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martes, 14 de enero de 2014

Resúmenes Sociología Política Parte 38

En la asignatura Sociología Política del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2013/14, elaboré los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.


TEMA 1: Las múltiples relaciones entre sociedad y política. El campo de estudio de la sociología política. "Sociedad y política: una relación multidimensional" Autores: Maria Luz Morán y Jorge Benedicto. Capítulo 1 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 // TEMA 2: El proceso histórico de modernización. Estado y mercado, las dos instituciones claves “Modernización y cambio sociopolítico" - Autor: Enrique Gil Calvo. Capítulo 11 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009) // TEMA 3: El surgimiento y desarrollo de la democracia en la sociedad capitalista "Democracia y sociedad industrial" - Autor: Ludolfo Paramio. Capítulo 5 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 4: Las bases sociales de la política democrática "El concepto de cleavage en las ciencias sociales" Autora: Susana Aguilar. Capítulo 1 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007. "Elecciones para elegir" Autora: Elisa Chuliá. Capítulo 6 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007.// TEMA 5: La construcción de los universos políticos de los ciudadanos. Socialización y cultura política "La construcción de los universos políticos de los ciudadanos" Autor: Jorge Benedicto. Capítulo 8 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 6: Participación y acción colectiva "Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación" Auotres: Maria Jesus Funes y Jordi Monferrer. Capítulo 1 del libro de R. Adell y M.J.  Funes, Movimientos Sociales: Cambio social y participación. Madrid, UNED, 2003. "Participación política, grupos y movimientos". Autor: Gianfranco Pasquino. Capítulo 5 del libro de G. Pasquino y otros, Manual de Ciencia Política. Madrid, Alianza Editorial, 1991.

1.1.        Teorías de la identidad

Según Pizzorno un individuo no puede realizar un cálculo racional preciso de los costes de la participación, dado que le es imposible anticipar cuáles serán los beneficios que de ella obtendrá en un futuro, puesto que no es posible asegurar que sus criterios de valoración van a permanecer inmutables a lo largo del tiempo: nunca existe la certeza necesaria para un cálculo en términos exclusivamente racionales, dado que l apercepción de la eficacia varía a lo largo del tiempo. El individuo no puede comparar los costes actuales de su participación con los beneficios, que previsiblemente no serán inmediatos, dado que cada “yo” está compuesto por una retahíla de yoes que se van sucediendo en una secuencia temporal y que se superpone a la interacción con otros yoes en el momento presente. Esto supone entender a cada persona como un yo en evolución permanente, lo que dificulta una exacta evaluación de preferencias en términos estrictamente racionales.

Pizzorno considera que la incertidumbre de este cálculo individual se supera parcialmente por la seguridad que aporta el “reconocimiento colectivo” derivado de la participación en una asociación, términos de prestigio, respeto, amistad, afecto, honor, etc.; entramos en el campo de la formación de identidades colectivas. Para que una persona decida participar, puede ser objetivo suficiente la posibilidad de formar su propia identidad, implicándose en una identidad colectiva que le resulta sugestiva, donde la asociación concreta actuará como círculo de reconocimiento. La participación de algunos sujetos que no se entiende desde la fórmula de maximización de beneficios cobra sentido desde esta perspectiva.

En este paso de identificación con el grupo se subraya como elemento fundamental: los límites de la participación vienen marcados por los límites de la identificación con el grupo. Para Klandermans la identificación grupal es la imagen de la identidad colectiva del grupo proyectada en el individuo. No puede construirse una identidad colectiva sin que los individuos se identifiquen con el grupo y participen activamente en la fabricación de esa identidad compartida.

1.2.        Interaccionismo simbólico, construcción social de la protesta y análisis de marcos

Algunos autores denominan sociología creativa; engloba aportaciones de un conjunto de enfoques teórico-metodológicos que van desde la sociología fenomenológica y cognitiva a las sociologías interpretativas y de la vida cotidiana (Schütz, Mead, Garfinkel). Se pretende revalorizar l aimportancia del sujeto y de la intersubjetividad. Los seres humanos no están meramente determinados por los hechos o las fuerzas sociales; están constantemente dando forma y creando sus propios mundos sociales en interacción con otros; que de esta constante definición y recreación provienen los motivos colectivamente construidos y vividos por los que los sujetos orientan su acción; y que se requiere métodos especiales para el estudio de estas “empresas sociales creativas”.

