El pasado domingo leí en el ABC una interesante entrevista al arquitecto Frank Gehry, realizada por Fredy Massad.
En ella, este gran autor reflexiona sobre diversas cuestiones de interés y no sólo
de su legado artístico como puede ser el Guggenheim. Me sorprendió muchísimo
una de sus afirmaciones: "(...) Todo lo que está pasando en el mundo tiene
que ver con el miedo, con la sensación de peligro". De inmediato recordé
un ensayo que realicé hace unos años sobre un texto de Jean Pierre Dupuy que me
gustaría compartir una vez más. Hoy más que nunca, estas palabras cobran
sentido, sólo tenemos que observar a cualquier conflicto para entender
perfectamente cómo puede influir el miedo en nuestras vidas.
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El grito de Munch |
“¿Cómo
se mantiene unida una sociedad?”, la pregunta abruma. Si uno es capaz de
superar esta cuestión casi retórica el filósofo francés Jean Pierre Dupuy, lo
asestará con otra de igual o parecido calado: “¿Por qué las crisis que la
desgarran –a la sociedad- o los miedos que habitan en ella no degeneran en
desórdenes generalizados o en desbandadas desenfrenadas?” Dupuy estructura un
texto sobre la presencia de lazos sociales invisibles que unen a los seres
humanos, en aquello conocido como comunidades, o sociedades, tribus, grupos,
masas.
Se
puede asegurar que “Cuando se extiende el pánico la sociedad se disgrega, se
descompone, se atomiza”, y con esta afirmación nos lleva, cerrando un círculo a
la primera frase del texto. Sin embargo, hay que diferenciar en las actitudes
individuales y las sociales, y este es otro escollo a tener en cuenta: El paso
de unas actitudes a otras llevan irremediablemente a paradojas: “lo que se
manifiesta racional en un nivel, resulta irracional en el otro”, comenta.
Dupuy
cita a Edgar Alan Poe: “si no se encuentra el pánico, quizá se deba a que no se
busca donde está. Quizá no logramos concebirlo porque aún somos prisioneros de
su mito”. La procedencia externa del pánico se aplica en situaciones de
catástrofe natural (lo ignoto genera miedos y terror), pero cuando las
catástrofes son inducidas por la técnica ¿qué pasa? ¿es igual? ¿se genera un
pánico? ¿ya no se trata de un fenómeno externo/desconocido?
Asociamos
pánico y catástrofe como un uno indivisible y nos equivocamos al mezclar
conceptos como histeria y descontrol. Por eso, por su intangibilidad, en muchas
ocasiones se intenta prevenir, técnica y económicamente, el pánico, cuando se
deberían derivar estos esfuerzos a prevenir lo previsible, algo que el pánico
no lo es por propia definición.
Para
Dupuy el pánico sirve de mediador entre la masa y los mercados. Para Freud, la
masa sólo se puede construir en torno a la presencia de un líder, de un jefe
paradigma del orden social. El pánico rompe ese orden. Esa circunstancia es
calcada a la que se produce entre los mercados y el pánico, aunque según el
autor, la teoría económica ortodoxa no ha llegado a explicar ese paso.
Dupuy
usa a Freud para caracterizar tres rasgos fundamentales de la masa: principio
de cohesión, de naturaleza libidinal, el punto focal de las adhesiones entre
los individuos que la forman, esto es, el jefe, y los fenómenos de contagio. El primer punto es lo que
llamamos interés colectivo, que supera al egoísmo o al narcisismo, el segundo
es la admiración ¿irracional? (libidinosa, de objeto) de los integrantes de la
masa por su propio líder, y el tercero la facilidad de contagiarse, de
parecerse, de mancharse unos de otros, de los individuos que la forman.
Sin
embargo, estas peculiaridades se alejan del otro factor cohesionador de los
grupos sociales, el del mercado. Según Friedman, los libres mercados aglutinan,
coordinan a millones de personas que sólo persiguen un interés propio, pero que
al mismo tiempo desarrollan el papel de números en la misma serie. No hay
líderes, el líder es un interés subjetivo de cada uno de los individuos. “Los
intereses [económicos se supone] implican el repliegue narcisista sobre uno
mismo, la ausencia de lazos pasionales basados en la rivalidad y la comparación
envidiosa con los demás”, concluye Dupuy. La economía niega la masa.
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Jean-Pierre Dupuy El
pánico.
Editorial GEDISA. Barcelona 1999
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