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domingo, 18 de octubre de 2015

¿Para qué sirve un sociólogo?

Artículo de Saray Encinoso publicado en El Día el 28 de septiembre de 2015

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¿Para qué sirve un sociólogo? ¿En qué trabaja? Josué Gutiérrez está acostumbrado a tener que responder a estas cuestiones. Hasta su madre le ha preguntado alguna vez a qué se dedica. Esa curiosidad no le molesta, pero ha hecho que piense en la necesidad que tiene la profesión de reivindicarse y explicar a la sociedad que sirve, y mucho. La mejor forma que ha encontrado es cumplir un viejo sueño de los profesionales de las Islas: fundar el Colegio Canario de Sociólogos y Licenciados en Ciencias Políticas.

Casi todas las comunidades autónomas donde hay tradición de estos estudios cuentan con colegios profesionales. En Canarias, sin embargo, hasta la fecha solo existía una delegación vinculada al colegio de Madrid. Este poco recorrido tiene mucho que ver con la juventud de los estudios de Sociología y con que los de Políticas no hayan aterrizado aún en la Universidad. La carrera de Sociología empezó en 1998 y en 2001 se licenció la primera promoción. Desde entonces, cada año salen entre 70 y 80 egresados de la institución. Además, en el Archipiélago hay politólogos que se formaron en universidades de la Península, como la propia consejera de Educación, que estudió en Madrid, en la Universidad Complutense.

De hecho, Soledad Monzón fue una de las invitadas a la asamblea convocada el viernes pasado en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz. De ella salió la junta gestora, que ahora se encargará de elaborar los estatutos. Es una de las cien personas que forman parte de la delegación tinerfeña (aunque solo 30 pagan las cuotas).

"Crear el colegio es una manera de dignificar la profesión, pero también de mostrar qué podemos aportar". No se trata de corporativismo sin sentido, sino de ser útiles y aprovechar un nicho de mercado -el asesoramiento empresarial- en el que los sociólogos tienen muchas oportunidades", explica.

La mayoría de estos profesionales trabaja en la administración pública, ya sea en universidades realizando investigaciones sobre desigualdad o clase social o impartiendo docencia. El propio Gutiérrez, que leyó su tesis en 2014, es profesor en la ULL. Sin embargo, considera que la formación que él y sus compañeros han recibido los autoriza para el análisis de datos y el estudio de mercados.

"Tenemos que demostrar a las empresas la ventaja de contar con un sociólogo en su plantilla", apunta. "Un sociólogo es capaz hasta de definir el perfil de los clientes que protagonizarán impagos. Tenemos que vendernos". El tejido empresarial español está compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas. Es en ese campo donde Gutiérrez considera que hay un mercado por explotar. Pero además de demostrar así para qué sirve un sociólogo, Gutiérrez quiere que el Colegio funcione como un espacio de reflexión sobre Canarias.

Además, piensa que en el futuro lo ideal sería que se impartiera formación sobre Ciencias Políticas en Tenerife. La Facultad donde se imparte Derecho y Sociología se llama Facultad de Ciencias Políticas. Sin embargo, ningún politólogo ha salido de las aulas de la ULL porque jamás se ha ofertado esa carrera. "Sé que se han hecho gestiones desde el Colegio Nacional para intentar que se implante el grado y confío en que en el futuro podamos contar con los estudios de Políticas en las Islas". Entonces también se podrá responder a la pregunta de para qué sirve un politólogo.

Artículo de Saray Encinoso publicado en El Día el 28 de septiembre de 2015

sábado, 29 de marzo de 2014

“La idea de que a los jóvenes no les interesa la política está equivocada”

Entrevista publicada el 17 de marzo de 2014 en divulga UNED

Existe la creencia generalizada de que la juventud española siente apatía hacia la política. Para averiguar si es cierto, Jorge Benedicto, catedrático de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha preguntado a cerca de un centenar de jóvenes de entre 16 y 29 años qué significa para ellos la política. Los resultados, que se publican en la revista Journal of Youth Studies, demuestran lo contrario: “Lo que no les interesa a muchos jóvenes es el tipo de política institucional en el que los adultos queremos que se integren”.