Mead, Blummer, Turner y Killiam llamaron la atención sobre el hecho de que las interpretaciones y significados atribuidos a la realidad son fruto de la interacción y comunicación entre individuos; son el resultado de sus relaciones y mutuas influencias en diversos contextos sociales. En el espacio intersubjetivo de interacción y comunicación las personas van construyendo socialmente la “realidad” y las distintas interpretaciones de la misma. Lo significativo para la acción será la manera en que estos agentes perciban, definan, e interpreten estos condicionamientos y el significado que, subjetiva e intersubjetivamente, otorguen a las posibilidades y limitaciones que poseen para intervenir.

Berger y Luckmann quienes desde la sociología del conocimiento, abrieron el camino para un nuevo paradigma teórico. Esta perspectiva construccionista ha sido desarrollada y aplicada a ámbitos de estudio diversos como la sexualidad, las identidades políticas o los movimientos sociales. La etiqueta de “construcción social” se ha convertido en un paraguas teórico bajo el cual se cobijan una pluralidad de enfoques que coinciden en destacar la naturaleza social de los procesos de significación, interpretación y construcción de significados, puesto que tienen lugar en la interacción entre los individuos. Ésta es la razón por la cual su aplicación al análisis de los movimientos sociales se conceptualiza como construcción social de la protesta. Desde esta perspectiva sociopsicológica aquello que los movimientos sociales definen como “problema” es el resultado de procesos de definición colectiva de la situación, que cristaliza en situaciones “etiquetadas” como problema. Los problemas, carencias o de mandas no son susceptibles de protesta por el mero hecho de su existencia objetiva, no ha “hechos daos”. Los tiempos cambian y con ellos nuestra forma de percibir y valorar la realidad: la definición de la realidad que podíamos considerar algo “objetivo”, no es más que la interpretación subjetiva de los eventos acorde con las condiciones coyunturales de espacio y tiempo. Por ello hablamos de definición de la situación, resaltando que la objetivación de motivos para la movilización es una construcción social. Este enfoque viene a completar las distintas perspectivas teóricas sobre los movimientos sociales al adoptar como tesis subyacentes que la movilización depende de la forma en que se enmarcan las diversas variables y del grado en que éstas ee relacionan con los objetivos de la movilización.

Lo que se está proponiendo es prestar atención a la forma en que los suhetos traducen las condiciones macroestructurales en predisposiciones individuales para la movilización: los movimiento son considerados como agentes productores de significado, comprometidos en al construcción de sentido en competencia con otros actores sociales; aquí la relevancia que adquieren para su estudio los elementos culturales, ideológicos y simbólicos. Los movimientos destacan algunos aspectos de la realidad sobre otros, les asignan significado, y definen como problemáticas determinadas situaciones sociales con la finalidad de movilizar a sus antagonistas. Por marco de acción colectiva se entiende un “esquema interpretativo” que simplifica y destaca una realidad social, y que integra un conjunto básico de creencias y significados orientados a la acción que inspiran, legitiman y posibilitan sus actividades y campañas. Animando así a la protesta. Por medio de una atribución de responsabilidades y de la articulación de propuestas alternativas, los movimientos sociales consiguen dar sentido al mundo social de los participantes.

Hunt, Benford y Snow señalan tres tareas fundamentales a realizar por las organizaciones de los movimientos en la construcción de marcos para la movilización colectiva, mediante:

       1)      Marcos de diagnóstico, donde se definen determinados acontecimientos o situaciones como problemáticas y susceptibles de cambio, se señalan ciertos agentes sociales como responsables de haber causado el problema y se les adjudica el rol de antagonistas. Todo esto se concreta en dos marcos interpretativos especializados:
·      Marco de identidad: define un “Nosotros” agraviado.
·      Marco de injusticia: debe concretar uno “otros” oponentes (antagonistas), responsables de la injusticia percibida.
       2)      Marco de pronóstico, establece propuestas para corregir esa situación problemática especificando qué debería hacerse y quién tendría que hacerlo: objetivos específicos, tácticas y estrategias a seguir.
       3)      Marcos de motivación, a través del cual los movimientos se enfrentan al objetivo de concienciación de sus seguidores al establecer los motivos adecuados que justifican la acción a favor de una causa.

Se procede así a la “movilización de la acción”: la implicación de las personas que comparten una identidad colectiva en la acción conjunta. Para ello se desarrollan los:

·      Marcos especializados de eficacia que implica la creación y difusión entre los potenciales activistas y simpatizantes de creencias sobre la eficacia de la movilización: es que la acción colectiva depende de expectativas anticipadas de éxito o fracaso. Si las personas actúan de manera colectiva es en parte porque creen que su acción será eficaz, que el cambio al que aspiran es posible, pero que no sucederá si no tiene lugar la acción colectiva.
·      Marco de costes/beneficios permite indagar cómo influyen el discurso del movimiento y el contexto afectivo-normativo en que se desenvuelve el individuo, es su percepción de los costes y beneficios asociados a la participación.

