Abril (2012) se refiere al texto verbovisual. El texto es una unidad de
comunicación multisemiótica o multimodal, no necesariamente literaria,
sustentada en una práctica discursiva, e inserta en redes textuales que pueden
integrar o no elementos verbales. Etimológicamente, el texto es un tejido o
textura que aporta a la “trama las cualidades visuales propias que precisa un
primer análisis del texto visual” (Abril, 2012:16). En definitiva, el proceso
interpretativo, la experiencia de la lectura y las condiciones socioculturales,
son los que convierten al texto en un elemento objetivable.
Así pues, el texto visual, como el texto en general, presupone la
existencia de redes textuales que establecen relaciones diversas entre los
propios textos, en particular y en su conjunto. Pero además de esta
“intertextualidad generalizada” (Abril, 2012:17), de esa aplicación de
prácticas semióticas, los textos son generadores y reproductores de prácticas
sociodiscursivas o socioculturales. El engranaje del texto dentro de estas
prácticas extiende una nueva medida de campo de los textos visuales y el campo
de la cultura visual. Hablamos ahora de texto y cultura.
Otros autores como Monnet y
Santamaría (2011) subrayan que se trata en definitiva de explorar un lenguaje
en que lo visual tenga el mismo peso e importancia que el texto escrito.
Intentando combinar distintos registro en esta empresa (como el audio, el
visual y el gráfico). Se crea con ello una nueva perspectiva multi-semiótica,
dándonos la posibilidad de explorar y desarrollar nuevos caminos en las maneras
de describir e interpretar lo social, acercándonos a los sentidos de los otros;
sus realidades, voces e imaginaciones. La tarea científica tiene que estar
dirigida al descubrimiento y compresión de los sentidos de los otros. La labor
queda reflejada en el interés de reflexionar sobre cuáles son las condiciones
que hacen posible una etnografía audiovisual, partiendo del convencimiento de
que es posible dar cuenta de las alteraciones y alteridades sociales a través
de y con lo visual.
En la producción audiovisual, Ardévol (2008) afirma que se construye un
relato, una narración (estructura de la producción), y se elabora un discurso
ideológico (análisis de las relaciones de poder a través de las interrelaciones
culturales), que contribuye a teorizar o a conocer la cultura (conocer el
anthropos, la especie humana). Sobre la producción audiovisual se propone idear
un método de análisis similar a la producción científica o de otro tipo, en
tanto que se trata de una producción cultural. En una representación este mismo
autor nos exhorta a preguntarnos, cómo y para qué realizamos, elaborar un
relato, organizar un discurso, diseñar un modelo de encuentro cultural y ver el
peso de la teoría en la producción. Hay otros autores (MacDougall, 1997) que
van más lejos y se preguntan ¿de quién es la historia?
Pero ello no significa que las producciones audiovisuales deban ser las
mismas o que se sigan los mismos patrones en su ejecución. Se puede dialogar
con otro tipo de producciones, siempre que se sigan unos criterios
antropológicos específicos. Será el tiempo, el debate académico y la tradición
la que normalice estos criterios, siempre, a través de un proceso experimental
reflexivo y teórico. Ejemplo de ello lo representa la necesaria normalización
de la cámara como instrumento o método para la realización de la producción
audiovisual.
Los realizadores etnográficos para MacDougall (1997), poseen similitudes
con los escritores etnográficos, pero muestran mayor sensibilidad a las
implicaciones del texto. El film antropológico debe cumplir con los retos de
certeza del autor y en él encontramos convenciones estilísticas recibibidas
durante el trabajo y una introducción a la auto-reflexividad. Pero como
contrapartida, hay que destacar la escasa autocrítica de la disciplina. Los
textos utilizados en el film, incluidas las otras voces, se subordinan al
autor, así que éstas son voluntad del mismo, como proceso de transmisión.
Ahora bien, desde un punto de vista material, nace la preocupación de
hasta qué punto, éstas controlan o definen su significado. La película se
convierte en un reflejo del encuentro entre el realizador y el sujeto, por lo
que su forma será la que éste último ofrezca. Este autor afirma que es raro que
el producto finalice tal y como lo planteo en su origen el investigador/autor.
Pero es claro que para que la película importe a quien participa, deben existir
implicaciones prácticas o simbólicas para ellos.
Nos encontramos algunas tensiones en la legitimación de estos ensayos
audiovisuales etnográficos, y Ardévol (2008) lo plantea desde la legitimidad de
la representación audiovisual para conseguir el conocimiento antropológico, y
habrá que aplicar diferentes criterios de valoración para su análisis y
clasificación. Tal como afirman Monnet y Santamaría (2011), se trata de
explorar un lenguaje en que lo visual tenga el mismo peso e importancia que el
texto escrito. Intentando combinar distintos registros en este quehacer (como el
audio, lo visual y el gráfico). Se crea con ello una nueva perspectiva
multi-semiótica, dándonos la posibilidad de explorar y desarrollar nuevos
caminos en las maneras de describir e interpretar lo social, acercándonos a los
sentidos de los otros; sus realidades, voces e imaginaciones. Ardévol (2003)
afirma que la conexión entre el texto y el sentido de las interacciones
textuales la encontramos en cómo asumen los participantes el significado de
esas acciones y en la memoria de anteriores interacciones. Así se construye el
conocimiento etnográfico y se constituye el marco interpretativo del
investigador.
BIBLIOGRAFÍA
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Can the association between these fields generate valuable insights into the
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