A la luz de su investigación, parece que la idea de que a la juventud no le interesa la política es demasiado simplista, ¿no es así?
En efecto, la conclusión más evidente es que la tesis de la apatía política de los jóvenes es una simplificación de una realidad mucho más compleja. Incluso podríamos decir que esa idea de que a los jóvenes no les interesa la política está equivocada. Lo que no les interesa a muchos jóvenes es el tipo de política institucional en el que los adultos queremos que se integren, lo cuál no implica que no estén preocupados por la marcha de la sociedad en la que viven. De todas formas, tampoco hay que olvidar que los jóvenes son un colectivo muy heterogéneo, que los significados políticos han perdido mucha de su significación simbólica y que vivimos en sociedades donde proliferan los incentivos para que los individuos solo se preocupen de lo que ocurre en su esfera más cercana y personal.
¿Qué papel tienen los medios de comunicación y las redes sociales en la relación política-juventud?
Hoy en día no se puede entender nada de lo que tiene que ver con la política sin referirse a los medios de comunicación. Por tanto, en la relación política-juventud los medios son un actor fundamental. No obstante, para entender bien la posición de los medios de comunicación, hay que pensar sobre todo en el uso que hoy los jóvenes hacen de los mismos. Medios tradicionales como la prensa escrita han perdido presencia entre el colectivo juvenil, mientras que los nuevos medios electrónicos, las redes sociales o las comunidades virtuales constituyen un elemento fundamental en la formación de los significados políticos y en el propio activismo juvenil.
¿Qué fue lo más sorprendente de las entrevistas que realizó?
Tanto en los grupos como en las entrevistas individuales lo más sorprendente fue la capacidad de muchos jóvenes para combinar significados de varios mundos políticos sin ningún esfuerzo y sin que les preocuparan las aparentes contradicciones en las que incurrían. Como explico en mi artículo me encontré con jóvenes que utilizaban un discurso de rechazo e incluso desprecio de la política y, al mismo tiempo, relataban episodios personales de activismo e incluso compromiso cívico, o jóvenes militantes en partidos políticos que, contrariamente a lo que cabría esperar, se mostraban desconfiados y críticos con la actividad político institucional. Encontré muchos ejemplos de cómo los jóvenes mezclan interpretaciones, representaciones o vocabularios políticos, aparentemente contradictorios, en función de sus experiencias y necesidades.
El artículo no analiza si la corrupción política está relacionada con la desafección, ¿o sí?
Efectivamente, el tema de la corrupción no le analicé directamente en mi investigación, aunque sí estuvo presente en la mayoría de los discursos de los participantes. Aunque no lo analizara, es evidente que corrupción y desafección están íntimamente relacionadas y, lo que aún es más grave desde un punto de vista democrático, conforme aumenta la percepción de corrupción se incrementa la sensación de crisis institucional, de deslegitimación.
¿No se ha producido un deterioro general de la relación entre sociedad y clase política?
Así es. Muchos de los problemas y de las críticas que expresan de forma explícita los jóvenes son problemas y críticas que afectan a toda la sociedad. En las últimas décadas estamos asistiendo a un deterioro profundo de las relaciones ciudadano-sistema político que se concretan en una creciente desconfianza hacia los principales actores institucionales como son los partidos y los políticos. Esta tendencia está presente en todos los grupos de edad, aunque en algunos adopte perfiles más notorios, como puede ser entre los jóvenes que están en pleno proceso de integración sociopolítica.
¿Qué haría falta para que a la juventud le interese más la política?
A la mayoría de los jóvenes les interesan las cosas que pasan a su alrededor, se preocupan por la marcha de las cuestiones colectivas y, mediante procesos de ensayo y error, tratan de convertirse en miembros plenos de su comunidad, es decir, en ciudadanos. Ahora bien, lo que tendríamos que plantearnos es el tipo de política que los adultos ofrecemos a los jóvenes: un tipo de política donde sus problemas y preocupaciones no están presentes, donde no les reconocemos el status de interlocutores legítimos, donde no les dejamos intervenir activamente a no ser que sigan el guión pautado… En otras palabras, mientras entre todos no construyamos un espacio público en el que los jóvenes puedan llegar a ser protagonistas, junto a las otras generaciones, no podemos extrañarnos de que no se sientan interpelados por la política existente.
¿Es posible que esta desafección esté relacionada con que ‘no hace falta’ una lucha por los derechos como hace décadas, y se ha transformado en pasotismo?
No creo que ésta sea una variable importante para explicar el rechazo y la distancia que manifiestan los jóvenes respecto a la política institucional de corte partidista. Esta impresión de que los derechos son algo consustancial al sistema democrático y la consiguiente pérdida de la memoria de su conquista no solo ha afectado a los jóvenes sino a toda la sociedad en su conjunto, lo que ha provocado, en mi opinión, no tanto pasotismo como un tipo de democracia más bien de baja calidad. De todas formas, hay que reconocer que en los últimos años, ante las amenazas reales que se ciernen sobre estos derechos, hemos asistido a movimientos de reivindicación en los que los jóvenes han estado presentes y han adoptado un papel protagonista.