La teoría de la construcción social de la protesta y el análisis de marcos resultan adecuados, no sólo para analizar la dimensión individual de la movilización, sino también para delimitar los aspectos culturales de la protesta, dada la centralidad de la actividad simbólica en la configuración de los marcos de significado y en el diseño de las identidades.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Resúmenes Cambio Social II Parte 36

En la asignatura de Cambio Social II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.


1- Los movimientos sociales como fuerzas de cambio “Sociología del cambio social” de Sztompka, capítulo 19, pp. 303 a 330. Tomás Javier Prieto González // “Las revoluciones: la cumbre del cambio social” de Sztompka, capítulo 20, pp. 331 a 350. Tomás Javier Prieto González 2- Los movimientos sociales: principales teorías Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación (Funes/Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 1, pp 21 a 58) // Tomás Javier Prieto González // El estudio del contexto político a través de la protesta colectiva. Participación y democracia (Adell, en Funes/Adell, capítulo 3, pp 77 a 108). // Julia Ortega Tovar Participación y democracia: Asociaciones y poder local (Brugué/Font en Funes/Adell, capítulo 4, pp 109 a 132). Julia Ortega Tovar 3- Los nuevos movimientos sociales en el contexto histórico y de la mundialización Génesis y desarrollo de los movimientos sociales desde una perspectiva histórica. El movimiento obrero (Pastor, en Funes/Adell, capítulo 2, pp 59 a 76). Tomás Javier Prieto González // La dimensión individual en la acción colectiva (Funes, en Funes/Adell, capítulo 8, pp 225 a 254). José Antonio Puig Camps // Los movimientos antiglobalización (Ibarra/Martí, en Funes/Adell, capítulo 10, pp 285). José Antonio Puig Camps 4- Estudios de caso y campañas Dimensión simbólica y cultural del movimiento feminista (Robles/de Miguel, en Funes/Adell, capítulo 5, pp 133 a 162). Víctor Riesgo Gómez // Identidad colectiva y movimiento gay (Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 6, pp 163 a 190) //  Javier Hermoso Ruiz Organización y estructura del movimiento ecologista (Jiménez, en Funes/Adell, capítulo 7, pp 191 a 224). Blas García Ruiz

*El concepto de Identidad:

Identidad: Hace referencia a la mismidad y a la continuidad de algo, en contraposición a la variedad y al cambio. La consideración más sociológica de la Identidad personal fue iniciada por el interaccionismo simbólico.

Identidad Colectiva: Sus presupuestos fundamentales son los siguientes: la conciencia de identidad es un atributo del individuo; el proceso de producción de esta conciencia es social; esta conciencia se basa en la construcción de significados sociales sobre rasgos individuales y colectivos; la significación de estos rasgos para las personas, no deriva directamente de  los rasgos en sí, sino de un proceso de construcción de sentido en el cual no todos participamos en términos de igualdad.

*Perspectivas teóricas en el estudio de la identidad aplicada a la acción colectiva:

Hunt, tres tendencias distintas:

1ª) Tratar las identidades como producto y manifestación de estructuras biológicas, psicológicas o sociológicas. Identidades serían así manifestaciones de estructuras asociales innatas en el individuo, características subyacentes y fundamentales tanto en el plano biológico como en el  psicológico.

2ª) Tratamiento de las identidades como parte de un lógica similar a la anterior, consistente en conceptualizar la génesis y el cambio de identidades en las sociedades industriales avanzadas, como resultado de procesos macrosociológicos de transformación social. Los cambios en las estructuras están provocando y anunciando en las sociedades capitalistas avanzadas, una nueva etapa histórica que ha dado lugar a la aparición de un conjunto nuevo de identidades colectivas.

3ª) Fija su atención en los resultados de los procesos de interacción social. La idea de que las identidades, tanto individuales, colectivas o públicas , se (re)construyen de manera permanente a través de la interacción social, es un lugar común tanto en las perspectivas teóricas construccionistas como en los modelos del interaccionismo simbólico. La identidad surge de la interacción como los demás, puesto que la forma en que nos vemos desempeñando distintos roles, está decisivamente influenciada por la forma en que pensamos que nos ven los otros.

