introducidas en un mismo epígrafe, pudieran ser todas asumidas como si se tratara de conductas sujetas a la equiparación.

En el catálogo de conductas sexuales desviadas, violación y homosexualidad figuraban insertas como “iguales”, es decir, se explicitaban como equivalencias desviadas. Las conductas desviadas eran, de hecho, una especie de panegírico de la libertad. Lo cual motivó que fueran criticadas muy duramente. Gouldner crítica a Becker, acusándole de partizano de la sociología. Gouldner rechaza categóricamente los presupuestos liberalizadores de la desviación y, así mismo, refuta el razonamiento que asume que los desviados son más virtuosos que las autoridades, sin encontrar ninguna base que lo pueda sostener y justificar.

Las conductas desviadas a las que se recurre en los manuales sociológicos son las que realizan los sujetos sociales mediante actos relacionados con la sexualidad y actos no asociados a aspectos sociosexuales. La sexualidad tiene un protagonismo innegable que los manuales desgranan en su singularidad, incidiendo con más frecuencia en unas conductas que en otras. Dentro de la sexualidad es a la conducta homosexual a la que se concede especial relevancia, con más énfasis a la homosexualidad de los varones que al lesbianismo. Su presencia en los manuales figura un mayor número de veces que la prostitución, que ocuparía el segundo lugar en cuanto a frecuencia. Al fenómeno trans y su conducta, se relaciona más con el transvestismo que con la transexualidad y el transgénero. Con mayor frecuencia se reflejan conductas como las de las bailarinas topless. Realmente infrecuentes son el reflejo de conductas en forma de rituales y tabúes en torno a la menstruación y la menopausia. Mención aparte, por no ser conductas sexuales consensuadas son las que tratan abusos y agresiones sexuales. Como las violaciones, a las que McCaghy incluye en el capítulo de conductas delictivas contra las personas y realizadas en las calles y los abusos sexuales de la pareja y los abusos sexuales de niños, la pedofilia. O las prácticas rituales de algunos grupos relacionados con abusos sexuales y las relaciones sexuales entre terapeutas y clientes.

Las conductas desviadas no relacionadas con la sexualidad más frecuentes, que vienen reflejadas en los manuales de sociología de la desviación, de los sujetos sociales son: el uso y consumo de drogas, alcohol y las enfermedades mentales. Con menor frecuencia aparecen la ceguera; las discapacidades físicas y los trastornos alimentarios. También de las conductas violentas, contra uno mismo o contra otras personas, con resultado de muerte: suicidios y homicidios y asesinatos. Se recoge también distintos tipos de delincuencia (corporativa, contra el gobierno, de guante blanco, económica y política, común y en las calles).