Coordenadas
de modernidad.
El cine etnográfico del siglo XX está marcado por las relaciones de
alteridad y semejanza cultural del hombre
moderno. Pivota discursivamente entre la concepción moderna, que organiza la
diversidad cultural en base a un criterio evolutivo, y el cuestionamiento de
esa propia perspectiva moderna.
La representación cultural que crea o reproduce la producción
audiovisual participa de una doble dicotomía; como especie, avanza de lo
primitivo a lo civilizado, y como ser histórico, atiende a su tradición
cultural, la sociedad agraria, el desarrollo tecnológico, la industria y la
urbanización. Se pasa de la nostalgia por lo tradicional y lo natural, a la
proyección de un futuro tecnológico, con libertad, bienestar y riqueza.
Cannibal
Tours, 1984.
Realizado por Dennis O’Rourke, narra
el viaje de un grupo de turistas europeos y americanos a Papúa Nueva Guinea.
Desde el análisis discursivo, se
plantea un encuentro cultural entre aldeanos y turistas. Se alteran las
coordenadas de lo exótico y los turistas se convierten en los alter culturales. Los habitantes de la
isla ‘entienden’ por qué los van a visitar a ellos. Se producen desequilibrios
comerciales en las transacciones, en una población que comienza a vivir
procesos de colonización, aculturación y modernización. Comparten una misma
historia, pero desigual. Teóricamente,
se rompe con el proceso lineal, con dinámicas de transformación temporalmente
distanciadas. El Otro cultural ya no es inferior sino sincrónico y dinámico
(Teoría antropológica postmoderna, década de los 80).
Fotografía
de Margaret Mead y Gregory Bateson en Bali.
Trance
and dance in Bali, años 30. Narra la historia de dos antropólogos en Bali, que cuentan
con máquina de escribir, cámara fotográfica, de cine, grabador de sonido, papel
y lápiz para documentar. La cámara revolucionó la práctica etnográfica y la
propia elaboración técnica, recogiendo secuencias de comportamiento y
desarrollando teorías de comunicación no verbal o comportamiento gestual e
interacción humana en las ciencias sociales.
La narración se convierte aquí en una
trampa a la hora de teorizar. Lo que originariamente se concibe como una
secuencia lineal de acción, Mead lo convierte en un mito que teatraliza el
estudio antropológico. La película se narra
en voice over y se utilizan recursos
como la cámara lenta para enfatizar (metanarración). Aquí, la teoría pasa al primer plano y se
manifiesta en la narración. El discurso
o encuentro cultural se formula en términos de proximidad cultural, haciendo
familiar lo extraño. Se plantea como un cuento tradicional. El encuentro está
ausente en las imágenes, y se produce en la mediación del discurso racional,
cognitivo, donde no cabe discusión política.
La película no cumple de manera estricta
los requisitos para que se le considere una filmación etnográfica científica.
Ésta debería contener una unidad de lugar, tiempo, grupo y acción,…rechazando
escenas actuadas (Peter Fuchs). La filmación
no manipulada es fiel al hecho que registra. Lo contrario, es huir de la
objetividad. Sin embargo, aún a falta de criterios científicos, hablamos de
cine etnográfico.
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