Madrid - 14 mar 2020 - 09:45CET
Han cerrado los teatros, los cines, las salas de conciertos, los museos,
los archivos, las librerías… Es una situación “trágica y dramática”.
“Un caos”, dicen otros. Este es el balance que más repiten los agentes
de la industria cultural ante la parálisis de consumo que se avecina por
la crisis sanitaria del Covid-19. Calculan, de momento, un mes de
cierre de la actividad creativa y comercial y “esto supondrá unas
pérdidas de casi 3.000 millones de euros”, indican desde la Asociación
para el Desarrollo de la Propiedad Intelectual (Adepi). La liga de
fútbol ha evaluado la cantidad que perderá por paralizar el juego en 600
millones de euros.
La cultura aportó al PIB en 2019 una
suma cercana a los 40.000 millones de euros, un 3,2% del total (con las
aportaciones de la propiedad intelectual incluidas). Por eso el sector
reclama al Gobierno de Pedro Sánchez ayudas y que sea tratado como uno
de los más afectados e incorpore una línea de financiación que evite la
pérdida de puestos de trabajo. En 2019, 710.200 personas fueron
empleadas por la industria cultural, lo que representa un 3,6% del
empleo total del país. Este dato reflejó un incremento sustancial del
2,9% y marcó un récord en generación de puestos de trabajo.
El
sector de gestión colectiva está esbozando un plan, aún muy incipiente
(se debería desarrollar la semana que viene) para crear un fondo de
crisis financiado con la recaudación de los derechos de autor. Este
fondo estaría gestionado por el Ministerio de Cultura. Pilar Jurado,
presidenta de la SGAE, aclara que su entidad ya ayuda en ese sentido.
“No podemos quitar el dinero a los que ya lo necesitan, para dárselo a
los que lo van a necesitar ahora. Siempre ayudaremos cuanto podamos,
pero es una responsabilidad del Gobierno aplicar medidas para que la
mediana empresa no cierre. Dos meses de parón es demasiado para los
autores, necesitan liquidez. Hay que paralizar los pagos de los
impuestos y conceder préstamos blandos”, reclama Jurado.
Si
no se actúa con urgencia a favor del empleo cultural, esa amplia red
desaparecerá. “Somos la cuarta industria más importante en España,
necesitamos ayuda urgente”, reclama Jesús Cimarro, empresario teatral y
presidente de la Academia de las Artes Escénicas. Ha cancelado en los
últimos tres días cerca de 30 funciones y ha ejecutado ERTE a todos los
empleados de los teatros clausurados. “Necesitamos un compromiso claro
de las Administraciones: va a desaparecer el trabajo de miles de
familias y no nos lo podemos permitir”, recuerda Cimarro, que tenía cita
con José Manuel Rodríguez Uribes este jueves, pero fue aplazada por la
cuarentena en la que se encuentra el ministro de Cultura. “El lunes
volveré a llamar a la puerta”, asegura el productor.
Tal y
como ha podido saber EL PAÍS, el próximo martes Rodríguez Uribes
llevará al Consejo de Ministros una serie de medidas para apoyar a sus
representados. En este momento las están elaborando. Cultura asegura que
están en contacto con el sector, “en fase de escucha para que nos
trasladen información del estado de la situación y se puedan aportar
soluciones en el marco general de apoyo que ha abierto el Gobierno”,
explican.
Así, María José Gálvez, directora General del
Libro y Fomento de la lectura, ha llamado este viernes a Miguel Barrero,
presidente de la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE),
para informarse del estado en el que se encuentra la industria cultural
que más beneficios aporta al PIB (un 32,9% del total del sector). A
Barrero le preocupa más la recuperación de la crisis que una inyección
inmediata de dinero. Quieren el compromiso político para el día después
de la tormenta. “Necesitaremos ayudas consolidadas a la pequeña y
mediana empresa editorial. Van a sufrir mucho”, cuenta Barrero. Indica a
largo plazo el incentivo del comercio interior y exterior, así como la
inversión en compra de libros para bibliotecas cuando todo haya pasado.
No
quieren que vuelva el fantasma de 2008. Pero está aquí. Así lo ven los
libreros. ¿Cuánto puede resistir una librería sin abrir al público?
Depende del precio del alquiler. Algunos comercios aseguran que hasta
junio podrían aguantar esta situación, siempre y cuando reciban la ayuda
de las administraciones. Reclaman la reducción de “la cuota de
autónomos, la aplicación del IBI cultural (exención
del mismo), la aplicación de créditos blandos y la reducción al mínimo
de impuestos”, aclara Alberto Sánchez, presidente de Confederación
Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL). “La situación de
las librerías ya era límite, con esta turbulencia vamos a sufrir
muchísimo”, comenta el librero. Tienen una previsión de cuatro meses sin
ventas, hasta la Feria del Libro de Madrid, que se ha trasladado a octubre. Y San Jordi, a la espera de que Patrici Tixis, presidente del Gremio de Editores de Cataluña, anuncie la cancelación.
Jesús
Marugán, dueño de Akira Cómics, actuará a puerta cerrada con los
pedidos web, mientras no se cancele el reparto a domicilio. Por su
página le entra el 50% de la facturación anual, con eso podrá vivir y
pagar los sueldos de sus nueve trabajadores los próximos 50 días. Más lo
ve difícil. “Es la única opción para la supervivencia, mientras no se
bloquee eso también con el estado de excepción”, reconoce, siempre y
cuando las Administraciones retrasen de manera inmediata el pago de
tributaciones.
Madrid - 14 mar 2020 - 09:45CET
Artçiculo publicado en EL PAIS
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