Protección y desprotección social
Los sistemas de exclusión y postergación social que están expresándose en las sociedades tecnológicas emergentes se exteriorizan en contextos económicos y laborales en los que no existe un plano adaptado de equilibrios que posibiliten ofrecer a los que están <<marginados>>, salidas razonables y cercanas a la mejora o de integración social. Salidas que podrían establecerse bien pos la vía de los apoyos compensatorios para entrar en el mercado laboral, bien ofreciendo oportunidades de realizar actividades sociales retribuidas, o bien asistir las necesidades vitales básicas. Todo esto encuadrado en las políticas sociales inherentes al Estado de Bienestar.
Los procesos de restructuración del trabajo imbricados con la revolución tecnológicas están contribuyendo a un incremento del paro estructural de larga duración y de precarización laboral. Y a los perjudicados por esas tendencias, se ven cada vez más desatendidos por las políticas <<compensatorias>> del Estado de Bienestar. Donde los jóvenes son los grandes sancionados, por encontrarse atrapados antes las escasas oportunidades laborales y vitales, socialmente integradoras.
El surgimiento del nuevo paradigma de sociedades tecnológicamente avanzadas proyecta nuevos obstáculos, los cuales ni los viejos Estados liberales, ni los Estados de Bienestar modernos, carecen de capacidades resolutivas. Derivándose por tanto en segregaciones, marginaciones y exclusiones con profundas raíces estructurales factores culturales y notables inclinaciones culturales.
Los expertos apuntan sobre la acentuación de la crisis y una reducción de las prestaciones sociales del Estado de Bienestar, además de una percepción del futuro más próximo en una dualización que convivirán los trabajadores activos con salarios estables en relación al PIB, entretanto los jubilados y los pensionistas verán retraer su nivel de vida en comparación con el conjunto de población, manifestando una significativa pérdida de capacidad adquisitiva. Dibujándose una tendencia hacia una mayor desigualdad en el crecimiento de las diferentes rentas, vaticinando un incremento de las rentas de capital y de aquellos grupos asalariados más cualificados, con una mayor dificultad de autofinanciación a largo plazo del sistema público de pensiones.
Resumen de epígrafe de La sociedad dividida de José Félix Tezanos
La viñeta que acompaña a esta entrada aparece bajo autorización de El Roto
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