La autora
realiza un estudio sobre las diferentes opciones estéticas con relevancia
antropológica, generadas a través de la fotografía, reflexionando y ejerciendo
autocrítica sobre su propia tesis doctoral.
Antes de continuar,
avanzamos que el término ‘estética’ es polémico, incluso obviado por algunos
autores, pero en el contexto fotográfico en el que nos encontramos, y
centrándonos en la dicotomía arte – ciencia (contraposición que puede
entenderse como positiva y productiva), hablamos de una captura de imagen que
implica la elección de una composición acerca de lo que nos gusta ver y/ o como
queremos ser vistos.
Para analizar la
relevancia antropológica que poseen las relaciones sociales, como el qué, el
por qué y el para quién, propone el antropólogo Chris Wright que nos fijemos
en las opciones estéticas, en la composición estética de las relaciones. Analizamos la importancia de la relación antropológica y el
privilegio que muestran ciertas opciones estéticas, a través la fotografía y la
negociación entre antropólogo y los seres objeto de estudio. Esta investigación
de la autora, afronta un proceso discursivo y reflexivo en el que se produce
una interactuación sobre la utilización de la fotografía desde el punto de
vista antropológico. El debate sobre la responsabilidad de la representación
fotográfica da origen a nuevos interrogantes sobre cómo son planteadas las
fotografías y con qué fin se representan.
¿Qué es relevante?
La
tesis versa sobre la dinámica de una familia de agricultores, en un entorno de
productores de caña de azúcar de Fiji, y trata de analizar las experiencias de
mujeres y niños, seres socialmente invisibles pero que dan forma a construcciones
de género y antigüedad dentro del entramado familiar. El material visual
describe el entorno físico, la diversidad, las condiciones laborales y las
relaciones sociales que interviene en el trabajo organizado. Existía entre la
antropóloga y los participantes cierto grado de conciencia y compromiso con la
cámara, pero en el proceso de plasmación de imágenes se consiguió ‘naturalidad’
a través de lo ordinario. Los participantes nunca modificaron la escena sino
que la naturalidad construida fue buscada o generada por el trabajo
fotográfico de la antropóloga. Las prácticas fotográficas, sus poses, son
reflejos de sus valores e identidades culturales revelan las negociaciones y
relaciones que tienen lugar en torno a la fotografía.
En
el trabajo de campo, los medios de comunicación visual complementan el texto
escrito y añaden un elemento representativo generador de sensaciones en cuanto
a la gente y el lugar; tiros de la vida cotidiana. Y aquí, en las fotografías
se ve lo invisible, el trabajo de aquellos a quienes no se nombra; los niños y
las mujeres en las granjas, y su contribución a la industria del azúcar. Este
realismo documental, este modelo, se convierte en nuestra propia ‘estética’. Por
tanto, lo relevante desde el punto de vista antropológico dependerá de los
parámetros elegidos. Al menos, fue así en un principio.
Sin que
ello suponga una fusión de los usos de medios visuales para el estudio de la
cultura y el propio estudio de las formas prácticas visuales, se concluye que
la representación en este trabajo se enriqueció con el examen de las prácticas
visuales, tanto del antropólogo como de los participantes.
Carswell, S. (1999) Aesthetic choices: negotiations in the field. University of Otago. New Zeland.
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