domingo, 25 de octubre de 2015

El proceso de la observación en la etnografía (ámbito escolar)

-->
En primer lugar y tal como subraya Wilcox (2006), el objetivo del etnógrafo es concentrarse en un ámbito de trabajo, intentado descubrir lo que ocurre en éste. Una de las tareas iniciales en una etnografía es decidir en qué nos vamos a concentrar. Es un proceso continuo de investigación en el que hay que seguir ciertas normas antropológicas importantes:

1.    Dejar atrás las propias preconcepciones o estereotipos sobre la realidad observada y explorar el ámbito tal y como los participantes lo ven y lo construyen.

2.    Convertir en extraño lo que es familiar. ¿Por qué existe, o se lleva a cabo de esa forma? ¿por qué no es de otra manera?

3.    Observar las relaciones existentes entre el ámbito y su contexto, siempre realizando un juicio sobre el contexto relevante debiendo explorar el carácter de este.

4.    Utilizar nuestro conocimiento de la teoría social como guía de las propias observaciones.

Es fundamental iniciar la investigación sin categorías de observación, cuestionarios, hipótesis precisas, etc., en particular premediadas. Pues una metodología ya elaborada puede “abortar prematuramente el proceso de descubrimiento de lo que es significativo en el ámbito de trabajo” (Wilcox, 2006:98).

La etnografía es un instrumento muy útil pues permite explorar detalladamente las series altamente complejas de fenómenos que operan dentro y alrededor del contexto del aula. Sin duda, puede servir de apoyo en aras de una intervención efectiva para resolver los problemas educativos. Esta práctica de investigación es una herramienta de trabajo que nos ayuda a comprender las prácticas de los agentes sociales, como son los alumnos, sus profesores, sus grupos de pares o sus familias,

Pero además, no se nos debe perder de vista la importancia de la etnografía como un instrumento que va más allá, de realizar una buena descripción sino también del reconocimiento de todos los elementos que conforman la propia investigación. Donde los propios datos recogidos como su interpretación se desarrollan en un diálogo permanente.

Tal como apunta Wolcott (2006:129) los datos nuevos “proporcionan una ilustración, comprueban la exactitud de lo desarrollado y sugieren vías para una nueva investigación”. Es decir, el trabajo de campo y la interpretación se mueven de un lado al otro, como pasos concurrentes más que secuenciales. La tarea del etnógrafo debe estar encaminada a la organización y presentación de la información recopilada pero siempre desde la premisa de la búsqueda de las tendencias y obligaciones, los ideales y las realidades, las satisfacciones, las contradicciones y las paradojas.

La etnografía escolar tiene que buscar la descripción, explicación e interpretación de la cultura de la escuela. En este sentido Velasco, Castaño y Díaz (2006) subrayan que el entendimiento de la organización del tiempo y del espacio de una escuela es un asunto fundamental cuando se intenta comprender la dinámica de la escolarización. Estos autores sostiene que las bases que se sustenta una investigación antropológica sobre la educación o escolarización que pretendiera ser etnográfica, debería al menos contemplar en los siguientes apartados (Velasco, Castaño y Díaz, 2006:197):

1.   No marcar los límites previamente a los problemas a investigar, dejando a los propios individuos que los formulen en sus propios términos. Lo significativo no termina de definirse hasta que el estudio de campo no ha sido completado.

2.    Tener una perspectiva holística para la investigación de cada uno de los sucesos o problemas que se puedan reflejar en la investigación en una aula o escuela, fuerza a relacionar nuestro ámbito de estudio con el contexto en el que el ámbito se desarrolla, como el proceso histórico y la institución escolar.

3.    La imposibilidad para el investigador de renunciar a ser. Es decir, las características personales del etnógrafo influyen en todo el proceso de la investigación.

4.    Poseer una perspectiva transcultural que permita poner en cuestión lo que se observa y se escucha. La interpretación de los datos obtenidos se entienden de una manera más adecuada a la luz de los acontecimientos sobre temáticas similares en diferentes situaciones culturales. 

