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sábado, 19 de agosto de 2017

¿De quién es la historia?


Tras años de investigaciones antropológicas en las que la voz del autor predomina en las descripciones etnográficas, las tendencias actuales avanzan en una construcción dialógica y polifónica de la etnografía. De la observación de los trabajos etnográficos aun se extrae el subyugo del indígena ante la posición del investigador. Se hace autocrítica en cuanto a la posible descripción cultural proselitista de algunos autores. Y es que hoy, los investigadores poseen más conocimientos sociopolíticos y éticos que atañen a la representación, pero esto no siempre es positivo. Algunos estudios muestran una actividad paternalista y etnocentrista, en ocasiones moralista, en sus conclusiones.

Masai
En lo que referente a las películas, éstas son objetos que pueden poseer múltiples identidades, y dentro de ellas encontramos una relación dialógica en la que se yuxtaponen las voces de autor y el tema en cuestión. En el texto, el autor describe una imagen de un masai con una lanza en la mano y una taza de Nestle en la oreja que representa la apropiación del producto de una cultura al uso de otra. Se trata de paradojas que muestran la percepción simulátea de dos sistemas de referencias distintos. Muchas películas etnográficas muestran paradojas similares en cuanto a dos significados culturales independientes, incorporados en una única imagen. Las películas etnográficas muestran dos objetos culturales separados pero que se apropian de ciertas características del otro. En este desplazamiento de la antropología entre las dos culturas, se alcanza un borde surrealista cuya experiencia resulta significativa para captar nuevas percepciones, pero que es neutralizado por la lógica de la traducción cultural, a la que Malinowski llama coeficiente de rareza.

Estos mundos a veces ejercen fuerzas gravitacionales contradictorias e inquietantes, reflejadas a través de imágenes en las que se comparten los referentes de la vida real y sensorial, y que pueden a su vez, suponer el choque brutal entre ambos que ocasione el fin del film etnográfico, o por el contrario, su fuerza definitiva.

En este estudio, se procede a filmar el traslado del asentamiento de un clan australiano. En medio del periplo, un anciano de un clan vecino y culturalmente diferente ofrece su ayuda. Finalmente, del traslado territorial y el asesoramiento, resuta un film etnográfico en la que se refleja el actuar entre el anciano y un niño del citado clan, y en la muerte de este último. Se produce un cambio en la percepción. La confrontación de estas dos culturas da un resultado distinto al esperado, y la muerte del niño supone para la investigación una linea de actuación distinta. El film continúa en su honor.

Con esto nos preguntamos, ¿de quién es la historia? ¿Cuál es la dimensión ontológica y moral?. Hablamos aquí de narrativa. Algunas películas, como The Hunter de John Marshall, construyen la vida de otros, mientras que otras toman su estructura a partir de los acontecimientos que se van registrando. Estas películas occidentalizan otras culturas, aunque lo que se produce en ellas no se corresponda con el proyecto final.

En otros films se ofrecen narrativas indígenas, a través de la imitación o las propias narrativas, como en Coniston Muster, de Roger Sandall. No obstante, estas últimas siempre nos plantean la problemática sobre si realmente son declaraciones indígenas o si absorben la narrativa del investigador. Hablamos aquí de la problemática de la entrevista fílmica, y la posible posición de violencia del entrevistador/investigador. En muchas películas sigue habiendo una brecha entre la voz de un actor social contratado para la película y la voz de la película, problema que solventa la utilización de la narrativa indígena como recurso literario. 
 
Bibliografía:

MacDougall, D. (1991) Whose story is it? Visual Anthropology Review. Anthrosource. Fall 1991. Volume 7. Number 2.

