Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura
Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina
Ficha Técnica:
Fuente
La
fuente utilizada para la realización del presente trabajo es la página web del
Instituto Nacional de Estadística. Ine.es. De manera más
concreta es a través de la Encuesta de Población Activa de dónde han sido
obtenido los datos necesarios para este estudio.
Periodo de estudio
El
periodo de estudio seleccionado está comprendido entre el primer trimestre de
2005 y el último trimestre disponible de 2012. En este caso es el tercer
trimestre.
Población estudiada
La población estudiada es la totalidad de ocupados asalariados en el
estado español. Estos a su vez son desagregados por el tipo de contrato con el
que son empleados. De esta manera podemos calcular la tasa de temporalidad, al
relacionar los asalariados indefinidos con los temporales.
Para
evitar la distorsión de los datos que, para los profesores Garrido Medina y
Juan Jesús González, se puede atribuir a la llegada de trabajadores de otros
países he intentado encontrar el mismo tipo de información para asalariados
nacidos en España y nacionalizados y me ha resultado imposible encontrar esta
variable de la EPA relacionada con el tipo de contrato para el periodo
señalado. Al objeto de añadir
información complementaria he obtenido también tablas del INE de asalariados
por tipo de contrato en sector público y privado por separado y asalariados por
tipo de contrato y grupo de edad.
Técnica empleada
La
técnica empleada es el análisis de tablas de frecuencias absolutas y la
realización de porcentajes a partir de las frecuencias que facilita el INE en
su Encuesta de Población Activa al objeto de averiguar las distintas tasas de
temporalidad para cada sector, público o privado, y para grupo de edad en los
diversos años.
Resultados
Fenómeno estudiado Relación con el manual
Como se menciona con anterioridad el fenómeno que se pretende estudiar
es la evolución de la tasa de temporalidad entre los años 2005 y 2012. Esto se
realiza continuando con la tabla 4.5 del manual de la asignatura, “Tres
décadas de cambio social” situada en la página 134.
Este
trabajo se marca como meta analizar la evolución de la temporalidad de la
contratación en el periodo consecutivo al que abordan los profesores antes
citados. En concreto en el capítulo cuatro del libro, en el epígrafe que lleva
por título “la evolución de la temporalidad”.
Del
mismo modo, y dada la complejidad del fenómeno a estudiar y las diversas
hipótesis que apuntan los autores del capítulo señalado, he completado la
información añadiendo los grupos de edad según tipo de contrato para cada año
del periodo estudiado, así como dos tablas diferentes en las que están
desagregados el sector público y el sector privado. De esta manera se pretende
paliar, en parte al menos, la ausencia de un estudio longitudinal por cohortes
como el que se realiza en el manual de la asignatura respecto al asunto que
aquí nos ocupa, la evolución de la tasa de temporalidad.
Resultado
obtenidos
En
primer lugar presento la tabla en la que quedan registrados el total de
asalariados para el periodo 2005-2012 desagregados por el tipo de contrato,
indefinidos y temporales. En esta misma tabla están calculadas las tasas de
temporalidad por un sencilla operación consistente en hallar el porcentaje de
temporales respecto del total de asalariados
Cabe
recordar que para el año 2012 la media de contratos que se presenta es la
resultante de los tres trimestres que facilita la EPA a la fecha de realización
del presente trabajo.
Esta tabla sin más sería la continuación de
la que se presenta en el manual de la asignatura, en la página 134 del mismo,
marcada como tabla 4.5.
Ahora
bien, para poder realizar un análisis algo más fino de los datos, y de acuerdo
con las hipótesis que se plantean en el libro, relacionar la temporalidad con
la edad y con el sector para el que se realiza el trabajo asalariado, resulta
necesario al menos una tabla que relacione el tipo de contrato con la edad, en
este caso con el grupo de edad. Esta se presenta a continuación. En ésta, como
en todas las demás tablas empleadas para el presente trabajo, las frecuencias
absolutas que reflejan las tablas vienen expresadas en miles, al ser esta la
forma en que el INE facilita sus datos.
Por
último para poder comprobar como ha sido la evolución de la temporalidad según
si el empleo es en el sector público o privado he elaborado otras dos tablas en
las que se puede observar estas relaciones.
