A continuación la entrevista del Círculo de estudiantes de Ciencias Políticas y Sociología a María Jesús Funes, Doctora en Ciencias Políticas y Sociología y Profesora en el Departamento de Sociología III, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, desde 1.998.
CECPS: Ante fenómenos como el del 15-M, ¿cómo debería ser la actitud de un sociólogo que trabaje para una administración pública o para un partido político?
MJF.: Dependerá del tipo de trabajo que tengan asignados cada uno de ellos en la administración o en el partido. En principio, un sociólogo que trabaje para la administración pública no tiene por qué adoptar ninguna actitud especial más allá de la que adopte como ciudadano, salvo que se encuentre en un puesto que pueda tener alguna relación con la formación (como es mi caso), o con la comunicación política, o, por supuesto que se trate de cargos de alta responsabilidad, en cuyo caso su responsabilidad es distinta. En cuanto a un sociólogo que trabaje en un partido, también dependerá de cuál sea su función dentro de él, pero en este caso, si habría una cierta obligación de intentar sensibilizar a su colectivo para que se desarrollen mecanismos de observación y vigilancia muy atenta para poder comprender bien lo que está ocurriendo, dado que, desde mi punto de vista, los partidos son unos de los primeros aludidos en esta movilización.
CECPS: ¿Cree que el movimiento del 15-M solo ha sido utilizado por partidos políticos y algunos medios de comunicación según sus propios intereses pensando en el efecto que podía tener en las elecciones del 22-M?
MJF.: Puede que haya sido, sino sólo, si principalmente utilizado en ese sentido. En primer lugar porque podríamos decir que resulta bastante razonable que así sea dado que podía considerarse una cuestión menor junto a unos hechos tan relevantes como las elecciones. En segundo lugar, porque hay una cierta inercia a “no ver” y “no valorar” determinado tipo de prácticas. Vuelvo a los argumentos que desarrollo sobre todo en la Introducción y el primer artículo del monográfico nº 75 de la Revista del INJUVE, estas prácticas (las del 15-M) quedarían en lo que denomino en ese texto: “lo invisible, lo estigmatizado, lo prohibido”. Cierto tipo de acontecimientos se rechazan, se infravaloran, y acaban “casi” no viéndose, se invisibilizan a fuerza de querer negarlos. Hasta que llega un hecho de estas dimensiones en que no ha habido más remedio que quitarse la venda de los ojos, y eso es un poco lo que ha pasado con la prensa. Con los partidos puede que haya otras explicaciones añadidas.
CECPS: ¿Qué tipo de personas podemos encontrar entre los indignados? Se ha hablado de extremistas, de antisistema, etc. Aunque las propuestas van más encaminadas hacia una regeneración del sistema, ¿cree que las propuestas son realistas o podemos catalogarlas como utópicas?
MJF.: Sin lugar a dudas, hay mucha mezcla. Pero los verdaderos protagonistas no son los que se suelen denominar “antisistema” (también habría que tener claro qué se quiere indicar con ese término). Los protagonistas, la vanguardia de este movimiento, son los jóvenes formados, cualificados, políticamente motivados que se intuían como promesa en los últimos estudios de juventud; aunque la ceguera de la sociedad adulta, incluso la académica, no les daba relevancia. En el libro Cultura, Sociedad y Política del Informe de Juventud de 2008, hay una apartado dedicado a indagar sobre un sector social procedente del ámbito del hacktivismo, y de los jóvenes alternativos (que no necesariamente antisistema), los universitarios altamente politizados. Aquí veía yo hace unos años las posibilidades de cambios relevantes en la política, y a ellos creo que hay que atribuirles esta explosión de vitalidad democrática.
CECPS: Algunas personas piensan que este tipo de movimiento no terminará por afectar a la clase política, ya que están acostumbrados a todo tipo de críticas, ¿Está siendo efectivo el movimiento del 15-M? ¿Existen otras vías pacíficas para forzar cambios de actitud de los partidos políticos, gobiernos y sindicatos?
MJF.: No podemos saber cuánto va a afectar, pero, a estas alturas es casi imposible que no afecte. Creo que cada vez está más claro que este movimiento “podría” tener efectos comparables a los que tuvo el Mayo francés. Tal vez sea un poco optimista, no me gusta hacer futurismo, pero sí me prestaría a analizar más despacio posibles vías de impacto. Otras vías para forzar cambios de actitud,…??? Supongo que sí pero habría que dedicar varios seminarios a reflexionar sobre ello, porque se trata de instituciones muy desgastadas y un tanto anacrónicas. Por ahora, quedémonos con observar la opción que tenemos delante.