 

sábado, 1 de julio de 2017

La función de la teoría antropológica en el cine etnográfico Parte II


Las aproximaciones emic y etic y la naturaleza de la investigación antropológica.
Se siguen dos corrientes generales en la recogida de datos; emic y etic (Pike). Existe un primer sistema que busca descubrir el sistema cultural estudiando cómo lo hacen los nativos, y otra que busca a analizar el sistema cultural a partir de herramientas conceptuales elaboradas por la propia disciplina.
Emic se refiere a sistemas lógico-empíricos cuyas distinciones fenomenológicas se construyen por contraste o discriminación, desde el punto de vista del actor, mientras que etic depende de las distinciones fenomenológicas juzgadas como apropiadas por los observadores científicos. Se realiza desde fuera del sistema particular. Ambos conceptos son importantes aunque se les aplican distintos criterios de valor. Un cineasta formado antropológicamente utilizará una metodología etic en su film, mientras que un cineasta con conocimientos limitados utilizará el proceder emic.
Los conceptos etic y emic aplicados al estudio científico de los sistemas culturales humanos son básicos para la distinción entre cine etnográfico, antropológicamente formado del que no lo está. Si la antropología es el mejor marco posible para el estudio del conjunto de sistemas culturales humanos, esta debe convertirse en central en la comunicación de los resultados de la investigación, ya sea en el cine (etnográfico) o en un texto escrito.
Un marco general antropológico para el cine etnográfico.
Es necesario establecer un marco general conceptual de base para la filmación etnográfica fundado en el conocimiento antropológico con el que se permitan aproximaciones a la realización cinematográfica. (Se desecha en este sentido la utilización de los términos evento o acontecimiento para referirse a otras culturas, aunque está generalizado). El marco general para la antropología visual comprende las siguientes concepciones:
1.    Sistema cultural en el estudio del ser humano. Hablamos de cultural patterning. Tradicionalmente se han estudiado las sociedades de manera aislada y a pequeña escala, aunque en los últimos tiempos se ha cuestionado el modelo, y se han aceptado nuevas metodologías con las que realizar un estudio más global de los sistemas culturales. En cualquier caso, el proceder antropológico se centra en un sistema cultural concreto, su relación con otros sistemas y las condiciones en las que el ser humano se desenvuelve en él.
2.    Aproximación holística a los sistemas culturales. La antropología estudia los fenómenos sociales dentro de un sistema cultural tomado en su totalidad. Se estudia cualquier comportamiento individual dentro de un sistema tomado como referencia en el contexto del comportamiento. Y esto se traduce en la filmación antropológica haciendo comprender a la audiencia el significado de un aspecto de otro sistema cultural.
3.    Aproximación comparativa. Es fundamental el análisis comparativo desde la perspectiva antropológica. Hablamos aquí de la etología como disciplina que estudia a los seres humanos y sus sistemas culturales. La comparación es la herramienta con la que se construyen los conceptos etic.
4.    Estudio de casos. Existe tensión entre los antropólogos que describen los sistemas culturales en su totalidad y los que aplican sus teorías a sistemas culturales concretos. Son formas de trabajo diferentes en las que los hechos particulares concretos forman o no parte en el estudio. En este caso, hablamos de film etnográfico.
5.    Corriente etc/ emic. Doble perspectiva que orienta al cineasta hacia la filmación de un comportamiento dentro de un marco determinado.

