martes, 9 de julio de 2013

Conocimiento e imaginario social - David Bloor Parte IX


Conocimiento e imaginario social: un estudio de caso

Creo que no puede entenderse bien cuál es la naturaleza del debate epistemológico si no se piensa como expresión de profundos intereses ideológicos en el seno de nuestra cultura.

El debate Popper-Kuhn

Para Karl Popper el propósito de la ciencia es captar verdades significativas sobre el mundo, y para hacerlo debe formular teorías potentes. Forma parte del proceso consciente de construcción de teorías el que para ello utilicemos con toda libertad cualquier material: mitos, costumbres, prejuicios o suposiciones; pero lo importante es lo que hacemos con esa teorías, no su procedencia.

Una vez formulada una teoría, debe ser criticada severamente tanto mediante su análisis lógico como por su contrastación empírica. Si la teoría es lo bastante precisa, ahora ya debe poderse buscar sus puntos débiles intentando falsar sus previsiones. En caso de que pase la prueba, queda corroborada y puede mantenerse provisionalmente.

Pero los esfuerzos que consagremos a nuestras teorías deben ser críticos, dado que protegerlas del mundo sería un dogmatismo que nos llevaría a una sensación ilusoria de saber. Para la ciencia, los objetos y procesos del mundo no tienen una esencia fija que pueda captarse de una vez por todas. La ciencia pierde su carácter empírico y se convierte en metafísica en cuanto deja de sufrir cambios; la verdad es ciertamente su objetivo, pero está a una distancia infinita.

Popper critica diferentes fuentes de autoridad. La ciencia no debe someterse a la autoridad de la razón ni a la de la experiencia. Otro aspecto de este lado antiautoritario del trabajo de Popper está en su representación de la “unidad racional del a humanidad”: nadie habla con más autoridad que otro, nadie tiene acceso a una fuente privilegiada de verdad, toda afirmación debe someterse tanto a crítica como a contrastación.

Para Popper puede haber progreso, resolverse los problemas, y aclarase y decidirse las cuestiones si se realiza suficiente esfuerzo crítico. Su trabajo ha sacado a la luz las reglas del juego científico y ha señalado los errores que pueden llevar al dogmatismo y al oscurantismo. Popper establece varios criterios y fronteras importantes. El principal es el criterio de contrastación o falsabilidad, que separa los enunciados científicos de las afirmaciones pseudo-científicas o metafísicas.

Las otras fronteras o demarcaciones que establece, como las que hay entre las distintas especialidades, se ven tratadas de medo bastante diferente. Popper desprecia también las barreras impuestas por los distintos lenguajes y jergas teóricas: cualquier cosa importante debe poder traducirse de un lenguaje teórico a otro. La unidad racional de la humanidad no tiene nada que ver con los lenguajes o jergas teóricas.

La concepción de la ciencia del profesor Kuhn tiene en común con la de Popper la cualidad de presentar una estructura general simple y convincente, en cuyo interior se pueden abordar con gran finura cuestiones de detalle. Su análisis gira en torno al concepto de paradigma, que consiste en una parte representativa de trabajo científico que resulta ejemplar y genera una tradición dentro de cierto ámbito especializado de investigación. Ofrece un modelo práctico de cómo hacer ciencia en ese ámbito, suministrando orientaciones concretas sobre el método experimental, los aparatos y la interpretación teórica; posibilita el desarrollo de variaciones y reelaboraciones que permiten nuevos descubrimientos.

Un conjunto de actividades relativamente autónomo al que Kuhn llama ciencia normal. La ciencia normal encuentra su justificación en el valor y eficacia del paradigma, por lo que no tiene ningún interés en ponerlo en cuestión. Considerar algo como un rompecabezas supone que existe una solución y que ésta puede encontrarse de modo parecido a cómo ya se resolvieron con éxito otras cuestiones en el marco del mismo paradigma. La ciencia normal es esencialmente creadora, debe irse haciendo a sí misma conforme va extendiendo aquella investigación original que tomó como modelo.

Kuhn ve la ciencia normal como una sucesión de rompecabezas resueltos, de modo que esa acumulación de aciertos es la que da el investigador la confianza y la experiencia necesarias para seguir realizando experimentos cada vez más precisos y especializados.

El fracaso en resolver un rompecabezas se atribuye, en primera instancia, a la posible incompetencia de un investigados concreto; también cabe que una anomalía sin resolver llegue a verse como un caso particularmente complicado que puede dejarse legítimamente a un lado durante un tiempo. Pero si, pese a todo, la perspectiva propia del paradigma no consigue dar cuenta de por qué causa tantos problemas esa anomalía, entonces puede sobrevenir una crisis de confianza. La anomalía se convierte entonces en un foco especial de atención, se redoblarán los esfuerzos por estudiar empíricamente el fenómeno rebelde y se tendrá que ir elaborando teorizaciones cada vez más periféricas para poder entender su significado. El modelo de crecimiento de la ciencia normal queda así truncado y se crea un ambiente distinto, al que Kuhn llama ciencia extraordinaria.