*Tipología de Identidades:

-La identidad colectiva: Situado en la primera línea de la teoría sobre movimientos sociales. De gran interés para analizar el paso que va desde la toma de conciencia de las personas, a su implicación en las acciones de un movimiento social. La identidad colectiva varía al hilo de la evolución de los acontecimientos que afectan a sus razones, límites y oportunidades. Es el fruto de un proceso de construcción social de la realidad que tiene lugar continuamente en las redes y organizaciones de los movimientos sociales. Tendremos así dos visiones del concepto- una dinámica y otra estática- que se contemplan: la identidad colectiva como un proceso de definición de pertenencia a un grupo; y la identidad colectiva como conciencia de grupo.

-La identidad colectiva como proceso: Cuatro subprocesos implicados que, aunque distinguidos analíticamente, en la realidad se entretejen:
1)    Creación de una formación social de referencia, de unos límites respecto de “los otros”, y de un consenso social básico que aísla y diferencia una categoría de personas del resto de la sociedad.
2)    Activación de las relaciones entre los actores y valoración de las diferencias esenciales del grupo.
3)    Formulación de las estructuras cognoscitivas relativas a los fines, medios y ámbito de la acción.
4)    Realización de inversiones/implicaciones emocionales, que permiten a los individuos reconocerse y sentirse parte de una unidad común mediante la creación de un “nosotros” como referente simbólico.

La identidad colectiva sería el resultado de un proceso de negociación y de ajustes entre distintos elementos relacionados con los objetivos o fines que pretenden alcanzar, los medios de que se dispone, y la relación con el entorno donde se desarrolla la acción colectiva. Los miembros de un grupo construyen el sentido del “nosotros” que impulsa a los movimientos sociales.

Melucci sitúa el proceso de “gestación”, durante el cual se forman las identidades colectivas, en redes sociales sumergidas. Estructura de pequeños grupos autónomos, dedicados a una cierta experimentación cultural, donde funciona un sistema de intercambio dentro del cual las personas y la información circulan libremente. Actúan como laboratorios culturales.

Los individuos experimentan entre ellos nuevos códigos culturales, nuevas formas de relacionarse y concepciones del mundo alternativas, que acaban creando una nueva definición de su situación y del contexto social en el que se desenvuelven.

-La identidad colectiva como conciencia de grupo: En términos de la identidad colectiva de Durkheim, como conciencia de grupo, como receptáculo de aquellas ideas, valores y normas que se considera que definen en un momento dado a un movimiento, por encima de los hechos “históricos” protagonizados por sus participantes y que establece además, cuáles son los comportamientos proscritos y cuáles los adecuados. Podría decirse que la identidad colectiva guarda ciertas similitudes con la afiliación religiosa. Ha de confirmarse de forma voluntaria, enseña a los individuos virtudes de solidaridad dentro de un grupo más amplio, proporciona un status social, reconocimiento por otros semejantes, y les ofrece sobre todo una subcultura que ayuda a interpretar y valorar diversas posibilidades de cómo conducir sus vidas.

El análisis de la identidad como conciencia de grupo de un movimiento social, remite a cuestiones relacionadas con el estudio de las fuentes de producción de sus creencia compartidas, de su sistema valorativo-normativo.

Tiene además que profundizar en la importancia de los rituales, manifestaciones, ceremonias y símbolos compartidos que recrean un sentimiento de solidaridad moral, consolidan el grupo y divulgan el sentimiento del “nosotros”.

-Identidad individual e identidad pública: Desde la perspectiva de la psicología social se considera que la identidad individual se construye simultáneamente en el plano cognitivo, a través de la memoria, experiencia personal, conocimientos, etc, y en el plano social, como resultado de las situaciones de interacción, fundamentalmente.

Troiden: Identidad individual es un constructo cognitivo que hace referencia a conjuntos organizados de características que un individuo percibe que lo representan claramente en relación con una situación social, real o imaginada y, añadimos nosotros en un contextos espacio-temporal concreto.

Identidad pública: La acción del movimiento se desenvuelve en un espacio social pluriorganizacional donde se relaciona y compite con otras organizaciones que construyen significados acerca del movimiento.

Identidad Pública Atribuida: De un movimiento social como el conjunto de características, valores, actitudes y roles atribuidos a un movimiento y definidos por actores sociales ajenos al mismo, que influyen en la configuración de la identidad individual y colectiva de sus participantes en un momento dado.

*Movimientos sociales de base identitaria: Aquellos cuyo objetivo prioritario y, fundamental es la defensa de la identidad de sus miembros. Estos movimientos presentan una relación inseparable e interactiva, entre sus reivindicaciones y las características relacionadas con su identidad.