Operacionalizar la filmación antropológica: el proyecto sobre un espiritista puertoriqueño.
La filmación antropológica debe realizarse tras un riguroso trabajo de campo, orientado por una actitud comparativa y delimitando el marco teórico que se quiere filmar. La filmación está condicionada por la habilidad del creador/ científico por concebir su investigación en términos de teoría antropológica, lo que afecta a todas las fases de la investigación, el tema focalizado, la recogida de las observaciones, la conducción del análisis y la preparación de resultados.
El propósito del cine antropológico es comunicar la información a una audiencia diversa (estudiantes, profesionales y audiencia en general), no simplemente ser una herramienta de registro.  Y en este sentido, la teoría de cine de orientación antropológica debe surgir de la confrontación de los problemas que presenta la incorporación de la información emic/ etic.
Ejemplo de espiritista puertoriquese. Se trata de un trabajo sobre espiritismo y ciudades norteamericanas, en el que se realiza un trabajo de campo exhaustivo y se busca adecuar los contactos con el espiritista en función de la audiencia destinataria; más didáctica para estudiantes, más orientada a la salud mental para profesionales. Y será importante para alcanzar al público en general la filmación o no de los rituales espiritistas.
Hay que reseñar que una aproximación de amplio alcance y de sus múltiples propósitos va en contra de algunas escuelas de cine etnográfico más formales y procedimentales, en relación a la propia antropología.
La solución para el cine etnográfico debe provenir de los cineastas formados en esta disciplina. Este cine procede de una aproximación más amplia y variada según la tipología de los proyectos. Los antropólogos deben experimentar con el cine y no tan restrictiva como en el presente. Deben experimentar con el cine relacionando formas, tipos de audiencias, teorías o perspectivas que configuran este tipo de producciones.
Comparte Rollwagen que los antropólogos carecen de comunicación efectiva, y para muchos de ellos su disciplina es exótica. Les cuesta integrarse en otras ciencias sociales y son poco críticos con la tendencia generalizada de que el cine etnográfico registra la realidad. El cine es el medio de comunicación de mayor difusión por lo que los antropólogos deberían invertir tiempo en llegar al público a través de esta disciplina.
Bibliografía:
Rollwagen, J. (1995) La función de la teoría antropológica en el cine etnográfico. En Imagen y cultura. Perspectivas del cine etnográfico. Coord. Por Elisenda Ardévol Piera y Luis Pérez-Tolón. Diputación Provincial de Granada. Pp. 325-362.

sábado, 24 de junio de 2017

La función de la teoría antropológica en el cine etnográfico


Introducción
La función de la teoría antropológica en el cine no ha sido debidamente desarrollada. En su escasa documentación, encontramos una serie de relaciones bibliográficas realizadas por cineastas poco formados en la disciplina, en las que además debe primar el método observacional en su elaboración, y no solo el teórico. Aquí la teoría, más que un marco dentro del que se desarrolla un trabajo etnográfico, es la propia recolección o compendio de los datos lo que le da forma.
El significado implícito en la aplicación actual de los términos ‘etnografía’ y ‘etnográfico’
Para analizar los términos etnografía y etnográfico ponemos el foco en la perspectiva filosófica que ha influido la formación de las ciencias sociales en Occidente. El objetivo de la ciencia es el descubrimiento de la verdadera naturaleza de la realidad mediante la recogida de datos objetivos sobre ella. En este sentido, la teoría debe subordinarse a los datos, y el cine etnográfico ha supuesto un nuevo medio para su recolección. Otra perspectiva propone atender a los hechos como medio individual de observación de la realidad, aunque no es una opción muy generalizada.
La función objetiva de la cámara apoya la idea de la importancia científica de la etnografía y el cine etnográfico, frente a una suposición más teórica. Se afirma que el cine etnográfico es la grabación de una realidad socialmente construida, tal y como es realmente, una objetividad que libera a los cineastas de acudir a la teoría para crear cine.
El cine etnográfico y la filmación de la realidad tal como es.
El término etnográfico posee dos connotaciones dentro de la filmación; el asunto del que versa el film y los textos en lo que se basa deben ser registrados en cine, y la propia existencia de un marco disciplinario dentro del que se inscribe el asunto del film.
La etnografía y la antropología están estrechamente asociadas. Muchos cineastas y antropólogos concluyen que el cine etnográfico habla del asunto sobre el que el film trata y no de la aproximación disciplinaria de la temática. La fuerza que la antropología aporta al cine y a los escritos es el marco de la disciplina antropológica.
El cine documental y la crítica cinematográfica influyen de forma importante en el cine etnográfico y sus publicaciones, pero su marco disciplinario es muy diferente al antropológico. Los antropólogos han sido acríticos en el análisis del marco teórico de la aportación al cine etnográfico.
Al antropólogo le corresponde buscar dentro del documental solo lo antropológico, la realidad, las relaciones humanas con su trabajo, se entorno y su conexión social. Hay un deseo por tratar temas antropológicos pero no siempre los cineastas cuentan con la habilidad para hacerlo, mientras que el cine documental busca captar su realidad sin indagar en cómo es esta. Por su parte, podríamos definir el cine etnográfico como un cine revelador de patrones culturales, y en tanto que esto ocurre, todo el cine sería etnográfico y todos los realizadores, etnógrafos, en torno a la objetividad de la cámara.
La grabación antropológica es un intento de llamar la atención sobre la problemática de hacer cine etnográfico, una nueva concepción que atiende al registro de la realidad tal y como es para encuadrarla en un marco que requiere una precisión antropológica con el que tratar el asunto de forma científica. Muchas publicaciones sobre cine etnográfico muestran un escaso valor al no reflejar una elaborada comprensión antropológica. En este sentido, entienden que la realidad socialmente construida puede apreciarse mediante la observación, sin precisar formación antropológica para ello. El foco del cine etnográfico debe ser el de los acontecimientos naturales en una cultura. Aquí, la realidad que configura el tema es una constante, asumiendo que esta realidad la comparten todos los observadores. El cineasta debe retratar lo verdadero poniendo el foco en la aproximación del cineasta, en la metodología y en la creatividad para captar la realidad.
Los espectadores deben comprender el cine documental observándolo, para lo que se exige que el análisis del cineasta sea evidente. Pero el cine antropológico es  una comprensión temática a la que se llega a través del conocimiento y la experiencia de teoría antropológica (MacDougall). Ocurre que el cine etnográfico es complejo en cuanto a la definición del término realidad. Para el cineasta, la observación en el campo es suficiente para revelar esas estructuras de realidad. Pero la realidad cultural es un sistema cuya naturaleza no es autoevidente incluso para profesionales, excepto de un trabajo de campo en profundidad. El ser humano existe dentro de una realidad socialmente construida e interpretada por lo que la antropología prevé un marco intercultural complejo para enfrentarse a la variación del sistema.
El significado de un acontecimiento no es inherente al mismo sino que depende de un trabajo de interpretación pues todos los nativos no perciben el acontecimiento de la misma manera. La etnografía extrae datos que son interpretados a través de un proceso de observación. Procede la práctica informada antropológicamente.
La investigación antropológica es la interpretación de las observaciones en el seno de un marco teórico desarrollado. El cine antropológico no es solo la grabación de lo que dice hace el ser humano, sino la interpretación de esas grabaciones en el marco de una disciplina antropológica, incluyendo la totalidad del proceso de filmación, desde su concepción inicial  hasta su ejecución.
Bibliografía
Rollwagen, J. (1995) La función de la teoría antropológica en el cine etnográfico. En Imagen y cultura. Perspectivas del cine etnográfico. Coord. Por Elisenda Ardévol Piera y Luis Pérez-Tolón. Diputación Provincial de Granada. Pp. 325-362. 

