Marcus subraya en este
ensayo la figura del etnógrafo como
activista circunstancial. Cómo el movimiento
entre lugares (y niveles de sociedad) otorga
un carácter de activismo a la investigación.
No como un
activismo asociado a la afiliación con un movimiento social determinado, sino
uno
específico y circunstancial a las condiciones de hacer investigación multilocal
durante la cual el antropólogo se encuentra en todo tipo de compromisos
personales. El conflicto no se resuelve desde el tomar distancia parapetado en
el papel de antropólogo académico sino en ser ese etnógrafo activista: la
identidad que proporciona unidad en un espacio complejo.
George E. Marcus
argumenta el surgimiento de la etnografía multilocal como propuesta para renovar
el trabajo de campo antropológico y para describir etnográficamente los
procesos culturales, sociales y económicos más allá de los límites locales o
regionales. Marcus se centra, por tanto, en la etnografía multilocal, su
desarrollo, retos y expectativas. Señala diferentes entornos donde diversos tipos de
investigación etnográfica multilocal han establecido su importancia, áreas
donde los objetos de estudio han sido tratados para realizar trabajos de
investigación múltiples y móviles: en los análisis relativos a los medio de
comunicación; en el estudio social y cultural de la ciencia y la tecnología; en
los estudios relativos al desarrollo, etc.
Es interesante el
tratamiento que hace Marcus sobre algunas
etnografías que no
se desplazan, y que pueden
estar no obstante
ubicadas en contextos multilocales, lo cual es diferente de construir un
sistema mundo. Es el caso de la etnografía estratégicamente situada, la cual
trata de entender, ampliamente, el sistema en términos etnográficos y, a la
vez, a los sujetos locales. Es por ello, una etnografía local pero sólo circunstancialmente lo
que la distingue de otras etnografías unilocales.
La
modalidad multilocal se incorpora en el
sistema mundo, saliendo de los lugares y situaciones locales de la
investigación etnográfica. El surgimiento de esta etnografía es respuesta a los retos empíricos en el
mundo y a la transformación de los sitios de producción cultural. Seguir
empíricamente el hilo conductor de procesos culturales lleva a la etnografía
multilocal.
Marcus afirma que entre los antropólogos el giro teórico hacia la
etnografía multilocal puede generar tres tipos de ansiedades:
a) por los
límites de la etnografía: Marcus sostiene es
que cualquier etnografía de una formación cultural en el sistema mundo, es
también una del sistema y que, por tanto, no puede ser entendida sólo en
términos de la etnografía unilocal convencional. La
primera cuestión que subyace sería, ¿podría trasladar a otro lugar una investigación
etnográfica realizada? ¿qué elementos y variables debo de considerar a la hora
de abordar la misma exploración etnográfica en otro terrirtorio con sus propias
singularidades, a priori únicas?
b) por la
reducción del poder del trabajo de campo: Aquí Marcus afirma que la
etnografía multilocal es extensiva, trata de estudiar y comprender varias
comunidades relacionadas en un mismo contexto de estudio y establecer su
relación con base en una investigación
etnográfica directa. Aquí y en relación, con el anterior epígrafe, puede
que el trabajo de campo llevado a cabo el un lugar, al trasladarlo a otro
territorio se vea desubicado en el
desarrollo de una etnografía multilocal. Marcus
podría contestarme que lo que no se
pierde, sino que se ve aumentada, es la traducción de un lenguaje cultural a
otro. Yo me preocuparía entonces en cómo llevar
a cabo esa traducción.
c) por la
pérdida de lo subalterno: en este epígrafe puedo encontrar el camino para dar
respuesta a algunas de las cuestiones planteadas. Si pongo en marcha mi
exploración multisituada, la comparación se llevaría a cabo a partir de plantear preguntas a un objeto de
estudio cuyos contornos, sitios y relaciones no se conocen de antemano, pero que contribuirían a la realización de una descripción y análisis que
tiene, en el mundo real, sitios de investigación diferentes y que están
conectados de manera compleja. El objeto de estudio es por ello móvil y su
situación múltiple. Sólo queda formular las
preguntas adecuadas, pero sobre todo, no dar por hecho nada desde el comienzo
de la investigación.
Puedo relacionar este
ensayo con un texto de Bordieu (1999), La miseria del mundo, una obra que compila testimonios de personas en
relación con su existencia y las dificultades encontradas en sus realidades más
cercanas. Lo
importante es el modo en que interpretan sus vidas y relatan la interpretación que de esa misma experiencia
hacen otros, o en su caso, los otros no ven, y lo que ellos sí que pueden
percibir. Un relato discursivo junto con otros relatos que
comparten un momento histórico. Este relato de vida coral, desde el discurso individual y multisituado, puede ser una referencia a
lo que Marcus llama seguimiento de la trama, la vida o biografía; en primer
lugar, las narrativas y tramas son fuente de
conexiones, asociaciones y relaciones para conformar objetos de estudio
multilocales. Una técnica muy útil para el estudio de
la memoria social. Y en segundo lugar, producir y desarrollar historias de vida como
etnografía ha sido objeto de gran reflexión, pero como afirma Marcus, pocas
veces se ha considerado el uso de la biografía narrativa como un mecanismo para
diseñar investigación multilocal.
Bibliografía
Bordieu, P.
(1999) La miseria del mundo. Akal. Madrid.
Marcus, G. (2001) Etnografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la
etnografía multilocal. Alteridades, vol. 11, núm. 22, julio-diciembre, 2001,
pp. 111-127. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa. Distrito
Federal, México.
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