El título del libro hace referencia a la apropiación de la
historia por parte de Occidente. En esta obra, Goody muestra cómo Europa,
partiendo de una postura etnocéntrica y dominante, ha marcado indudablemente las maneras de
concebir el espacio, el tiempo y la periodización del mismo a escala mundial.
Su objetivo, el de promover una visión crítica de la historia. Dar respuesta
a las diversas
divergencias
de ese relato único, es uno de los objetivos del libro y Goody lo llevará a cabo
reexaminando la forma en que fueron concebidos por los historiadores europeos.
Jack Goody afirma que la construcción
de la historia del mundo ha estado dominada por la Europa occidental desde
principios del siglo XIX. Y continúa afirmando que lo que ha
primado en Europa, al igual que en sociedades más simples, es la imposición de
su propia historia sobre el conjunto del mundo. Una tendencia etnocéntrica
achacable básicamente a la dominación fáctica que Europa ha ejercido en muchas
partes del mundo.
Goody también subraya que para evitar cualquier tendencia
etnocéntrica a la hora de describir el mundo pasado, presente o futuro, hay que
desarrollar una postura crítica, esto supone primero mostrarse escéptico cuando
Europa se declara inventor de actividades como la democracia y la libertad. En
segundo lugar, mirar la historia desde abajo, más que desde arriba (o desde el
presente). En tercer lugar, hay que conceder al pasado no europeo la
importancia adecuada. Y por último, ser conscientes de que incluso la ubicación
de los hechos en el tiempo y en el espacio, lo que se podría considerar la
columna vertebral de la historia, es variable, está sujeta a cambios.
Goody detalla unos términos analíticos que
ayudarán en
ese proceso de alejarnos de las perspectivas etnocéntricas:
- Primero, existe una tendencia natural a organizar la experiencia asumiendo la centralidad de quien la experimenta, ya sea un individuo, un grupo o una comunidad. El etnocentrismo entra en esta categoría.
- Segundo, cuando se da una situación de dominio tal, el etnocentrismo se vuelve agresivo y las “otras razas” se convierten automáticamente en “razas inferiores”. Para explicar esto, Goody indica que se debe procurar no interpretar la historia de forma teleológica, es decir, interpretando el pasado con los ojos del presente. La linealidad de los modelos teleológicos se ha de sustituir por una historiografía que adopte un enfoque más flexible en la periodización.
- Tercero, para realizar un análisis comparativo efectivo, se propone diferencias de situaciones históricas por medio de una tabla que defina la relación entre una serie de condiciones, de esta forma se tratan los conceptos desde un punto de vista comparativo y sociológico.
Tal como afirma Goody, la historia se
presenta y conceptualiza según lo que sucedió en Europa, y después se impone al
resto del mundo;
sin embargo muchas de las “invenciones” que Europa se otorga, como la
democracia, el capitalismo, las libertades, etc., no fueron suyas en realidad,
sino que ya existían, aunque fuese de forma embrionaria, en otros lugares, y
sin embargo esta procedencia se desconoce o ignora. Leyendo esta
obra de Goody, he recordado el concepto de ciudadanía, en concreto el acuñado
por el representante de la sociología inglesa de postguerra, T.H. Marshall en su obra Ciudadanía y clase social (1949), como
un estatus que se ha ido adquiriendo con el paso del tiempo y se “ (…) otorga a
los que son miembros de pleno derecho de una comunidad” (Marshall,
312:1997),
disfrutarán de los mismos derechos y obligaciones. Los derechos de ciudadanía
entonces, mitigan las tendencias a la desigualdad que origina la economía de
libre mercado.
La incorporación de los derechos sociales
al concepto de ciudadanía implicó que toda la sociedad tenía derecho a percibir
una renta razonable, independientemente de su posición social. Estos derechos
de ciudadanía y participación son asignados bajo el paragüas del Estado de
bienestar como
mecanismo para paliar las desigualdades sociales que conlleva el capitalismo. La
conceptualización de derechos y de responsabilidades está estrechamente
imbricada a la idea de la ciudadanía en el contexto de Europa. Pero, ¿hasta que
punto es una innovación del viejo continente o una apropiación más de una
historia sesgada, incompleta y
etnocentrica? Una cuestión ligada estrechamente a lo que Goodoy sostiene en su
obra…
Bibliografía
Goody, J. (2006)
The Theft of History. Cambridge University Press.
Marshall, T.
(1997) Ciudadanía y clase social. REIS. 79/97. Pp. 297-344. Madrid.
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