sábado, 25 de junio de 2016

Pierre Bourdieu y Paul Rabinow. Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos. Conclusión y Posfacio

Bourdieu exhorta la lectura de la obra de Rabinow en la que éste analiza la relación entre el antropólogo y el informante. Sigue siendo necesario recordar que los hechos están construídos, las observaciones no son independientes de la teoría, que el etnógrafo y su informante colaboran en trabajo de interpretación conjunto.
Rabinow concluye ejemplificando a través de la narración de sus experiencias en Marruecos, sus primeros contactos con la otredad, las zonas de transición de la cultura marroquí y la relación con sus informantes de quienes les separaba las diferentes redes de significación hasta que estas se fueron entremezclando. Reconociendo las diferencias mútuas fue como se hizo posible el diálogo.
Leer esta obra permite evaluar las siguientes cuestiones: ¿Qué es un informante y qué hace exactamente cuando elabora una representación de su propio mundo para el antropólogo?, ¿la misma relación encuestadora en la que el interrogado se cuestiona a sí mismo sobre aspectos hasta el momento problemáticos para él, no puede producir una alteración fundamental que sesgue el resto de observaciones, y que suponga una distorsión mucho mayor que el etnocentrismo?
La cultura no se presenta de forma neutral ni de una sola vez, lo que hace que todo hecho cultural pueda ser interpretado en muchas formas distintas, y en más de un nivel, por el antropólogo y los sujetos. Los informantes han de interpretar su propia cultura y la del antropólogo, y viceversa. Ambos viven en mundos ricos y diferentes, y la traslación del conjunto de experiencias de uno al otro no es sencilla. Ese proceso de traslación es una de las habilidades más importantes en el trabajo de campo. Dada esta situación en la que tanto el antropólogo como el informante viven en mundos que tienen sus propias “tramas de significación”, no existe en la antropología ni una posición de privilegio ni una perspectiva absoluta. 
Conectado con este texto, he recordado la lectura de un trabajo de Francisco Frances (2009), ¿Y a mí que me importa?: estrategias hacia un modelo de participación instituyente en la juventud.
Era de especial interés tener acceso a los modos en que los individuos se veían a sí mismos, a sus interlocutores, representantes, a las instituciones implicadas y al mundo que les rodeaba. Se intentaba con ello analizar las narrativas basadas en la experiencia y procedentes de diversos contextos socioeconómicos. En concreto, a través de un trabajo de campo se quería conocer “cuál es la definición social de la situación en todo aquello que tiene que ver con el joven y cómo se construye socialmente esa realidad, especialmente en el marco de sus redes de relaciones grupales” (Francés, 2009:393). Cúal es la definición social de la situación en todo aquello que tiene que ver con ser joven y cómo se construye socialmente esa realidad, no sólo debe interesarnos recoger las narrativas de esta población en particular, sino de todos los actores implicados. Tras el trabajo de campo, quedaría un proceso muy importante, y tal como lo señalaba el texto de Bordieu y Rabinow, el de traslación, pues hay que intentar localizar esas tramas de significación; lo que dota de significado nuestra investigación.

Bibliografía
Rabinow P. (1992) Reflexiones sobre un trabajo de campo en Marruecos. Conclusión y Posfacio de Pierre Bordieu. Júcar Universidad. Madrid.
Francés, F. (2009) ¿Y a mí qué me importa?: estrategias hacia un modelo de participación instituyente en la juventud, en Tezanos, J. (ed.), Juventud y Exclusión Social: Décimo foro sobre tendencias sociales. Editorial Sistema. Madrid.
 

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