sábado, 17 de junio de 2017

Visual Ethography. Images, Media and Representation in Research Parte II


Analizando imágenes: contenido y contexto

Para proceder al análisis, hay que estudiar la relación entre el contexto en el que las imágenes son producidas y su contenido visual.

En contenido y el contexto se aproximan conforme a varios criterios. Existe una corriente científica realista, una metodología que pretende contextualizar el contenido de la imagen para obtener evidencias visuales confiables y procesos completos. Pero ocurre que, este registro de ‘una mirada totalizadora de la cultura’ da como resultado verdades etnográficas parciales e incompletas. Podemos hablar de una aproximación científica a la investigación social, que tiende a categorizar e interpretar imágenes en términos de contenido y cronología. Sucede que el análisis de esta metodología no podrá ser completo y objetivo, así como es cierto que es imposible filmar un registro visual verdadero y objetivo. Y hablaríamos aquí de un contexto de producción de la imagen subjetivado, percibido además por los individuos de maneras diferentes.

Entre el campo y el hogar: sentidos locales y etnográficos

Los etnógrafos tienden a repensar el sentido de los materiales fotográficos durante su trabajo de campo en términos de discursos académicos. Las imágenes son iconos a los que se les asignan rangos de significados y la etnografía tradicionalmente ha venido mostrando su queja al significado de éstas, individualmente consideradas. Una imagen única no transmite sentimientos ni habla de relaciones sociales o de poder, sino que necesitan ser contextualizadas con un discurso verbal y otros conocimientos para evocar las experiencias sobre las que habla. Por ello, para analizar imágenes, debemos atender a los usos y su definición de contenido visible, así como a la forma de las secuencias de imágenes, asociándola con ideología o visiones del mundo.

