lunes, 29 de julio de 2013

Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012


Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina

Ficha Técnica:

Fuente
La fuente utilizada para la realización del presente trabajo es la página web del Instituto Nacional de Estadística. Ine.es. De manera más concreta es a través de la Encuesta de Población Activa de dónde han sido obtenido los datos necesarios para este estudio.

Periodo de estudio
El periodo de estudio seleccionado está comprendido entre el primer trimestre de 2005 y el último trimestre disponible de 2012. En este caso es el tercer trimestre.

Población estudiada
La población estudiada es la totalidad de ocupados asalariados en el estado español. Estos a su vez son desagregados por el tipo de contrato con el que son empleados. De esta manera podemos calcular la tasa de temporalidad, al relacionar los asalariados indefinidos con los temporales.

Para evitar la distorsión de los datos que, para los profesores Garrido Medina y Juan Jesús González, se puede atribuir a la llegada de trabajadores de otros países he intentado encontrar el mismo tipo de información para asalariados nacidos en España y nacionalizados y me ha resultado imposible encontrar esta variable de la EPA relacionada con el tipo de contrato para el periodo señalado.  Al objeto de añadir información complementaria he obtenido también tablas del INE de asalariados por tipo de contrato en sector público y privado por separado y asalariados por tipo de contrato y grupo de edad. 

Técnica empleada
La técnica empleada es el análisis de tablas de frecuencias absolutas y la realización de porcentajes a partir de las frecuencias que facilita el INE en su Encuesta de Población Activa al objeto de averiguar las distintas tasas de temporalidad para cada sector, público o privado, y para grupo de edad en los diversos años.

Resultados

Fenómeno estudiado Relación con el manual

Como se menciona con anterioridad el fenómeno que se pretende estudiar es la evolución de la tasa de temporalidad entre los años 2005 y 2012. Esto se realiza continuando con la tabla 4.5 del manual de la asignatura, “Tres décadas de cambio social” situada en la página 134.
Este trabajo se marca como meta analizar la evolución de la temporalidad de la contratación en el periodo consecutivo al que abordan los profesores antes citados. En concreto en el capítulo cuatro del libro, en el epígrafe que lleva por título “la evolución de la temporalidad”.
Del mismo modo, y dada la complejidad del fenómeno a estudiar y las diversas hipótesis que apuntan los autores del capítulo señalado, he completado la información añadiendo los grupos de edad según tipo de contrato para cada año del periodo estudiado, así como dos tablas diferentes en las que están desagregados el sector público y el sector privado. De esta manera se pretende paliar, en parte al menos, la ausencia de un estudio longitudinal por cohortes como el que se realiza en el manual de la asignatura respecto al asunto que aquí nos ocupa, la evolución de la tasa de temporalidad. 

Resultado obtenidos

En primer lugar presento la tabla en la que quedan registrados el total de asalariados para el periodo 2005-2012 desagregados por el tipo de contrato, indefinidos y temporales. En esta misma tabla están calculadas las tasas de temporalidad por un sencilla operación consistente en hallar el porcentaje de temporales respecto del total de asalariados
Cabe recordar que para el año 2012 la media de contratos que se presenta es la resultante de los tres trimestres que facilita la EPA a la fecha de realización del presente trabajo.





Esta tabla sin más sería la continuación de la que se presenta en el manual de la asignatura, en la página 134 del mismo, marcada como tabla 4.5.

Ahora bien, para poder realizar un análisis algo más fino de los datos, y de acuerdo con las hipótesis que se plantean en el libro, relacionar la temporalidad con la edad y con el sector para el que se realiza el trabajo asalariado, resulta necesario al menos una tabla que relacione el tipo de contrato con la edad, en este caso con el grupo de edad. Esta se presenta a continuación. En ésta, como en todas las demás tablas empleadas para el presente trabajo, las frecuencias absolutas que reflejan las tablas vienen expresadas en miles, al ser esta la forma en que el INE facilita sus datos.