Ejemplo: En el caso de los movimientos que plantean cuestiones relacionadas con la identidad asociada a minorías étnicas, al género o a la orientación sexual de sus miembros, donde la identidad personal y el reconocimiento de la identidad colectiva de la comunidad son temas centrales.

-Reconocimiento intersubjetivo y niveles del reconocimiento identitario:

George Herbert Mead: La visa social depende de nuestra capacidad de imaginarnos a nosotros mismos en otros papeles o roles sociales. Actores humanos al interactuar, conocemos anticipadamente por empatía, la respuesta de los otros actores sociales: somos capaces de ponernos en su lugar y de saber cómo actuarán y qué respuesta esperan de nosotros ante una situación concreta.

Sólo en la medida en que acogemos las posiciones del grupo social organizado al que pertenecemos, podemos desarrollar una identidad. Concepto de reconocimiento: en la medida en que el individuo reconoce a sus compañeros de interacción por el rodeo de una inteorización de sus posiciones normativas, puede asimismo saberse él reconocido como miembro.

Mead: La acción colectiva de estos movimientos puede definirse como una lucha por el reconocimiento identitario a tres niveles: por la identidad individual de los miembros que lo integran; la identidad colectiva de la comunidad que representan; y la identidad pública del movimiento.

Identidad individual: La acción de los movimientos identitarios se centra en obtener reconocimiento social para la identidad particular de sus miembros y simpatizantes, entendiendo ésta como una identidad socialmente válida y respetable.

Identidad colectiva: Este tipo de movimiento se centra  en la consecución del reconocimiento jurídico de su colectivo como portador de derechos de grupo diferenciado dentro de una comunidad social. Se sustenta en la defensa de una identidad colectiva, construida por los individuos a partir de afiliaciones adscritas o adquiridas/elegidas.

Identidad pública: Los movimientos identitarios buscan relaciones solidarias con su entorno social: que el reconocimiento de su especificidad identitaria y de los derechos que de ella creen que se derivan, no despierte sólo tolerancia pasiva sino una implicación activa, es decir una valoración social favorable que les permita reforzar su autoestima y referirse positivamente a sus cualidades y facultades concretas.

-La articulación del menosprecio: Estas experiencias que vamos a denominar de menosprecio, forman el ámbito negativo del fenómeno y evidencian los déficit de reconocimiento. Su articulación permite la construcción y percepción subjetiva de agravios, la demanda de responsabilidades públicas en ese terreno, y la difusión de creencias colectivas sobre la existencia de una injusticia que afecta al grupo, de las cuales va a depender la legitimidad de las reivindicaciones del movimiento y buena parte del potencial de movilización colectiva.

Nivel de la identidad individual: Los líderes de estos movimientos vinculan las experiencias personales de menosprecio-psíquico o físico- percibido, al plano afectivo de las personas a quienes se dirigen.

En el Nivel de la identidad colectiva: Son las derivadas de la exclusión o sustracción de determinados derechos. La sustracción de derechos, para el colectivo que el movimiento dice representar, lleva implícita la declaración de su no-consideración como a los demás miembros de la sociedad: responsables en igual medida y con el mismo status de personas de interacción moralmente igual y plenamente valiosa.

Las experiencias de menosprecio que tienen su origen en una valoración social negativa del grupo, y que afectan a la identidad pública del movimiento son denunciadas como un resultado de la situación de marginación, exclusión o estigmatización social que les afecta. Su denuncia se centra en mostrar las consecuencias de estas experiencias sobre la identidad pública y sobre la categoría social de sus miembros, fundamentalmente, sobre la desvalorización de sus colectividades, subculturas, imaginarios sociales y modos de vida. 

domingo, 30 de diciembre de 2012

Sociología de la Diversidad – Resúmenes Parte 11


En la asignatura de Sociología de la Diversidad del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, yo y Víctor Riesgo Gómez realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria. Como libro de referencia: Sociodiversidad y sexualidad (José Antonio Nieto Piñeroba) Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 Planteamiento de la sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González // Tema 2 Acción desviada, conducta desviada y alteridad - Tomás Javier Prieto González // Tema 3 El finiquito de la desviación y de la conducta desviada – Tomás Javier Prieto González// Tema 4 De la desviación y de la diversidad – Tomás Javier Prieto González// Tema 5 Razones que justifican la diversidad en sociología – Víctor Riesgo Gómez // Tema 6 Sociología de la diversidad – Tomás Javier Prieto González //  Tema 7 Antropología de la sexualidad y discursividad – Tomás Javier Prieto González // Tema 8 Los guiones sociales. El individuo, el cuerpo y el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema 9 Notas sueltas sobre sexualidad en la disctadura, transición y democracia española – Tomás Javier Prieto González // Tema 10 Despsiquiatrizar el transgénero – Tomás Javier Prieto González // Tema11 El transgénero en las sociedades polinesias – Tomás Javier Prieto González

