1.- Resuma
brevemente -utilizando la mayor cantidad posible de datos del estudio- cuál es
la posición de la opinión publica española sobre el uso pacifico de la energía
nuclear.
Distinguimos dos posiciones dicotómicas:
1.
En primer lugar,
podemos observar los que se posicionan a favor, en el sentido que los
beneficios de la energía nuclear superan los riesgos representan el 31,9% de
los encuestados (P26). De hecho, si sumamos a éstos junto a los que “no saben”
o “no contestan”, el porcentaje se incrementa hasta llegar al 48,2%. En la
pregunta P31, también podemos observar que los que están de acuerdo con el uso
de la energía nuclear son el
10,8%, pero que agrupados con los que están “más a favor” que “en contra”,
unidos a los que están “totalmente a favor”, suman un 25,8%. Un porcentaje este
muy similar a los que en una escala del 1 al 5, piensan que las centrales
nucleares son “nada peligrosas”, para el extremo inferior. Este grupo
representa un 25,4% del total, para la pregunta P29. Por último, los que creen
que la energía nuclear “ayuda a España a ser más independiente
energéticamente”, representan un 39% (Bastante), en la pregunta P28.
2.
En segundo
lugar, los encuestados que están en las antípodas de los anteriores, los más
escépticos y en oposición al uso pacífico de la energía nuclear, representan para la pregunta P26 un
51,9%. Para la pregunta P31, los que se sitúan en contra son un 21,4%. Sin
embargo, si reunimos a los que están “en contra” o “algo más en contra que
favorables” representan al 59,4% de la muestra analizada. En la pregunta P29,
observamos esta vez, en la escala que va del 6 al 10, que los individuos que
piensan que esta energía es “extremadamente peligrosa” son el 20%, y agrupados
representan el 69,9%. Para finalizar, los que creen que “hay que renunciar a este
tipo de energía por los riesgos que llevan aparejados”, son el 31,4% (Bastante
en la P28).
Esto nos lleva a concluir que los que se oponen a
este tipo de energía son más numerosos, por ejemplo en la P26, los que están
“en contra” son un 20% más de los que están “a favor”, aunque hay que señalar
que los que “no contestan” representan un destacable 15% de la muestra. En la
pregunta P31, los contrarios están aún más claramente en una posición de
superioridad con casi el 60%, muy similar a la opinión de los que respondieron
sobre la peligrosidad de las centrales nucleares con casi un 70% (P29).
Paradójicamente las posiciones están más igualadas en las respuestas analizadas
para la pregunta P28, ligeramente superior (7,6%) para los que están “a favor”
de la energía nuclear.
2.-
¿Cuál es el perfil sociodemográfico, político e ideológico de los más favorables
a la utilización pacífica de la energía nuclear? ¿Y cuál es el perfil de los
que se manifiestan más en contra?
En cuanto al sexo de los
participantes en la muestra, la tendencia es significativa en todas las
preguntas analizadas. Las mujeres son las que más se posicionan en contra de la
energía nuclear, y también son las que mayor peso porcentual presentan para las
respuestas de “No sabe”. Obviamente, los hombres representan la postura más
favorable sobre la cuestión tratada.
Referente al nivel de
estudios, los que más se oponen al uso de la energía nuclear son los titulados
en FP, seguidos de cerca por los que tienen estudios medios universitarios. En
el lado contrario, están los titulados superiores, que están más a favor de
este uso energético, seguidos también de cerca por los poseedores de titulación
media. A destacar, aunque de forma algo residual, que en algunas preguntas las
personas sin estudios, parecen relacionarse con posiciones contrarias a la
energía nuclear (preguntas P30 y P31), y también representan el grupo que
contestan con más regularidad, “No sabe”.
En relación a la escala
ideológica, aquí claramente podemos observar que cuanto más se acerquen las
posiciones a la derecha, están más de acuerdo con el uso de la energía nuclear,
son en gran medida los votantes del Partido Popular. La izquierda es
manifiestamente contraria a su uso, y para todas las preguntas relacionadas con
el asunto de referencia, y son mayoritariamente votantes de Izquierda Unida.
Los que votan a CIU no opinian de un modo homogéneo en alguna pregunta, por el
ejemplo la P26, en otras son contrarios como la P23, y favorables en la preguna
P24.
Sobre el grado de
disconformidad y el tamaño del municipio, nos encontramos con datos algo
dispersos en tres categorías que van de la franja de 10.000 a 400.000
habitantes, siendo la de entre 50.000 y 100.000 habitantes, la que más se
repite en las tablas analizadas. Para el caso de los que se sitúan como
favorables, la pauta que más se sucede es la de los municipios con un tamaño
superior a 400.000 habitantes, y algo menor, los de menos de 2.000.
La condición socioeconómica
en la muestra realizada, refleja claramente que los empresarios con
asalariados, altos funcionarios, altos ejecutivos, y profesionales por cuenta
propia (categoría A), son lo que muestran una opinión más favorable al uso de
la energía nuclear con fines pacíficos. Para los que están en la posición
contraria, nos encontramos con los obreros no cualificados (categoría G) y el
trabajo domestico no remunerado (categoría K), estos últimos los más claramente
situados en esa opinión. Sin embargo, se puede observar un comportamiento más
disperso entre varias categorías, para esta mismo criterio, como los
comerciantes (categoría C), el personal administrativo (categoría E), y parados
(categoría I). Es paradójico encontrar a los estudiantes en posiciones
enfrentadas y para el mismo asunto (centrales nucleares) como es el caso de las
preguntas P25 (35%) y P29 (20,4%).
Por último el estatus
socioeconómico, no deja lugar a dudas que los más favorables a la utilización
pacífica de la energía nuclear, son los que forman la clase alta/media alta y
las nuevas clases medias, y en el otro extremo, los que se oponen y consideran
que pertenecen a la clase obrera cualificada y no cualificada. La condición y
estatus socioeconómico parecen ser los predictores más relevantes que describen
el perfil, y referidos al grado de aceptación en la utilización pacífica de la
energía nuclear seguidos de la ideología, nivel de estudios, sexo y por último
en tamaño del municipio.
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