En la asignatura de Historia de las Ideas Políticas del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED, algun@s compañer@s realizamos un trabajo coral; resúmenes del libro Ideas y Formas Políticas: Del triunfo del Absolutismo a la Posmodernidad, bibliografía básica de esta asignatura. Quiero agradecer el esfuerzo, compromiso y dedicación desplegado por tod@s. Derechos reservados, sus autores.
José Rodrigo Crespo - Tema 1 El triunfo del absolutismo // Elisa Ruiz Rodríguez - Tema 2 De la Ilustración al Estado Liberal // Alejandro Gessé Ponce - Tema 3 Los fundamentos de la democracia: de Rosseau a la Revolución Francesa // María Hernando García - Tema 4 El idealismo // Tomás Javier Prieto González - Tema 5 Tradicionalismo y Conservadurismo // Mónica Platero - Tema 6 El pensamiento político norteamericano: de los Founding Fathers a la consolidación de la nación americana // Juan José Amate Ruiz - Tema 7 El liberalismo posrevolucionario // Víctor Riesgo Gómez - Tema 8 Utilitarismo y liberalismo en Inglaterra // Pedro Medina Charavía - Tema 9 Del socialismo utópico al anarquismo // Carla Torres Segura - Tema 10 El anarquismo // Antonio Jesús Acevedo Blanco - Tema 11 Karl Marx y el Marxismo // José Bargallo Roges - Tema 12 El nacionalismo en el siglo XXI // Julio Monteagudo Diz – Tema 13 Totalitarismo (I): Fascismo y Nacional-Socialismo // Inocencia González Fernández Tema 14 Totalitarismo (II): El Comunismo Marxista-Leninista // Eva Del Riego Eguiluz – Tema 15 Los Liberalismo de posguerra // Carolina Judith Rabazo Pérez - Tema 16 Políticas del posmodernismo
Karl Marx y el Marxismo.
Introducción.
- Karl Marx: formación intelectual y acción política.
- Materialismo dialéctico y materialismo histórico.
- Crítica de las ideologías.
- Del socialismo al comunismo.
- La herencia de Marx: reforma o revolución.
MATERIALISMO
DIALÉTICO Y MATERIALISMO HISTÓRICO.
A) El materialismo dialéctico.
Para definir el materialismo dialéctico
debemos tener en cuenta; en el aspecto metodológico usa categorías de la
dialéctica hegeliana que al referirse a la evolución matiza la idea del
continuo, de la continuidad físico-biológica y socio-cultural, para dar primacía
al papel que juegan en esta evolución las contraposiciones, los conflictos, las
crisis y los saltos históricos. Marx concibe la actividad humana como una
actividad objetiva y transformadora al mismo tiempo. Se afirma que el asunto de
dilucidar la verdad y la objetividad de las representaciones humanas es un
problema sólo resoluble en el ámbito de la praxis, de la acción, pues es
en ella donde el hombre puede probar la verdad de su pensamiento.
El materialismo marxiano postula que el
hombre es, a la vez, fruto de las circunstancias históricas y agente del cambio
de las mismas, aspirando a la conciencia plena y a superar la contradicción
por la vía revolucionaria.
Para el materialismo marxiano el hombre
es naturaleza; y parte de la tensión entre naturaleza e historia cultural
humana contemplando esa tensión desde una perspectiva evolutiva. En la explicación
de los individuos y sus relaciones no considera válido ningún tipo de
explicación trascendente, rechaza el mito de homo-aeconomicus, el atomismo
social, la moral kantiana, etc. El materialismo dialéctico cree poder explicar
lo que los individuos son y las formas que han tomado sus sentimientos
religiosos o políticos a partir de la compresión de las formaciones sociales
en que estos sentimientos han nacido. Y puesto que el criterio de la praxis
es esencial para Marx este materialismo no se quiere limitar a la compresión de
lo que hay o de lo que ha habido históricamente, sino que aspira a transformar
el mundo teniendo como horizonte ya no la sociedad civil, burguesa, sino un
proyecto alternativo, la sociedad comunista.
B) El materialismo histórico.
El materialismo dialéctico se hace
histórico porque pretende mantenerse en el terreno de la evolución y el
desarrollo real de los hombres, olvidar abstracciones especulativas y partir
de lo que ocurre a los individuos reales, de sus acciones y de sus
condiciones materiales de existencia. La historia no es otra cosa que la
actividad del hombre persiguiendo sus propios fines.
