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viernes, 26 de septiembre de 2014

España es el país con mayor porcentaje de 'ninis' de la UE

Artículo de Olga R. Sanmartín publicado en El Mundo el 09 de septiembre de 2014

España es el país con mayor porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan -los llamados ninis- de toda la UE. Uno de cada cuatro (el 25,79%) chicos y chicas de entre 15 y 29 años no hace nada en la vida. No es que no quieran formar parte del mercado laboral, es que la sociedad no les brinda esa posibilidad.

Así lo indica el informe Panorama de la Educación 2014, que elabora cada año la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y que ha sido presentado esta mañana en Madrid por la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio [vea el informe completo en PDF]. Si España se compara con los 34 países que forman la OCDE, alcanza también un triste resultado: es el segundo que mayor porcentaje de ninis tiene, sólo superado por Turquía, que presenta un 29,19% de jóvenes en esta situación. Por detrás de España están Italia (24,62%), Chile (22,33%), México (22,04%) o Irlanda (21,09%).

La cifra es muy superior al promedio de la OCDE. Además, mientras en los otros países la situación ha mejorado (la media de la OCDE ha bajado del 15,6% registrado en 2011 al 14,9% de 2012), aquí vamos acumulando cada vez más adolescentes que pasan los lunes al sol. En 2010, el 23,8% de los jóvenes era nini. Un año más tarde, la cifra subió hasta el 24,4%. Y en 2012 ya asciende al 25,79%. ¿En cuántas personas se traduce este porcentaje? En 1.956.900 ninis, según las cifras del padrón que daba, a 1 de enero de 2013, el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El director de Innovación e Indicadores de Progreso de la dirección de Educación de la OCDE, Dirk van Damme, ha señalado en la presentación que los ninis suponen "un gran problema para España" y pidió que haya "una oferta educativa acorde" con la realidad de estos jóvenes. En su opinión, la solución pasa por "aumentar" la Formación Profesional.

Dice la OCDE que, "cuando el mercado laboral se deteriora, los jóvenes que hacen la transición de la escuela al trabajo son a menudo los primeros en encontrar dificultades". El problema es que en España, a diferencia de lo que ocurre "en la mayoría de los otros países", los ninis se encuentran en el paro; es decir, están buscando trabajo. El 19% se encuentra en esta situación frente al 6% de media de la OCDE. Son ninis forzosos. Quieren trabajar pero no les dejan. Frente a ellos, hay un 7% de jóvenes españoles (9% en la OCDE) que son ninis inactivos o superninis, que ya no buscan empleo.

La causa de este fenómeno hay que buscarla en la época dorada del ladrillo, esos años de principio de siglo que hicieron colgar los libros a muchos jóvenes, atraídos por la promesa del dinero rápido. Otro de los datos espeluznantes del informe es que casi la mitad de los españoles de entre 25 y 64 años (el 45%) no ha terminado ni el Bachillerato ni su equivalente de FP. Como mucho, cursó la educación secundaria obligatoria; es decir, estudió hasta los 16 años. Este porcentaje español casi dobla al 24% que presenta la media de la OCDE.
El estudio recuerda, tratando de insuflar cierta dosis de optimismo, que los españoles más jóvenes tienen mayores niveles educativos que los miembros de la generación de sus padres, pero la cosa no es para tirar cohetes. El 36% de la población española de entre 25 y 34 años no tiene ni el Bachillerato. En la OCDE, este porcentaje es del 17%.

La crisis ayuda

Algo bueno ha pasado, al menos, con la crisis económica: ha forzado a los jóvenes a permanecer más tiempo en el sistema educativo. El porcentaje de los jóvenes adultos que se matriculan en algún programa de educación formal después de terminar la educación obligatoria (es decir, después de los 16 años) ha ido creciendo a un ritmo más rápido en España que en la OCDE, apunta este estudio. Antes de la crisis, en 2008, alrededor del 81% de los jóvenes entre 15 y 19 años y el 21% de los de 20 a 29 años estaban matriculados en algún programa educativo. En 2012, estos porcentajes subieron hasta el 86% para los jóvenes de entre 15 y 19 años y hasta el 28% para los de 20 a 29 años. En los países de la OCDE, el incremento ha sido menor: del 81% al 84% en el primer caso y del 25% al 28% en el segundo.
La tesis del informe es que un nivel educativo más alto reduce el riesgo de desempleo, aunque en España, como las tasas de paro son más altas, un título universitario o su equivalente en FP no reduce tanto el riesgo de desempleo como en otros países. En España, en 2012, el 31,2% de los adultos que dejaron los libros antes de los 16 años estaban desempleados (el promedio de la OCDE fue del 13,6%), mientras los adultos con título universitario o equivalente tenían una tasa de paro del 14% (el promedio de la OCDE fue del 5%).

