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¿Para qué sirve
un sociólogo? ¿En qué trabaja? Josué Gutiérrez está acostumbrado a tener que
responder a estas cuestiones. Hasta su madre le ha preguntado alguna vez a qué
se dedica. Esa curiosidad no le molesta, pero ha hecho que piense en la
necesidad que tiene la profesión de reivindicarse y explicar a la sociedad que
sirve, y mucho. La mejor forma que ha encontrado es cumplir un viejo sueño de
los profesionales de las Islas: fundar el Colegio Canario de Sociólogos y
Licenciados en Ciencias Políticas.
Casi
todas las comunidades autónomas donde hay tradición de estos estudios cuentan
con colegios profesionales. En Canarias, sin embargo, hasta la fecha solo existía
una delegación vinculada al colegio de Madrid. Este poco recorrido tiene mucho
que ver con la juventud de los estudios de Sociología y con que los de Políticas
no hayan aterrizado aún en la Universidad. La carrera de Sociología empezó en
1998 y en 2001 se licenció la primera promoción. Desde entonces, cada año salen
entre 70 y 80 egresados de la institución. Además, en el Archipiélago hay politólogos
que se formaron en universidades de la Península, como la propia consejera de
Educación, que estudió en Madrid, en la Universidad Complutense.
De
hecho, Soledad Monzón fue una de las invitadas a la asamblea convocada el
viernes pasado en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz. De ella salió la
junta gestora, que ahora se encargará de elaborar los estatutos. Es una de las
cien personas que forman parte de la delegación tinerfeña (aunque solo 30 pagan
las cuotas).
"Crear
el colegio es una manera de dignificar la profesión, pero también de mostrar qué
podemos aportar". No se trata de corporativismo sin sentido, sino de ser útiles
y aprovechar un nicho de mercado -el asesoramiento empresarial- en el que los
sociólogos tienen muchas oportunidades", explica.
La
mayoría de estos profesionales trabaja en la administración pública, ya sea en
universidades realizando investigaciones sobre desigualdad o clase social o
impartiendo docencia. El propio Gutiérrez, que leyó su tesis en 2014, es
profesor en la ULL. Sin embargo, considera que la formación que él y sus compañeros
han recibido los autoriza para el análisis de datos y el estudio de mercados.
"Tenemos
que demostrar a las empresas la ventaja de contar con un sociólogo en su
plantilla", apunta. "Un sociólogo es capaz hasta de definir el perfil
de los clientes que protagonizarán impagos. Tenemos que vendernos". El
tejido empresarial español está compuesto mayoritariamente por pequeñas y
medianas empresas. Es en ese campo donde Gutiérrez considera que hay un mercado
por explotar. Pero además de demostrar así para qué sirve un sociólogo, Gutiérrez
quiere que el Colegio funcione como un espacio de reflexión sobre Canarias.
Además,
piensa que en el futuro lo ideal sería que se impartiera formación sobre
Ciencias Políticas en Tenerife. La Facultad donde se imparte Derecho y Sociología
se llama Facultad de Ciencias Políticas. Sin embargo, ningún politólogo ha
salido de las aulas de la ULL porque jamás se ha ofertado esa carrera. "Sé
que se han hecho gestiones desde el Colegio Nacional para intentar que se
implante el grado y confío en que en el futuro podamos contar con los estudios
de Políticas en las Islas". Entonces también se podrá responder a la
pregunta de para qué sirve un politólogo.
Artículo de Saray Encinoso publicado en El Día el 28 de septiembre de 2015
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