La concepción materialista de la
historia trata de captar el proceso real de producción partiendo de la
producción material de la vida y de la forma de intercambio que corresponde a
cada modo de producción. En base a ello se explican los diversos productos teóricos y las formas de
conciencia, así como, la relación recíproca entre ellos. Lo que los individuos
son depende de las condiciones materiales de producción. Estas se hallan
condicionadas, por los factores infraestructurales, es decir, la división del
trabajo, el nivel de las fuerzas productivas y las distintas formas de
propiedad.
La conciencia es un producto social. Las
ideas de los hombres cambian de acuerdo con las cambiantes relaciones
socioeconómicas. Y las ideas que dominan son las de las clases dominantes,
poseedoras de los medios de producción. Las ideas y las instituciones
políticas, el mismo Estado pertenecen al ámbito de las superestructuras.
Los motores de las transformaciones
sociales son dos y están interconectados, 1. El conflicto entre el desarrollo
de las fuerzas productivas y las relaciones de producción y de propiedad
existentes, 2. Las revoluciones fruto de la lucha entre las distintas clases
sociales.
Pueden distinguirse desde la perspectiva
marxiana cuatro modos de producción caracterizados por la relaciones entre los hombres que trabajan: antiguo
(caracterizado por la esclavitud), feudal (por la servidumbre), el burgués (por
el trabajo asalariado) y el asiático (por la subordinación de todos los
trabajadores al Estado).
El cambio social tiene como factor de
primer orden la lucha de clases; si un sector de la sociedad se convierte en el soporte de un principio
general, la clase opuesta reviste igualmente una significación específica; es
la representante del pasado en el presente, es el “estado de injusticia
general”. La realidad social posee una estructura dialéctica; y la dialéctica
histórica aparece como oposición de intereses entre las clases sociales. La
oposición dialéctica que en Hegel era la contraposición entre ideas y
principios, se convierte en Marx en una lucha entre fuerzas sociales, en lucha
de clases. El Manifiesto Comunista
parte de esta concepción
fundamental para trazar un esbozo de la historia universal, meditar sobre el
curso histórico significa buscar la lucha ininterrumpida, abierta o latente,
que tiene lugar entre las clases sociales por razón de sus interese reales,
luchas que termina siempre con una transformación revolucionaria de la
sociedad.
Marx enfatiza la simplificación radical
de las oposiciones de clase en el orden capitalista, escindiendo cada vez más a
la sociedad en dos grandes grupos enemigos, en dos clases opuestas: la burguesía
y el proletariado. La razón
interna de esta simplificación radical de la estructura social es que la
oposición de clases fundamental no sólo se da dentro del orden social
dominante, sino que surge creado por él. Así tenemos dos, y sólo dos, clases la
de los propietarios o capitalistas y el proletariado o clase trabajadora ,
integrada por todos los desposeídos que se ven obligados a vender su fuerza
de trabajo. En virtud de la lógica
de su situación e independientemente de las voluntades individuales, las dos
clases son antagónicas, este antagonismo se funda en el control privado de los
medios de producción.
El materialismo histórico se convierte
así en una crítica a la economía política clásica, que es la teoría del orden
económico capitalista, y en una crítica de ese orden. En El Capital , Marx presentó los conceptos fundamentales- mercancía,
capital, plusvalía, renta, etc.- leyes del modo de producción capitalista- de
la acumulación capitalista, de la tendencia a la disminución del índice de ganancia-,
marcos institucionales – manufacturas, sociedades por acciones- fases
históricas - la acumulación del capital- . Quiso poner al desnudo la relación
capitalista, la estructura de clases que oponen a capitalistas y proletarios. Su
base es la teoría de la explotación capitalista, es decir, la de la plusvalía.
En los fundamentos del capitalismo se va poniendo al descubierto el proceso
dialéctico que ha de conducir al derrumbamiento de todo el sistema.
El Estado pertenece al ámbito de la superestructura
en la teoría marxiana, no es capaz de superar las contradicciones sociales, al
contrario, la existencia del Estado significa la confesión de que éstas
resultan insuperables; lo más que puede hacer es aminorarlas o mediar entre las
clases temporalmente. Por su naturaleza real, es siempre un órgano en manos
de las clases dominantes.
La gran dificultad del materialismo
histórico marxiano consiste en conciliar el evidente contenido determinista de
la doctrina con la libertad y la indeterminación que suponen la voluntaria
unión de los trabajadores y su acción revolucionaria para un designio común.
Determinismo y voluntarismo se encuentran imbricados de forma insuperable en el
marxismo.
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