Por último para poder comprobar como ha sido la evolución de la temporalidad según si el empleo es en el sector público o privado he elaborado otras dos tablas en las que se puede observar estas relaciones.
En primer lugar presento la tabla que muestra los asalariados del sector público por tipo de contrato


A continuación el mismo tipo de información pero para el sector privado.



Ahora con los elementos que hemos confeccionado, ayudándonos de los datos facilitados por el INE, podemos establecer comparaciones entre la evolución de la tasa de temporalidad que señalan los profesores en el manual y los distintos factores que la afectan, con lo que ha sucedido con posterioridad.

A efectos meramente analíticos podemos descomponer el proceso estudiado en dos partes bastante diferenciadas y ambas relacionadas de manera directa con los ciclos económicos que ha atravesado el país a lo largo del espacio de tiempo observado.

Una primera parte viene marcada con el aumento de la tasa de temporalidad, sobre todo en los años 2005 y 2006. Aunque el año 2007 esta tasa descienda respecto al año anterior, aún es mayor que las que se nos muestran en la tabla del libro para los años 01, 02, 03 y 04.  Este periodo que abarca desde el año 2001 al año 2007 es un periodo de aumento del número total de asalariados. Aumenta el total de ellos en los dos grupos, pero la tasa de temporalidad nos muestra que en 05 y el 06 aumenta más en los temporales. Del mismo modo es un periodo expansivo del ciclo económico.

La segunda parte bien diferenciada comienza a partir del año 2007. Este año marca el cambio de tendencias de una manera clara. A partir de aquí desciende la tasa de temporalidad a gran ritmo hasta el final de la serie, con la salvedad del año 2011. La parte negativa es que se inicia también un descenso del número total de asalariados. El descenso más brusco lo encontramos al compara los años 2008 y 2009, donde se pierden un millón de empleos y la tasa de temporalidad baja casi en cuatro puntos porcentuales. Con lo cual podemos concluir que el ajuste inicial del empleo recae en ese periodo en particular sobre los hombros de los indefinidos.

Si contrastamos esta conclusión con la información que nos proporcionan las otras tres tablas que presento podemos descender más al detalle, así comprobamos que del ajuste los más perjudicados son los más jóvenes y los trabajadores del sector privado.

Para concluir con el análisis de la tabla de temporalidad comparada con la que se nos presenta en el manual de la asignatura, podemos afirma que el efecto estabilizador sobre el empleo que atribuyen los profesores a la reforma laboral del año 1997 finaliza en el año 2004. A partir de entonces aumentos de empleo llevan aparejados aumento de la temporalidad. Si bien es cierto que esta no se llega a situar a los niveles del año 1995 en ninguno de los años aquí observados.

Si descendemos de nivel y observamos la tabla que se presenta en la que se relacionan el tipo de contrato con el grupo de edad podemos constatar algunas regularidades llamativas.
La primera es que el empleo para los grupos de más edad es bastante estable, tanto en números absolutos como en tasa de temporalidad. Los grupos que superan los 40 años de edad oscilan de manera suave y a mayor edad menor es la tasa de temporalidad. Incluso han salido relativamente indemnes del ajuste de empleo que ha tenido lugar en la segunda fase de las dos que he señalado al inicio en las que podemos descomponer el proceso estudiado.

El grupo que se sitúa en el centro, el que va de 30 a 39 años, es el más numeroso en asalariados en toda la serie observada. Entre éste y el siguiente, el que va de 40 a 49 años, suponen más de dos tercios de los asalariados en casi toda la serie. Este grupo también mantiene tasas de temporalidad similares a las tasas del total. En valores algo inferiores a la media hasta el año 2009 y algo superiores con posterioridad. También supone buena parte del total del aumento de las contrataciones en el ciclo expansivo.

Son los dos grupos de edad inferiores los que experimentan un comportamiento menos regular y en los que se escenifican de manera sustancial las tendencias contrarias que ha experimentado la contratación. Sus incrementos son sustanciales en los años de crecimiento, y lo son con altas tasas de temporalidad, el grupo de 16 a 19 supera el 80%. en buena parte de la serie. También es con estos grupos de edad con los que se ceba el ajuste de empleo de manera especialmente acusada.