Las imágenes que no nos podemos llevar a casa

Durante su trabajo, el etnógrafo puede hacer uso de imágenes que no puede llevar a ‘casa’. Se trata de un material ausente que, aun no formando parte de las notas de campo, suponen un importante análisis del conocimiento etnográfico. (Ejemplo de Okely). Lo importante es que el etnógrafo analice cómo fueron usadas esas imágenes de las que no tiene copia física de manera que pueda incluirla en su investigación. Y esto mismo ocurre en ocasiones con los propios diarios de campo, que no llegan ‘a casa’ del investigador. Estos servirán siempre que sea posible establecer una conexión entre estas representaciones dentro del trabajo de investigación.

Organizando imágenes: el tema del archivo

La categorización de archivos es tarea propia de los investigadores que desarrollan en función del método de investigación utilizado. Los archivos y sistemas visuales de clasificación han sido sistemas objetivos, impuestos por el poder. La ciencia social moderna convirtió las imágenes en mapas de la humanidad, a los que denominamos archivos victorianos y en los que se critica su carácter represor frente a la fotografía del retrato ante criminales). Y la antropología adoptó en cierta manera estos usos represivos durante la etapa colonial. Los antropólogos quisieron catalogar y ordenar imágenes de individuos de otras culturas para objetivar y categorizar al otro (diferencia cultural y jerarquía). Se categorizaba según su contenido y su autenticidad se extraía del contexto. Y de esta manera, los archivos se convirtieron en mecanismos de control.

Las conexiones entre fotografías y otros materiales visuales y verbales se convirtieron en clave para la producción de significados académicos. Y dado que hoy no todos los archivos son represivos, se entiende que son muy útiles a las disciplinas que aplican la etnografía en sus estudios. En cualquier caso, el etnógrafo cuenta con aproximaciones éticas para su utilización.

Hoy existe cierta tensión en la utilización de archivos que puede ser resuelta de acuerdo con los siguientes criterios:

La organización secuencial o la “narrativa auténtica”: ¿de quién es este orden?

Si el archivo no posee un orden especial y temporal, el ordenamiento reconstruido de las fotografías puede confundir la secuencia de ocurrencias. Aquí se defiende una única narrativa visual auténtica, y que la secuencia lineal temporal en la que se producen forman una narrativa que representa los sentidos reales de la imagen. Los relatos y las secuencias se ligan necesariamente.

Si bien, este sistema ayuda a situar la situación temporal y espacial de las imágenes durante el proceso de investigación, en ocasiones, el orden del disparo puede no corresponderse con la narrativa de algunas representaciones visuales.

Organización temática y múltiples categorías: tratando con los diversos significados fotográficos

El significado de las imágenes visuales puede estar determinando por la secuencia visual y por su contenido. Y además, la misma imagen puede contener significados diferentes. Los sistemas de ordenamiento y acopio de imágenes poseen su propia ambigüedad de sentido e inconsistencia en la adhesión a categorías.

Las múltiples formas en las que se presentan los juegos de fotografías y metrajes demuestran la compleja red de referencias cruzadas que podrían tener lugar. Así que la codificación de imágenes se desarrollará en función de las necesidades del proyecto, empleando incluso la intuición. De hecho, en muchas ocasiones, las imágenes y secuencias se transforman en el foco de atención de los informantes. La autora sugiere que, cualquier sistema de organización y acopio de imágenes debe relacionarlas con los múltiples significados y temas de investigación, y debe diseñarse de forma que una misma imagen pueda ser estudiada y repensada durante la investigación, y que sea susceptible de nuevas interpretaciones con materiales visuales, verbales y escritos. 

