Existe la creencia
generalizada de que la juventud española siente apatía hacia la política. Para
averiguar si es cierto, Jorge Benedicto, catedrático de Sociología de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha preguntado a cerca de
un centenar de jóvenes de entre 16 y 29 años qué significa para ellos la
política. Los resultados, que se publican en la revista Journal of Youth
Studies, demuestran lo contrario: “Lo que no les interesa a muchos jóvenes
es el tipo de política institucional en el que los adultos queremos que se
integren”.
A
la luz de su investigación, parece que la idea de que a la juventud no le
interesa la política es demasiado simplista, ¿no es así?
En
efecto, la conclusión más evidente es que la tesis de la apatía política de los
jóvenes es una simplificación de una realidad mucho más compleja. Incluso
podríamos decir que esa idea de que a los jóvenes no les interesa la política
está equivocada. Lo que no les interesa a muchos jóvenes es el tipo de política
institucional en el que los adultos queremos que se integren, lo cuál no
implica que no estén preocupados por la marcha de la sociedad en la que viven.
De todas formas, tampoco hay que olvidar que los jóvenes son un colectivo muy
heterogéneo, que los significados políticos han perdido mucha de su
significación simbólica y que vivimos en sociedades donde proliferan los
incentivos para que los individuos solo se preocupen de lo que ocurre en su
esfera más cercana y personal.
¿Qué
papel tienen los medios de comunicación y las redes sociales en la relación
política-juventud?
Hoy
en día no se puede entender nada de lo que tiene que ver con la política sin
referirse a los medios de comunicación. Por tanto, en la relación
política-juventud los medios son un actor fundamental. No obstante, para
entender bien la posición de los medios de comunicación, hay que pensar sobre
todo en el uso que hoy los jóvenes hacen de los mismos. Medios tradicionales
como la prensa escrita han perdido presencia entre el colectivo juvenil,
mientras que los nuevos medios electrónicos, las redes sociales o las
comunidades virtuales constituyen un elemento fundamental en la formación de
los significados políticos y en el propio activismo juvenil.
¿Qué
fue lo más sorprendente de las entrevistas que realizó?
Tanto
en los grupos como en las entrevistas individuales lo más sorprendente fue la
capacidad de muchos jóvenes para combinar significados de varios mundos
políticos sin ningún esfuerzo y sin que les preocuparan las aparentes
contradicciones en las que incurrían. Como explico en mi artículo me encontré
con jóvenes que utilizaban un discurso de rechazo e incluso desprecio de la
política y, al mismo tiempo, relataban episodios personales de activismo e
incluso compromiso cívico, o jóvenes militantes en partidos políticos que,
contrariamente a lo que cabría esperar, se mostraban desconfiados y críticos
con la actividad político institucional. Encontré muchos ejemplos de cómo los
jóvenes mezclan interpretaciones, representaciones o vocabularios políticos,
aparentemente contradictorios, en función de sus experiencias y necesidades.
El
artículo no analiza si la corrupción política está relacionada con la
desafección, ¿o sí?
Efectivamente,
el tema de la corrupción no le analicé directamente en mi investigación, aunque
sí estuvo presente en la mayoría de los discursos de los participantes. Aunque
no lo analizara, es evidente que corrupción y desafección están íntimamente
relacionadas y, lo que aún es más grave desde un punto de vista democrático,
conforme aumenta la percepción de corrupción se incrementa la sensación de
crisis institucional, de deslegitimación.
¿No
se ha producido un deterioro general de la relación entre sociedad y clase
política?
Así
es. Muchos de los problemas y de las críticas que expresan de forma explícita
los jóvenes son problemas y críticas que afectan a toda la sociedad. En las
últimas décadas estamos asistiendo a un deterioro profundo de las relaciones
ciudadano-sistema político que se concretan en una creciente desconfianza hacia
los principales actores institucionales como son los partidos y los políticos.
Esta tendencia está presente en todos los grupos de edad, aunque en algunos
adopte perfiles más notorios, como puede ser entre los jóvenes que están en
pleno proceso de integración sociopolítica.
¿Qué
haría falta para que a la juventud le interese más la política?
A
la mayoría de los jóvenes les interesan las cosas que pasan a su alrededor, se
preocupan por la marcha de las cuestiones colectivas y, mediante procesos de
ensayo y error, tratan de convertirse en miembros plenos de su comunidad, es
decir, en ciudadanos. Ahora bien, lo que tendríamos que plantearnos es el tipo
de política que los adultos ofrecemos a los jóvenes: un tipo de política donde
sus problemas y preocupaciones no están presentes, donde no les reconocemos el
status de interlocutores legítimos, donde no les dejamos intervenir activamente
a no ser que sigan el guión pautado… En otras palabras, mientras entre todos no
construyamos un espacio público en el que los jóvenes puedan llegar a ser
protagonistas, junto a las otras generaciones, no podemos extrañarnos de que no
se sientan interpelados por la política existente.
¿Es
posible que esta desafección esté relacionada con que ‘no hace falta’ una lucha
por los derechos como hace décadas, y se ha transformado en pasotismo?
No creo
que ésta sea una variable importante para explicar el rechazo y la distancia
que manifiestan los jóvenes respecto a la política institucional de corte
partidista. Esta impresión de que los derechos son algo consustancial al
sistema democrático y la consiguiente pérdida de la memoria de su conquista no
solo ha afectado a los jóvenes sino a toda la sociedad en su conjunto, lo que
ha provocado, en mi opinión, no tanto pasotismo como un tipo de democracia más
bien de baja calidad. De todas formas, hay que reconocer que en los últimos
años, ante las amenazas reales que se ciernen sobre estos derechos, hemos
asistido a movimientos de reivindicación en los que los jóvenes han estado
presentes y han adoptado un papel protagonista.
Referencia
bibliográfica: Jorge Benedicto. “The political
cultures of young people: an uncertain and unstable combinatorial logic”, Journal
of Youth Studies, Volume 16, Issue 6, pp. 712-729, 2013. DOI:
10.1080/13676261.2012.744812.
Para
más información:
Laura
Chaparro – Unidad de Cultura Científica (UCC+i/FECYT)
OTRI-UNED
Entrevista publicada el 17 de marzo de 2014 en divulga UNED
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