A pesar de las variaciones de edad de las sucesivas cohortes que tiene lugar en este periodo, de los grupos menores desaparecen una proporción elevada de asalariados que no se suman a las cohortes sucesivas. De lo cual se infiere, por la edad que tienen, que han retornado a la formación dado el estado del “mercado de trabajo”.   

Un aspecto interesante de observar, y que se puede realizar con cierta facilidad a través de la tabla de los grupos de edad, es comprobar en qué medida se da el fenómeno que los autores del capítulo señalado denominan segmentación por cronificación.  Ellos afirman que apenas sucede esto, pues al ir adquiriendo edad van disminuyendo las tasas de temporalidad. En un primer momento parece cierta esta afirmación. A mayor edad menor posibilidad de ser asalariado temporal. Sin embargo no deja de albergar cierta cronificación la situación de alrededor del 20% de asalariados de más de 40 años que son temporales en toda la serie. O más del 25% de más de 30 años que sufren esa misma situación.

En cuanto a las tablas de temporalidad por sectores se puede afirmar que es el sector privado el que ha experimentado en carne propia el ajuste del empleo. Casi siempre en buena medida a costa de los temporales. Si bien esta tendencia se invierte en el año 2011, seguramente al calor de las rebajas de los costes del despido facilitada por la reforma laboral del Partido Socialista en el gobierno.

Por el contrario la tasa de temporalidad y el número de empleos en el sector público se mantiene más estable. Experimenta un crecimiento continuo el número de contrataciones y una estabilidad ligeramente descendente la tasa de temporalidad. Aunque no deja de ser llamativo, en cierto modo, que uno de cada cuatro trabajadores del sector público lo sean en régimen de temporales, cuando se supone que para acceder a un empleo en este sector se debe superar una prueba oposición que debería garantizar adquirir la condición de indefinido. Estos niveles de temporalidad se equiparan con los del sector privado, en teoría más expuesto a los vaivenes del mercado.

Por tanto y a modo de conclusión podemos afirmar que cuanto más joven se es mayor es la posibilidad de trabajar con un contrato temporal. Si el empleo tiene lugar en el sector privado mayor es aún la posibilidad, aunque en los últimos años apenas se aprecia diferencias entre ambos sectores en este sentido.

Faltan los datos definitivos de 2012 para poder comprobar la evolución de las tendencias aquí señaladas. No obstante los datos que ya se van sabiendo de este año no parecen provocar ningún optimismo. Si bien con la última reforma laboral, con costes del despido en franco retroceso y una ampliación de las causas consideras objetivas para el despido, cabe preguntarse acerca de la relevancia que el tipo de contrato, indefinido o temporal, puede suponer para el trabajador. Este aspecto, que en el pasado resultaba de cierta importancia para arrojar luz sobre el panorama laboral de un país, pierde poder explicativo de manera inversamente proporcional a la evolución de los costes de despido y de los motivos para considerar improcedente el mismo.

Las últimas tres reformas laborales parecen incidir especialmente en este sentido. Menor protección para el trabajador indefinido. Aunque en un primer momento parezca provocar mayor productividad laboral, en el medio y largo plazo las consecuencias de estas reformas rebosan el campo del empleo. Con menor capacidad de previsión por parte de los asalariados de su futuro próximo sus estrategias de vida se ven fuertemente condicionadas. Afecta al consumo y al diseño de familia que se está dispuesto a asumir. También afecta al grado en qué el trabajador percibe su destino unido al de la empresa en la que presta sus servicios. Resulta especialmente interesante conocer el efecto que estas reformas van a tener sobre el “mercado laboral” en particular y sobre el sector productivo en general, sin olvidar las consecuencias en un sentido más amplio respecto a la estratificación social, y al conjunto de discursos y construcciones sociales legitimadoras del orden establecido. Pero para eso habremos de esperar aún unos años 


Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina





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