lunes, 20 de junio de 2011

La sociedad dividida. Trabajo comentario segundo cuatrimestre Bloque I - Parte II

Esta tarea de la asignatura de Introducción a la Sociología II, del Grado de Sociología de la UNED, consistía en la realización de un trabajo de lectura voluntario del libro de José Félix Tezanos, La sociedad dividida. Estructura de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pensado como una Prueba de Evaluación a Distancia, permite contrastar los contenidos "teóricos" de la asignatura con algunos rasgos y procesos que están teniendo lugar en las sociedades de nuestros días y que resultan de especial interés para los sociólogos. La evaluación de esta prueba se hizo en la plataforma ALF puntuando hasta 1,5 puntos en la nota final. 
Este trabajo tenía dos partes. La primera consistía en un resumen de la segunda parte del libro (capítulos 7 al 12) con una extensión máxima de tres páginas. Y, la segunda, debía ser un comentario personal de dicha parte, o de un capítulo, en el que el alumno aportaba su propia opinión fundamentada.

Comentario basado de la lectura del epígrafe "principales tendencias en estratificación"

Otro hecho a destacar lo encontramos en Francia, cuyo gobierno desmanteló entre finales de julio y agosto de 2010, 128 campamentos de gitanos rumanos con la consiguiente expulsión de 977 de sus ocupantes. Según el balance que entonces, realizó el ministro del Interior, Brice Hortefeux, se justificó esta ofensiva –anunciada por el propio presidente francés Nicolas Sarkozy- como <<legítima y necesaria>> y que seguiría adelante. Tal situación, conllevó que distintos dirigentes y líderes europeos se pronunciaran, entre ellos, Viviane Reding, vicepresidenta y titular de Justicia y Derechos Fundamentales de la Comisión Europea, quien en septiembre del pasado año, expresaba: “Actitudes como la expulsión masiva de gitanos rumanos en Francia el pasado año, pone en alerta aún más, unas posturas que hacen rememorar a pretéritas etapas de la triste historia europea”, comparando dichas expulsiones con las entregas de judíos a los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
Unido a ello, observamos el auge del partido de Jean-Marie Le Pen, el Frente Nacional, y <<una UE que con un silencio y apoyo de los 27 miembros a la política de Sarkozy pone en relieve el corporativismo de la alta política que niega derechos a colectivos vulnerables y que lleva a un pacto para no oponerse a esta medidas[1]>>, como ha señalado el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.
Dadas las circunstancias, cuando la extrema derecha no ostenta el poder, sus planteamientos pueden “intoxicar” los tradicionales partidos de derecha, unos gobiernos que caen en tentaciones populistas xenófobas como estrategias de captación de votos. Así, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha procurado obsequiar con la nacionalidad húngara a las minorías húngaras que residen en los países fronterizos, exasperando con ello a sus vecinos Rumania y Eslovaquia. Una propuesta programática ésta, presentada por el partido de extrema derecha húngaro Jobbik.
Subraya Magali Balent (de la Fundación Robert Schuman), <<que la UE debe de tener en cuenta la responsabilidad que tiene, en el avance de la extrema derecha, no puede ignorar un debate sobre su identidad y sus límites, para demostrar  su singularidad y contradecir a quienes afirman que sólo responde a las órdenes de un proyecto para estandarizar las culturas y las identidades en todo el mundo[2]>>.
Cabe destacar que, en las elecciones europeas de junio de 2009, la extrema derecha logró un porcentaje de votos de dos dígitos en siete Estados miembros (Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Hungría, Austria, Bulgaria e Italia), y un rédito entre un 5% y un 10% en otros cinco Estados (Rumania, Grecia, Francia, Reino Unido y Eslovaquia), y Finlandia, que ha sido el último país en caer ante el auge de las fuerzas populistas de los “Verdaderos Finlandeses”, partido que se ha hecho con el 19% de los votos (Abril 2011), convirtiéndose en la tercera potencia política del país. La entrada al Parlamento sueco, de Demócratas de Suecia (SD, extrema derecha), que obtuvo el 5,7% de los votos, un logro compartido por los partidos nacionalistas y xenófobos de Países Bajos (PPV) o Hungría (Jobbik). Y en Italia, unos de los países fundadores de la UE, la Liga Norte, partido contrario a la inmigración, cohabita con el gobierno como principal aliado de Silvio Berlusconi. Debido a este panorama político, el eurodiputado francés, Bruno Gollnisch del Frente Nacional, manifestaba: <<Poco a poco, la gente está dándose cuenta de que la globalización afecta a todos de la misma manera[3]>>.


[1] http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/2461305/09/10/3/La-crisis-ha-puesto-mas-facil-el-auge-de-la-ultraderecha-en-Europa.html
[2] http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/20/internacional/1285008249.html
[3] http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/2461064/09/10/La-extrema-derecha-siembra-la-incertidumbre-en-Suecia.html

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