Sarah Pink (Universidad de Loughborough, Reino Unido)
 

Bibliografía:

Pink, S. (2001) Visual Ethography. Images, Media and Representation in Research. Londres: Sage Publications, Cap. 5: “Clasificando e interpretando materiales fotográficos y de video”.


sábado, 10 de junio de 2017

Visual Ethography. Images, Media and Representation in Research Parte I


El estudio de la antropología visual precisa de un trabajo interdisciplinar que incorpore estudios feministas, antropológicos y culturales, una aproximación interdisciplinaria que considera a la etnografía como aspecto necesario en su aproximación o representación. La etnografía se puede combinar con lo textual, lo histórico, con narrativa, estadística y más prácticas de investigación.

Las imágenes deben ser tratadas como representaciones realistas de la realidad del contexto del trabajo de campo, tal y como los etnógrafos la entienden. Pero hay que tener en cuenta que, en ocasiones, se representan los puntos de vista del productor, hecho que obliga a prestar atención a las interrelaciones entre el conocimiento visual y otros conocimientos.

Clasificación e interpretación de materiales fotográficos y de video

El análisis académico de las imágenes visuales, ambiguas y subjetivas en origen, es generalmente arbitrario y su construcción nace de la relación entre la agenda metodológica y la teórica particular, y además, están influidas por la cultura académica. Del análisis de la investigación visual se desprende el constructivismo de las ciencias sociales y las políticas de las agendas personales y académicas en el resultado.

La metodología utilizada por los investigadores suele obedecer a la propia interpretación de los materiales visuales acumulados, o a una invención propia del procedimiento. Existe poca investigación sobre el análisis de los medios de investigación cualitativos. 

Análisis: un paso o una práctica

La etnografía tradicional no distingue entre trabajo de campo y análisis. Pero recientemente, los etnógrafos han comenzado a realizar distinciones interdependientes y continuadas entre campo, hogar e institución académica, en diferentes tiempos y lugares. El campo, además de ser el lugar en el que se recaban los datos, puede ser también el lugar en el que esos datos se analizan o donde se interiorizan la teoría y los posibles elementos analógicos con los que complementar la investigación. Esto último, en antropología visual, significa escudriñar la relación existente entre los significados extraídos de las imágenes en el trabajo de campo y los significados académicos.

Como ítem de cultura material, las imágenes tienen biografía propia, que se trasforma cuando se traslada su contexto. Adquieren un nuevo significado cuando se trasladan al contexto académico, aunque su contenido material continúa siendo el mismo.

Imágenes y palabras: el fin de las jerarquías

La etnografía moderna traslada lo visual a palabras. Mientras que la información etnográfica puede ser registrada visualmente, el conocimiento científico se traslada a través de los datos del texto escrito. El análisis académico no busca convertir la evidencia visual en conocimiento verbal, sino que hablamos de un proceso analítico de construcción de conexiones de sentido entre experiencias de investigación y los materiales que representan varios tipos de conocimiento. En este sentido, una imagen ilustra un trabajo de campo, y éste se complementa con otros textos. Las imágenes contextualizan y forman un set de diferentes representaciones que contextualizan los datos de la investigación.

Dada la problemática de la subjetividad, no podemos elaborar un análisis en cuanto a la etnografía reflexiva; los datos exclusivamente visuales son de escasa relevancia como objeto de estudio. 

Pink, S. (2001) Visual Ethography. Images, Media and Representation in Research. Londres: Sage Publications, Cap. 5: “Clasificando e interpretando materiales fotográficos y de video”.


sábado, 13 de mayo de 2017

Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea Parte III



El contexto de la entrevista en línea

La persona entrevistada está en un contexto offline por lo que su contestación dependerá de la motivación personal y la importancia que el entrevistado dé a la pregunta planteada. En la investigación, las respuestas fueron escuetas por parte de los entrevistados, tal y como ha ocurrido en otros estudios. Pero hay quien considera positivo el contexto del ciberespacio para la interlocución (Hamersley y Atkinson, 1994) al considerar que el entrevistado se encuentra relajado en un entorno no familiar, o al poder valorar su habilidad en el medio o su uso del lenguaje (Hamman, 1996).