La escuela de Chicago

Esta escuela se interesa, por una parte por la interacción social de los sujetos, por otra, sigue la estela darwinista. La inspiración viene dada por el interaccionismo simbólico de Georde H. Mead. Que supone romper con los postulados teóricos positivistas imperantes del momento y con sus formulaciones estadísticas. Estamos ante un sujeto constructor, un sujeto-actor que en el dinamismo de sus acciones emite gestos y señales indicando que sus conductas no son meras respuestas mecánicas a las situaciones sociales de su entorno y, por extensión, de la sociedad. Son conductas construidas por medio de procesos de formación y concienciación. El sujeto-actor reelabora los símbolos sociales mediante su mind. Su conciencia, su reflexión y su experiencia. Ese valor reside en la situación social y no existirá aparte de ella. Es la contribución del individuo a la situación, aun cuando el valor prevalezca solo en la situación social.

La escuela de Chicago aplica al sujeto conceptos que recuerdan los utilizados por Darwin: adaptación, competición, supervivencia, simbiosis y ecología de conductas. Pero se aleja de la biología interpretada como herencia obligada que marca la ruta a seguir por la sociedad. Trata al sujeto-actor que contempla como animal cultura: en proceso de adaptación al mundo biótico de su milieu. Mundo que se circunscribe a la ciudad. Los procesos simbióticos y de adaptación son procesos de orden social y control social. Cuando se quiebra el orden surge la desviación, la desviación de delincuentes no es el producto de la marca biológica que comprime y “sujeta” al sujeto, La herencia biológica o anula al sujeto constructor. El posicionamiento teórico de esta escuela acerca de los conceptos de desviación y de conducta desviada, representa la toma de distancia, con relación a la idea-base o idea-fuerza que las conceptualiza con ambivalencia como efecto de desorganización social. La conducta diferenciada deja de ser conducta desviada, la diferencia no es desviación. Es una expresión cultural más, una forma de comportarse que no coincide con los valores de la clase media asentada en Chicago, cuyas directrices señalan en qué consiste la norma social. La aceptación del valor universal de la norma, impuesta por los blancos de clase media, no tiene sentido. Salvo para sus integrantes que califican como desviadas las conductas de los miembros de otras culturas, la desviación es una etiqueta errónea, la norma también lo es. La norma social que no se sigue, que se transgrede y violenta y que juzga alos transgresores como desviados, mediante la interpretación y el etiquetado de “diferenciación social”, se cuestiona.
Se debe a Sutherland la creación del concepto “asociación diferenciada”, logrando sintetizar en nueve apartados, en qué consiste la diferencia por asociación:

1.    Las conductas delictivas no están determinados ni por la biología ni por los rasgos psicológicos que causa la misma biología.
2.    El aprendizaje se efectúa mediante la interacción del sujeto con otros sujetos.
3.    La parte más significativa del proceso de aprendizaje del delito se genera en el grupo más próximo del sujeto, en su pertenencia al mismo.
4.    El aprendizaje incluye motivaciones, impulsos, racionalizaciones, actitudes y técnicas.
5.    Las motivaciones y los impulsos se aprenden de la definición de los códigos legales; de la interpretación que se hace del delito; beneficiosa o perjudicial.
6.    El sujeto se hace delincuente (desviado) si interpreta de la lectura anterior que hay un exceso de definiciones que le benefician si decide violar el código.
7.    La asociación diferenciada no permanece fija. Se trata de un concepto dinámico y contingente. Esta asociación puede variar de frecuencia, duración, prioridad e intensidad.
8.    El proceso de aprendizaje de las conductas delictivas (desviadas), mediante la asociación con pautas de delincuencia (y desviadas); por un lado, y con pautas “normales”, es decir, no delictivas (y no desviadas), por otro, responde a mecanismos similares a los de cualquier otro aprendizaje.
9.    En tanto que las conductas delictivas (y desviadas) son la expresión general de necesidades y valores no pueden, sin embargo, explicarse mediante esas necesidades y esos valores.


