Autor:
Víctor Riesgo Gómez
El
texto que es presentado a continuación ha sido realizado en el marco
universitario y ha sido realizado por un alumno de la UNED. Se encuadra en la
asignatura Cambio Social I de dicha universidad. Es intención del autor comprobar
en qué medida la exposición y tesis que presentó en su momento Karl Polanyi
puede ser observada mediante el enfoque proporcionado por las diversas teorías
del Cambio Social y a cuál de ella o de ellas resulta más cercano.
También
resulta sorprendente, y en cierto modo alarmante, la vigencia que cobran en el
presente los análisis y la evolución de los hechos que presenta Polanyi. Los
tipos de encrucijadas que han de afrontar las sociedades europeas y
norteamericanas del siglo XIX y principios del XX se asemejan en gran medida a
las actuales. Las decisiones y los intereses de los agentes en permanente
“conflicto negociado” que interactúan en el campo sociocultural les acaba
conduciendo a situaciones poco deseadas por la gran mayoría. De cómo se desarrollan
estos procesos, de por qué desembocan en lo que desembocan y de quiénes son los
agentes que actúan y en base a qué interese lo hacen es de lo que trata este
trabajo. Estas fuerzas interactuando son las que, en resumidas cuentas,
desarrollan diversos cambios sociales llenos de ambivalencias.
Análisis del argumento central
Como ya vengo exponiendo a lo largo de este
trabajo, el argumento central del autor se puede resumir de la siguiente
manera: a lo largo del siglo XIX y principios del XX tiene lugar una profunda
transformación del orden institucional y relacional que había operado hasta
entonces. La fuente de la transformación encuentra su inspiración en
motivaciones utilitaristas, racionalistas y economicistas. En el campo material
es el surgimiento de la máquina y la industria a ella asociada lo que favorece
este cambio social, esto supone que la esfera de las relaciones económicas es
independizada, por agentes con cierto grado de poder, del conjunto de
relaciones sociales en las que siempre se había encontrado inserta.
Las
consecuencias de esta emancipación de la economía, como supuesta ciencia
independiente y racional, provoca profundas dislocaciones en la urdimbre de la
sociedad en su conjunto. Todas las demás relaciones sociales se ven
profundamente modificadas, a gran velocidad, con resultados dramáticos para
numerosos renglones sociales. Las relaciones no contractuales se ven
erosionadas en sus bases y la aparente mejora económica supone un deterioro del
ambiente cultural en el sentido más amplio. Finalmente tal proyecto tropieza en
su desarrollo con los diversos mecanismos que grupos sociales perjudicados por
él ponen en marcha con la función de protegerse de la dislocación a la que se
ven sometidos. Este proyecto incompleto de sociedad resulta menos habitable que
aquel que la utopía liberal proponía y que el tipo de sociedad anterior. El
resultado final es una serie de conflictos violentos posteriores al último
intento de reorientar a las sociedades de occidente en una senda de prosperidad
y paz.
Polanyi
adopta una perspectiva crítica del proceso de mejoramiento material que
experimenta occidente como consecuencia de la Revolución Industrial. Duda, por
tanto, de los glorificados efectos beneficiosos obtenidos en tal proceso. Su
duda no es tanto en un sentido material estricto como en las consecuencias
culturales y sociales que dicho proceso llevan aparejadas. Se acerca a la
visión de Tonnies y su separación entre comunidad y sociedad. Esta crítica no
se basa en meros aspectos especulativos o idealistas. Encuentra refrendo en
averiguaciones antropológicas e históricas.
Su
análisis se centra inicialmente en los aspectos institucionales que se ven
sometidos al cambio forzado. Un determinado orden institucional resulta
fundamental en la explicación y en la formación de las acciones que los agentes
realizan. En contraposición con las posturas liberales a ultranza él mantiene
que este orden institucional no es el resultado de un orden espontáneamente
surgido en el curso de acciones individuales, por contra, es el resultado de un
proceso forzado de cambio orientado al fin de modificar las condiciones y las
reglas de juego. Como consecuencia de esta modificación las conductas sociales
que no se adaptan o que son claramente señaladas tienden a su desaparición, lo
opuesto sucede con las conductas y los intereses de los actores beneficiados.
