En
la asignatura Sociología Política del
primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2013/14, elaboré los
resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos
reservados, sus autores.
TEMA 1: Las múltiples relaciones
entre sociedad y política. El campo de estudio de la sociología política. "Sociedad y política: una relación
multidimensional" Autores: Maria Luz Morán y Jorge Benedicto. Capítulo
1 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de
Sociología política, Madrid, 1995 // TEMA 2: El proceso histórico de modernización. Estado y
mercado, las dos instituciones claves “Modernización y cambio sociopolítico" - Autor: Enrique Gil Calvo. Capítulo
11 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de
Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009) // TEMA 3: El surgimiento y desarrollo
de la democracia en la sociedad capitalista "Democracia y sociedad industrial" - Autor: Ludolfo Paramio. Capítulo 5
del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de
Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 4: Las bases sociales de la
política democrática "El
concepto de cleavage en las ciencias sociales" Autora: Susana Aguilar. Capítulo 1
del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de
entender la política, Madrid, 2007. "Elecciones para elegir" Autora: Elisa Chuliá. Capítulo 6
del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de
entender la política, Madrid, 2007.// TEMA 5: La construcción de los
universos políticos de los ciudadanos. Socialización y cultura política "La construcción de los universos
políticos de los ciudadanos" Autor: Jorge Benedicto. Capítulo 8 del libro de J.
Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política,
Madrid, 1995 (1º reimp. 2009).
// TEMA 6: Participación
y acción colectiva "Perspectivas
teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación" Auotres: Maria Jesus Funes y Jordi
Monferrer. Capítulo 1 del libro de R. Adell y M.J. Funes, Movimientos
Sociales: Cambio social y participación. Madrid, UNED, 2003. "Participación política, grupos y
movimientos". Autor: Gianfranco Pasquino. Capítulo 5 del libro de
G. Pasquino y otros, Manual de Ciencia Política. Madrid, Alianza
Editorial, 1991.
4.- Proceso con varias fases
Todo el proceso no se
puede centrar exclusivamente en la participación, debe extenderse hasta abarcar
las fases de la politización, previa a la participación política, y de la
receptividad, aguas debajo de la participación. Que los interrogantes
importantes no se pueden plantear ni se les pueden dar las respuestas
adecuadas, si no se amplía adecuadamente el campo de visión.
Cuando crezca el
conocimiento de que otros individuos y grupos influyen y a veces conforman
destinos personales y colectivos, se asignan recursos, se apropian de oportunidades,
cuando surjan empresarios políticos, cuando gracias a sus esfuerzos y empeños,
vean preparados los canales de acceso y de influencia política, las demandas se
politizarán y en consecuencia la tasa de participación crecerá.
El problema empírico más
importante se refiere naturalmente a la explicación de las diferentes tasas de
politización, y por tanto a la exploración de los factores que conducen a
algunos individuos a tener una mayor politización que otros, a algunos grupos a
dirigir sus demandas en mayor medida a la esfera política, a algunos sistemas
políticos a presentar una tasa de politización en conjunto más elevada que
otros, con la presencia de más grupos y de empresarios políticos más numerosos
y más en conflicto entre sí. La explicación debe referirse a un conjunto de
factores y derivan de la cultura y de la estructura política del sistema.
Si la participación ha
tenido éxito la inclinación a participar después se verá incrementada. Entonces
se verá incentivada la posterior participación. Ningún análisis de la
participación política puede decir que es exhaustivo si no afronta también esta
vertiente: la de las consecuencias de la participación política. La utilidad
concreta e inmediata de la participación está puesta en discusión y se difunden
estímulos de diferente tipo y de distinta intensidad hacia la no participación,
al abstencionismo electoral, al abandono del ámbito de lo público a favor del
retorno a lo privado.
Lo que cambia es la
frecuencia y la intensidad con que se recurre a ellas y por otra, aún más
importante, el distinto paquete dentro del que se insertan las distintas
modalidades, llegando a formar configuraciones diferenciadas, tanto en los que
se refiere a los sistemas políticos como en las predisposiciones y a las actividades
concretas de los participantes individuales. La participación se expresa bajo
formas de actividad orientada a la decisión y de actividad orientada a la
expresión.
5.- Modalidades de participación política
La participación
electoral no es más que una de las modalidades de participación política y
quizás no si quiera la más importante; la más difundida y la más universal.
Puede constituir tanto el momento culminante de un conjunto de otras
actividades de participación política como el momento inicial. Se presta a
diversos análisis en profundidad, a los diferentes niveles del sistema
político, y entre sistemas, de tipo comparado. Ningún análisis de la
participación política puede, pues, prescindir del análisis del comportamiento
y de la participación electoral.
