3.-
Es obvio, que el hecho de considerar una actividad como peligrosa no implica
necesariamente que se quiera renunciar a ella. ¿Cree usted que esta aparente
contradicción se produce en este caso? Razone su respuesta.
Esta contradicción no se localiza de una forma
significativa, en cuanto a los que consideran una actividad como peligrosa
tiene que implicar necesariamente
renuncia a ella. Las posiciones contrarias como favorables parecen ser
manifiestas, aunque con matizaciones. Es importante señalar que de las
preguntas analizadas, el porcentaje de individuos que respondió “No sabe” es
considerable, entre un 10% y un 20%, excepto en la pregunta P31, que baja al
4,3% y la P29 con un 4,2%. En este caso sí que se puede afirmar que existe una
aparente contradicción, o al menos la tendencia se interrumpe. Parece que en
este grupo se han ido moviendo en algunos casos, opiniones algo maleables, es
decir, conforme a la cuestión en sí, o probablemente a la forma en cómo se
hizo. Sin duda, el momento en cual se realizó este barómetro, no era el más
propicio, por la reciente crisis nuclear en Japón. En este caso, las
circunstancias actuaron con toda probabilidad distorsionando el discurso
respecto a la energía nuclear. Por un lado, la opinión favorable más racional
y marcadamente económica, y por
otro lado, la más ecologista y/o mediada por los riesgos más evidentes que ha
supuesto su uso. A continuación realizamos un ejercicio con todas las preguntas
y/o ítems relacionados directamente con la energía nuclear en este barómetro,
con el objeto señalar los porcentajes de una manera más gráfica:
·
P25 (Item 2):
Contrarios 64,5% - Favorables 29,9%
·
P26: Contrarios
51,9% - Favorables 31,9%
·
P27: Contrarios
(Item 1 y 2) 40,6% - Favorables (Item 3 y 4) 30,8%
·
P28: Contrarios
(Item 6 a 10) 69,9% - Favorables (Item 0 a 5) 25,4%
·
P30: Contrarios
(Item 4 y 5) 44,9% - Favorables (Item 1 a 3) 41,8%
·
P31: Contrarios
(Item 1 a 3) 59,4% - Favorables (Item 4 a 6) 25,8%
Podemos observar que en todos los
casos, el porcentaje es mayor para las opiniones contrarias a la energía
nuclear, sólo en la pregunta P28 se manifiesta una aparente discordancia, pues
si agrupamos los que responden “mucho o bastante” para la respuesta: “se
debería renunciar a su uso por los riesgos que lleva aparejado” representan un
54,2% (Item3). Para los que afirman que con su uso “ayuda al país a ser más
independiente energéticamente” representan exactamente el mismo porcentaje, un
54,2%. Por último, la pregunta P30 muestra una cierta contradicción en el item
2, que representa un 19,5% y el item 3 con un 16%, y lo hace por que en ambos
casos se enfrentan las opiniones sobre la construcción o no de centrales
nucleares con la prolongación de la vida de las mismas. Creo que no ha sido
acertada la formulación de estas cuestiones, pues infiere una inherente
contradicción. En todo caso, el porcentaje de la posible contradicción es poco
significativo, pudiendo afirmar que las posiciones son muy sólidas y coherentes
con su discurso en particular.
4.- Analizando
los datos de estas tablas, ¿cree usted que la adscripción de voto de los
entrevistados es determinante para la posición que manifiestan sobre este
asunto? Razone su respuesta apoyándose en los datos suministrados.
Cuando observamos las
opiniones de los simpatizantes de Izquierda Unida y del Partido Popular sí que
son determinantes con sus posiciones manifestadas sobre el asunto de
referencia. Los encuestados que declaran haber votado a Izquierda Unida
expresan su vehemencia hacia el uso de la energía nuclear en todas las
preguntas. Son con diferencia los que muestran su rechazo con un mayor
porcentaje en comparación con el PP y el PSOE, y en algunos casos, también con
otros partidos políticos. En la pregunta P31 podemos observarlo de modo
paradigmático, pues ninguno respondió que está “totalmente a favor”, y
triplican a los votantes del PP en situarse “totalmente en contra”, doblando
igualmente a los del PSOE para el mismo item. En el lado opuesto se ubican los
entrevistados votantes del PP, como los más benévolos con el uso de la energía
nuclear. Por ejemplo, son los que menos creen que las centrales nucleares son
extremadamente peligrosas, de todos los partidos políticos en la pregunta P29
(Item 10).
Para el caso de los
votantes del PSOE, en aspectos generales se muestran reacios al uso de la
energía nuclear, sin embargo no lo hacen de una manera tan evidente como los
votantes de Izquierda Unida. Por ejemplo, en la pregunta P30 se refleja esa
moderada dispersión de opinión, entre los que afirman que hay que “construir
nuevas e ir cerrando las existentes” con un 16,9% y “no construir y prolongar
las existentes seguras” con un 14,6%. Referente a los votantes de CIU nos
encontramos con un grupo con un discurso más heterogéneo de todos los
analizados, pueden estar “bastante” a favor con que “el país podría seguir
desarrollándose sin usar la energía nuclear” con un 39,8%, e igualmente con que
esta energía “ayuda al país a ser más independiente energéticamente” con un
38,6%.
Lo más relevante sin duda, es la considerable polarización de opinión entre
los votantes del PP y de Izquierda Unida.
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