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domingo, 19 de abril de 2015

Evaluación del impacto del terremoto en Haití: Resultados, desafíos y lecciones II

El enfoque cualitativo también permitió identificar otro problema: la existencia de miembros de una misma familia que se encontraban dispersos, algunos en el campo de refugiados -los menos vulnerables- y otros en la vivienda -los más vulnerables-. Este hecho planteó un problema metodológico importante, pues la unidad de base de estadística, “el hogar”, aquí se encontraba fragmentada. Fueron muchos los casos de personas que no compartían ni la vivienda ni la comida, pero que eran miembros del mismo núcleo familiar. Esto llevó a una adaptación del cuestionario para no tomar una definición preconcebida del hogar, incluyéndose módulos que permitieran reconstruir a posteriori las personas que conformaban la unidad familiar.
Este proyecto necesitó asociarse con otros para resolver distintos problemas como la actualización de la base cartográfica para poder reevaluar la población que había en las distintas zonas antes y después del terremoto. Los campos de refugiados estaban administrados por la «International Organization for Migration (IOM)», donde se tenía un registro detallado y actualizado; además, por medio de “mapping y foto-satélites” (Herrera, 2014:3) se pudo identificar y “zonificar los campos con el objetivo de establecer una selección aleatoria para el estudio.
Otro desafío en la elaboración del cuestionario fue el de establecer otro indicador estándar del mercado de trabajo, desempleo y ocupación. Herrera subraya que en Haití, muchas personas desarrollan labores que no consideran como trabajo a pesar de prestar un servicio; es lo que ellos denominan el “Démêlè-Dégagé”, aquello que hacen para sobrevivir. De aquí la importancia de desarrollar un trabajo de campo previo a la elaboración del cuestionario.
Una vez realizada toda la investigación de campo y elaborada la propuesta de cuestionario, se contrató a los encuestadores, que tuvieron que pasar una serie de pruebas y una formación de cinco semanas -finalmente el trabajo fue realizado por 120 encuestadores-. Se realizó a través del método «CAPI» que consiste en la administración del cuestionario con una entrevista personal, donde los datos son incluidos directamente en el ordenador (Herrera, 2014:4). Uno de los mayores problemas encontrados en esta fase, fue la evaluación del impacto directo de pérdida de vidas humanas. Como no existía un número concreto de fallecidos, se llegó a la conclusión de que sólo se podría estimar el número mínimo de éstos, pues en la encuesta se preguntaba por ello.
El resultado de esta investigación, atendiendo a una selección socioeconómica y no sólo circunscrita a consideraciones materiales y monetarias (Herrera, 2014:4), evidenció que el grado de destrucción fue mucho más intenso en aquellas poblaciones que se encontraban concentradas en los campos de refugiados, y los hogares más vulnerables -viviendas más precarias- fueron los que mayor destrucción sufrieron. Se constató que hubo más daños en lugares en los que el terremoto había sido de menor intensidad, pero que las viviendas eran más precarias que en aquellos lugares en los que el terremoto había sido de mayor intensidad. Esto demostró que el fenómeno que se denomina “catástrofe natural” corresponde en realidad a una situación de vulnerabilidad socioeconómica. También se comprobó que el mayor número de muertes se registraron entre las unidades familiares de los refugiados en los campos.

Gran parte de la solidaridad llegó por medio de los propios haitianos, que ayudaron a realojar o acoger a familias que lo habían perdido todo. Las instituciones se limitaron a distribuir ayuda, en su caso demasiado tarde (Herrera, 2014:8), donde era más accesible, es decir, en los campos de refugiados, dejando fuera de la ayuda a mucha gente que, a pesar de haberlo perdido todo, no se concentraba en uno de esos campos. También existieron varios programas de ayuda, pero estos no respondieron a las necesidades reales de la población. Se llegó a la conclusión de que la mayor parte de los damnificados por el terremoto nunca fue a un campo de refugiados, y que la solidaridad entre hogares funciona mejor que la ayuda internacional e institucional desplegada para tal fin. Por último, las políticas públicas deberían considerar la evaluación de los impactos de los desastres ocurridos, para diseñar unas estrategias preventivas para futuros acontecimientos de similares dimensiones (Herrera, 2014:3).

