El 93,4% de las empresas del sector tiene menos de cinco empleados. Uno de cada tres trabajadores es autónomo y las pérdidas en las librerías y cines son millonarias
Madrid - 19 mar 2020 - 00:30CET
Sufren todos, y la cultura también. El coronavirus no
entiende de países, ni de sectores. Cierra casas y tiendas, castiga a
trabajadores y empresarios, en Alemania como en Portugal. Cada uno
resiste como puede, pero los más frágiles acumulan los mayores miedos.
Y, en España, la emergencia ha confirmado que las artes tienen poderío
creativo de sobra, pero músculo económico débil. Por un lado, se han
volcado con un sinfín de iniciativas online, a menudo gratuitas, para
aliviar la reclusión. Por otro, los números del sector pintan un cuadro
preocupante: una enorme llanura poblada de autónomos y empresas
minúsculas. Solo el 69,9% es asalariado, frente al 84% general, y el
93,4% de las compañías oscila entre cero y cinco empleados, en datos oficiales.
De ahí que se hayan disparado las peticiones de ayuda al ministerio de Cultura,
al igual, eso sí, que en toda Europa. En Francia o Italia, ya se han
aprobado fondos específicos. En otros casos, como España, de momento la
cultura se refugia bajo el paraguas genérico que cada Gobierno está
abriendo. En los últimos días, el ministro español, José Manuel Rodríguez Uribes, ha telefoneado a
consejeros autonómicos y gestores culturales. Les ha explicado cómo
beneficiarse de los 200.000 millones de euros movilizados por el
Ejecutivo. Y, a la vez, les ha pedido propuestas. Mirar al resto de
Europa puede aportar ideas. Y soluciones.
FRANCIA
El ministerio de Cultura francés ha anunciado ayudas “de urgencia” por 22 millones de euros: 10 irán al sector musical, para los “profesionales más fragilizados”.
Y el Centro Nacional de la Música suspenderá en marzo la recaudación de
su impuesto en taquilla. El sector de espectáculos en vivo no
musicales, especialmente el teatro privado, contará con 5 millones “con
una atención particular al mantenimiento del empleo”. La misma dotación
tendrá el fondo para las “dificultades inmediatas de editores, autores y
libreros”. Además, el Centro Nacional del Libro abonará las
subvenciones de eventos anulados, al igual que en el sector audiovisual.
El fondo para las galerías y centros de arte es de dos millones.
En
el cine y el audiovisual, se ha suspendido en marzo el vencimiento de
pago de la tasa que los exhibidores pagan al Centro Nacional de Cine
sobre las entradas. Este organismo se ha comprometido a abonar, “de
forma anticipada”, los apoyos previstos a las salas de arte y ensayo y a
la distribución. Y el Gobierno facilitará también las condiciones de
cálculo y cobro del paro de los trabajadores intermitentes mientras dure
el confinamiento. “Lo que está en juego es el futuro mismo de nuestro modelo cultural”, ha dicho el ministro, Franck Riester.
ITALIA
Italia ha dedicado a la cultura y el turismo una pequeña partida de los 25.000 millones de euros que ha movilizado frente a la pandemia.
El Gobierno invertirá 130 millones en la creación un fondo de
emergencias para los espectáculos en directo, el cine y el audiovisual,
con el objetivo de favorecer su reactivación, a través de iniciativas
aún por definir. Además, los empleados y empresarios de la cultura
podrán beneficiarse de moratorias en el pago de impuestos y cotizaciones
a la seguridad social. El Ejecutivo también se hará cargo del reembolso, a través de vales, de las entradas ya adquiridas para espectáculos, cines, teatros o museos.
La
Asociación de Libreros Italianos calcula pérdidas de 47 millones para
el sector solo este mes: ha reclamado que las librerías abran como los
supermercados, por considerar los libros bienes de primera necesidad. Un
apoyo a su argumento llega desde el otro lado de Europa: en Bélgica, la
primera ministra, Sophie Wilmès, incluyó las librerías entre las pocas
tiendas esenciales, autorizadas a seguir con su actividad.
Los
libreros italianos también demandan que se les permita repartir a
domicilio, como los restaurantes. Muchos ya lo estaban haciendo, antes
incluso de la orden de cierre, para evitar las aglomeraciones en las
tiendas. Desde que entraron en vigor las restricciones solo se consiente
el servicio a domicilio a través de mensajeros regulados, algo inviable
para las pequeñas librerías por su coste extra: denuncian que solo
beneficia a las grandes plataformas de distribución online.
ALEMANIA
La
ministra de Cultura de Alemania, Monika Grütters, prometió hace una
semana una sólida ayuda financiera, a medida que cierran las salas y
disminuye el número de asistentes. “Las pequeñas instituciones y los
artistas independientes podrían enfrentarse a una angustia
considerable”, dijo. Aseguró que ha pedido al Gobierno que invite a
representantes culturales para hablar sobre sus necesidades. La
canciller, Angela Merkel, ha dicho que el Gobierno planea ofrecer ayuda a través del Kreditanstalt für Wiederaufbau, un banco de desarrollo de propiedad estatal.