En las entrevistas en línea hay que crear el contexto de la entrevista. Las propias características del chat y la cultura comunicativa marcan el ritmo, lo que nos obliga a buscar fórmulas creativas de comunicación, creando un modelo de entrevista en línea que se adapte a los intereses buscados. Se citó a los entrevistados, que no siempre acudieron al encuentro virtual. Y surgieron problemas con el net-split. La caída de red, que interrumpía la interlocución, puso de manifiesto la fragilidad de la situación.

A la entrevista acudieron interlocutores ‘de confianza’ y otros promovidos por la founder, con los que fue más difícil actuar. El anonimato y la invisibilidad corporal facilitan la sinceridad de la entrevista, aunque la veracidad de los datos obtenidos se convierte en un ‘acto de fe’ pues el anonimato se articula en doble sentido y quien responde puede desconfiar también del entrevistador. Sin embargo, la identidad online podía ser verdadera o falsa, incoherente con su identidad física, pero lo que nos importaba era que era real y tenía efectos como tal en el chat. Con lo cual, los conceptos clásicos de verdad, autenticidad, validez, objetividad o fiabilidad, propios de una epistemología positivista se ponen en cuestión en el estudio antropológico.

Transcripción y análisis de las entrevistas

Para la transcripción y el análisis del estudio se aprovechan herramientas como la grabación de conversaciones para su posterior lectura. El proyecto fue documentado en su totalidad, suponiendo un ahorro considerable de tiempo. El chat se convierte en una experiencia comunicativa intertextual, que no reproduce, aunque imite, la comunicación oral. La escritura es un proceso más reflexivo que la oralidad por lo que la transcripción de ideas y la construcción de las oraciones, a priori, suponen un ejercicio más sencillo que el de la entrevista oral.

Los datos obtenidos de la investigación provienen de un modo comunicativo textual, interactivo y sincrónico, sobre el que hay que realizar tareas interpretativas para obtener los resultados buscados en relación al estudio de las relaciones de género en línea. Hay que tener en cuenta que los elementos con los que se investiga se convierten en objeto de estudio. Estudiamos la interacción, interactuando; el lenguaje, hablando: la narración, construyendo narrativas. El medio nunca es transparente. Se transforma la técnica de la entrevista, y también el análisis.

Conclusiones
La mediación tecnológica, que exige un proceso reflexivo y la construcción de identidad en línea del investigador, es parte constituyente y constitutiva del propio objeto de estudio, así como de todas las fases del proceso etnográfico. Es importante, durante la observación participante, conocer las dinámicas grupales y convertirse en uno más del canal. Así se comprende la organización social del contexto virtual, y se analizan los datos a través de la propia experiencia como investigadoras y como internautas. El proyecto se construye relacionalmente entre todos los participantes del chat. Se conocen así las dinámicas grupales. La entrevista, por su parte, nos enriquece y complementa información a esa observación. Sirve para proporcionar una herramienta reflexiva a los participantes en el canal que, hasta ese momento, participan en el chat a través de un aprendizaje natural, con el objetivo simple de sociabilizar. En su estudio, las investigadoras realizaron presunciones basadas en sus propias experiencias y conocimientos, planteando cuestiones en la forma en la que ellas las hubieran resuelto, considerando algunas respuestas como falta de autoreflexividad o de metacomunicatividad por su parte.

En la etnografía virtual el aspecto textual es solo una parte más del objeto de estudio. Hay que tener en cuenta que el propio artefacto es un posibilitador de las acciones sociales y en su diseño están inscritas formas de estructurar y entender la sociabilidad (pensemos en chats privados, por ejemplo). Si lo tecnológico es social, nuestro objeto de estudio es la hibridación tecnosocial que va más allá del texto y de una mirada sociológica o psicosocial centrada en el sujeto o en el discurso textual. La etnografía virtual es una oportunidad para transformar reflexivamente el propio método etnográfico y replantear los supuestos teóricos y epistemológicos que sustentan nuestra relación con lo técnico. Aquí, la tecnología dialoga con lo humano, lo escrito con los recuerdos y el presente con el pasado. 