CECPS: Hasta ahora los principales partidos políticos de España no han atendido formalmente ninguna de las reivindicaciones de los indignados. ¿Cree que deberían adoptar –o atender al menos- las reivindicaciones del 15-M?
MJF.: Sí, creo que deberían plantearse que algún tipo de acercamiento, es imprescindible. El Movimiento, aunque ahora se amenos visible, sigue tomando fuerza, y su estrategia de diversificación, fragmentación y expandirse por las redes sociales, por otras redes sociales de las habituales de la juventud, lejos de diluirles puede llegar a hacerles más poderosos y sería una mala estrategia no estar pendiente.
CECPS: Después de la gran afluencia en diversas plazas de España y su gran calado en la opinión pública. ¿Cuál cree que será el siguiente paso? ¿Se transformará en un nuevo partido político o continuará por la senda de la desobediencia civil que en su día planteó Thoreau?
MJF.: El siguiente paso está siendo el de incardinarse en redes sociales de otro tipo, su estrategia de pasar a los barrios, a los pueblos, a los núcleos de la vida cotidiana, y de actuar como “movimiento vigilante” (véanse sus actuaciones en los casos de desahucio por impagos de viviendas), los convierte en un movimiento original y lo que hay que hacer es estar atentos observando. Desde luego, lo que no parece es que su tendencia sea convertirse en un partido, pero nada se puede saber aún.
CECPS: Ante las tentativas de coordinación en diversas ciudades españolas que se están llevando a cabo, e incluso ante la previsible exportación del fenómeno a otras ciudades europeas, como ya ha sucedido en Grecia, ¿cree que se irá conformando una masa crítica que se lo pondrá cada vez más difícil a los políticos y las elites dominantes actuales?
MJF.: Puede ser, hoy el efecto contagio es un elemento básico de la acción política de protesta, pero es pronto para saber qué calado puede tener.
CECPS: En la actual situación de soberanía de los mercados, la mayoría de indignados tiene una sensación de impotencia al ver como los mercados les pasan por encima, ¿es la del 15-M una de las mejores formas de acción ciudadana frente a los problemas económicos y sociopolíticos?
MJF.: No está claro si es la mejor, lo que podemos decir es que hasta el día de hoy, creo que es la única.
CECPS: Existe la percepción de cierto mutismo de las organizaciones sindicales, sin que ninguna de ellas se haya dirigido ni siquiera a los medios de comunicación. ¿Cree que los sindicatos deberían haber apoyado las reivindicaciones del 15-M?
MJF.: Creo que están desconcertados, por otro lado como la mayoría de actores y de ciudadanos. Por otra parte, este movimiento está expresando con mucha claridad su rechazo a las instituciones representativas tradicionales, y creo que los sindicatos entran en esa calificación. Supongo que temen lo que ha ocurrido otras veces, que actores políticos más relevantes acaben fagocitando el movimiento.
CECPS: Si le encargarse la universidad u otro organismo un estudio sobre el 15-M, ¿cómo lo abordaría, qué técnicas de investigación utilizaría?
MJF.: Hay toda un aparato teórico y metodológico preparado y bien definido para analizar este tipo de casos. Me dedico a enseñar eso a mis alumnos en el Máster de Problemas Sociales. De hecho, este curso hemos aprovechado para analizar las revueltas del norte de África. La teoría del proceso político y la teoría de la construcción social de la protesta, serían mis guías iniciales, pero, por supuesto, orientada desde el enfoque de la construcción de marcos cognitivos y de la construcción dramatúrgica de la acción para estudiar el peso de las acciones y los escenarios en la construcción del éxito y la evitación del fracaso, la dimensión simbólica de la acción…Un curso entero podríamos dedicar a ello. Tal vez me plantee dedicarle el curso próximo.
CECPS: Aunque los últimos barómetros del CIS reflejaban a la clase política como el tercer problema que preocupaba a la población española, parece que a los principales partidos políticos les ha pillado por sorpresa esta rebeldía ciudadana. Incluso los medios de comunicación han tendido a consultar más que nunca a los sociólogos para encontrar explicaciones ¿Cree que, a partir de un aumento del malestar social, se demandarán en el ámbito de la administración y otros sectores privados más profesionales de la Sociología?
MJF.: Espero que sí.
CECPS: Muchos miembros del CECPS creemos que sería conveniente un mayor diálogo entre los políticos en ejercicio y la comunidad de científicos sociales que de algún modo son silenciados en los principales medios de comunicación. ¿Sería oportuno que esta comunidad de científicos emitiera un comunicado conjunto de apoyo a los indignados? ¿Estaría dispuesto a involucrarse en ello?
MJF.: Sí, sin lugar a dudas. Lo he hecho a título individual. Lo haría también como profesional.
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