La difícil construcción de la identidad en línea
El etnógrafo busca ser
aceptado en el grupo como uno más. Hay que tejer relaciones para crear lazos de
confianza, amistad o complicidad. Y para hacerlo hay que crear un rostro
virtual, un nick. Su elección nos puede servir para iniciar una conversación en
un chat pues se le vincula con la personalidad del sujeto (los nicks más
femeninos dan pie a aproximaciones amistosas más o menos sexualizadas).
En la
investigación se obvian nicks reveladores de la investigación etnográfica. Pero
aquí surge un dilema ético; lo correcto parecía plantear de inicio la
investigación, pero se desconocía quiénes eran los interlocutores o como eran
sus relaciones. Finalmente, la ‘confesión’ se pospuso a un momento posterior,
de mayor confianza (se pararía la investigación si no se obtenía la aceptación).
Para la
investigación, las etnógrafas utilizan preferencias personales propias y pronto
se contagian del lenguaje y la dinámica de la comunidad virtual, lo que planteó
tensiones entre la identidad personal y el roll investigador. Se superó pronto
la consideración de newbies en el
chat, adoptando y reconfigurando las identidades en línea y convirtiéndose pronto
en miembros del grupo virtual.
Entrevista semiestructurada
Tras la
adaptación inicial, en el periodo de observación participante se decide
guionizar una entrevista a los participantes en el chat para ampliar
información. El guion nace de las impresiones recogidas hasta ese momento, y
tomando en consideración los objetivos principales de la investigación; las
relaciones de género en espacios de chat. Se realizaron 39 entrevistas abiertas
con una pregunta anzuelo y una serie de preguntas guionizadas, pero con
libertad en su planteamiento. Existía contacto directo
con la founder del chat y las preguntas
se convirtieron en topic del canal.
La textualidad
En la relación
virtualizada, el carácter textual de la interacción es un elemento básico
(aunque también existe comunicación no verbal, ésta no posee soporte físico). En
su lugar, se utilizan formas distintas para incorporar señales del contexto
socioemocional en el mismo lenguaje, como es el caso de los emoticones. En un
chat debemos refinar los recursos a utilizar, considerando que no siempre nos
sirven los de la vida real.
En los chats se realiza
un uso económico del lenguaje, abreviaturas y otras estrategias creativas,
además de interrupción y no respeto por el turno de palabra en la
interlocución. El lenguaje se vuelve críptico y novedoso para newbies. Algunos lo llaman nuevo
lenguaje electrónico, otros empeoramiento del lenguaje.
El ritmo de la conversación
El chat posee un ritmo de la conversación diferente al real. En el
diálogo basado en el esquema pregunta-respuesta, la parte investigadora
pregunta pero el interlocutor no siempre responde inmediatamente. Se suele
producir un paso de tiempo en el que no se sabe si ha tenido lugar la
recepción, si ésta ha sido entendida o no quieren contestar. En esta
‘incertidumbre’ se utilizan elementos como puntos suspensivos para llamar la
atención sobre su vida virtual o física (saludos, despedidas, pausas, citas
para momentos posteriores,…). En estas pausas, que se rellenaban completando el
libro de campo, afloraba cierto grado de impaciencia en las investigadoras.
Las respuestas
son breves, cortas (seis palabras de media) y con un lenguaje encriptado y/o
gráfico. Las personas con las que se habían entablado mayores relaciones de
confianza, con rasgos de liderazgo, muestran respuestas más cortas ante
preguntas directas que el resto de interlocutores. Los otros se hacen más
participativos. Conclusión; el entrevistado/a no siempre asume el proceso autorreflexivo
o la capacidad de metacomunicar sobre el propio estilo de comunicación. La
comunicación sincronizada que se creía positiva al hacer posible la valoración
y el replanteamiento de preguntas, y la posibilidad de actualizar el
cuestionamiento en la interlocución, no siempre supone la posibilidad de éxito.
Ardévol,
E., Bertrán, M., Callén, B y Pérez, C. (2003) Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista
semiestructurada en línea. Athenea Digital, núm. 3: 72-92 (primavera 2003).
Universitat Oberta de Catalunya.