Marx: El “Primer Manuscrito”
“Primer
manuscrito” de los Manuscritos económicos
y filosóficos de 1844, sección “Trabajo enajenado”.
¿Cómo
podemos relacionar los Manuscritos con
una investigación sobre la ideología? El término ideología no aparece en el
texto. El problema que supone una reducción completa a la vida del trabajador
individual como contrapartida de todos los sistemas ideológicos. Los Manuscritos son importantes en nuestra
indagación por dos razones:
1.
El tipo de
realidad que ha de oponerse a la ideología se hace cada vez más específico. La
evocación ideológica de entidades abstractas trascendentes se diferencia ahora
de la condición de los individuos humanos entendidos como seres que viven u
obran en situaciones sociales.
2.
Los Manuscritos ofrecen un marco que explica
la génesis de las entidades ideológicas que han de repudiarse. Los Manuscritos suministran un modelo para
construir el concepto de ideología como inversión de una relación con las
cosas, con el trabajo, etc.
El
concepto de ideología representará una extensión de este proceso de inversión a
esferas tales como el derecho, la política, la ética, el arte y la religión;
para Marx estos dominios serán precisamente las esferas ideológicas. La
transformación en virtud de la cual la esencia subjetiva del trabajo queda
abolida y perdida frente a un poder que parece gobernar la existencia humana se
convierte en el paradigma de todos los procesos similares. Lago humano se ha
invertido en algo que parece exterior, superior, más poderoso y a veces
sobrenatural.
Podemos
observar toda clase de intercambios entre el concepto feuerbachiano se
vaciamiento del individuo en el trabajo divino y humano que se invierte a su
vez en el poder ajeno del dinero. La creciente tendencia dogmática del marxismo
es hablar de una derivación de todas las alienaciones partiendo de una
alienación fundamental, la alienación económica. Los Manuscritos no hablan en ninguna parte de ideología, pero que en
todas partes se refieren indirectamente a ella.
Entfremdete es una de las dos palabras claves del texto,
palabras que en Hegel hasta cierto punto pueden distinguirse, pero que en Marx
son términos sinónimos. La otra palabra es entäusserte;
significa externalizar, extrañamiento y alienación, son términos rigurosamente
sinónimos en Marx. El método de Marx consiste en lo que él llama premisas de la
economía política.
Marx
tiene en cuenta un análisis anterior, el análisis de los economistas
británicos. Reconoce a esos economistas un descubrimiento capital: la riqueza se
crea, no por la fertilidad del suelo, como habían sostenido los fisiócratas,
sino por el trabajo humano. Para Marx, este Factum
de la economía política implica varias consecuencias identificadas por Adam
Smith:
1.
La agricultura
es ahora una parte de a industria; se ha producido un desplazamiento desde a
productividad y fertilidad del suelo a la productividad del trabajo humano. El
suelo es productivo sólo porque se le aplica el trabajo humano.
2.
Con el alza del
lucro del capital, las utilidades de la tierra como tierra desaparecen.
3.
La tierra, el
campo, se convierte en una forma de capital, puesto que tiene la misma relación
que el capital móvil, mudable, con los beneficios de su poseedor, podemos decir
pues que o bien el valor de la tierra como tierra desaparece o bien que ese
valor queda absorbido como un caso particular de capital.
Esa
transformación es lo que Marx caracteriza en el “Tercer manuscrito” como la
universalización de la propiedad privada. La propiedad privada se universaliza
en el sentido de que todas las diferentes clases de propiedad se hace ahora
abstractas. El argumento es hegeliano por su orientación. La propiedad tiene
valor sólo en su capacidad de ser intercambiada como capital. La propiedad
rural pierde la condición de ser una propiedad particular y se convierte en una
parte, en su aspecto, de la propiedad universal.