En
primer lugar presento la tabla que muestra los asalariados del sector público
por tipo de contrato
A continuación el mismo tipo de información
pero para el sector privado.
Ahora con los elementos que hemos
confeccionado, ayudándonos de los datos facilitados por el INE, podemos
establecer comparaciones entre la evolución de la tasa de temporalidad que
señalan los profesores en el manual y los distintos factores que la afectan,
con lo que ha sucedido con posterioridad.
A efectos
meramente analíticos podemos descomponer el proceso estudiado en dos partes
bastante diferenciadas y ambas relacionadas de manera directa con los ciclos
económicos que ha atravesado el país a lo largo del espacio de tiempo
observado.
Una
primera parte viene marcada con el aumento de la tasa de temporalidad, sobre
todo en los años 2005 y 2006. Aunque el año 2007 esta tasa descienda respecto
al año anterior, aún es mayor que las que se nos muestran en la tabla del libro
para los años 01, 02, 03 y 04. Este
periodo que abarca desde el año 2001 al año 2007 es un periodo de aumento del
número total de asalariados. Aumenta el total de ellos en los dos grupos, pero
la tasa de temporalidad nos muestra que en 05 y el 06 aumenta más en los
temporales. Del mismo modo es un periodo expansivo del ciclo económico.
La
segunda parte bien diferenciada comienza a partir del año 2007. Este año marca
el cambio de tendencias de una manera clara. A partir de aquí desciende la tasa
de temporalidad a gran ritmo hasta el final de la serie, con la salvedad del
año 2011. La parte negativa es que se inicia también un descenso del número
total de asalariados. El descenso más brusco lo encontramos al compara los años
2008 y 2009, donde se pierden un millón de empleos y la tasa de temporalidad
baja casi en cuatro puntos porcentuales. Con lo cual podemos concluir que el
ajuste inicial del empleo recae en ese periodo en particular sobre los hombros
de los indefinidos.
Si
contrastamos esta conclusión con la información que nos proporcionan las otras
tres tablas que presento podemos descender más al detalle, así comprobamos que
del ajuste los más perjudicados son los más jóvenes y los trabajadores del
sector privado.
Para
concluir con el análisis de la tabla de temporalidad comparada con la que se
nos presenta en el manual de la asignatura, podemos afirma que el efecto
estabilizador sobre el empleo que atribuyen los profesores a la reforma laboral
del año 1997 finaliza en el año 2004. A partir de entonces aumentos de empleo
llevan aparejados aumento de la temporalidad. Si bien es cierto que esta no se
llega a situar a los niveles del año 1995 en ninguno de los años aquí
observados.
Si
descendemos de nivel y observamos la tabla que se presenta en la que se
relacionan el tipo de contrato con el grupo de edad podemos constatar algunas
regularidades llamativas.
La
primera es que el empleo para los grupos de más edad es bastante estable, tanto
en números absolutos como en tasa de temporalidad. Los grupos que superan los
40 años de edad oscilan de manera suave y a mayor edad menor es la tasa de
temporalidad. Incluso han salido relativamente indemnes del ajuste de empleo
que ha tenido lugar en la segunda fase de las dos que he señalado al inicio en
las que podemos descomponer el proceso estudiado.
El
grupo que se sitúa en el centro, el que va de 30 a 39 años, es el más numeroso
en asalariados en toda la serie observada. Entre éste y el siguiente, el que va
de 40 a 49 años, suponen más de dos tercios de los asalariados en casi toda la
serie. Este grupo también mantiene tasas de temporalidad similares a las tasas
del total. En valores algo inferiores a la media hasta el año 2009 y algo
superiores con posterioridad. También supone buena parte del total del aumento
de las contrataciones en el ciclo expansivo.
Son los
dos grupos de edad inferiores los que experimentan un comportamiento menos
regular y en los que se escenifican de manera sustancial las tendencias
contrarias que ha experimentado la contratación. Sus incrementos son
sustanciales en los años de crecimiento, y lo son con altas tasas de
temporalidad, el grupo de 16 a 19 supera el 80%. en buena parte de la serie.
También es con estos grupos de edad con los que se ceba el ajuste de empleo de
manera especialmente acusada.
