En la asignatura de Estructura Social Contemporánea
II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2011/12,
algunos/as compañeros/as realizamos un trabajo coral: resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria. Y como libro de referencia: Estratificación Social y Desigualdad. El
conflicto de clase en perspectiva histórica, comparada y global, (Harold R.
Kerbo - McGraw Hill) bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer
el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por todos/as. Derechos
reservados, sus autores.
Tema 1 (Capítulo7) El
proceso de legitimación – Eva Gloria Del
Riego Eguiluz // Tema 2 (Capítulo 8)
T. El sistema de estratificación mundial: dominio y competencia entre naciones
del centro - Miguel De Diego Pérez
// Tema 3 (Capítulo 9) Estratificacion
social en los Estados Unidos – Irene
Ibáñez Sánchez // Tema 4 (Capítulo 10)
Estratificación social en Japón – José
Bargallo Rofes // Tema 5 (Capítulo 11)
Estratificación social en Alemania – María
Inés Quiles Blanco // Tema 6 (Capítulo
12) Estratificación mundial y globalización: los pobres de la Tierra – Tomás Javier Prieto González
Reacciones
de las naciones ricas ante la diversidad
Desde los
primeros 90´s, los europeos han tenido que abandonar toda pretensión de mayor
tolerancia y aceptación hacia otros grupos raciales étnicos.
El
caso de Alemania.
Tiene actualmente el mismo
porcentaje de población nacida fuera de sus fronteras que Estados Unidos y casi
el doble del solicitantes de asilo. Teniendo en cuenta el pasado racista y nazi
de Alemania, era de esperar que se produjese graves conflictos y ataques contra
la población no nacida en Alemania, pero la reacción ha sido en realidad más
acomodaticia de lo que cabía esperar.
El número
de organizaciones racistas y ataques violentos contra inmigrantes no ha dejado
de decrecer. Parece que a comienzos del siglo XXI Alemania tiene que
preocuparse menos que otros países europeos por los grupos de derechas
antiextranjeros.
El legado
nazi y el exterminio de 6 millones de personas, la mayoría judíos, no se
olvidará durante muchas generaciones, si es que se llega a olvidar alguna vez.
Es difícil de defender que hay algo en la mente de los alemanes que explica el
racismo de un país. Podría ser que, debido a su pasado, los alemanes tuvieran
mayor cautela a la hora de admitir su racismo. No sólo expresasn ser menos
racistas, sino también menos propensos a votar a candidatos que pueden decirse
que defienden ideas racistas.
Alemania
ha sido desde un punto de vista histórico una sociedad bastante homogénea en
términos de raza y etnia. En el transcurso de la historia alemana ha habido
pocos <> tal y como los definen los alemanes de vieja
estirpe que han vivido siempre en el país. Alemania carece de una historia de
colonianismo que trajera a muchas personas del mundo a vivir en el país. Un
gran sentido de la homogeneidad interna del grupo genera una conciencia más
acusada de identidad frente al resto de los grupos de la sociedad. Alemania es
un país relativamente joven que se unificó por primera vez a finales del siglo
XIX, y que actualmente tiene menos simbolos de identidad nacional que la
mayoría de los demás países. Los alemanes carecen de una fiesta similar al 14 de
julio de los franceses o al 4 de julio de los estadounidenses, y apenas tienen
eventos importantes que invoquen la identidad nacional aparte de los dedicados
a sus atenpasados.
A
diferencia de los EEUU, por ejemplo, el nacionalismo y la identidad nacional alemanes
se basan en supuestas características relacionadas con la sangre, la estirpe y
el lenguaje. En cambio, hay cerca de dos millones y medio de personas de origen
turco, de las que muchas viven en Alemania desde hace dos o tres generaciones
y, sin embargo, a muy pocas se les ha concedido la ciudadanía alemana.
Muchas
naciones industriales avanzadas europeas se están percatando de que, por
necesidad, deben elevar su tasa de natalidad o aceptar muchos más extranjeros
en su país, y lo más probable es que ambas medidas sean necesarias.