Bibliografía:

Ardévol, E., Bertrán, M., Callén, B y Pérez, C. (2003) Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital, núm. 3: 72-92 (primavera 2003). Universitat Oberta de Catalunya.


domingo, 23 de abril de 2017

Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea Parte II


La difícil construcción de la identidad en línea

El etnógrafo busca ser aceptado en el grupo como uno más. Hay que tejer relaciones para crear lazos de confianza, amistad o complicidad. Y para hacerlo hay que crear un rostro virtual, un nick. Su elección nos puede servir para iniciar una conversación en un chat pues se le vincula con la personalidad del sujeto (los nicks más femeninos dan pie a aproximaciones amistosas más o menos sexualizadas).

En la investigación se obvian nicks reveladores de la investigación etnográfica. Pero aquí surge un dilema ético; lo correcto parecía plantear de inicio la investigación, pero se desconocía quiénes eran los interlocutores o como eran sus relaciones. Finalmente, la ‘confesión’ se pospuso a un momento posterior, de mayor confianza (se pararía la investigación si no se obtenía la aceptación).



Para la investigación, las etnógrafas utilizan preferencias personales propias y pronto se contagian del lenguaje y la dinámica de la comunidad virtual, lo que planteó tensiones entre la identidad personal y el roll investigador. Se superó pronto la consideración de newbies en el chat, adoptando y reconfigurando las identidades en línea y convirtiéndose pronto en miembros del grupo virtual.



Entrevista semiestructurada

Tras la adaptación inicial, en el periodo de observación participante se decide guionizar una entrevista a los participantes en el chat para ampliar información. El guion nace de las impresiones recogidas hasta ese momento, y tomando en consideración los objetivos principales de la investigación; las relaciones de género en espacios de chat. Se realizaron 39 entrevistas abiertas con una pregunta anzuelo y una serie de preguntas guionizadas, pero con libertad en su planteamiento. Existía contacto directo con la founder del chat y las preguntas se convirtieron en topic del canal



La textualidad

En la relación virtualizada, el carácter textual de la interacción es un elemento básico (aunque también existe comunicación no verbal, ésta no posee soporte físico). En su lugar, se utilizan formas distintas para incorporar señales del contexto socioemocional en el mismo lenguaje, como es el caso de los emoticones. En un chat debemos refinar los recursos a utilizar, considerando que no siempre nos sirven los de la vida real.

En los chats se realiza un uso económico del lenguaje, abreviaturas y otras estrategias creativas, además de interrupción y no respeto por el turno de palabra en la interlocución. El lenguaje se vuelve críptico y novedoso para newbies. Algunos lo llaman nuevo lenguaje electrónico, otros empeoramiento del lenguaje.

El ritmo de la conversación

El chat posee un ritmo de la conversación diferente al real. En el diálogo basado en el esquema pregunta-respuesta, la parte investigadora pregunta pero el interlocutor no siempre responde inmediatamente. Se suele producir un paso de tiempo en el que no se sabe si ha tenido lugar la recepción, si ésta ha sido entendida o no quieren contestar. En esta ‘incertidumbre’ se utilizan elementos como puntos suspensivos para llamar la atención sobre su vida virtual o física (saludos, despedidas, pausas, citas para momentos posteriores,…). En estas pausas, que se rellenaban completando el libro de campo, afloraba cierto grado de impaciencia en las investigadoras.



Las respuestas son breves, cortas (seis palabras de media) y con un lenguaje encriptado y/o gráfico. Las personas con las que se habían entablado mayores relaciones de confianza, con rasgos de liderazgo, muestran respuestas más cortas ante preguntas directas que el resto de interlocutores. Los otros se hacen más participativos. Conclusión; el entrevistado/a no siempre asume el proceso autorreflexivo o la capacidad de metacomunicar sobre el propio estilo de comunicación. La comunicación sincronizada que se creía positiva al hacer posible la valoración y el replanteamiento de preguntas, y la posibilidad de actualizar el cuestionamiento en la interlocución, no siempre supone la posibilidad de éxito.


Ardévol, E., Bertrán, M., Callén, B y Pérez, C. (2003) Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital, núm. 3: 72-92 (primavera 2003). Universitat Oberta de Catalunya.