El concepto de asociación diferenciada de Sutherland ha influido considerablemente en la evolución, el desarrollo y el deceso de la sociología de la desviación. El sujeto-actor proporcionó la idea para formular un principio sociológico de la Escuela de Chicago; el “principio de Thomas”: si los sujetos definen una situación como real, esta es real en sus consecuencias. Thomas se desentiende de la interpretación de Park que consideraba la cultura como un resultado de la actividad humana en su interacción ecológica con el medio. Thomas cuestiona la evolución lineal como principio explicativo de la cultura y, asimismo, disiente del concepto de uniformidad cultural establecido por niveles o etapas, puesto que su doctrina se inclina hacia la/s diferencia/s. Thomas es un valedor de los criterios culturales diferenciados.

Tylor defiende la evolución unilineal. El itinerario que siguen las religiones es único e inquebrantable. Atraviesan distintas fases; a principio las religiones son animistas, más tarde politeístas y posteriormente monoteístas. En última instancia, las religiones son desplazadas por la ciencia, que es la encargada de dar sentido, cobertura y explicación a desconocimiento humano y a sus atribuciones más oscuras.

Morgan sostiene que las sociedades evolucionan por etapas, pasan por tres niveles evolutivos: salvajismo, barbarie y civilización. Morgan establece, para el salvajismo y la barbarie, una división en tres fases o subetapas que identifica como baja, media y alta evolución. Este itinerario era ineludible y uniforme para todas las sociedades que logran civilizarse, alcanzar la civilización.

La perspectiva evolucionista de Service, no acredita las etapas unilineales y evolucionistas de su análisis en La sociedad primitiva. Los sistemas políticos se clasifican de acuerdo a las organización política de las sociedades, en bandas, tribus, jefaturas y Estados.

Thomas se indicó disidente del evolucionismo unilineal y mostró su desacuerdo con respecto al hecho de que el medio geográfico marque los diferentes estadios evolutivos de la cultura y tampoco acepta la explicación de que las culturas más evolucionadas deban su desarrollo como consecuencia de que sus individuos estén, a su vez, dotados de una capacidad mental más desarrollada. Enfatiza que la cultura y la diversidad de conductas que en ella se ofrecen y se observan, lejos de interpretaciones evolucionistas son el fruto de diferencias vividas a través de diferentes experiencias. Y si las culturas se justifican por la diferenciación de las experiencias y estas son frutos de la diferencias de vida, el resultado final es que la cultura es el reflejo de la organización social de la diferencia y de la historia. Thomas se distancia de la utilización del método comparativo de Tylor, Morgan y otros evolucionistas, empleado con el objetivo de realizar comparaciones transculturales y establecer medidas que les sirvieran para hacer evaluaciones culturales de alcance universal.

domingo, 28 de octubre de 2012

Estructura Social Contemporánea II – Resúmenes Parte 2


En la asignatura de Estructura Social Contemporánea II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12, algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria.  Y como libro de referencia: Estratificación Social y Desigualdad. El conflicto de clase en perspectiva histórica, comparada y global, (Harold R. Kerbo - McGraw Hill) bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por todos/as. Derechos reservados, sus autores.

Tema 1 (Capítulo7) El proceso de legitimación – Eva Gloria Del Riego Eguiluz // Tema 2 (Capítulo 8) T. El sistema de estratificación mundial: dominio y competencia entre naciones del centro - Miguel De Diego Pérez // Tema 3 (Capítulo 9) Estratificacion social en los Estados Unidos – Irene Ibáñez Sánchez // Tema 4 (Capítulo 10) Estratificación social en Japón – José Bargallo Rofes // Tema 5 (Capítulo 11) Estratificación social en Alemania – María Inés Quiles Blanco // Tema 6 (Capítulo 12) Estratificación mundial y globalización: los pobres de la Tierra – Tomás Javier Prieto González

En términos de mérito se opina que los que tienen una ocupación y una educación de nivel alto merecen más ingresos.

Alves y Rossi → Los que pertenecen a las clases altas tienden a referirse al mérito cuando hacen juicios de equidad, mientras que los que pertenecen a clases más bajas del sistema suelen centrarse más en la necesidad.

Uno de los problemas fundamentales de la idea de la justicia distributiva es la ambigüedad que existe en la aplicación de estas normas. Las elites tienen el potencial de manipular la valoración de las contribuciones para justificar las grandes recompensas que reciben.

El proceso de socialización y de autoevaluación


Della Fave → Cómo se construye la autoevaluación de una persona para que se vea a sí misma como alguien que merece una posición alta o baja en el sistema de estratificación.
George Herbert Mead → El concepto que uno tiene de sí mismo se desarrolla primero a través de la interacción con los principales referentes y luego mediante la interacción con miembros del conjunto de la sociedad. Nos percatamos de qué es lo que esperan los demás de nosotros cuando observamos cómo reaccionan a nuestro comportamiento.

