Graffiti en Santa Cruz de Tenerife de Matías Mata |
La auto-representación es la práctica de representación de una cultura a
través de “ojos endémicos y, a la vez, por ojos extranjeros (Freitag, 2012:131).
Ésta se convierte en el registro visual producido por los propios
investigadores. Lo visual se construye desde el interior de una cultura. El
diálogo entre la antropología y el arte supone una nueva valoración en los
nuevos modos de realizar el registro visual y en sus modos de construcción.
Barrera (2008) afirma que la
video-elicitación es un método narrativo que permite representar una síntesis
que abarca el pasado y presente, sin tener la necesidad de recurrir a los
indicios gráficos, o a los textos escritos. Y se puede conseguir por medio de
las reflexiones de los interlocutores al observar el material disponible. Se
puede destacar de esta metodología:
1. Que nos acerca a las interpretaciones que los interlocutores tienen de
su realidad.
2. Permite reflexionar sobre la interpretación del investigador respecto de
la realidad observada.
3. Proporciona advertir la síntesis entre el pasado y el presente de la
realidad observada y la relación entre el/la entrevistada, los interlocutores y
la audiencia.
González (2011) sostiene que
la foto-elicitación se basa en que las imágenes evocan un discurso que es
significativo para comprender cómo los informantes se representan en relación a
las imágenes que ellos mismos, o personas de su entorno, han tomado. Tal como
subraya Gómez y Ardévol (2011), en esta técnica el investigador utiliza la
fotografía como una ventana al mundo de sus sujetos; el contexto social puede
inferirse del significado de estas imágenes para sus autores. Relatos que en
ocasiones son capturados a través de fotos o vídeos y que son difundidos,
transmitidos, compartidos y reenviados en Internet, a través de blogs, foros o
redes sociales. De este modo, se transgrede su propio medio de
representación original para crear con ello, una reproducción y divulgación
alternativa. Esto da forma a una cultura participativa de receptores, que
vuelven a reproducir, distribuir y reescribir estos graffitis, asumiendo un
papel activo en el proceso de difusión.
Hay que tener en cuenta que la
tecnología es un posibilitador de las acciones sociales y en su diseño están
inscritas formas de estructurar y entender la sociabilidad. Si lo tecnológico
es social, nuestro objeto de estudio es la hibridación tecnosocial que va más
allá del texto y de una mirada sociológica o psicosocial centrada en el sujeto
o en el discurso textual. La etnografía virtual es una oportunidad para
transformar reflexivamente el propio método etnográfico y
replantear los supuestos teóricos y epistemológicos que sustentan nuestra
relación con lo técnico. Aquí, la tecnología dialoga con lo humano, lo escrito
con los recuerdos y el presente con el pasado. No obstante, autores como Ruby
(1991) nos recuerda que los nuevos sistemas de comunicación satélite, cable, en
definitiva internet, proporcionan acceso a un gran número de espectadores/observadores,
y es importante tener en cuenta que la forma en que se ha introducido la
diversidad, no amenace seriamente la estructura de poder ya existente.
Rayón y Heras (2012) citan a
Banks, para subrayar que la foto-elicitación es como una foto-provocación,
donde esta técnica se centra en rescatar comentarios, recordar acontecimientos,
generar discusiones, opiniones y hacer fluir diferentes puntos de vista en un
grupo de personas. Con esta técnica hace posible un proceso en que los
observadores y los observados introducen en el trabajo de campo un método de
trabajo exploratorio que facilita datos muy relevantes para la investigación
llevada a cabo. Así la elicitación en el trabajo de campo cumple una función de
alumbramiento del mundo de realidad analizada, que no son directamente
observables: entornos que por diferentes motivos están acotados o no resultan
fácilmente accesibles.
En otras palabras, la
elicitación como instrumento metodológico a incorporar a nuestra investigación,
nos puede permitir acceder a datos que por su tangibilidad nos ayuden en el
proceso de extrañamiento en el trabajo etnográfico, y tal como afirma Montero
(2012) facilite la formulación de nuevas preguntas sobre significados o
reflexiones, estimulando un diálogo sobre la imagen. La reflexión que va suponer
su utilización, en el visionado de imágenes por parte del escritor del
graffiti, y por parte del investigador como observador, puede suponer una
importante herramienta, para el análisis y conocimiento del objeto de estudio,
y puede ilustrar y complementar de un modo significativo la investigación en su
conjunto.
Bibliografía
Ardévol, E., Bertrán, M., Callén, B y Pérez, C. (2003) Etnografía virtualizada: la obervación participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital, núm. 3: 72-92 (primavera 2003). Universitat Oberta de Catalunya.
Ardévol, E. (2008) Cine etnográfico: relato, discurso y teoría. En El medio audiovisual como herramienta de investigación social. Documentos CIDOB. Dinámicas Interculturales; 12, Pp. 31-50. Fundación CIDOB. Barcelona.
Barrera, J. (2008) Reflexiones sobre el uso de la cámara
de vídeo en el trabajo de campo: el caso del centro social okupado
autogestionado Can Masdeu. IX Congreso Argentino de Antropología Social.
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales – Universidad Nacional de Misiones,
Posadas.
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