Olaf
Zimmermann, director de la Deutscher Kulturrat, la asociación que
representa a las industrias culturales, ha pedido un fondo de emergencia
para los artistas independientes y ayuda financiera para las
instituciones y empresas obligadas a cancelar sus actuaciones.
El
ministerio aún no ha dado a conocer detalles pero informó de que se ha
comprometido a poner a disposición de la cultura y los medios de
comunicación fondos adicionales, además del presupuesto existente. El
miércoles, representantes del Consejo Cultural Alemán, la organización
que agrupa a las asociaciones culturales federales, se reunió con
Grütters y con los ministros de Trabajo (Hubertus Heil) y Economía
(Peter Altmaier). Los tres confirmaron que se creará un paquete de ayuda
especial para los autónomos y las pequeñas empresas, aunque aún no se ha concretado.
Unos
600.000 autónomos trabajan en las industrias culturales: entre ellos
hay unos 340.000 llamados miniempleados, con un volumen de negocios
inferior a 17.500 euros al año.
PORTUGAL
Con
museos cerrados, conciertos cancelados y festivales suspendidos, la
cultura se enfrenta a la pandemia económica. El primer paquete de ayudas
anunciado por el Gobierno no ha tenido en cuenta al sector, plagado de
trabajadores autónomos, temporales y freelances, aunque sí a los espectáculos y animadores en la industria hotelera. Los trabajadores que tengan que quedarse en casa para cuidar a hijos menores de
12 años recibirán el 66% de su salario (33% a cargo de la empresa y 33%
a cargo de la seguridad social), la misma cantidad que recibirán los
autónomos. El aislamiento profiláctico de 14 días tendrá asegurado el
pago del 100% del salario. El problema es la precariedad y temporalidad del sector cultural. Mientras, han sido suspendidos o aplazados festivales como el Tremor, MetalFest, Vivarium o Cumplicidades.
En
el páramo cultural que es hoy el país, el gremio musical ha reaccionado
con un festival en Instagram, hasta el día 22. Son 77 artistas y
grupos, cada uno con 30 minutos, de cinco de la tarde a once de la
noche. “Fueron las entidades culturales las que se pusieron al frente de
la trinchera y las que comienzan a recibir las balas”, declara Daniel
Pires, organizador del Vivarium. En GoFundMe hay abierto un fondo de
apoyo a los artistas lisboetas. Su objetivo es recaudar 50.000 euros:
suma 1.750 en cinco días.
REINO UNIDO
La industria cultural ha recibido con sentimientos enfrentados las medidas propuestas por el Gobierno de Boris Johnson. Los
teatros y cines reclaman a las autoridades que aclaren si el “consejo”
de cerrar sus puertas pasará pronto a ser una “orden”, porque esa
ambigüedad ata las manos de aquellos que dispongan de algún seguro. El
anuncio de subvenciones públicas de urgencia de unos 27.000 euros
por negocio ayudará a muchas instituciones culturales y espacios
creativos, así como la supresión, durante un año, del llamado business rate (Impuesto sobre Bienes Inmuebles Comerciales).
Sin
embargo, aproximadamente un tercio de los trabajadores del sector se
compone de autónomos, y no se han diseñado medidas específicas para su
situación. “Nuestra industria creativa es una de las historias de éxito
del Reino Unido. Es fundamental que sea capaz de sobrevivir”, ha dicho
Caroline Norbury, presidenta de la Federación de Industrias Creativas.
Ha calculado un descenso general del 50% de los ingresos de sus socios, y
en algunos casos, subraya, el hundimiento total ha sido inmediato.
PAÍSES BAJOS
Con
un 60% de autónomos, y pérdidas de entre 60 y 100 millones de euros
semanales por las cancelaciones, según el ministerio de Cultura, el
sector espera con ansia las ayudas prometidas por el Gobierno de centro
derecha. El cierre ya afecta a cines y teatros, igual que bares y
restaurantes. La ministra de Cultura, Ingrid van Engelshoven, ha
advertido ya de que no podrá compensarlo todo. "Sin embargo, las
instituciones con fondos públicos mantendrán de momento los subsidios
que recibían, a pesar de que se hayan anulado las actuaciones ", ha
dicho. Asimismo, ha asegurado que no tiene que “pelear” en defensa de
las artes en el seno del Ejecutivo, ya que "comprende la importancia y
el impacto del sector cultural”.
No se ha ultimado aún el
tipo o la cuantía de las medidas a adoptar, pero Cultura, que está en
negociaciones con municipios, provincias y entidades privadas, incluirá a
los autónomos. “Son los que notan de manera más aguda las
cancelaciones, mientras siguen pagando el alquiler y haciendo la
compra”, ha reconocido Van Engelshoven. Cada caso se analizará a fondo
para ver si encaja en el grupo general de trabajadores por cuenta propia
contemplado por el Gobierno a escala nacional, o bien precisa de apoyos
especiales.
Con información de Silvia Ayuso, Isabel Ferrer, Lorena Pacho, Rafa de Miguel, Enrique Müller, Javier Martín del Barrio y Tommaso Koch.
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