Autoevaluación: A través las expectativas y reacciones generalizadas percibidas de la gente llegamos a definir quiénes somos.

Los que están en la parte baja del sistema de estratificación suelen tener una autoevaluación baja, que se puede producir por las siguientes razones:

  • Los métodos de educación de los hijos, que difieren de una clase a otra. El origen de clase moldea las aspiraciones educativas y ocupacionales a través de la influencia de los principales referentes
  • La estructura ocupacional. La relación de una persona con la autoridad y cómo tratan el jefe y sus compañeros contribuye a la autoevaluación (relaciones de autoridad). Cuanto más descendemos en la escala de autoridad ocupacional, más bajas son las autoevaluaciones.
  • Las relaciones en el conjunto de la sociedad. La gente se inspira en los medios de comunicación de masas, las películas, los artículos periodísticos y la televisión para obtener una imagen de las clases que tiene el conjunto de la sociedad. Los héroes de la televisión y del cine raramente son de clase trabajadora o baja, y cuando salen miembros de estas clases suelen ajustarse a estereotipos predominantes, que conducen a una baja autoevaluación.

Mientras que los que ocupan posiciones de clase baja suelen recibir una influencia más negativa, los que ocupan posiciones de clase alta suelen recibir una influencia más positiva, simplemente porque ocupan posiciones más altas. Además, los que ocupan posiciones de clase alta suelen disfrutar de una audiencia mayor que puede influir en su autoevaluación.

Los rituales de interacción pueden también considerarse una relación de conflicto en la que cada parte intenta representar una idea más favorable de sí mismo y en la que, sin embargo, la persona que tiene un estatus más alto disfruta de más capacidad y recursos para hacerlo. Una persona de estatus alto suele tener la capacidad de hacer una representación mejor, algo que contribuye a una autoevaluación alta.

Si han de justificarse recompensas mayores de acuerdo con la norma de justicia distributiva, deberá considerarse que ciertas personas hacen una contribución mayor a la sociedad. Y como las personas con estatus alto tienen más recursos para dar una impresión favorable de sí mismas, su contribución puede parecer mayor. “Lo crucial es que todo proceso por el que se determina el grado de recompensa adecuado es circular, es decir, el simple hecho de ser rico o poderoso influye en nuestra valoración de la contribución, y sobre esta valoración juzgamos si esa persona merece una recompensa tan alta.” (Della Fave).

Principal proposición de Della Fave → “El nivel de recursos primarios que un individuo ve como justo para sí mismo, en relación con los demás, es directamente proporcional a su nivel de autoevaluación”.
En cuanto al conjunto de la sociedad, “la fuerza de la legitimidad de la estratificación en toda sociedad es directamente proporcional al grado de congruencia entre la distribución de recursos primarios y la distribución de las autoevaluaciones”. (Della Fave). En conjunto, cuando la gente con pocas recompensas suele tener bajas autoevaluaciones, es más probable que la desigualdad social se considere legítima.

Los efectos del individualismo y la “igualdad de oportunidades”


Los miembros de las sociedades industriales modernas raramente aprecian la poderosa influencia que nuestra creencia en la igualdad de oportunidades puede tener en el mantenimiento del sistema de clases. En las sociedades que carecen de esta nueva ideología revolucionaria, otras ideologías se encargan del mantenimiento de las desigualdades de clase: la religión en manos de las elites políticas y económicas ha sido la más frecuente.

Esta nueva creencia en la igualdad de oportunidades representa tanto un sólido apoyo como una amenaza para los privilegios de la clase alta, porque para poder legitimar el sistema de clases, este valor debe tener al menos cierta base en la realidad.

Cuando los valores tienen una base más débil en la realidad para las minorías de las sociedades industriales, como ocurre en los EE.UU. con respecto a los negros y los latinos, la consecuencia ha sido un conflicto de clases más abierto entre razas.

En el caso de Estados Unidos, debemos añadir los efectos del valor del individualismo en la ideología de la igualdad de oportunidades.

El sistema de valores estadounidense es bastante singular y se ha denominado credo americano, un sistema de valores que acentúa la libertad, el igualitarismo, el individualismo, la capacidad de seducción y el laissez-faire. El carisma y el laissez-faire son las manifestaciones de estos valores orientados hacia el sistema político; se creía que las personas debían ser una fuerza populista que controlara al gobierno, y el gobierno debía quedar al margen de sus vidas en la mayor medida posible.