Podemos
inferir que el concepto de sociedad que alberga Polanyi contiene un cierto
grado de organicismo al considerar que dicha sociedad actúa como un todo
interrelacionado entre sí. Cabe pensar en este sentido que no resulta extraño
para la época en que realizó sus trabajos y la fuerte orientación antropológica
que contienen los mismos, si bien, es un organicismo algo peculiar que se podría
enclavar en la perspectiva del conflicto. A lo largo de los razonamientos y las
exposiciones que despliega en todo el trabajo, el conflicto entre diversas
posiciones sociales es una causa explicativa fundamental. Sin el recurso al conflicto y a la coerción
desde posiciones institucionales de poder, ya sea mediante modificaciones
legislativas, ya sea mediante el recurso a la violencia, no se puede explicar
en absoluto su tesis.
La
visión de Polanyi contiene una cierta perspectiva cíclica del acontecer social,
si bien los ciclos que se infieren resultan ausentes de determinación
intrínseca y hacen suponer un cierto componente de pendularidad. Lo cual evoca
una suerte particular de aplicación de la dialéctica hegeliana, las
contradicciones se acumulan y provocan respuesta por parte de los sectores o
agentes perjudicados por ellas. Lo que en ningún caso nos debe hacer pensar que
el resultado del conflicto dialéctico pueda devenir en un orden mejor o
superior, pues la contingencia de los acontecimientos y el papel jugado por los
diversos agentes son las causas principales que explican el nuevo orden
resultante.
Es por
tanto difícil de enclavar en una escuela de pensamiento exclusiva respecto al
cambio social al combinar elementos de distintas perspectivas de manera
singular. Esto sin duda se debe al eclecticismo conceptual que despliega en
esta obra. Se sirve de la economía política, de la antropología, de la
sociología, de la historia, así como de las teorías de los ciclos históricos o
del materialismo dialéctico marxiano para construir sus argumentos y extraer
una lógica de los hechos y los acontecimientos y de la evolución de los mismos.
Sí parece claro que pone el acento en el papel de los agentes sociales como
base explicativa del cambio.
Otro
aspecto que encierra su obra es el análisis del aparato conceptual que alberga
el liberalismo puro del laissez-faire. A lo largo de varios capítulos
disecciona este conjunto de ideas y orientaciones para la acción que, en la
época en que se centra, permanecía revestido de una imparcialidad y objetividad
científica. Sin embargo él descompone los principios en que se basa
reduciéndolos a un conjunto coherente de presupuestos ideológicos, en ocasiones
carentes de refrendo empírico, e incluso yendo contra la evidencia histórica y
social. Para esto resulta de una importancia central la perspectiva holística y
comparada que emplea, frente al reduccionismo individualista y etnocentrista en
el que se origina el credo liberal.
El
humano que dibuja Polanyi es un ser inserto en su cultura y resultado de un
conjunto amplio de relaciones que le dan sentido, en contraposición al humano
que los individualistas metodológicos construyen, el cual se asemeja a una
máquina racional de elaborar cálculos estratégicos, con fines exclusivamente
instrumentales, y cuyas preferencias no se originan en un ambiente social, son
simple función y consecuencia de supuestas condiciones objetivas orgánicas, a
las que el utilitarismo encuentra un sistema de medición. El resultado de tal
engendro, el “homo económicus”, es un ser aislado cultural y socialmente, solo
se vincula con los demás átomos igualmente aislados del sistema social a través
de contratos mercantiles, y el motivo de toda acción es la posibilidad de
obtener ganancia en metálico.
Autor: Víctor Riesgo Gómez
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