Los universitarios griegos
no pagan un euro por ir a clase. En Francia hay desgravaciones fiscales para
las familias. Alemania, a diferencia de la mayoría, se ha replanteado los
precios de los campus a la baja en tiempos de crisis. En España, donde los
precios de las tasas llevan tres cursos disparados, se acaba de abrir un nuevo
debate. La secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y
Universidades, Monsterrat Gomendio, apuntó hace una semana a la opción de “evolucionar” a
un sistema de préstamos, como el que tiene el Reino Unido.
No es lo mismo estudiar en
un punto u otro de la Unión Europea. Ni por contenidos, ni por precio. España
está en el grupo de los países con los precios más altos de la Europa de los 28
para estudiar un grado. Según datos recientes de la Comisión Europea (que miden
la horquilla de precios entre las matrículas más altas y las más bajas), España
sería la novena con los precios más altos en la horquilla superior (2011 euros)
y la octava en la parte baja de esa horquilla, con 713 euros. Está por detrás
de Reino Unido, Estonia o Irlanda, entre otras. Hay 12 países, además, con una
cobertura más amplia de alumnos becados, por detrás de Francia, Irlanda o Reino
Unido.
En el otro extremo, están
los países nórdicos (Finlandia, Dinamarca y Suecia) con Grecia o Austria. En
todos ellos, las universidades públicas están libres de tasas. Otros mantienen
precios casi simbólicos, como Francia, la República Checa, Alemania o Polonia.
Son datos del reciente informe de la Comisión Europea National Student
Fee and Support Systems 2013-2014 (tasas estudiantiles nacionales y
sistemas de ayudas). El estudio –que no incluye datos de Holanda y Luxemburgo
porque no se facilitaron, pero sí de países que no están en la UE28- destaca
que las becas basadas en criterios económicos son las más usadas en la
educación superior en Europa, frente a algunas excepciones que emplean
criterios de mérito como los que España endureció en 2012 (Bélgica, Grecia e
Italia). Solo Islandia y Montenegro tienen sistemas exclusivos de préstamos y
hay países en los que, además de las ayudas directas a los estudiantes, se
aplican exenciones fiscales a las familias.
Los préstamos para
estudiantes universitarios son habituales en la UE. En 17 de los 28 países
ofrecen o avalan préstamos, pero solo llegan a una parte muy baja de los
estudiantes, desde el 0,1% en Francia al 11% en Letonia. Francia los puso en
marcha en 2008 para menores de 28 años, con un importe máximo de 15.000 euros.
En Letonia disponen de dos tipos de préstamos, uno para pagar el coste de la
matrícula y otro para los gastos del día a día. En este caso el dinero debe ser
devuelto un año después de haber finalizado los estudios.
En Dinamarca también la
mitad de estudiantes se acogen a créditos de unos 400 euros mensuales, que
deben ser devueltos en un plazo de 15 años, aunque paralelamente tienen un
sistema de becas del doble de importe para poder independizarse. “Aquí los
jóvenes se independizan muy pronto y esto les ayuda para empezar una vida fuera
de casa de los padres a edades tan tempranas”, tercia Vera Sacristán,
presidenta del Observatorio del Sistema Universitario, un organismo que ha
presentado este viernes el informe El coste de estudiar en Europa", basado
en el trabajo de la Comisión Europea.
Sacristán, coordinadora
del estudio, señala que en función del poder adquisitivo de la población, las
universidades públicas españolas son las sextas instituciones con los precios
de grado más elevados de Europa, encabezadas por las de Cataluña, cuyos precios
mínimos sólo supera Irlanda, Irlanda del Norte y Gales.
En cuanto al coste de los
másteres, Sacristán ha destacado que los precios mínimos en máster en Cataluña
son casi el doble de caros que los precios máximos existentes en 21 de los 38
países analizados. A este respecto, el informe destaca que en la mayoría de
países y regiones europeas estos estudios tienen el mismo precio aproximado que
los grados. En España, en cambio, el precio de máster sí es superior al de los
grados.
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