Esta tarea de la asignatura de Introducción a la Sociología II, del Grado de Sociología de la UNED, consistía en la realización de un trabajo de lectura voluntario del libro de José Félix Tezanos, La sociedad dividida. Estructura de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001, pensado como una Prueba de Evaluación a Distancia, permite contrastar los contenidos "teóricos" de la asignatura con algunos rasgos y procesos que están teniendo lugar en las sociedades de nuestros días y que resultan de especial interés para los sociólogos. La evaluación de esta prueba se hizo en la plataforma ALF puntuando hasta 1,5 puntos en la nota final.
Este trabajo tenía dos partes. La primera consistía en un resumen de la segunda parte del libro (capítulos 7 al 12) con una extensión máxima de tres páginas. Y, la segunda, debía ser un comentario personal de dicha parte, o de un capítulo, en el que el alumno aportaba su propia opinión fundamentada.
Los cambios acontecidos en las <<nuevas clases medias>> han de ser considerados equivalentes a los también producidos entre las nuevas clases obreras y sin tomar a la clase media como un grupo homogéneo. Las modificaciones económicas, tecnológicas y socio-políticas; van a actuar ostensiblemente en la conciencia y en el reconocimiento de clase, y se ejecutarán en una manera difícil de traducir.
El incremento en la complejidad y multiplicidad de las estructuras de clase, en los sectores ocupacionales de clase media y las transformaciones políticas, que se produjeron; se manifestaron en dificultades de ajuste con el devenir de las democracias y la naturaleza de representación de los partidos políticos. Se ponían en tela de juicio los ideales socialdemócratas tradicionales, fundamentados en la armonización entre los partidos socialistas que intervenían en el plano político y los sindicatos en el laboral, los dos pilares de un cuerpo social que compartían un mismo proyecto político.
El elemento diferenciador de la pérdida de poder de los sindicatos estuvo en la mecánica de pactos sociales que se articulaba en torno al modelo de Estado de Bienestar clásico, lo que se denominó “corporatismo”. Ello significó que algunos elementos de la política no se decidieran en el Parlamento, sino en mesas de negociación entre gobierno y grupos de interés. La ulterior mejora electoral de los grupos conservadores se sustentó en la línea que dichas <<imágenes de poder>>, despertaron en sectores de las clases medias de los países desarrollados, lo que contribuyó a un cambio de rumbo de las políticas propias del Estado benefactor.
La tecnología se configura pues como un factor primordial en la estructura de los nuevos sistemas sociales y la conformación de las clases medias en las sociedades tecnológicamente avanzadas, experimenta transformaciones, llegándose a cuestionar su propia situación en la estructura de la sociedad; hacia una conciencia de clase difusa. Todo parece indicar que las clases medias empiezan a encontrar taponado su futuro, donde las nueva sociedades emergentes buscan otros valores y establecen diferentes recorridos sociales y vitales.
Las previsiones sobre las principales tendencias futuras en estratificación social tanto en el resto del mundo como en España, se plasman en la agudización de las desigualdades, con retrocesos en el nivel de bienestar de los pensionistas, así como en otros grupos sociales infraposicionados, incrementándose la dualización social y la manifestación segregadora en los espacios urbanos.
Los procesos de reestructuración del trabajo relacionados con la revolución tecnológica están contribuyendo a un incremento del paro estructural de larga duración y de precarización laboral. Donde los jóvenes son los grandes afectados, por encontrarse atrapados frente a las escasas oportunidades laborales y vitales, socialmente integradoras. Se localiza a los jóvenes como núcleo en las nuevas dinámicas gestadas por las transformaciones en los modelos de sociedad, situándolos como protagonistas y víctimas principales de las nuevas composiciones económicas y sociales. Las nuevas generaciones se han instalado en la conciencia del cambio, entre constantes procesos de innovación, por lo que para muchos jóvenes lo extraordinario sería que este curso evolutivo se frenara. En la actualidad muchos jóvenes no han logrado incorporarse al mercado laboral y los que lo consiguen, sólo lo realizan en las peores condiciones laborales y salariales.
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