España es el país con mayor
porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan -los llamados ninis-
de toda la UE. Uno de cada cuatro (el 25,79%) chicos y
chicas de entre 15 y 29 años no hace nada en la vida. No es que no quieran
formar parte del mercado laboral, es que la sociedad no les brinda esa
posibilidad.
Así lo indica el informe Panorama de la
Educación 2014, que elabora cada año la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE) y que ha sido presentado esta mañana en Madrid
por la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio [vea el informe completo en PDF]. Si España
se compara con los 34 países que forman la OCDE, alcanza también un triste
resultado: es el segundo que mayor porcentaje de ninis tiene, sólo
superado por Turquía, que presenta un 29,19% de jóvenes en esta
situación. Por detrás de España están Italia
(24,62%), Chile (22,33%), México (22,04%) o Irlanda (21,09%).
La cifra es muy superior al promedio de la
OCDE. Además, mientras en los otros países la situación ha mejorado (la media
de la OCDE ha bajado del 15,6% registrado en 2011 al 14,9% de 2012), aquí vamos
acumulando cada vez más adolescentes que pasan los lunes al sol. En
2010, el 23,8% de los jóvenes era nini. Un año más tarde, la cifra subió
hasta el 24,4%. Y en 2012 ya asciende al 25,79%. ¿En cuántas personas se
traduce este porcentaje? En 1.956.900 ninis, según las cifras del padrón
que daba, a 1 de enero de 2013, el Instituto Nacional de Estadística
(INE).
El director de Innovación e Indicadores de
Progreso de la dirección de Educación de la OCDE, Dirk van Damme, ha
señalado en la presentación que los ninis suponen "un gran problema
para España" y pidió que haya "una oferta educativa acorde" con
la realidad de estos jóvenes. En su opinión, la solución pasa por
"aumentar" la Formación Profesional.
Dice la OCDE que, "cuando el mercado
laboral se deteriora, los jóvenes que hacen la transición de la escuela al
trabajo son a menudo los primeros en encontrar dificultades". El problema
es que en España, a diferencia de lo que ocurre "en la mayoría de los
otros países", los ninis se encuentran en el paro; es decir, están
buscando trabajo. El 19% se encuentra en esta situación frente al 6% de media
de la OCDE. Son ninis forzosos. Quieren trabajar pero no les dejan.
Frente a ellos, hay un 7% de jóvenes españoles (9% en la OCDE) que son ninis
inactivos o superninis, que ya no buscan empleo.
La causa de este fenómeno hay que buscarla en
la época dorada del ladrillo, esos años de principio de siglo que
hicieron colgar los libros a muchos jóvenes, atraídos por la promesa del dinero
rápido. Otro de los datos espeluznantes del informe es que casi la mitad de los
españoles de entre 25 y 64 años (el 45%) no ha terminado ni el Bachillerato ni
su equivalente de FP. Como mucho, cursó la educación secundaria obligatoria; es
decir, estudió hasta los 16 años. Este porcentaje español casi dobla al 24% que
presenta la media de la OCDE.
El estudio recuerda, tratando de insuflar
cierta dosis de optimismo, que los españoles más jóvenes tienen mayores niveles
educativos que los miembros de la generación de sus padres, pero la cosa no es
para tirar cohetes. El 36% de la población española de entre 25 y 34 años no
tiene ni el Bachillerato. En la OCDE, este porcentaje es del 17%.
La
crisis ayuda
Algo bueno ha pasado, al menos, con la crisis
económica: ha forzado a los jóvenes a permanecer más tiempo en el sistema
educativo. El porcentaje de los jóvenes adultos que se matriculan en algún
programa de educación formal después de terminar la educación obligatoria (es
decir, después de los 16 años) ha ido creciendo a un ritmo más rápido en España
que en la OCDE, apunta este estudio. Antes de la crisis, en 2008, alrededor del
81% de los jóvenes entre 15 y 19 años y el 21% de los de 20 a 29 años estaban
matriculados en algún programa educativo. En 2012, estos porcentajes subieron
hasta el 86% para los jóvenes de entre 15 y 19 años y hasta el 28% para los de
20 a 29 años. En los países de la OCDE, el incremento ha sido menor: del 81% al
84% en el primer caso y del 25% al 28% en el segundo.
La tesis del informe es que un nivel
educativo más alto reduce el riesgo de desempleo, aunque en España, como las
tasas de paro son más altas, un título universitario o su equivalente en FP no
reduce tanto el riesgo de desempleo como en otros países. En España, en 2012,
el 31,2% de los adultos que dejaron los libros antes de los 16 años estaban
desempleados (el promedio de la OCDE fue del 13,6%), mientras los adultos con
título universitario o equivalente tenían una tasa de paro del 14% (el promedio
de la OCDE fue del 5%).
Seguir estudiando compensa, dice la OCDE. En
primer lugar, para tener más posibilidades de encontrar trabajo. En segundo,
para ganar más (hay un 20% de diferencia salarial entre los que no han
alcanzado el Bachillerato y los que lo han terminado. Y en tercer lugar, para
alcanzar un mayor grado de satisfacción en algunos aspectos sociales.
Poca
excelencia
El otro gran problema que hay en el sistema
educativo español es que los resultados obtenidos por los que sí estudian son
bastante mediocres. Sólo el 12% de los universitarios alcanza resultados
excelentes en competencia lectora, frente al 24% de la OCDE. En competencia
matemática, hay un 10% de españoles con buenas notas frente al 26% de la OCDE.
Dice este informe que "las puntuaciones obtenidas por la población
española con título universitario son sensiblemente más bajas que las de la
media OCDE". "Un nivel competencial alto va unido a mejores
perspectivas de empleo", dice el informe.
Montserrat Gomendio ha expresado que estos
resultados "ponen de manifiesto que se ha realizado un esfuerzo para
aumentar la inversión educativa que no ha tenido resultados en el rendimiento
de los alumnos".
"Es importante
empezar a cambiar el enfoque y no medir sólo por niveles de inversión, sino por
resultados", ha dicho, y ha instado a las familias a "involucrarse
más". "El rendimiento de los alumnos está muy vinculado a la
frecuencia con que los padres preguntan a los niños qué tal les ha ido en el
colegio. Mejora enormemente porque los alumnos entienden que para sus padres es
importante".
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