El voto es un acto
relativamente simple pero también es un acto que traduce con rapidez las
preferencias de cada uno de los electores, sin por otra parte comunicar
información específica. Con el voto los electores suelen expresar preferencias
de gran importancia pero no ofrecen, ni puede hacerlo, informaciones concretas.
En cuanto que es simple,
de impacto inmediato y exento de informaciones concretas, el voto está también
relacionado y es relacionable con otras modalidades de participación política,
o con la predisposición a recurrir a ellas. Constituye un acto de participación
política eminentemente individual y personal, presenta un conjunto de
características que permiten, e incluso animan a ello, analizando en un
contexto más amplio.
Entre las
generalizaciones más corroboradas las investigaciones, en lo que respecta a la
inclinación de los individuos a ejercer su derecho de voto se refieren por un
lado a algunas orientaciones psicológicas, y por otro a algunos componentes que
podemos definir en sentido amplio como ambientales. Es muy improbable que una
persona que tenga escaso interés por la política, pocas informaciones y
limitado sentido de eficacia pueda motivarse o ser motivado lo bastante como
para acercarse a las urnas.
Las investigaciones
empíricas muestran que de todos los indicadores socio-económicos son las
personas que se encuentran en los puntos más altos de la escala las que votan
más y, por el contrario, las más desfavorecidas desde el punto de vista
socio-económico habitualmente votan y participan menos, de ello se deduce que
el estatus socio-económico es la variable independiente a qye hacer referencia
para explicar la presencia o la ausencia, así como la cantidad y la calidad de
los comportamientos de participación política. Las personas cercanas al centro
de la sociedad están más inclinadas a participar en política que las personas
cercanas a la periferia.
Milbrath afirma qué debe
entenderse por “centro”: éste está constituido por aquellas personas y grupos
que disponen de un nivel de renta elevado, tienen un buen grado de instrucción,
desempeñan un trabajo no manual, controlan su propio tiempo, pertenecen a
sectores sociales, lingüísticos, religiosos y étnicos dominantes. Su mayor
participación política sería debida a su deseo sustancial de conservar los
recursos a su disposición, su posición privilegiada.
Pizzorno formula un
segundo modelo susceptible de una fecunda extensión y ofrece una respuesta
alternativa también al problema de “quién vota”. Sostiene que la participación
política es mayor cuanto mayor es la conciencia de clase.
Las organizaciones
constituyen el instrumento principal de participación política, aquel en el
cual las desigualdades de estatus pueden colmarse, aquel gracias al cual
personas de condición socio-económica inferior pueden aspirar a reducir el
desnivel en el acceso al poder político y en la distribución de los recursos.
Si las necesidades no son simplemente traducidas, sino transformadas, si la
organización supone implícitamente estratificación y por tanto burocratización
y desigualdades, ella, que se ofrece como condición de solidaridad y de
participación, contiene dentro de sí también los gérmenes que la llevan a
esclerotizar la misma participación.
El punto crucial es que
serán también los individuos con el estatus socio-económico relativamente más
alto los que ocupen las posiciones d emayor importancia, resultando los
participantes dotados de mejores recursos, más activos y por consiguiente más
influyentes, se reproducen en las organizaciones algunos desequilibrios de
influencia que encuentran sus ríces en desequilibrios de estatus preexistentes.
Estas organizaciones; las de las clases inferiores, pueden tener un efecto
positivo, si son capaces de movilizar a todos o a gran parte de sus potenciales
seguidores, en la tarea de reducción de las desigualdades entre sectores de
estatus socio-económico elevado y sectores de estatus socio-económico inferior.
Se mezclan las variables
personales con las de grupo. Se definen como existencia de una comunidad
relativamente estable, inserción de los individuos en redes organizativas,
presencia de partidos que dirigen sus llamamientos y sus esfuerzos a la
movilización de los sectores inferiores. La capacidad de las organizaciones de
infundir solidaridad y de crear identidad en sectores sociales que participan
de experiencias socio-económicas y culturales similares. Pizzorno: la
conciencia de clase promueve la participación política y la participación
política acrecienta la conciencia de clase.
La centralidad y el
privilegio pueden definirse también con referencia al sexo y a la edad. Las
investigaciones demuestran que el conjunto de factores más importantes para
facilitar la participación política cuajan cuando los individuos alcanzan la
plena inserción en la vida social y laboral. Resueltos los problemas de la
búsqueda de un trabajo y de una pareja, los individuos de las clases centrales
de edad entran en una vida de relaciones que es eminentemente orientable hacia
la participación política como elemento añadido importante precisamente de esa
vida de relación.