Referencia bibliográfica: Jorge Benedicto. “The political cultures of young people: an uncertain and unstable combinatorial logic”, Journal of Youth Studies, Volume 16, Issue 6, pp. 712-729, 2013. DOI: 10.1080/13676261.2012.744812.
Para más información:
Laura Chaparro – Unidad de Cultura Científica (UCC+i/FECYT)
OTRI-UNED


Entrevista publicada el 17 de marzo de 2014 en divulga UNED

domingo, 2 de marzo de 2014

La Universidad Rey Juan Carlos suprime diez titulaciones

Artículo de Ray Sánchez publicado en El Mundo el 28/02/2014.

El Consejo de Gobierno de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) ha aprobado este viernes la supresión de diez titulaciones a partir del próximo curso 2014-2015 por el descenso de número de matrículas, según un documento de la propia universidad, "insuficiente para la sostenibilidad" de estos grados.
En concreto, desaparecerán los grados en Sociología, Igualdad de Género, Ciencia Política y Gestión Pública (semipresencial), Educación Infantil Bilingüe e Ingeniería Informática (semipresencial).

La extinción de estos grados, que no afectará a los estudiantes ya matriculados, provoca además la desaparición de otras cinco dobles titulaciones: Ciencia Política y Gestión Pública e Igualdad de Género, Ciencia Política y Gestión Pública (semipresencial) y Derecho (semipresencial), Derecho e Igualdad de Género, Administración y Dirección de Empresas y Sociología, así como Relaciones Laborales y Recursos Humanos y Sociología.
La noticia ha provocado críticas y prostestas entre el alumnado, sobre todo en Sociología, donde se muestran "sorprendidos" ante la supresión gradual desde el próximo curso de una de las titulaciones "mejor valoradas de la URJC", como explica Eduardo González, delegado de los estudiantes del grado. "Es una sorpresa bastante grande, porque la propia Universidad decía que el grado estaba siendo un éxito y tenía muy buena demanda".
Ayer jueves, la filtración del documento que proponía la supresión de Sociología dejó estupefactos a sus alumnos, que acusan al rector, Fernando Suárez Bilbao, de "querer acabar con la carrera", ya que consideran "erróneos" y "manipulados" los datos que justifican la desaparición de esta titulación, donde actualmente se ofertaban 40 plazas por curso y este año tenía 33 nuevos alumnos, una cifra "insuficiente para su sostenibilidad", según la memoria justificativa realizada por la Universidad.
En apenas 24 horas, los alumnos han logrado más de 1.500 firmas contra "el cierre de titulaciones" en la URJC, y ayer enviaron un comunicado a los consejeros de gobierno para evitar que saliera adelante la propuesta. "El problema es que no se votaba cada carrera, sino en bloque", lamenta el delegado de estudiantes. Un centenar de alumnos han protestado esta mañana en Móstoles, donde se celebraba la reunión del Consejo, aunque de sus 47 miembros sólo dos han votado en contra, junto a otras dos abstenciones.
Prohibición de móviles, portátiles y tabletas en clase
El borrador de la nueva normativa incluía como falta ciertos tipos de vestimenta
La eliminación de las titulaciones no ha sido el único punto polémico de la mañana. El Consejo de Gobierno de la URJC también ha aprobado su nueva 'normativa sobre conducta académica', donde se prohíbe, entre otras cosas, "el uso de teléfonos móviles durante las actividades docentes", así como "ordenadores portátiles, tabletas, o cualquier otro dispositivo electrónico" en las aulas. "Eso supone, por ejemplo, que ya no se podrán grabar algunas clases magistrales, como yo he hecho alguna vez", apunta Richard Taylor, el presidente del Consejo de Estudiantes de la URJC. También prohíbe llegar con más cinco minutos de retraso a clase. El borrador de la normativa incluso convertía en falta "la utilización de una vestimenta que contravenga los usos habituales en el ámbito universitario", aunque no se ha incluido finalmente.