La comunidad de especialistas pude llegar a aceptar un nuevo paradigma de investigación si éste consigue resolver la anomalía crucial. Cuando esto ocurre, Kuhn habla de una revolución. Tiene lugar una revolución en la ciencia ciando una comunidad de especialistas decide que el nuevo paradigma ofrece un futuro más prometedor para la investigación que el antiguo. En la propia comunidad donde se define lo que son conocimientos y experiencias relevantes; es el último tribunal de apelación.

Los científicos forman una comunidad de profesionales, y ese término de comunidad es muy impregnante, con sus connotaciones de solidaridad social y de una forma de vida hecha de costumbres y estilos compartidos. En Kuhn no hay ninguna animadversión hacia la noción de autoridad, de hecho, en una de sus formulaciones subraya la utilidad de los dogmas en la ciencia. Y presenta la educación científica como un proceso autoritario que no trata de ofrecer a los estudiantes un panorama imparcial de las visiones enfrentadas del mundo asociadas a cada uno de los paradigmas anteriores sino que intenta, más bien, ponerles en condiciones de trabajar en el interior del paradigma existente.

El e3nfoque de Kuhn no sugiere que todo cuanto ocurre alrededor de la ciencia pueda ser explicitado y explicado. Un cambio de paradigma viene acompañado, por tanto, por cambios en el lenguaje y en las significaciones, por lo que los problemas de traducción entre paradigmas distintos son profundos y no siempre totalmente superables.

Tenemos así dos interpretaciones muy diferentes de la ciencia pero que, aunque sus diferencias sean innegables, comparten un amplio trasfondo. Popper dirige su atención hacia las conjeturas decisivas y las comprobaciones cruciales , como la predicción por Einstein de que la luz debe curvarse en las proximidades de cuerpos pesados. Kuhn no niega la existencia ni la importancia de estos acontecimientos, pero se centra en el contexto que los hace posibles y les da significado. Popper no niega la existencia de la ciencia normal, si bien destaca que funciona a saltos. Para Popper se sitúan en el centro mismo de la física y de la química, mientras que para Kuhn representan estados de ciencia extraordinaria y son situaciones ocasionales, que afectan más a cuestiones metafísicas que a asuntos propios de la ciencia misma, por lo que influyen poco en la práctica real de la ciencia. Así, Kuhn acentúa sus tendencia a ver la ciencia como un conjunto de prácticas concretas y localizadas, mientras que la interpretación de Popper subraya su carácter crítico.

Dos interpretaciones importantes en las que ambos coinciden son las referentes a la verdad y a la naturaleza de los hechos. Discutamos estos puntos brevemente porque pudiera creerse que abren diferencias importantes entre ambos, cuando no es así en absoluto.

En primer lugar, para Kuhn no hay tribunal independiente y estable que pueda juzgar sobre diferentes teorías. El sentido y la significación de las experiencias y de los resultados experimentales son consecuencia de nuestra manera de afrontar las cosas, y ésta viene marcada por el paradigma que suscribimos. Popper admite que los hechos no son simples cosas que se dan sin mayor problema a través de una experiencia directa del mundo. Las teorías se contrastan mediante lo que llama hipótesis observacionales. Para Popper son sólo uno de los motivos por los que aceptamos una hipótesis (observacional). La experiencia no aporta una razón, que determine la adopción de un informe observacional, pues todo informe desborda la experiencia que lo motiva y actúa. En lo que a los hechos se refiere, tanto Popper como Kuhn son, pues, bastante más escépticos que el sentido común, ambos piensan que los hechos son de naturaleza teórica.

En segundo lugar, fuera de la ciencia, no tenemos ningún modo de acceso al mundo que pudiera permitirnos medir el progreso de los paradigmas: Pero ésa es precisamente la posición de Popper. Ambos dan cuenta de los medios que permiten suprimir los errores que se detecten; ambos son francamente escépticos sobre el hecho de que la ciencia pueda aprehender algo que sea estable y definitivo.

La diferencia entre ellos es considerable:

1.    Popper emite sin ninguna duda prescripciones metodológicas, pero como es de procedimientos científicos de lo que está hablando, debe mantenerse en contacto con las prácticas científicas. El análisis de Kuhn también afecta al modo en que debe hacerse la ciencia. Ambos son descriptivos y prescriptivos a la vez, si bien diferentes proporciones y con acentos distintos.
2.    Popper destaca los debates, los desacuerdos y las críticas, mientras que Kuhn subraya más las zonas de acuerdo que no se ponen en cuestión. El debate público, para uno, y los modos de vida compartidos, para el otro.
3.    Popper se centra en aquellos aspectos de la ciencia que son universales y abstractos, como los cánones metodológicos y los valores intelectuales de carácter general, Kuhn lo hace, en cambio, en sus aspectos locales y concretos.
4.    Popper ve la ciencia como un proceso lineal y homogéneo. El contenido de la ciencia se desarrolla al tiempo que su potencial aumenta, viniendo cada paso a sumarse a esa progresión hacia un objetivo infinitamente remoto. Kuhn tiene una concepción cíclica: en lugar de una ajetreada actividad uniforme, presenta ciclos de procedimientos cualificativamente diferentes. Mientras que los científicos de Popper miran al futuro, los de Kuhn trabajan normalmente en el cauce de una tradición y tienen en el pasado su punto de referencia.

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