El
trabajo aparece como la única fuente de todo tipo de propiedad. El concepto de
propiedad se unifica sobre la base del concepto de trabajo. Para Marx este
“completo dominio de la materia muerta” es el gran descubrimiento de la
economía política británica. “Ese dominio de la materia muerta es considerado
por la economía política británica como un hecho que sin embargo no se ha
comprendido”. Tal descubrimiento resulta contradictorio. La economía política
sostiene que el trabajo humano, la industria humana, es lo único que genera
toda la riqueza, todo el capital, pero lo cierto es que el capital contrata
mano de obra humana y la despide. Para Marx aquí está la gran contradicción de
a economía política: la economía política descubrió que no hay nada sagrado en
la propiedad, que la propiedad es mero trabajo acumulado y sin embargo la
propiedad tiene el poder de contratar humano y despedirlo. Dichos efectos
engendran una contradicción que nos obliga a ir más lejos que los economistas
británicos y a cuestionar la significación de lo que se ha tomado como hecho
terminante. Marx comienza intentando descifrar la significación de algo que se
ha tomado meramente como un hecho. Marx desea oponer un análisis de esencia al
análisis de los hechos.
El
análisis del proceso de extrañamiento o alienación o enajenación es la
respuesta que da Marx al silencio de la economía política británica tocante a
la contradicción entre la teoría de que el trabajo es la fuente de a propiedad
y la teoría de que el salario es el poder que tiene el dinero sobre el trabajo.
Marx
contrapone la objetivación del trabajo a la alienación del trabajo y aquél es
un resultado deseable, La objetivación es un concepto clave en Marx, y en este
énfasis Marx sigue a Hegel. La objetivación es el proceso en virtud del cual
algo interior se externaliza y de esa manera se hace actual, real, un tema muy
hegeliano. Únicamente cuando hago algo hay un trabajo, un acto, una acción, algo
público y común a los demás, de suerte que así me realizo o actualizo. Sólo
entonces llego realmente a existir. Este es el concepto fundamental.
En
la esfera de la economía capitalista, “esta realización del trabajo se
manifiesta como una pérdida de realización”. “En la esfera de la economía
política, esta realización del trabajo se manifiesta como una pérdida de
realización para los trabajadores y la objetivación como una pérdida del objeto
y como una servidumbre respecto de él; la apropiación aparece como
extrañamiento, como enajenación”. Porque apropiación significa no convertirse
en propietario, sino hacer propio de uno lo que es ajeno a uno. El proceso de
objetivación no es ago malo; es la significación del trabajo como tal y que
nosotros depositamos nuestra significación en algo exterior. Marx procede aquí
exactamente como procediera Hegel: no por distinción de términos sino por
acumulación de términos
Lo
que revela en análisis de Marx es que inversión tomada como un “hecho” por la
economía política es en realidad la pérdida de la esencia humana. Lo que
propiamente debería ser a objetivación del trabajo humano aparece en la
economía política como la pérdida de su realización. Aquí el análisis de Marx
es una hermenéutica de la economía política, una hermenéutica crítica puesto
que la economía política oculta la alienación propia del proceso del trabajo.
Marx
emplea la religión como una metáfora. No sostiene que lo que ocurre en la
religión proceda de lo que ocurre en el trabajo; simplemente dice que los dos
procesos son paralelos. Cuanto más pone el hombre en Dios, menos le queda así
mismo. “El trabajador pone su vida en el objeto; pero ahora su vida ya no le
pertenece a él sino que pertenece al objeto”. En la religión y en trabajo los
procesos de alienación son paralelos; comparten a imagen del extrañamiento, ya
se trate del extrañamiento en lo divino, ya se trate del extrañamiento en el
capital.
Marx
llama a Adam Smith el Lutero de la economía. Marx interpreta a Lutero como
hombre que interiorizó la obediencia externa exigida por la iglesia católica.
Marx lega a decir de Lutero cumplió esta transformación sin eliminar la carga
de la trascendencia, la carga de estar uno bajo el imperio de un poder
trascendente. Del mismo modo, dice Marx, Adam Smith descubrió la esencia
subjetiva del capital. Las cargas de esta nueva transcendencia se conservan en
el poder que tiene el capital sobre aquello que realmente lo genera. En este
estadio del pensamiento de Marx no se afirma que la alienación religiosa
proceda de la alienación económica; la relación es aquí una relación de
analogía que no es necesario llevar más lejos la interpretación. La teoría de
la derivación es también más fácil de refutar. Recurrir a la analogía es un
buen instrumento de autocrítica. Cuando Freud afirma que la religión es una
clase de neurosis privada y la neurosis una religión pública:
1.
También aquí
encontramos una muy vigorosa analogía, pero una analogía que no hay que forzar
en el sentido de una identidad.