"Lo único que busca es criminalizar al alumnado. Es una normativa que deja un abanico de posibilidades de sanción que cualquier conducta puede ser sancionada", critica Taylor. En las redes sociales de internet, alumnos de la URJC han expresado hoy su rechazo a la normativa con la etiqueta #MordazaURJC.

Artículo de Ray Sánchez publicado en El Mundo el 28/02/2014.

domingo, 10 de octubre de 2010

Política y Ciencia Política: una introducción

Política y Ciencia Política una introducción de Michael J. Sodaro en material obligatorio para la asignatura Fundamentos de Ciencia Política I, para el Grado de Sociología del curso 2010/11 en la UNED. Son nueves los capítulos propuestos por el equipo docente, para estudiarlos en el primer cuatrimestre:


Cap. 1 Los grandes temas de la Ciencia Política (Tema I)
Cap. 2 La teoría política: algunos debates contemporáneos (Tema II)
Cap. 3 La Ciencia Política empírica (I): métodos y técnicas de investigación (Tema III)
Cap. 8 La democracia (I): ¿qué es? (Tema IV)
Cap. 9 La democracia (II): ¿cómo funciona? Diseño institucional y sistemas electorales (Tema IV)
Cap. 10 La democracia (III): ¿qué condiciones requiere para su implantación y desarrollo? (Tema IV)
Cap. 11 La sociedad y la política: votantes, partidos y grupos de interés (Tema V)
Cap. 12 La cultura política (Tema V) Capítulo 17. La globalización (Tema VI)


En primer lugar y como dato que destaco, es la calidad en la exposición de los temas propuestos y la sencillez en introducirnos en la Ciencia Política. Se ha conseguido con este libro, que de manera clara y con ejemplos muy precisos, una lectura muy comprensiva y para nada retórica y/o complicada.
Ya tengo realizada la primera lectura del mismo, pero no me resistí en leer un capítulo que no estaba propuesto para este curso, pero que despierta mi interés, que es el número 5 “El poder”, donde se expone las diversos modos de distribución del mismo y la legitimación del poder.
Me resultó muy interesante en general, destacando temas como “El dilema del prisionero”, la “Teoría de juegos y conflictos”, “El Estado”, “La libertad”, “Los valores”, ¿Qué es la política?, entre otros. Ahora sólo me queda entre las tutorías, que empiezan pronto y una segunda lectura, intentar “empaparme” muy bien de Ciencia Política. Para ser la primera vez que me acerco, me he llevado una sorpresa muy agradable, su lectura ha sido gratificante, una delicia. Aquí la guía de la asignatura.

J. Sodaro, Michael
Política y Ciencia Política: Una introducción, edición revisada
ISBN: 978-84-481-7193-3
358 páginas

domingo, 19 de septiembre de 2010

Derechos Fundamentales


En las últimas semanas estamos siendo testigos de unos de los últimos atropellos a los derechos humanos. Esta vez en Francia y defendido por Nicolas Sarkozy (1955), con el silencio cómplice de la Unión Europea, por la expulsiones masivas de gitanos. Y como no era suficiente, una desafortunada comparación de las expulsiones de los gitanos con las entregas de judíos a los nazis, por parte de la luxemburguesa Viviane Reding (1951), vicepresidenta y titular de Justicia y Derechos Fundamentales de la Comisión Europea. Una crítica que más que ayudar, a por lo menos, poder explicar razonadamente, algo que en principio parece ser inconcebible, resulta que estos aspavientos, centran toda la atención, alejándose realmente del núcleo de atención. Vivo con absoluta perplejidad estos acontecimientos, y me gustaría sólo recordar algunos planteamientos, que justo empezaremos a estudiar en breve, me refiero a política y ciencia política. Aquí reproduzco algunos de los principios contenidos en el capítulo La Democracia, de Política y Ciencia política: una introducción de Michael J. Sodaro, bibliografía básica del Grado de Sociología:



·      (…) en que todos tenemos derecho a ser tratados sobre una base justa y no discriminatoria, al margen de la religión, la raza, el sexo u otra característica. Fomentan la igualdad porque subrayan la dignidad y el valor intrínseco igual de todos los seres humanos.
·      (…) las democracias deben rechazar la discriminación sistemática de ciertos grupos sociales.
·      (…) los gobiernos deben ir más lejos y no escatimar esfuerzos para ayudar a grupos que son o han sido objeto de discriminación.
·      (…) la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, (…) el artículo 22 declara que “toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y  la cooperación internacional (…), la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.

En la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea su capítulo III artículo 21 epígrafe No discriminación versa así:

·      Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.
·      Se prohíbe toda discriminación por razón de nacionalidad en el ámbito de aplicación del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y del Tratado de la Unión Europea y sin perjuicio de las disposiciones particulares de dichos Tratados.

A veces se hace cuesta arriba estudiar una teoría, que no se lleva a la práctica por nuestros gobiernos. Sin comentarios...


Nos encontramos en una curiosa coyuntura dentro de la historia de la demencia humana; los hombres están enloquecidos en nombre del realismo, y precisamente lo que ellos llaman utopía es ahora la condición de la supervivencia humana.


La viñeta que acompaña a esta entrada es de Padylla.

viernes, 13 de agosto de 2010

La falsa dicotomía cultura-ciencia

Albert Einstein
Entre los campos humanístico y tecnocientífico, parecen estar habitados por personas con lenguajes distintos y, lo que es peor, con una actitud recíproca de incomprensión y desinterés. Pero, también lo es que cada vez son más numerosas las tentativas de comunicación entre la cultura científica y la cultura humanística. El hecho de que ya se utilicen esas expresiones en las que el término “cultura” es el sustantivo y “humanístico” o “científico” el adjetivo, es un claro indicio de que las circunstancias están de algún modo transformándose.

Lavoisier no patentó el oxígeno, ni Einstein, la teoría de la relatividad, ni Watson y Crick, la doble hélice de ADN. Desde el siglo XVII, toda divulgación favorecía las revoluciones científicas y técnicas; hoy en día, la parte de los resultados hechos disponibles en dominio público disminuye,…” Daniel Bensaïd

Es posible que aún muchos estén alojados y cómodos en su fortín intelectual de pensamiento científico endogámico. Pero lo que es un hecho es que la ciencia y la tecnología no sólo conviven con nosotros, sino que, en cierta medida, son parte de nosotros. Por eso la ruptura radical entre la cultura humanística y la cultura científica es artificial y, sobre todo, inconveniente. Como formas culturales que son, la ciencia y la tecnología incorporan los valores y las prioridades de las sociedades en las que se han desarrollado.

“La ciencia puede responder a las preguntas de qué es algo, por qué algo es así, qué es posible y qué no es posible. Pero no puede responder a preguntas sobre lo que debería ser. Pero una ciencia no puede cesar nunca de preguntarse y 
de seguir buscando la verdad.”

Al fin y al cabo, la ciencia, como el arte, lleva consigo un importante proceso de creación y de apasionamiento. Además debe ser un pensamiento sostenible, es decir, que no permanezca al margen de la sociedad, de la naturaleza, de la historia y del futuro de la humanidad: La cultura es el sistema vital de las ideas de cada tiempo” Ortega y Gasset

Si estamos de acuerdo en que la ciencia es cultura, podremos establecer una visión definida y clara de la cultura como ente plural y diverso, como cultura “integral”, como patrimonio intelectual de la humanidad, que reúne, funde y también que otorga sentido al arte y a la ciencia, a la filosofía y a la técnica, al conocimiento del ser humano como ser creador en el sentido más amplio del término.
Se hace necesario que encontremos la manera de que las generaciones más jóvenes obtengan una visión amplia de la cultura en su conjunto, pues ésta es la que les permitirá estar preparados para adaptarse al medio en un momento histórico de convulsiones constantes como el que vivimos. Es tarea de todos que con respeto y dedicación asumamos el reto de educar a nuestros jóvenes para el futuro.