Con el cambio de los
tiempos de trabajo y de los tiempos de vida que ha experimentado el mundo
juvenil y el femenino, la propensión a la participación política, aunque no en
sus formas clásicas e institucionalizadas, como instrumento para modificar las
propias oportunidades de vida y de trabajo, puede haber aumentado. La
propensión a participar experimenta cambios de fondo y también la tendencia a
retirarse de la esfera política de algunos sectores de los participantes
tradicionales.
La participación
electoral no agota la actividad de participación política y, muchos autores
sostienen que el comportamiento electoral constituye un terreno de
investigación y teorización que hay que distinguir y separar de la
participación política.
Milbrath sistematiza
sobre todo la literatura y la práctica estadounidense y anglosajona sobre la
materia. En orden creciente de complejidad, los comportamientos de
participación política de alguna manera aceptada e institucionalizada son:
1.
Exponerse a estímulos políticos
2.
Votar
3.
Empezar una discusión política
4.
Tratar de convencer a otro para
que vote de una determinada manera
5.
Llevar un distintivo político
6.
Tener contactos con un
funcionario o con un dirigente político
7.
Dar dinero a un partido o un
candidato
8.
Participar en un comicio o en
una asamblea política
9.
Contribuir con su propio tiempo
a una campaña política
10. Inscribirse
como miembro activo en un partido político
11. Participar
en reuniones en las que se toman decisiones políticas
12. Solicitar
contribuciones en dinero para causas políticas
13. Presentarse
como candidato para un cargo electivo
14. Ocupar
cargos públicos o de partido
La investigación de
Verba, Nie y Kim abarca cuatro tipos de actividades:
1.
Tomar parte en las campañas
electorales
2.
Desempeñar actividades de
colaboración en grupos
3.
Votar
4.
Tomar contactos con dirigentes
políticos y de partidos
La investigación
realizada en Italia Barbagli y Macceli han utilizado la siguiente relación de
comportamientos:
1.
Dedicar tiempo y trabajo a un
partido
2.
Acudir a oír un debate político
3.
Participar en una manifestación
4.
Inscribirse en un partido
5.
Dar dinero a un partido
6.
Participar en un comicio
7.
Dirigirse a un hombre político
por algún problema personal o de su propia familia
8.
Enviar cartas o peticiones a autoridades
públicas
9.
Tratar de convencer a alguien
para que vote por una candidato
10. Tratar
de convencer a alguien para votar por un partido
11. Firmar
proposiciones de ley por iniciativa popular y de referéndum
Una comparación entre la
relación de Milbrath y la de Barbagli y Maccelli muestra dos modos distintos de
leer la participación política.
·
En el contexto estadounidense,
la participación política es un asunto de individuos en su comunidad,.
·
En Europa está fuertemente
mediatizada por y desde el interior de los partidos. Hay que tomar en
consideración el papel y el peso de los partidos.
Otro punto importante de
la relación de Barbagli y Maccelli consiste en la recuperación de algunos
comportamientos que otros autores pretenden colocar dentro de la participación
heterodoxa, no convencional. En cuanto a las formas de este último tipo de
participación su relación podría ser:
1.
Adherirse a un boicot
2.
Negarse a pagar los impuestos y
tasas
3.
Ocupar edificios o fábricas,
realizar sentadas
4.
Participar en una huelga salvaje
5.
Bloquear el tráfico con una
manifestación callejera
Según las relaciones que
se usen, las estrategias de la investigación y los objetivos que se persiguen
se pueden hacer distintas clasificaciones de los ciudadanos, participantes o
no. Kaase y Marsh dividen a los ciudadanos de los cinco países a que se refiere
su análisis comparado (Austria, UK, Holanda, RF Alemana y EEUU) en cinco tipos:
1.
Los inactivos: aquellos que
como mucho leen de política en los periódicos y están dispuestos a firmar una
petición, si se les pide
2.
Los conformistas: los que sólo
se implican en formas convencionales de participación
3.
Los reformistas utilizan las
formas de participación convencional, pero su repertorio político incluye
también formas de protesta, manifestación y boicot.
4.
Los activistas llegan hasta
adoptar las formas no legales e ilegales de acción política.
5.
Los contestatarios son
parecidos a los reformistas y a los activistas en su vinculación con los
comportamientos de protesta. Pero no toman parte de las formas convencionales
de actividad políticas, participarán en manifestaciones, irán a la huelga,
ocuparán incluso edificios, pero no entrarán en contacto con los dirigentes ni
se dejarán ver en las urnas.
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