jueves, 3 de noviembre de 2011

"Somos solitarios conectados" Zygmunt Bauman. Parte II

“Somos solitarios conectados”
Zygmunt Bauman. Conferencia: ¿Tiene futuro la solidaridad? en Madrid, 15 de Octubre de 2011.

Por Rubén Crespo.  1 de Noviembre de 2011.



Según Bauman, el precariado, término que sustituye al antiguo concepto de proletariado, está en la base de la solidaridad. Ya no queda mucho proletariado como el que antaño conocimos en la lucha de clases tras la ‘revolución industrial’, y los poco que queda de él, tiene mucho miedo a reclamar. Sabe de la facilidad que tiene un jefe, gracias a los grandes avances de las tecnologías de la información y la comunicación, de coger el móvil, hacer unas cuantas llamadas, y en poco tiempo desplazar los medios de producción a otra nación. Ya no es posible la solidaridad pesada de las fábricas porque ya no existen las fábricas. Por tanto, el poco proletariado que queda se ha debilitado de tal forma que su capacidad de incidencia política es residual. Que no haya proletariado como antes, no significa que hayan mejorado las condiciones. El proletariado ha sido sustituido por el precariado, que incluye a las clases medias. Más abajo están la subclases, personas que están fuera del sistema, o mejor dicho, no son adscritos a ninguna clase (excluidos socialmente).

Hasta ahora, puede que mucha gente haya tenido éxito y no le hayan acaecido hechos desfavorables. Sin embargo, aunque todo haya ido bien, ahora la sensación de un futuro incierto es más intensa y constante. La incertidumbre, el miedo, la ansiedad son, precisamente, los fenómenos que están uniendo a los individuos actualmente. Pero, todavía los individuos que estamos en ese 99% de indignados, no sabemos qué hacer. El proceso de individualización en el que nos hemos sumergido cada vez más, hace creer que el individuo es el creador de su propia vida y él es el responsable, tanto si triunfa como si fracasa. Es éste un fenómenos, como dice Anthony Giddens, que pertenece a una nueva esfera social donde todo tiene su propia ‘política lógica’. Se supone que individualmente tenemos la responsabilidad de encontrar siempre soluciones, aunque sea a problemas globales; pero existe una inmensa distancia entre ‘ser individuo’ y ‘ser institución’. Entre la teoría y la praxis hay un gran abismo: el ‘individuo en teoría’ no es igual al ‘individuo en la práctica’.

Ante la idea del precariado como una nueva clase mundial y ante la incertidumbre, el Bauman formula las siguientes preguntas: ¿Será esta nueva clase capaz de cambiar las cosas que le indignan?, ¿Van a poder sustituir la sociedad actual por una mejor?, ¿Dónde queda la solidaridad en toda esta sombría amalgama de acontecimientos inciertos? Bauman piensa que, más que solidarios, “somos solitarios conectados”.

Gracias a la revolución de las TIC (sobre todo las redes sociales en Internet), es muy fácil convocar a la gente para salir a la calle a indignarse y protestar por buenas causas; pero, también es muy fácil manejar las emociones y manipular este tipo de movimientos sociales a los que estamos asistiendo actualmente. El individuo tiene la percepción de una victoria subjetiva, es decir, pasa de ser un solitario a sumarse en masa en un ámbito de pertenencia. Como miembro de la muchedumbre, el individuo se siente unido a otros para manifestarse y gritar los mismos eslóganes. El individuo encuentra por fin una de sus mayores satisfacciones en esta sociedad individualizada. Sin embargo, las emociones, aunque tengan mucho poder para conseguir grandes cosas, desaparecen enseguida. Las emociones tienen una vida muy corta. Éste es el problema de nuestro momento y es necesario profundizar sobre ello.

A diferencia de las antiguas clases, lo que une al precariado, es una sensación de pulverización y de atomización. Sean cual sean las causas de la indignación, los miembros del precariado sufren una especie de castigo individual por no ser lo suficientemente listos o lo suficientemente trabajadores. Los miembros del precariado, hasta ahora, raramente han encontrado intereses comunes; ha habido siempre una sensación de estar cada uno a lo suyo. Es decir, existen muy buenas intenciones, pero el resultado final parece que queda en manos del destino, haciendo gala del refrán “el hombre propone y Dios dispone”.

6 comentarios:

  1. Gracias Javier por compartir este trabajo tan cuidado con el resto. Soy alumna del grado de ciencia política y sociología de la Uned. Y por supuesto Bauman es uno de mis pensadores actuales preferidos, destila sabiduría, respeto y un análisis certero absolutamente inigualables.Saludos

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  2. Hola Florencia
    Gracias por tu comentario.

    Bauman y Lipovetsky son mis autores contemporáneos favoritos, son geniales...

    Un abrazo
    Javier Prieto

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  3. Javier, desde los comienzos del 15M estoy reflexionando, yo simpatizo y además lo sigo ya que coincide con el momento real con mi debut en SOCIOLOGIA y quizás me guste estudiarlo en un futuro mas detalladamente cuando sea mas experta en esto, que osadia por mi parte,y pueda hacer un trabajo elaborado y cientifico de ello, pero veo que tanta diversidad y tanta convergencia de ideologias, unidos por unas circunstancias..., es algo que siempre me ha hecho ser pesimista frente a las reivindicaciones, creo que el sistema va a hacer que haya mas gente pobre, eso es lo que pasará, mas gente pobre fuera del mismo... ¿que piensas tu? ¿somos solidarios o somos interesados?.He leido tu exposicion tan bien argumentada y estoy totalmente de acuerdo, pienso así, pero no podria expresarlo tan bien como lo has hecho tu. Te Felicito. Saludos

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  4. Hola Ángeles
    Gracias por tu comentario. Este brillante artículo no es mío, sino de Rubén Crespo, compañero de Sociología de la UNED.
    Sin duda habrá una movilidad social hacia las infraclases, está situación de crisis se configura como muy profunda y afectará de manera estructural. Por tanto, será muy difícil una recuperación dinámica a pocos años.

    Una crisis no sólo económica sino fundamentalmente social, donde la reacción es de indefensión y la afección es de encontrarnos una generación perdida: estudiantes formados y sin experiencia laboral que engrosan las listas de desempleados, y por otro lado "mayores" de 45 años que pierden su trabajo y se sienten desplazados y rechazados por su edad.
    No deja de ser paradójico cómo la sociedad española reacciona ante la crisis, a mi entender existe una indolencia generalizada, y el movimiento 15M fue tan espontáneo, que cayó como agua entre nuestro dedos.

    Un saludo compañera
    Javier Prieto

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  5. Buenas tardes:

    Acabo de leer este artículo y tengo que felicitar al autor. Tu blog, Javier, es muy curioso y repleto de información. En estos momentos estoy realizando un trabajo para sociología y me gustaría citarlo. ¿Podrías facilitarme la referencia?

    Muchas Gracias
    JLN

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  6. Hola JLN
    Gracias por tu comentario.
    El autor del artículo es Rubén Crespo, su email es

    Saludos
    Javier Prieto

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