Actualmente, todos los niños que nacen en Alemania obtienen la ciudadanía, así
como los trabajadores y sus parientes que han vivido en Alemania durante al
menos 8 años.
Se
producirán ataques racistas y surgirán más partidos de derechas contrarios a la
inmigración que obtengan votos. Pero debido al aumento de la pobreza y la
desigualdad en el mundo y a la creciente necesidad de las naciones europeas de
aceptar a extranjeros para mantener el funcionamiento de su sistema económico,
la diversidad de razas y grupos étnicos, cambiará la faz de las viejas naciones
europeas. El siguiente paso será el surgimiento de movimientos por los derechos
civiles que combatirán las típicas barreras contra la igualdad y la oportunidad
a las que las minorías Estadounidenses se enfrentaron hace décadas con sus
movimientos sociales.
El
caso de Japón.
La segunda economía del mundo nos ofrece un caso
cuya historia también difiere de las de EEUU, pero se asemeja en muchos
aspectos a la de Alemania. Japón ha sido y sigue siendo, una sociedad bastante
homogénea. Como Alemania, Japón ha tenido a considerar el origen racial y
étnico como sinónimo de ciudadanía, pero ha sido muy difícil, si no imposible,
que estas personas de origen chino o coreano obtuvieran la ciudadanía japonesa.
Había
muchos miembros de la elite de los samuráis que se oponían rotundamente a
permitir la entrada y residencia a extranjeros en la nación. Estos sentimientos
han sido virtualmente eliminados en el Japón moderno, pero aún persiste entre
los japoneses el sentimiento común de que Japón es un lugar para las personas
de <>.
Japón es
una isla y es capaz de vigilar sus costas con más facilidad: todos los no
japoneses que quieran permanecer en el país deben llevar una cartilla de
registro de extranjeros, además del visado usual de turista, y la policía
japonesa registra en las calles a las gentes sospechosas de ser extranjeros
ilegales.
Sin
embargo, lo más importante es que Japón no sólo mantiene a los extranjeros
ilegales fuera, sino que en mucha mayor medida que cualquier otra nación
industrial ha mantenido sólo a unos pocos extranjeros. A menudo se supone que
una sociedad homogénea genera un pueblo unificado sin conflictos internos
significativos. Sin embargo, es fácil mostrar que la <>
o la homogeneidad no necesariamente producen ausencia de conflicto interno. En
la historia de Japón abundan los conflictos que se explican en parte por la
gran lealtad <> que se les ha exigido históricamente a
los japoneses. Esta fuerte lealtad genera un grave conflicto con los grupos de
fuera. El conflicto entre el endogrupo y el exogrupo ocurre en sentidos
diferentes: conflictos entre familias, entre clases, entre corporaciones e
incluso entre las divisiones de las corporaciones, y, por último, entre el
endogrupo de los japoneses y el exogrupo de los no japoneses. Los japoneses
tiene un sentimiento particularmente fuerte de su endogrupo cuando interactúan
con extranjeros.
En una era
de globalización e interacción creciente entre culturas y razas del mundo, la
cultura y la estructura social japonesas ponen en desventaja a la nación nipona
en muchos aspectos. Las corporaciones japonesas establecidas en todo el mundo
se caracterizan por su escasa promoción de los empleados extranjeros hacia
posiciones directivas más altas, a diferencia de las corporaciones
norteamericanas y europeas en otros países.
La
globalización creciente agregará personas de diferentes culturas y razas a un
ritmo creciente a medida que nos adentremos en el SXXI. Surgirán más partidos
políticos contrarios a la inmigración, en especial en Europa. Cuando la
pregunta de <<¿quién obtiene qué y por qué?>> se convierta por
doquier en una cuestión relacionada con la raza, la etnia y la ciudadanía, el
mundo recurrirá a las enseñanzas negativas y positivas de la historia de los
EEUU para responderla. Japón tendrá dificultades cuando el avance de la
globalización obligue a sus habitantes a estar más y más en contacto con
personas de otras razas y culturas, dentro y fuera de Japón.
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