-->
-->
Bibliografía: 
Velasco, H., Cataño, F., y Díaz, A. (2006) Lecturas de antropología para educadores. El ámbito de la antropología de la educación y de la etnografía escolar. Editorial Trotta. Madrid. 
Wilcox, K. (2006) La etnografía como una metodología y su aplicación al estudio de la escuela: una revisión. En Velasco y Castaño Lecturas de antropología para educadores Editorial Trotta. Madrid.
-->
Wolcott, H. (2006) Sobre la inteción etnográfica. En Velasco y Castaño Lecturas de antropología para educadores Editorial Trotta. Madrid.

domingo, 18 de octubre de 2015

¿Para qué sirve un sociólogo?

Artículo de Saray Encinoso publicado en El Día el 28 de septiembre de 2015

-->
¿Para qué sirve un sociólogo? ¿En qué trabaja? Josué Gutiérrez está acostumbrado a tener que responder a estas cuestiones. Hasta su madre le ha preguntado alguna vez a qué se dedica. Esa curiosidad no le molesta, pero ha hecho que piense en la necesidad que tiene la profesión de reivindicarse y explicar a la sociedad que sirve, y mucho. La mejor forma que ha encontrado es cumplir un viejo sueño de los profesionales de las Islas: fundar el Colegio Canario de Sociólogos y Licenciados en Ciencias Políticas.

Casi todas las comunidades autónomas donde hay tradición de estos estudios cuentan con colegios profesionales. En Canarias, sin embargo, hasta la fecha solo existía una delegación vinculada al colegio de Madrid. Este poco recorrido tiene mucho que ver con la juventud de los estudios de Sociología y con que los de Políticas no hayan aterrizado aún en la Universidad. La carrera de Sociología empezó en 1998 y en 2001 se licenció la primera promoción. Desde entonces, cada año salen entre 70 y 80 egresados de la institución. Además, en el Archipiélago hay politólogos que se formaron en universidades de la Península, como la propia consejera de Educación, que estudió en Madrid, en la Universidad Complutense.

De hecho, Soledad Monzón fue una de las invitadas a la asamblea convocada el viernes pasado en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz. De ella salió la junta gestora, que ahora se encargará de elaborar los estatutos. Es una de las cien personas que forman parte de la delegación tinerfeña (aunque solo 30 pagan las cuotas).

"Crear el colegio es una manera de dignificar la profesión, pero también de mostrar qué podemos aportar". No se trata de corporativismo sin sentido, sino de ser útiles y aprovechar un nicho de mercado -el asesoramiento empresarial- en el que los sociólogos tienen muchas oportunidades", explica.

La mayoría de estos profesionales trabaja en la administración pública, ya sea en universidades realizando investigaciones sobre desigualdad o clase social o impartiendo docencia. El propio Gutiérrez, que leyó su tesis en 2014, es profesor en la ULL. Sin embargo, considera que la formación que él y sus compañeros han recibido los autoriza para el análisis de datos y el estudio de mercados.

"Tenemos que demostrar a las empresas la ventaja de contar con un sociólogo en su plantilla", apunta. "Un sociólogo es capaz hasta de definir el perfil de los clientes que protagonizarán impagos. Tenemos que vendernos". El tejido empresarial español está compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas. Es en ese campo donde Gutiérrez considera que hay un mercado por explotar. Pero además de demostrar así para qué sirve un sociólogo, Gutiérrez quiere que el Colegio funcione como un espacio de reflexión sobre Canarias.

Además, piensa que en el futuro lo ideal sería que se impartiera formación sobre Ciencias Políticas en Tenerife. La Facultad donde se imparte Derecho y Sociología se llama Facultad de Ciencias Políticas. Sin embargo, ningún politólogo ha salido de las aulas de la ULL porque jamás se ha ofertado esa carrera. "Sé que se han hecho gestiones desde el Colegio Nacional para intentar que se implante el grado y confío en que en el futuro podamos contar con los estudios de Políticas en las Islas". Entonces también se podrá responder a la pregunta de para qué sirve un politólogo.