Seguir estudiando compensa, dice la OCDE. En primer lugar, para tener más posibilidades de encontrar trabajo. En segundo, para ganar más (hay un 20% de diferencia salarial entre los que no han alcanzado el Bachillerato y los que lo han terminado. Y en tercer lugar, para alcanzar un mayor grado de satisfacción en algunos aspectos sociales.

Poca excelencia

El otro gran problema que hay en el sistema educativo español es que los resultados obtenidos por los que sí estudian son bastante mediocres. Sólo el 12% de los universitarios alcanza resultados excelentes en competencia lectora, frente al 24% de la OCDE. En competencia matemática, hay un 10% de españoles con buenas notas frente al 26% de la OCDE. Dice este informe que "las puntuaciones obtenidas por la población española con título universitario son sensiblemente más bajas que las de la media OCDE". "Un nivel competencial alto va unido a mejores perspectivas de empleo", dice el informe.

Montserrat Gomendio ha expresado que estos resultados "ponen de manifiesto que se ha realizado un esfuerzo para aumentar la inversión educativa que no ha tenido resultados en el rendimiento de los alumnos".


"Es importante empezar a cambiar el enfoque y no medir sólo por niveles de inversión, sino por resultados", ha dicho, y ha instado a las familias a "involucrarse más". "El rendimiento de los alumnos está muy vinculado a la frecuencia con que los padres preguntan a los niños qué tal les ha ido en el colegio. Mejora enormemente porque los alumnos entienden que para sus padres es importante".

Artículo de Olga R. Sanmartín publicado en El Mundo el 09 de septiembre de 2014

domingo, 9 de febrero de 2014

El coste de la estadística pública ahoga a las pymes

Artículo de Francisco Núñez publicado en El Mundo el 03/02/2014

La carga estadística que soportan las empresas es cada vez mayor y deben emplear más tiempo en cumplimentar los cuestionarios que obligatoriamente deben responder al Instituto Nacional de Estadística (INE), un organismo dependiente del ministerio de Economía.
Todo esto les supone un alto coste adicional a la actividad en plena crisis, sobre todo a las pymes, que en muchos casos tienen dificultades en rellenar los formularios y han de acudir a gestores externos. Además, si no cumplen con esta obligación, pueden ser sancionados con multas que van desde los 60 euros, en el supuesto del envío de datos incompletos, hasta los 30.050 euros, por la resistencia a completar la información requerida o el suministro de datos falsos.

El BOE del 11 de enero publicó una lista de 286 empresas, y también de algunas personas físicas, a las que el INE ha abierto un expediente sancionador «por incumplimiento de las obligaciones» estadísticas en diciembre. La mayor parte son pymes. Hay de todo, desde empresas de restauración, cárnicas, tuercas, bodegas, transporte blindado o incluso alguna de seguridad, que precisamente se encuentra en liquidación. Destaca también la presencia de Bulgari España, dedicada a la venta de joyas y relojes de alta gama. En agosto se publicó otro listado de 300.
El caso es que existe una ley de la Función Estadística Pública de hace 25 años que concede esta potestad sancionadora, y una segunda de 1990, que relaciona la larga lista de las estadísticas obligatorias de cumplimentación de las empresas y particulares para la elaboración de la estadística oficial. Entre ellas figura, por ejemplo, la Encuesta de coyuntura de la Industria, el IPC o la Encuesta de salarios. Se suman también las incluidas en los Planes Estadísticos Nacionales y el Programa Anual, vigentes en cada momento, más la información que Europa demande.
Estos datos se piden a las empresas que el INE elige, algunas por un plazo de varios años, garantizando el secreto estadístico. Si no cumplimentan los datos, pueden ser sancionadas. Curiosamente, la ley tipifica que las sanciones no serán de aplicación cuando el incumplimiento sea cometido por los funcionarios.