domingo, 12 de abril de 2015

Evaluación del impacto del terremoto en Haití: Resultados, desafíos y lecciones

El economista del «Instituto de investigación para el desarrollo de Francia» Javier Herrera nos presenta los resultados de un proyecto que se elaboró para evaluar el impacto que tuvo el terremoto de Haití (12/01/2010), uno de los seísmos más graves de los últimos 20 años, en términos de destrucción y de pérdidas humanas que ocasionó. Con una escala de 7.3 en la Escala de Richter afectó en su mayoría a la capital, Puerto Príncipe.
Haití es uno de los países más pobres del mundo, de ahí que esté más expuesto e indefenso a padecer con mayor intensidad las catástrofes naturales y epidemias, ya que la mayor parte de la población es más vulnerable, debido a las condiciones precarias de vida que padecen. Las consecuencias del terremoto en Haití “fueron mucho más dramáticas que en otros países con la misma intensidad sísmica” (Herrera, 2014:2). Según subraya Amnistía Internacional (2015) “el sector de la vivienda vivía una crisis ya antes del terremoto”, un fenómeno que destruyó o dañó seriamente 250.000 viviendas, lo que provocó la pérdida del hogar a 2 millones de personas. Que se vieron obligadas a trasladarse a infraviviendas, en campos de desplazados -refugiados-, Internal Displaced Persons -IDP- alredor del país (Phillips, 2011:1).
El principal objetivo de este estudio se centró en evaluar tanto el impacto inmediato -exogenous shock- como los efectos colaterales o indirectos de este fenómeno -social impact- (Herrera, 2014:8). Esta investigación surge a petición de las autoridades haitianas y francesas con el propósito de intentar explicar cómo catástrofes de mayores magnitudes que se han producido en otros países menos vulnerables, han tenido menores consecuencias que este. Y su existencia se justifica por la ausencia de estudios sobre el impacto de catástrofes naturales. Herrera afirma que en el caso de terremotos, a día de hoy sólo cinco de ellos enfocan el tema de la vulnerabilidad, y son los que afectaron a El Salvador, Perú, Turquía, Japón y el terremoto y Tsunami en Indonesia.
Los estudios sobre terremotos se pueden establecer desde un enfoque microeconómico, como es el caso de los cinco citados anteriormente, y por otro lado está la dimensión macroeconómica, que busca evaluar el impacto de estos terremotos en términos estrictamente económicos. La debilidad de este enfoque más económico reside en que reposan en supuestos e hipótesis que no consideran los diversos contextos específicos de las zonas afectadas, por tanto generalizan y dan por supuesta la misma vulnerabilidad para todos los hogares. Herrera sostiene que en los análisis sobre las consecuencias de los choques se pueden distinguir diversos factores como la exposición a las sacudidas, la vulnerabilidad, las medidas en las que puede afectar según las características de la población y por último la respuesta de los hogares, en otras palabras, su capacidad de resiliencia.
La evaluación del impacto del terremoto se puede abordar según Herrera, desde varias perspectivas meteorológicas:
  • Por un lado, un estudio cualitativo, el cual es útil para entender los mecanismos de causalidad –concepto central en la epistemología- y las relaciones complejas existentes en una sociedad. Esto ayuda en la comprensión, pero presenta la limitación de que sus conclusiones no se pueden extrapolar al conjunto de la realidad.
  • Por otro lado, tenemos el estudio cuantitativo, el cual busca representar el conjunto de la realidad, y que permite saber si hay o no sesgo en la selección de la muestra. Al mismo tiempo, el estudio cuantitativo permite conocer los márgenes de error estadísticos asociados. En todo caso, la encuesta cuantitativa no está exenta de enfoques cualitativos. En el caso de Haití, esta encuesta planteó desafíos específicos; la gran cantidad de fallecidos, la destrucción de viviendas y el estado completamente desactualizado del censo -el último era de 2003- proporcionaron una situación bastante compleja para poder establecer un punto de partida; a esto hay que añadir la aparición de una población muy variable en torno a los campos de refugiados.

domingo, 19 de octubre de 2014

Evaluación del impacto del terremoto en Haití: Resultados, desafíos y lecciones

El terremoto que golpeo Haití el 12 de enero del 2010 ha sido uno de los que más víctimas provocado en las dos últimas décadas en el mundo. Decenas de miles de personas perdieron la vida, cientos de miles de viviendas fueron destruidas o seriamente dañadas arrojando a las calles de la capital cientos de miles de personas. Las consecuencias fueron mucho más dramáticas que en otros países afectados por sismos de similar intensidad.


No toda la población haitiana fue afectada de la misma manera. La presentación se centra sobre los desafíos metodológicos que fueron afrontados, la manera en que fueron resueltos, los resultados encontrados acerca de la magnitud del impacto, la identificación de los hogares más vulnerables y las lecciones aprendidas.