Artículo de Saray Encinoso publicado en El Día el 28 de septiembre de 2015

domingo, 11 de octubre de 2015

Comentario ¿De qué trabajan los antropólogos?. Desarrollo, ONGs y Derechos Humanos en la frontera sur de Europa

En el ámbito de la antropología social en España en los últimos quince años, el estudio de los contextos migratorios ha sido una de las cuestiones prioritarias. Durante estos años, tanto las condiciones tecnológicas de la comunicación como los centros de producción se han desarrollado mucho, siendo ahora Tánger uno de los principales centros económicos y portuarios del Mediterráneo. Por otro lado, se han dado procesos de despoblamiento rural y creación de contextos urbanos de desvinculación social, y se ha blindado la frontera del sur de Europa.



Para Jiménez, el valor principal de la antropología en el estudio de esos contextos migratorios y de exclusión social reside en que es una herramienta fundamental para la formulación de preguntas, el análisis de procesos sociales y la comprensión de claros procesos de exclusión. En este sentido, hace falta escuchar todas las voces, no solo las de la mayoría. En el entorno del sur de Europa, la antropología le ha servido para construir, para crear procesos participativos, y por último para intervenir en estos contextos, algo que ha llevado al trabajo del antropólogo a sufrir deslegitimaciones desde ciertos poderes políticos y de la esfera pública.



Ceuta y Melilla son los primeros espacios fronterizos donde, a principios de los 90, empiezan a aparecer menores solos, a veces en situación de deterioro; en ocasiones llegan a la Península, creándose un gran debate alimentado por los medios de comunicación. En 2006 se empiezan a repatriar menores en contra de su voluntad, sin que se respeten una serie de derechos fundamentales; a partir de ahí se crea una red de profesionales que consigue parar esas repatriaciones. En este contexto nace la fundación Aljaima en Tánger, que contribuye a una red transnacional de protección; aquí, la antropología nos ayuda a entender esta protección ligada al territorio; es la protección la que tiene que perseguir al menor, que tenga una perspectiva transnacional y no mire solamente al territorio.



Desde un punto de vista práctico, resulta fundamental trabajar tanto con las familias de los menores como con las instituciones públicas, para hacerles ver la situación de desamparo del menor y trabajar conjuntamente con ellos, intentando reforzar un vínculo personal entre la familia y el menor. En este contexto de crisis hay muchas personas que están regresando a sus regiones de origen, otorgando una mayor complejidad a esta cuestión como objeto de estudio.



Para poner en marcha esta forma de intervención Jiménez subraya que son necesarios tres elementos:

  1. Por un lado, es fundamental que exista una red transnacional, para lo que contamos con una red de profesionales que nos ayudan a ser efectivos en ese contexto de movilidad en el que están los jóvenes.
  2. Otro elemento es trabajar a la vez con el menor y con la familia de forma sincrónica; como profesionales debemos atender a la demanda que el menor está formulando para entender su conducta y ofrecerle una ayuda.
  3. Por último, debemos ser formados, como profesionales, en una perspectiva transnacional, una nueva forma de entender la emigración.



La ponente sostiene que la antropología también tiene mucho que aportar a la cooperación al desarrollo. El fenómeno de la Primavera Árabe nos ha demostrado que en el Mediterráneo hay una fractura mucho mayor de lo que hemos pensado. La cooperación al desarrollo ha sido un mecanismo de procesos de empoderamiento de las sociedades civiles del sur del Mediterráneo; en este sentido, la cooperación al desarrollo, si bien es muy importante, en el sur de Europa y Marruecos ha vehiculado demasiados intereses vinculados al control del menor no acompañado. En este sentido, la antropología guarda esa capacidad de practicar una cooperación al desarrollo más vinculada a la protección activa en el ejercicio de los derechos humanos.



Como conclusión, la disciplina antropológica y el trabajo de campo derivado de ella tiene un valor fundamental en el estudio de los procesos migratorios y la atención al menor, ya que nos permite establecer una serie de cuestiones que no podríamos atender por medio de otras vías metodológicas. La aplicación de la antropología a este tipo de trabajos otorga una visión completa y profunda de una cuestión que requiere el esfuerzo conjunto de una serie de disciplinas y profesionales tanto regionales como transnacionales.

