Matías Mata. Fuente: Prieto, J. |
La
entrevista fílmica establece una forma relacional distinta a la habitual; es
utilizada tanto para fines comunicacionales como de investigación. Se abre la
posibilidad de crear un discurso dialógico a través de registro directo sobre
lo que dice o hace el informante y se hace posible incluso omitir el comentario
omnisciente del investigador (para evitar interferencias). Con el cine, los
investigadores ya no son traductores de otras voces. El cine se convierte en
una revolución epistemiológica. La introducción del sonido sincrónico nos
traslada de la observación a la participación. Éste transforma la práctica de la
imagen y la imagen misma. En los comienzos de la utilización de la
documentación audiovisual para uso antropológico la imagen se convierte en
palabra, como sinónimo de espontaneidad, y la palabra en “objeto de verdad”
(Guaraní, 2007:6).
En el proceso de la investigación audiovisual llevada anteriormente a
cabo (Prieto, 2015) se utilizaron medios e instrumentos antropológicos
(entrevista abierta semiestructurada, registro audiovisual, observación
participante o foto elicitación) aunque en su ejecución final dejó muchas
cuestiones antropológicas de interés que resolver. Igualmente, investigaciones
llevadas a cabo como la de Teresa Pereda (Freitag, 2012), hace uso del enfoque
etnográfico, del trabajo de campo y del registro fotográfico y audiovisual,
pero no profundiza en ellos como lo haría un antropólogo. No llega a obtener
los resultados de una investigación antropológica, pero si logra vincularla al
proceso creativo.
También difieren los modos de preguntar, con cuestiones dirigidas y
otras completamente abiertas, pero todas con un único fin, tratar de conocer a
través de la experiencia de la palabra del otro. Para Lanzmann como Comolli
(Guaraní, 2007:7), cuando se filma nos encontramos en situación de violencia y
poder; hay que hace visible la violencia y el poder en la entrevista.
Para la realización de un documental se necesitan profesionales que
dominen el formato periodístico para la entrevista, con habilidades técnicas y
estéticas. Pero en la realización documental ha comenzado a aparecer cierto grado
de invasión. Los sujetos filmados hacen valer su derecho a controlar su propia
imagen, y esto comienza a hacerse valer en el cine documental independiente,
pero de una forma no exenta de polémica, generalmente a través de una
desventaja social, sin derechos políticos y económicamente oprimidos. Ha
aparecido cierta tradición de la víctima en el cine documental en la que la
parte marginal expone su problemática pero sin evidencia de que las condiciones
socioeconómicas en las que ha acontecido esa marginalidad hayan variado.
Concluye Ruby (1991) que el cine documental que pretende realizar cambios socio
políticos no produce per se el cambio deseado.
El registro audiovisual, según Guaraní (2007) nos permite cuestionar
críticamente la validez de nuestros métodos de investigación así como de sus
fundamentos epistemológicos, y repensar nuevas formas en el uso de las
herramientas de investigación de las que disponemos para poder así comprender
el mundo y para aportar a algunas transformaciones necesarias en él. En todo
caso, y tal como manifiesta Rollwagen (1995), la filmación antropológica debe
realizarse tras un riguroso trabajo de campo, orientado por una actitud
comparativa y delimitando el marco teórico que se quiere filmar. La filmación
está condicionada por la habilidad del creador/científico por concebir su
investigación en términos de teoría antropológica, lo que afecta a todas las
fases de la investigación, el tema focalizado, la recogida de las
observaciones, la conducción del análisis y la preparación de resultados. El objetivo
final es comunicar nuestra etnografía, a una audiencia lo más diversa posible
(estudiantes, profesionales y público en general), no simplemente ser una
herramienta de registro o una producción con un fin estrictamente académico.
Bibliografía
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