La carga estadística, cada vez más elevada
Según Cepyme, «la carga estadística obligatoria que soportan las empresas es cada vez más elevada». «Entendemos que los datos son importantes para el Gobierno y el conjunto de agentes económicos, pero hay que hacer una revisión porque cada vez nos suponen más costes y tiempo ajenos a la propia actividad», señalan fuentes de esta organización dependiente de la CEOE.
No tiene mucho sentido que se demanden datos que ya figuran en registros públicos, como los mercantiles o de la propiedad, o en la información de que ya dispone la Administración a través de la Agencia Tributaria, Seguridad Social, o de CCAA y Ayuntamientos. Es absurdo también que se elijan a empresas de pinturas, por ejemplo, cuya información no parece estadísticamente relevante. Además, las autonomías también han legislado en esta materia y ya inundan a las empresas de cuestionarios para elaborar sus propias estadísticas.
Según dice A. S., que tiene una pyme de transporte, «llevo más de tres años rellenando encuestas todos los meses y no entiendo para qué sirve que presente cuentas anuales de mi empresa en el registro mercantil, declaraciones de impuestos trimestrales y anuales del IVA, impuesto de sociedades o a la Seguridad Social. Parece que el Gobierno no puede hacer las estadísticas con estos datos que ya tiene de mi empresa».
Según Cepyme, hay más problemas. Hay muchas pymes o autónomos que son incapaces de rellenar los cuestionarios porque figuran términos y datos «que no son fáciles de entender». Por ejemplo, se necesita cierta formación para cumplimentar datos financieros o de costes laborales. En estos casos, soportan un mayor coste porque han de acudir a una gestoría para rellenar las casillas.

Los requisitos del Gobierno 
Las empresas están obligadas a cumplimentar un número importante de encuestas mensuales y anuales para que el INE realice las estadísticas oficiales.
Si no cumplimentan los datos exigidos, y en el plazo estipulado, se les abre un expediente sancionador que puede acabar en una multa que suele estar de media en los 300 euros en los casos menos graves.
Muchos de los datos que pide el INE los podría obtener de la información de que dispone la Administración y procedente de los registros mercantiles, la Agencia Tributaria o la Seguridad Social.

El Gobierno ha establecido para los nuevos emprendedores, con pymes de menos de 50 trabajadores, que el INE_deberá limitar a sólo una el número de encuestas obligatorias en el primer año de actividad en caso de seleccionada.

Artículo de Francisco Núñez publicado en El Mundo el 03/02/2014

lunes, 29 de julio de 2013

Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012


Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina

Ficha Técnica:

Fuente
La fuente utilizada para la realización del presente trabajo es la página web del Instituto Nacional de Estadística. Ine.es. De manera más concreta es a través de la Encuesta de Población Activa de dónde han sido obtenido los datos necesarios para este estudio.

Periodo de estudio
El periodo de estudio seleccionado está comprendido entre el primer trimestre de 2005 y el último trimestre disponible de 2012. En este caso es el tercer trimestre.

Población estudiada
La población estudiada es la totalidad de ocupados asalariados en el estado español. Estos a su vez son desagregados por el tipo de contrato con el que son empleados. De esta manera podemos calcular la tasa de temporalidad, al relacionar los asalariados indefinidos con los temporales.

Para evitar la distorsión de los datos que, para los profesores Garrido Medina y Juan Jesús González, se puede atribuir a la llegada de trabajadores de otros países he intentado encontrar el mismo tipo de información para asalariados nacidos en España y nacionalizados y me ha resultado imposible encontrar esta variable de la EPA relacionada con el tipo de contrato para el periodo señalado.  Al objeto de añadir información complementaria he obtenido también tablas del INE de asalariados por tipo de contrato en sector público y privado por separado y asalariados por tipo de contrato y grupo de edad. 

Técnica empleada
La técnica empleada es el análisis de tablas de frecuencias absolutas y la realización de porcentajes a partir de las frecuencias que facilita el INE en su Encuesta de Población Activa al objeto de averiguar las distintas tasas de temporalidad para cada sector, público o privado, y para grupo de edad en los diversos años.

Resultados

Fenómeno estudiado Relación con el manual

Como se menciona con anterioridad el fenómeno que se pretende estudiar es la evolución de la tasa de temporalidad entre los años 2005 y 2012. Esto se realiza continuando con la tabla 4.5 del manual de la asignatura, “Tres décadas de cambio social” situada en la página 134.
Este trabajo se marca como meta analizar la evolución de la temporalidad de la contratación en el periodo consecutivo al que abordan los profesores antes citados. En concreto en el capítulo cuatro del libro, en el epígrafe que lleva por título “la evolución de la temporalidad”.
Del mismo modo, y dada la complejidad del fenómeno a estudiar y las diversas hipótesis que apuntan los autores del capítulo señalado, he completado la información añadiendo los grupos de edad según tipo de contrato para cada año del periodo estudiado, así como dos tablas diferentes en las que están desagregados el sector público y el sector privado. De esta manera se pretende paliar, en parte al menos, la ausencia de un estudio longitudinal por cohortes como el que se realiza en el manual de la asignatura respecto al asunto que aquí nos ocupa, la evolución de la tasa de temporalidad. 

Resultado obtenidos

En primer lugar presento la tabla en la que quedan registrados el total de asalariados para el periodo 2005-2012 desagregados por el tipo de contrato, indefinidos y temporales. En esta misma tabla están calculadas las tasas de temporalidad por un sencilla operación consistente en hallar el porcentaje de temporales respecto del total de asalariados
Cabe recordar que para el año 2012 la media de contratos que se presenta es la resultante de los tres trimestres que facilita la EPA a la fecha de realización del presente trabajo.





Esta tabla sin más sería la continuación de la que se presenta en el manual de la asignatura, en la página 134 del mismo, marcada como tabla 4.5.

Ahora bien, para poder realizar un análisis algo más fino de los datos, y de acuerdo con las hipótesis que se plantean en el libro, relacionar la temporalidad con la edad y con el sector para el que se realiza el trabajo asalariado, resulta necesario al menos una tabla que relacione el tipo de contrato con la edad, en este caso con el grupo de edad. Esta se presenta a continuación. En ésta, como en todas las demás tablas empleadas para el presente trabajo, las frecuencias absolutas que reflejan las tablas vienen expresadas en miles, al ser esta la forma en que el INE facilita sus datos.


Por último para poder comprobar como ha sido la evolución de la temporalidad según si el empleo es en el sector público o privado he elaborado otras dos tablas en las que se puede observar estas relaciones.
En primer lugar presento la tabla que muestra los asalariados del sector público por tipo de contrato


A continuación el mismo tipo de información pero para el sector privado.



Ahora con los elementos que hemos confeccionado, ayudándonos de los datos facilitados por el INE, podemos establecer comparaciones entre la evolución de la tasa de temporalidad que señalan los profesores en el manual y los distintos factores que la afectan, con lo que ha sucedido con posterioridad.

A efectos meramente analíticos podemos descomponer el proceso estudiado en dos partes bastante diferenciadas y ambas relacionadas de manera directa con los ciclos económicos que ha atravesado el país a lo largo del espacio de tiempo observado.

Una primera parte viene marcada con el aumento de la tasa de temporalidad, sobre todo en los años 2005 y 2006. Aunque el año 2007 esta tasa descienda respecto al año anterior, aún es mayor que las que se nos muestran en la tabla del libro para los años 01, 02, 03 y 04.  Este periodo que abarca desde el año 2001 al año 2007 es un periodo de aumento del número total de asalariados. Aumenta el total de ellos en los dos grupos, pero la tasa de temporalidad nos muestra que en 05 y el 06 aumenta más en los temporales. Del mismo modo es un periodo expansivo del ciclo económico.

La segunda parte bien diferenciada comienza a partir del año 2007. Este año marca el cambio de tendencias de una manera clara. A partir de aquí desciende la tasa de temporalidad a gran ritmo hasta el final de la serie, con la salvedad del año 2011. La parte negativa es que se inicia también un descenso del número total de asalariados. El descenso más brusco lo encontramos al compara los años 2008 y 2009, donde se pierden un millón de empleos y la tasa de temporalidad baja casi en cuatro puntos porcentuales. Con lo cual podemos concluir que el ajuste inicial del empleo recae en ese periodo en particular sobre los hombros de los indefinidos.

Si contrastamos esta conclusión con la información que nos proporcionan las otras tres tablas que presento podemos descender más al detalle, así comprobamos que del ajuste los más perjudicados son los más jóvenes y los trabajadores del sector privado.

Para concluir con el análisis de la tabla de temporalidad comparada con la que se nos presenta en el manual de la asignatura, podemos afirma que el efecto estabilizador sobre el empleo que atribuyen los profesores a la reforma laboral del año 1997 finaliza en el año 2004. A partir de entonces aumentos de empleo llevan aparejados aumento de la temporalidad. Si bien es cierto que esta no se llega a situar a los niveles del año 1995 en ninguno de los años aquí observados.

Si descendemos de nivel y observamos la tabla que se presenta en la que se relacionan el tipo de contrato con el grupo de edad podemos constatar algunas regularidades llamativas.
La primera es que el empleo para los grupos de más edad es bastante estable, tanto en números absolutos como en tasa de temporalidad. Los grupos que superan los 40 años de edad oscilan de manera suave y a mayor edad menor es la tasa de temporalidad. Incluso han salido relativamente indemnes del ajuste de empleo que ha tenido lugar en la segunda fase de las dos que he señalado al inicio en las que podemos descomponer el proceso estudiado.

El grupo que se sitúa en el centro, el que va de 30 a 39 años, es el más numeroso en asalariados en toda la serie observada. Entre éste y el siguiente, el que va de 40 a 49 años, suponen más de dos tercios de los asalariados en casi toda la serie. Este grupo también mantiene tasas de temporalidad similares a las tasas del total. En valores algo inferiores a la media hasta el año 2009 y algo superiores con posterioridad. También supone buena parte del total del aumento de las contrataciones en el ciclo expansivo.

Son los dos grupos de edad inferiores los que experimentan un comportamiento menos regular y en los que se escenifican de manera sustancial las tendencias contrarias que ha experimentado la contratación. Sus incrementos son sustanciales en los años de crecimiento, y lo son con altas tasas de temporalidad, el grupo de 16 a 19 supera el 80%. en buena parte de la serie. También es con estos grupos de edad con los que se ceba el ajuste de empleo de manera especialmente acusada.

A pesar de las variaciones de edad de las sucesivas cohortes que tiene lugar en este periodo, de los grupos menores desaparecen una proporción elevada de asalariados que no se suman a las cohortes sucesivas. De lo cual se infiere, por la edad que tienen, que han retornado a la formación dado el estado del “mercado de trabajo”.   

Un aspecto interesante de observar, y que se puede realizar con cierta facilidad a través de la tabla de los grupos de edad, es comprobar en qué medida se da el fenómeno que los autores del capítulo señalado denominan segmentación por cronificación.  Ellos afirman que apenas sucede esto, pues al ir adquiriendo edad van disminuyendo las tasas de temporalidad. En un primer momento parece cierta esta afirmación. A mayor edad menor posibilidad de ser asalariado temporal. Sin embargo no deja de albergar cierta cronificación la situación de alrededor del 20% de asalariados de más de 40 años que son temporales en toda la serie. O más del 25% de más de 30 años que sufren esa misma situación.

En cuanto a las tablas de temporalidad por sectores se puede afirmar que es el sector privado el que ha experimentado en carne propia el ajuste del empleo. Casi siempre en buena medida a costa de los temporales. Si bien esta tendencia se invierte en el año 2011, seguramente al calor de las rebajas de los costes del despido facilitada por la reforma laboral del Partido Socialista en el gobierno.

Por el contrario la tasa de temporalidad y el número de empleos en el sector público se mantiene más estable. Experimenta un crecimiento continuo el número de contrataciones y una estabilidad ligeramente descendente la tasa de temporalidad. Aunque no deja de ser llamativo, en cierto modo, que uno de cada cuatro trabajadores del sector público lo sean en régimen de temporales, cuando se supone que para acceder a un empleo en este sector se debe superar una prueba oposición que debería garantizar adquirir la condición de indefinido. Estos niveles de temporalidad se equiparan con los del sector privado, en teoría más expuesto a los vaivenes del mercado.

Por tanto y a modo de conclusión podemos afirmar que cuanto más joven se es mayor es la posibilidad de trabajar con un contrato temporal. Si el empleo tiene lugar en el sector privado mayor es aún la posibilidad, aunque en los últimos años apenas se aprecia diferencias entre ambos sectores en este sentido.

Faltan los datos definitivos de 2012 para poder comprobar la evolución de las tendencias aquí señaladas. No obstante los datos que ya se van sabiendo de este año no parecen provocar ningún optimismo. Si bien con la última reforma laboral, con costes del despido en franco retroceso y una ampliación de las causas consideras objetivas para el despido, cabe preguntarse acerca de la relevancia que el tipo de contrato, indefinido o temporal, puede suponer para el trabajador. Este aspecto, que en el pasado resultaba de cierta importancia para arrojar luz sobre el panorama laboral de un país, pierde poder explicativo de manera inversamente proporcional a la evolución de los costes de despido y de los motivos para considerar improcedente el mismo.

Las últimas tres reformas laborales parecen incidir especialmente en este sentido. Menor protección para el trabajador indefinido. Aunque en un primer momento parezca provocar mayor productividad laboral, en el medio y largo plazo las consecuencias de estas reformas rebosan el campo del empleo. Con menor capacidad de previsión por parte de los asalariados de su futuro próximo sus estrategias de vida se ven fuertemente condicionadas. Afecta al consumo y al diseño de familia que se está dispuesto a asumir. También afecta al grado en qué el trabajador percibe su destino unido al de la empresa en la que presta sus servicios. Resulta especialmente interesante conocer el efecto que estas reformas van a tener sobre el “mercado laboral” en particular y sobre el sector productivo en general, sin olvidar las consecuencias en un sentido más amplio respecto a la estratificación social, y al conjunto de discursos y construcciones sociales legitimadoras del orden establecido. Pero para eso habremos de esperar aún unos años 


Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina





viernes, 28 de junio de 2013

ANÁLISIS DATOS DE ENTRADAS Y SALIDAS DE POBLACIÓN 2010-2012 Parte I


1.-Censo Población y Viviendas de 2011

Bajo esta denominación se engloban en realidad tres censos: edificios, viviendas y población. Esta operación estadística consiste en realizar el recuento e investigar las principales características de todos los edificios y viviendas del país y de todas las personas residentes en España. La cifra del Censo de 2011 refleja la población residente de acuerdo a las definiciones estadísticas establecidas por organismos estadísticos internacionales a partir de un procedimiento basado en la información contenida en el Padrón, contrastada con otros registros, y ajustada a partir de una encuesta dirigida a una proporción significativa de la población. El Censo de 2011 fue el decimoséptimo de los censos modernos de población. El primero data del año 1857. Rompiendo la práctica precedente de publicación simultánea con el Censo de Población,  el INE  “ha aplazado hasta abril de 2013 la publicación de los resultados del Censo de Vivienda de 2011[1].

1.1.-Cambios metodológicos producidos en Censo 2011

Históricamente, los Censos de Población y Viviendas han requerido la visita exhaustiva de todos los hogares para realizar el recuento de la población. Por eso la diferencia más destacable del censo 2011 con los anteriores es que, en esta ocasión, bastó con recoger la información de una muestra de aproximadamente algo más de un 10% de la población (unos 5,7 millones de personas, 3 millones de viviendas, repartidos por toda la geografía nacional) ya que se aprovechó la información disponible en el Padrón y otros registros. Además, el Censo de Edificios de 2011 incorporó la novedad de la georreferenciación (coordenadas GPS de cada edificio) lo cual permitió independizar su identificación frente posibles cambios en la dirección postal. Esto también permitió publicar los resultados del Censo de forma más útil para los usuarios, sin tener que ceñir siempre los datos a divisiones administrativas.

El Censo de 2011 no fue como los anteriores, pues se acogió a la nueva reglamentación de la Comunidad Europea sobre los Censos. Esta normativa admite varios diseños metodológicos, incluyendo una modalidad basada en registros (la utilizada por España), muy alejada del tradicional concepto de Censo de Población. Esto supuso que por primera vez no se elaboró un Censo universal y exhaustivo, por el contrario, se obtuvo la información censal relativa a la fecha de referencia por la combinación de distintos procedimientos, como una operación que agregó un fichero precensal y un trabajo de campo que incluyó dos grandes operaciones: un Censo de Edificios exhaustivo que permita la georreferenciación de todos los edificios, y una gran encuesta por muestreo. Se asegura desde el INE que se irá modificando y actualizando la información respecto a la población residente, o creando nuevos “nichos” de residencia cuando la encuesta los detecte. Dicha información conformará adicionalmente diversos tipos de registros administrativos (los tradicionales registros de acontecimientos vitales, las variaciones padronales, el propio Catastro o los que producen el sistema educativo o el de la Seguridad Social.

Con todo esto, se quiere conseguir un nuevo tipo de Censo, sin la gran magnitud y coste de los tradicionales. En este Censo “se utilizaron 5.000 agentes censales, una décima parte de los que hubiese requerido un Censo clásico (en el de 2001 fueron unos 40.000 los encuestadores necesarios)[2]. Se afirma desde el INE que a partir de este momento se actualizará de forma continua e integradora una enorme cantidad de información cruzada, que los censos clásicos ignoraban hasta la fecha. Desde el organismo de estadística admiten que las dificultades económicas fueron determinantes a la hora de cambiar de modelo. La rebaja de la factura fue notable, pues pasó de los 400 millones de euros del pasado Censo del 2001, a los aproximadamente 80 millones del vigente.



[1] Rodríguez, J. (2013:blog)
[2] Pérez, J. (2011:blog)

jueves, 27 de junio de 2013

FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA POBLACIÓN INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Parte V


7.-Padrón

El Padrón municipal es el registro administrativo donde constan los vecinos del municipio. Su formación, mantenimiento, revisión y custodia corresponde a los respectivos ayuntamientos y de su actualización se obtiene la Revisión del Padrón municipal con referencia al 1 de enero de cada año, que es aprobada por el Gobierno a propuesta del INE, tras el informe favorable del Consejo de Empadronamiento. La explotación estadística del Padrón a la misma fecha, 1 de enero, se realiza a partir del fichero derivado de la base padronal del INE del que se obtiene la propuesta de las cifras oficiales, depurándose las variables básicas que contiene el Padrón susceptibles de explotación estadística. Se realizan cruces por: lugar de residencia, sexo, edad, nacionalidad y lugar de nacimiento hasta un nivel de desagregación municipal y por sexo, nacionalidad y edad hasta el nivel de sección censal.

7.1.-Metodología

El Padrón municipal es el registro administrativo donde constan los vecinos del municipio. Sus datos constituyen prueba de residencia en el municipio y del domicilio habitual en el mismo. Toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el Padrón del municipio en que resida habitualmente. Quien viva en varios municipios deberá inscribirse únicamente en el que habite durante más tiempo al año. La inscripción en el Padrón municipal contiene como obligatorios sólo los siguientes datos de cada vecino: Nombre y apellidos, sexo, domicilio habitual, nacionalidad, lugar y fecha de nacimiento, número de DNI o, tratándose de extranjeros, del documento que lo sustituya. La formación, mantenimiento, revisión y custodia del Padrón municipal corresponde al Ayuntamiento, de acuerdo con las normas aprobadas conjuntamente por el Ministerio de Economía y Hacienda y el Ministerio para las Administraciones Públicas a propuesta del Consejo de Empadronamiento, obteniéndose la Revisión del Padrón Municipal con referencia al 1 de enero de cada año.

La Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local y el Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales, establecen que los Ayuntamientos deben remitir, por medios informáticos o telemáticos, las variaciones mensuales que se vayan produciendo en los datos de sus Padrones municipales al Instituto Nacional de Estadística para que éste, en cumplimiento de las obligaciones que le impone el artículo 17.3 de la citada Ley de Bases, realice las comprobaciones oportunas en aras a subsanar posibles errores y duplicidades y para que las cifras oficiales resultantes de las revisiones anuales puedan ser declaradas oficiales.

Hasta 2002, en algunos casos, no existía coincidencia exacta entre las cifras derivadas de los ficheros y las aprobadas oficialmente, por lo que era necesario emplear factores de corrección, calculados a nivel de registro, que en ocasiones daban origen a diferencias en algunas unidades entre las cifras oficiales y las que figuran en las tabulaciones. En algunas provincias, no fue posible que el INE dispusiese de la totalidad de los ficheros municipales en el momento de iniciar la explotación estadística del Padrón, por lo que en las tablas obtenidas a nivel municipal, no aparecía información para dichos municipios. Por todo ello, la información generada a nivel provincial, autonómico y nacional contenía distribuida, mediante la aplicación de factores de corrección, la población de los mencionados municipios. Sin embargo, a partir de 2003 estas deficiencias fueron corregidas, no siendo necesario desde entonces el empleo de factores de corrección y existiendo total coincidencia entre las cifras oficiales y las existentes en las tablas de la explotación.




Tomás Javier Prieto González
Santa Cruz de Tenerife a 20 de noviembre de 2012



8.-Bibliografía consultada

Iglesias de Ussel (2008): La evolución de la nupcialidad en España: Un estudio preliminar. Real Academia de ciencias morales y políticas. Madrid
Jesús J., Requena, M. (2005):  Tres décadas de cambio social en España. Alianza Editorial. Madrid
Rodríguez, M.J., Martín, J. (2006): La medida de la nupcialidad y el divorcio en España. Universidad de Alicante.
Instituto Nacional de Estadística (INE): http://www.ine.es

miércoles, 26 de junio de 2013

FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA POBLACIÓN INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Parte IV


6.-Análisis comparativo Nupcialidad 2000-2005


Tabla 1 Elaboración propia. Fuente INE.
Quetelet (1796-1874), estadístico belga precursor de la Sociología y, en particular de los usos de la estadística para el análisis de los fenómenos sociales, destacó una singular peculiaridad en la evolución de la nupcialidad comparándola con los fenómenos de la naturaleza. La nupcialidad, como fenómeno demográfico, ha ocupado un lugar secundario en el marco explicativo de la demografía y ello pese a las eferencias directas que Thomas Robert Malthus, padre de la teoría de la población, hiciera del fenómeno. Malthus vio en la nupcialidad el principal freno preventivo al crecimiento exponencial de la población: el retraso en la nupcialidad redundaría en un descenso de la fecundidad al recorta el lapso de años en los que las mujeres pueden tener descendencia.

Gráfico 1. Elaboración propia. Fuente: INE



En España se ha vivido el aumento veloz de las formas de convivencia informales; la pluralización de las formas de vida observables en el aumento de las proporción de hogares unipersonales, de parejas sin hijos y de hogares monoparentales y el incesante aumento del trabajo remunerado de las mujeres (tesis de las alta velocidad). España se sitúa en el contexto europeo aún entre los países con menor pluralidad de formas de convivencia, donde el matrimonio prevalece y donde las familias de un solo ingreso representan más de la mitad de las familias con hijos (tesis de la postmodernización relativa).

El Movimiento Natural de la Población, es la principal fuente de información para el análisis de la nupcialidad ya que en él se recogen las estadísticas de matrimonio que con carácter obligatorio deben quedar inscritas en el Registro Civil. El Censo de Población, y en su defecto, los Padrones Municipales de Habitantes son las fuentes que nos ofrecen datos fundamentales para el estudio de la nupcialidad.



Gráfico 2. Elaboración propia. Fuente: INE.
La traducción de los datos obtenidos para el periodo observado no manifiestan de manera clara un crecimiento o decrecimiento destacable (gráfico 2), es decir, no existe una tendencia que pueda llevar a una conclusión predictiva. En el año 2001 hay un descenso de matrimonios respecto al año 2000, pero crece en los años siguientes (2002 a 2004) para luego descender a una cifra muy similar al año 2001. Solamente en el periodo 2002-2004 hay una tendencia creciente. Obsérvese que en el periodo 2000-2005 no ha disminuido de manera significativa la tasa de nupcialidad como sí lo hará en los años siguientes y provocada como uno de los factores sustantivos, la fuerte crisis económica y de empleo, que evidencia las dificultades singulares del proceso de emancipación en España. Las diferencias entre los varones y las mujeres son insignificantes, aunque siempre es mayor en las mujeres en este periodo.



Gráfico 3. Elaboración propia. Fuente: INE.


En síntesis, y a la luz de los datos para el periodo observado en los indicadores de número de matrimonios, como la tasa por 1.000 habitantes (gráfico 1), invita a avalar que comienza una tendencia (gráfico 3), que junto con el incremento de los nacimientos fuera de la institución matrimonial, hacia una incipiente crisis de la institución: el matrimonio ya no estructura y organiza la vida adulta de la mayoría de los españoles, el matrimonio cohabita con otras formas familiares.