Ponencia de Mercedes Jiménez: 


domingo, 4 de octubre de 2015

Comentario ¿De qué trabajan los antropólogos? Ámbitos de profesionalización de la antropología II

Esta ponencia de Adriá Puyol se centra en las posibilidades de trabajo en el campo de la antropología. En el año 2004 tiene lugar el Fórum de las Culturas de Barcelona, en el que se empieza a notar una decaída en el terreno de las ONG's, sobre todo en el contexto latinoamericano. En cambio, en Europa empieza a ser palpable una cierta demanda de colaboración con los antropólogos. En este momento, en Barcelona hay un auge por intentar explicar y divulgar temas como el multiculturalismo, migraciones, etnicidades, identidades, etc., campos de trabajo que suponen un reto importante para el antropólogo. 

Junto con un equipo de personas de distintos ámbitos profesionales, ese mismo año se crea "El observatorio de la vida cotidiana", que centra su labor en ámbitos como el audiovisual, el gráfico-documental o el museográfico. En cuanto al primero, en Mauritania realizaron un documental llevado a cabo a través de un concurso público. Por otro lado, y esto me resulta muy interesante, el Observatorio gestiona su capital reservando una parte de lo que ganan con otros proyectos para autofinanciar sus propios proyectos, como por ejemplo el documental que grabaron en Paquistán, realizado con financiación propia. Parten siempre del principio de trabajar con la gente del lugar, que tienen un papel muy importante durante todas las fases del proyecto. Han creado también una cartera de clientes; como ejemplo un encargo que recibió a nivel individual para la realización de una película en Barcelona, en el barrio del Carmelo, para la cual buscaban expresamente a un antropólogo. En este sentido, la necesidad de un antropólogo para la realización de este documental radica en que la cámara tenía que moverse por el barrio casi como una persona. Para que esto pudiera hacerse, previamente el antropólogo tenía que analizar el terreno; de lo contrario la realización del documental hubiera sido imposible, ya que el antropólogo es el nexo, dado su bagaje con los trabajos de campo.... En cuanto al ámbito de la Museografía, enfocado al campo de la interpretación de los discursos, un antropólogo puede aportar la experiencia en los procesos de participación ciudadana que tengan que ver con la producción cultural. La mayor demanda que tiene el antropólogo es su labor en procesos de participación social, como por ejemplo en la remodelación del espacio público; que ayuden a la gente a pensar cómo quiere que sea su entorno.

En cuanto a las fuentes de financiación, hasta hace 10 años esto no era un problema (en el caso de Cataluña), había más capacidad para la realización de proyectos de la que existe hoy en día en cualquier institución. Puyol señala tres tipos de financiación posibles para llevar a cabo los proyectos: público, público-privado, privado.
  • El cuanto a la financiación pública, hay que dirigirse a cualquier organismo público, pero es importante saber a qué departamento dirigirse, esa es la clave fundamental. En este caso, el ponente subraya la importancia en localizar las fuentes institucionales para la financiación de proyectos, pues en la actualidad los recursos pueden estar en otros departamentos, ya no están en Cultura, ahora están en Servicios Sociales.
  • En lo que respecta a la financiación público-privada, la característica principal está en el hecho de que una parte del dinero lo facilita la institución pública y otra el sector privado, ya que casi todas las empresas están interesadas en patrocinar estudios, actos…
  • Por último, en cuanto al ámbito privado, el capital lo aporta exclusivamente la entidad privada, que vincula la marca al proyecto. Otra forma de promocionar sus productos, relacionado en este caso a un estudio o proyecto de investigación.
Ser antropólogo es tener una metodología, no una orientación. Contar con unas herramientas aplicables a cualquier tipo de investigación. La profesionalización de la antropología no se puede dar de forma individual, hay que contar con la ayuda de otros profesionales y otras disciplinas, un interés marcadamente inter y multidisciplinar. Primero hay que crear equipos para, posteriormente, trabajar individualmente. 

Ponencia de Adriá Pujol: