sábado, 13 de abril de 2013

Resúmenes Cambio Social I Parte 11


En la asignatura de Cambio Social I del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria Sociología del cambio social de Piotr Sztompka. Derechos reservados, sus autores.

Capítulo 1 Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 2 Vicisitudes de la idea de progreso. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 3 La dimensión temporal de la sociedad: El tiempo social. Víctor Riesgo // Capítulo 4 Modalidades de tradición histórica. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 5 La modernidad y más allá. Víctor Riesgo // Capítulo 6 La globalización de la sociedad humana. Tomás Javier Prieto González // Capítulo 7 El evolucionismo clásico – Julia Ortega Trovar  // Capítulo 8 El neoevolucionismo - Julia Ortega Trovar // Capítulo 9 Teorías viejas y nuevas de la modernización – Andrea Fuente Fernández // Capítulo 10 Las teorías de los ciclos históricosBlas García Ruiz // Capítulo 11 El materialismo histórico - Blas García Ruiz  //Capítulo 12 Contra el desarrollismo, la crítica moderna Julio Monteagudo Diz // Capítulo 13 La historia como producto humanoGalaaz Vaamonde (9 octubre) // Capítulo 14 La nueva Sociología histórica - Galaaz Vaamonde // Capítulo 15 El devenir socialJesús Sánchez Azañedo // Capítulo 16 Las ideas como fuerzas históricas - Carlos Catalán Serrano // Capítulo 17 El surgimiento de lo normativo – María Purificación Moreno Moreno // Capítulo 18 Los grandes individuos como agentes de cambio social - María Purificación M. Moreno  


Tradicionalismo y antitradicionalismo

Un fenómeno tan corriente y tan importante como la tradición da lugar, inevitablemente, a metaevaluaciones, a actitudes sociales generales hacia la tradición como tal, que encuentran expresión en ideologías o doctrinas acerca de la tradición y su papel en la sociedad. La ambivalencia intrínseca de la tradición conduce necesariamente a juicios diversos.

Las ideologías articuladas o los climas generales de opinión que favorecen la tradición pueden denominarse “tradicionalismo”. Aquellos que rechazan la tradición reciben el nombre de “antitradicionalismo”. Puede admitirse hipotéticamente que los períodos de desarrollo dinámico, expansivo y coronado por e éxito no favorecen la tradición. El cambio y no la continuidad es el tema dominante. La gente se orienta en general hacia el futuro y no hacia el pasado. Conciben la imagen del futuro como una contradicción del pasado. Creen que construir el futuro requiere un rechazo activo y el alejamiento del pasado. Reina el activismo el optimismo y el progresismo, la confianza en la ciencia y la tecnología como instrumentos para a reconstrucción racional del mundo. En tal atmósfera ideológica, el antitradicionalismo está listo para surgir, con una “generación ahora” como su portador.

La sociedad capitalista, industrial, urbana en su período clásico del SXIX, de rápida expansión y crecimiento, era notablemente antitradicionalista. Mucho después, en los años posteriores a la II GM, años de estabilidad y prosperidad, podía observarse una tendencia parecida a rehuir las tradiciones y a celebrar el presente y futuro.

El antitradicionalismo adopta la modalidad de ignorar el pasado en lugar de combatirlo. Se refiere a la tradición en cuanto tal, en lugar de una denominada tradición sustantiva. Pero también puede adoptar la forma de una crítica más activa dirigida contra tradiciones particulares. Esto acontece cuando sus efectos disfuncionales se hacen especialmente notorios.

Los periodos de estancamiento, de decadencia o de crisis, tanto económica, política como cultural, despiertan de inmediato a las tradiciones. En tiempos difíciles, la gente busca la ayuda de los antepasados, un escape de las preocupaciones cotidianas, el consuelo de un pasado más brillante, y no lo encuentra en la revitalización de las tradiciones, más o menos antiguas, no menos que en la tradición de la “modernidad triunfante” del SXIX Éstos son los periodos de tradicionalismo revivido.

La postura ideológica más razonable hacia la tradición sea la “tradición del tradicionalismo crítico”. Implica ésta una actitud analítica y escéptica, tomando en cuenta tanto el contenido de la tradición como las circunstancias históricas de su afirmación. Evita la falacia del ciego tradicionalismo. Pero también evita la falacia opuesta del anti-tradicionalismo dogmático.


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