Marx
no agrega nada más al concepto general de alienación, pero lo articula en
varias figuras. Ahora Marx procede como lo hiciera Hegel en la Fenomenología:
analiza una figura, una forma explicando sus diferentes “momentos”. Marx
demarca este desarrollo dentro del concepto de alienación en cuatro momentos:
1.
La primera forma
de alienación se da en la relación de uno con su propio trabajo. La alienación
de los productos del trabajo de uno constituye el modelo de Marx para describir
el concepto de alienación en general.
2.
El segundo
aspecto es la alienación en el acto de la producción, en la capacidad
productiva misma. Uniéndose a Hegel en la capacidad para invertir expresiones.
La alienación del trabajo significa que el trabajo es exterior al obrero; el
trabajo es no voluntario, sino obligado, forzado. Una vez más se presenta aquí
la analogía con la religión. El humanismo del joven Marx, rechazado por los
estructuralistas según veremos en las próximas conferencias, es claro en este
pasaje. La pintura que hace Marx no tiene sentido si aquí no se trata del
individuo en su actividad espontánea, el individuo que es afectado,
deteriorado y destruido por
alienación. Marx reclama un papel para la espontaneidad del individuo.
3.
Esta forma va
más allá del extrañamiento en el producto y en la actividad y llega al
extrañamiento de la humanidad misma del trabajador. El trabajador queda
afectado y deteriorado en su Gattungswesen,
en su ser de la especie. Feuerbach nunca dijo que todo ser humano supere a los
dioses; dijo antes bien que en la humanidad en general hay algo que es el
portador de los predicados divinos. El ser de la especie representa la
humanidad tanto en extensión. La humanidad inventa a los dioses, puesto que en
verdad se trata de una especie de dios humano o de ser humano divino. Marx
conserva en los Manuscritos el
concepto de ser de la especie. El propósito de Marx era encontrar en el hecho
de la economía la esencia del extrañamiento. Para Marx la influencia del
extrañamiento en la esencia humana es crítica.
Marx tipifica el tercer aspecto del trabajo enajenado
del modo siguiente:
El ser humano es ser de la especie no sólo porque
considera o contempla lo que es esencial, sino porque es esencial. La libertad
humana se da no en la mera afirmación de la individualidad, sino cuando esa
afirmación se hubo transpuesto a la esfera de la universalidad. Antes de
ocurrir esta transposición la afirmación es sólo arbitraria. La libertad debe
pasar por todos los estadios de la universalización. Tal es la tradición de la
autonomía en la filosofía alemana: afirmarse uno como lo universal, Es esta
capacidad de ser lo universal lo que afecta al extrañamiento. Marx injerta el
concepto de la división del trabajo en esta dispersión del ser de la especie.
Si yo reacciono como un obrero, como un individuo de la ciudad o como un
individuo del campo ya no soy un universal. La división del trabajo llegará a
ser un elemento dramático en Marx a causa de su relación con este concepto
central del ser de la especie.
Marx afirma siempre con vigor esta diferencia: la
línea divisoria entre animales y seres humanos. Para Marx esta diferencia
continúa siendo una línea fundamental entre la vida animal y vida humana. La
distinción procede de que los seres humanos no sólo conciben lo universal sino
que tienen vocación para ser universales y esto les da cierta distancia
respecto de sus necesidades. La capacidad de los seres humanos de someter la
naturaleza a sus propias necesidades se debe a la superioridad “espiritual” que
los seres humanos tienen sobre la naturaleza. Esta diferencia entre vida humana
y vida animal no es isn embargo la
implicación más significativa del hecho de que los seres humanos sean esencias
genéricas, esencia universal. La principal consecuencia es la capacidad de los
seres humanos de producirse mediante el proceso de objetivación. Los seres
humanos trabajan no sólo para comer sino para llegar a ser este ser de la
especie. El concepto de objetivación y la autocreación. En el extrañamiento,
este ser esencial queda transformado y se convierte en mero medio de existencia
en el sentido de supervivencia.
4.
La dimensión
cuarta y final de la alienación que es el extrañamiento del ser humano respecto
del ser humano; es extrañamiento en el nivel de la intersubjetividad. Esta
dimensión de la alineación es importante porque fija de manera más concreta el
concepto de ser de la especie o esencia genérica. No hay salto alguno desde la
tercera fase a la cuarta fase de la alienación porque para Feuerbach el concepto de Gattungswesen
ya tenía este tipo de relación. Gattungswesen
es el ser humano para el ser humano. Representa en cada uno de nosotros nuestra
participación en la especie. Yo soy parte de la especie en la medida en que
reconozco la misma humanidad en los demás.