A pesar
de las variaciones de edad de las sucesivas cohortes que tiene lugar en este
periodo, de los grupos menores desaparecen una proporción elevada de
asalariados que no se suman a las cohortes sucesivas. De lo cual se infiere,
por la edad que tienen, que han retornado a la formación dado el estado del
“mercado de trabajo”.
Un
aspecto interesante de observar, y que se puede realizar con cierta facilidad a
través de la tabla de los grupos de edad, es comprobar en qué medida se da el
fenómeno que los autores del capítulo señalado denominan segmentación por
cronificación. Ellos afirman que
apenas sucede esto, pues al ir adquiriendo edad van disminuyendo las tasas de
temporalidad. En un primer momento parece cierta esta afirmación. A mayor edad
menor posibilidad de ser asalariado temporal. Sin embargo no deja de albergar
cierta cronificación la situación de alrededor del 20% de asalariados de más de
40 años que son temporales en toda la serie. O más del 25% de más de 30 años
que sufren esa misma situación.
En
cuanto a las tablas de temporalidad por sectores se puede afirmar que es el
sector privado el que ha experimentado en carne propia el ajuste del empleo.
Casi siempre en buena medida a costa de los temporales. Si bien esta tendencia
se invierte en el año 2011, seguramente al calor de las rebajas de los costes
del despido facilitada por la reforma laboral del Partido Socialista en el
gobierno.
Por el
contrario la tasa de temporalidad y el número de empleos en el sector público
se mantiene más estable. Experimenta un crecimiento continuo el número de
contrataciones y una estabilidad ligeramente descendente la tasa de
temporalidad. Aunque no deja de ser llamativo, en cierto modo, que uno de cada
cuatro trabajadores del sector público lo sean en régimen de temporales, cuando
se supone que para acceder a un empleo en este sector se debe superar una
prueba oposición que debería garantizar adquirir la condición de indefinido.
Estos niveles de temporalidad se equiparan con los del sector privado, en
teoría más expuesto a los vaivenes del mercado.
Por
tanto y a modo de conclusión podemos afirmar que cuanto más joven se es mayor
es la posibilidad de trabajar con un contrato temporal. Si el empleo tiene
lugar en el sector privado mayor es aún la posibilidad, aunque en los últimos
años apenas se aprecia diferencias entre ambos sectores en este sentido.
Faltan
los datos definitivos de 2012 para poder comprobar la evolución de las
tendencias aquí señaladas. No obstante los datos que ya se van sabiendo de este
año no parecen provocar ningún optimismo. Si bien con la última reforma
laboral, con costes del despido en franco retroceso y una ampliación de las
causas consideras objetivas para el despido, cabe preguntarse acerca de la
relevancia que el tipo de contrato, indefinido o temporal, puede suponer para
el trabajador. Este aspecto, que en el pasado resultaba de cierta importancia
para arrojar luz sobre el panorama laboral de un país, pierde poder explicativo
de manera inversamente proporcional a la evolución de los costes de despido y
de los motivos para considerar improcedente el mismo.
Las
últimas tres reformas laborales parecen incidir especialmente en este sentido.
Menor protección para el trabajador indefinido. Aunque en un primer momento
parezca provocar mayor productividad laboral, en el medio y largo plazo las
consecuencias de estas reformas rebosan el campo del empleo. Con menor
capacidad de previsión por parte de los asalariados de su futuro próximo sus
estrategias de vida se ven fuertemente condicionadas. Afecta al consumo y al
diseño de familia que se está dispuesto a asumir. También afecta al grado en
qué el trabajador percibe su destino unido al de la empresa en la que presta
sus servicios. Resulta especialmente interesante conocer el efecto que estas
reformas van a tener sobre el “mercado laboral” en particular y sobre el sector
productivo en general, sin olvidar las consecuencias en un sentido más amplio
respecto a la estratificación social, y al conjunto de discursos y
construcciones sociales legitimadoras del orden establecido. Pero para eso
habremos de esperar aún unos años
Análisis de la Tasa de Temporalidad: 2005-2012
Autor: Víctor Riesgo Gómez
Asignatura: Estructura Social de España I
Grado en Sociología
Centro Asociado: Talavera de la Reina
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