Tras haber escuchado la entrevista y como ideas-fuerzas que puedo
resaltar es que en primer lugar, el objeto de esta entrevista es poder
determinar la utilidad de la antropología en el campo de las adopciones;
en segundo lugar, qué puede aportar esta disciplina que no encontramos
en otras, y por último, qué aspectos pueden ser sometidos a estudio
dentro de los procesos de adopción.
En cuanto a los problemas que se enfrentan los profesionales de las
instituciones en vistas a la adopción, el antropólogo podría aportar una
perspectiva más global. En este tipo de instituciones se tiende a
analizar a las personas y a los grupos como una suma de personas, y no
solo como grupos y sociedades que son. Hay que tener en cuenta de igual
modo que las modas, actitudes sociales, el entorno cultural de
procedencia de los chicos y de los propios solicitantes están
determinando directamente las conductas individuales. La antropología
aporta una visión más holística, más cultural, pues entiende al hombre
como un sujeto global, que viene determinado por aspectos de grupo.
Para los psicólogos y los trabajadores sociales que trabajan en el
ámbito de la familia, tanto los adoptados como los adoptantes son objeto
de estudio. Lo que ocurre es que hace falta una perspectiva más amplia,
perspectiva que puede aportar la antropología; por ejemplo, en cuanto a
la comparación del comportamiento de familias con hijos biológicos y el
de aquellas con hijos adoptivos, y todo lo que ello conlleva. Así, una
perspectiva que contemplara a padres e hijos adoptados como grupos nos
llevaría a encontrar paralelismos de gran interés y utilidad.
Un concepto central de la antropología, y que se debe aplicar al
trabajo de adopción, es el relativismo, a partir del cual los padres
pueden aprender que la conducta de los menores está determinada no por
valores y situaciones individuales, sino por valores de nivel cultural.
De hecho, los que necesitan especialmente darse cuenta de que están
determinados por valores procedentes de su entorno socio-cultural son
los propios profesionales, con lo cual la labor del antropólogo en estos
casos es fundamental.
La estandarización de la familia también se convierte en un problema a
la hora de gestionar las adopciones, ya que se tiende a ver a las
familias a través de ciertas etiquetas sociales, etiquetas que no están
avaladas por una base sociológicamente sólida. En este sentido, y por su
experiencia en el estudio de otras culturas, el prisma antropológico
incide en la idea de que hay muchas formas de ser padres, al igual que
hay muchas maneras de ser hijos.
El antropólogo también es una figura fundamental a la hora de
estudiar las devoluciones de los niños, algo que ya preocupa a las
instituciones. En este sentido, la antropología puede estudiar el motivo
que explique la dificultad en las adopciones de niños mayores a 6 años,
al igual que niños con necesidades especiales.
Desde el punto de vista de la investigación, resulta de gran interés
la creación y desarrollo de grupos de discusión entre padres adoptivos y
no adoptivos, participación observante en familias adoptivas, una
observación de los comportamientos de los chicos adoptivos y no
adoptivos en la escuela, etc.
En definitiva, el motivo fundamental de la implicación del
antropólogo en el campo de las adopciones es el de aportar un punto de
vista paralelo, basado en lo global y lo completo, y aplicando la
experiencia metodológica de la antropología cultural a estos campos de
acción.
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