¿Por
qué dice Marx überhaupt, que
significa “en realidad”, sino “en general”? La atención que Marx presta a este problema le permite pasar a
la pregunta:
·
¿en beneficio de
quién se da el extrañamiento? Pero si se introduce la dimensión intersubjetiva,
debemos preguntarnos entonces:
·
¿En beneficio de
quién estamos enajenados, alienados? “Si el producto del trabajo es ajeno a mí,
si me coloca frente a un poder extraño, ¿a quién pertenece pues ese producto?”
El
problema de los salarios, la relación entre el capital y los salarios, está
implícito en la cuestión que pregunta en beneficio de quién se da el
extrañamiento. Las dos partes de la contradicción de la economía política están
relacionadas precisamente por la respuesta que se da a esta pregunta. En el
extrañamiento el poder de uno es transferido, entregado a otro. Es una paso
decisivo para disolver el prestigio de la propiedad privada. La propiedad
privada parece algo que tiene poder sobre los seres humanos. La inversión de
Marx establece que la propiedad privada es en realidad el poder de una persona
sobre otra. Marx muestra tanto al que trabaja como a aquel que goza de los
frutos de ese trabajo. Podríamos decir quye Marx trata de situar la relación
entre capital y salario dentro del marco de la relación hegeliana de amo y
esclavo. La relación económica entre dinero y salario o entre propiedad y
salario parece ser una relación entre cosas o entre procesos o estructura. El amo y esclavo no están en la
misma relación respecto de las cosas. El esclavo hace la cosa en tanto que el
amo la goza.
Ahora
todo queda contenido en la relación de una persona con otra, Marx termina su
discusión equiparando a lo práctico todo el proceso que se manifiesta como la
obra de los seres humanos, incluso el extrañamiento de éstos. Hasta el
extrañamiento humano ha de manifestarse como una actividad humana. Marx insiste
en que podemos transformar algo que es nuestra obra. Si la alienación es obra
nuestra, empero, también es obra nuestra la abolición de la alienación. Marx
equipara lo práctico con un acto creador. El extrañamiento se convierte en un
medio en el cual creamos sin darnos cuenta de que estamos creando. Debemos
descubrir, dice Marx, el acto de creación y de ocultamiento que es la economía
política misma.
El
empleo que hace Marx del concepto de creación es sumamente importante porque da
su alcance al concepto de producción que es mucho más amplio que el mero
concepto económico. Para el joven Marx el concepto de producción estaba
definido por la creación y no por lo contrario. Porque los seres humanos crean
sus vidas y las condiciones de sus vidas, producen. El concepto de producción
aquí no tiene una significación económica. Gracias a su origen en Hegel y
Feuerbach, el concepto de producción conserva una dimensión más amplia. A veces
la producción es opuesta al consumo y entonces se trata de un mero proceso
económico. Por otro lado, a veces la producción se opone al extrañamiento y
entonces tiene una significación más amplia.
Como
el concepto de propiedad privada fue derivado de otro, podemos decir que lo que
aparecía como un punto de partida, como un “hecho” de la economía política, se
convierte ahora en un resultado del análisis. Lo que era un hecho aparece ahora
como un resultado. A un hecho estático Marx opone un proceso dinámico, el
proceso del extrañamiento, y el hecho estático viene a ser el resultado
petrificado de este proceso dinámico. La alienación es la fuente, la causa, el
motivo de la propiedad privada, no como una causa positiva, sino como la
significación fundamental que gobierna un hecho.
Marx
establece que la propiedad privada la dominación de la materia muerta sobre los
seres humanos es en realidad un producto del extrañamiento de la esencia
humana, del ser de la especie de la humanidad, en el fondo el extrañamiento es
un resultado de la actividad humana misma. Marx no sólo reafirma el modelo de
la inversión sino que también extiende ese modelo al ofrecer una descripción
más precisa de la génesis de las entidades ideológicas, es decir, al analizar
con mayor profundidad la base desde la que son abstraídas las ideologías.
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