miércoles, 29 de enero de 2014

Resúmenes Sociología Política Parte 48

En la asignatura Sociología Política del primer cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2013/14, elaboré los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.


TEMA 1: Las múltiples relaciones entre sociedad y política. El campo de estudio de la sociología política. "Sociedad y política: una relación multidimensional" Autores: Maria Luz Morán y Jorge Benedicto. Capítulo 1 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 // TEMA 2: El proceso histórico de modernización. Estado y mercado, las dos instituciones claves “Modernización y cambio sociopolítico" - Autor: Enrique Gil Calvo. Capítulo 11 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009) // TEMA 3: El surgimiento y desarrollo de la democracia en la sociedad capitalista "Democracia y sociedad industrial" - Autor: Ludolfo Paramio. Capítulo 5 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 4: Las bases sociales de la política democrática "El concepto de cleavage en las ciencias sociales" Autora: Susana Aguilar. Capítulo 1 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007. "Elecciones para elegir" Autora: Elisa Chuliá. Capítulo 6 del libro de S. Aguilar y E. Chuliá, Identidad y opcion. dos formas de entender la política, Madrid, 2007.// TEMA 5: La construcción de los universos políticos de los ciudadanos. Socialización y cultura política "La construcción de los universos políticos de los ciudadanos" Autor: Jorge Benedicto. Capítulo 8 del libro de J. Benedicto y M.L. Morán, Sociología Política, Temas de Sociología política, Madrid, 1995 (1º reimp. 2009). // TEMA 6: Participación y acción colectiva "Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación" Auotres: Maria Jesus Funes y Jordi Monferrer. Capítulo 1 del libro de R. Adell y M.J.  Funes, Movimientos Sociales: Cambio social y participación. Madrid, UNED, 2003. "Participación política, grupos y movimientos". Autor: Gianfranco Pasquino. Capítulo 5 del libro de G. Pasquino y otros, Manual de Ciencia Política. Madrid, Alianza Editorial, 1991.

8.- Ámbitos de la participación política: los movimientos colectivos

La teoría sociológica muestra una división bipartita originaria entre los estudiosos que atribuyen connotaciones especialmente irracionales a los comportamientos de las masas y los estudiosos como Marx, Durkheim y Weber que, aun cuando con diferentes instrumentos analíticos y perspectivas, atribuyen a los movimientos colectivos un papel de relieve como modalidades de acción social, bien porque prefiguran el paso a formas de solidaridad más complejas o porque anticipan la explosión revolucionaria.

Dilemas de interpretación, la relación entre componentes psicológicos o sociológicos de la actuación social, la normalidad o la excepcionalidad de los movimientos colectivos. Referido al tema de la participación política, el interés se dirige concretamente a los fenómenos colectivos de grupo a aquellos en los que, a diferencia de en las modas, en los boom, en el pánico, los individuos, los participantes experimentan cambios en sí mismos y en el modo de relacionarse con los otros. Se pueden quizás distinguir cuatro posturas cada una de ellas ligada al nombre de un estudioso.

La aportación de Smelser, dentro del esquema analítico estructural-funcional de Parsons, el sociólogo sintetiza su posición así: Los episodios de comportamiento colectivo constituyen a menudo un primer estadio de cambio social, se manifiestan cuando se presentan condiciones de tensión, pero antes de que los medios cuales se hayan movilizado para un ataque concreto y posiblemente eficaz contra las fuentes de tensión.

Smelser inserta toda una serie de distinciones y precisiones que permiten identificar diversos tipos de comportamientos colectivos a partir de los objetivos que persiguen. Las críticas se dirigen a que la sociedad debiera interpretarse como algo estable y ordenado. El cambio que los movimientos colectivos intentan introducir en sus respectivas sociedades parece casi el producto de fuerzas externas a la misma sociedad. El resultado de creencias individuales y colectivas más que la consecuencia de determinados equilibrios histórico-estructurales y sus peculiaridades. La teoría del comportamiento colectivos de Smelser ha demostrado ser inadecuada.

Una primer alternativa es la Alberoni. Tomando como punto de partida la existencia de dos estados de lo social y de su contraposición, como en Weber entre el estado naciente y carisma y entre organización patriarcal o burocrática y en Durkheim entre agitación colectiva y solidaridad mecánica u orgánica, él contrapone estado naciente al estado institucional y de la vida cotidiana, movimiento a instituciones. El estado naciente tiene una cierta duración. En un determinado momento, el estado naciente cesa y el sistema social vuelve al ámbito de la vida cotidiana y de las formas institucionales.

La aparición del estado naciente no agota todas las formas de la transformación social. El análisis de Alberoni continúa con la identificación y la especificación de cuándo surgen los movimientos sociales, quién forma parte de ellos, cómo, es decir, de qué tipo de experiencias se trata y por último por qué, o sea, la dinámica del movimiento colectivo. Desde la perspectiva de la participación los elementos más interesantes se refieren ala identificación de los sujetos que están implicados en el proceso de ruptura de las viejas formas de solidaridad y en la creación de nuevas solidaridades. Alberoni añade una distinción entre los que empiezan el movimiento y los que sacan provecho de manera decisiva del resultado, distinción a la que se añade la de entre los que se movilizan en la primera fase del estado naciente y los que se unen en una segunda fase.

La tesis dominante a largo plazo veía en los marginados, en los alineados del sistema los más dispuestos a rebelarse contra el sistema, contra el orden social. Investigaciones han demostrado que los marginados carecen de los recursos necesarios para lanzar un movimiento colectivo. Pero el liderazgo de los movimientos colectivos reside no en individuos periféricos, sino bastante centrales, o si se quiere, de la periferia del centro.

Melucci: los que se rebelan en primer lugar no son los grupos más oprimidos o apartados, sino los que experimentan una contradicción intolerable entre una identidad colectiva existente y las nuevas relaciones sociales impuestas por el cambio. Estos pueden movilizarse con mayor facilidad porque:

1.    Tienen ya experiencia de participación, conocen los procedimientos y los métodos de lucha
2.    Ya tienen sus propios líderes y unos mínimos recursos organizativos, que provienen de vínculos comunitarios o asociativos preexistentes
3.    Pueden utilizar redes de comunicación ya existentes para hacer circular nuevos mensajes y nuevas consignas
4.    Pueden reconocer con mayor facilidad intereses comunes

Pizzorno pudo afirmar, en la línea de las propuestas enunciadas antes:

1.    No es verdad que el ciclo de luchas que se inició en la primavera de 1968 fuera desencadenado por obreros no cualificados, meridionales, jóvenes. Las luchas en general se iniciaron en ambientes de obreros especializados, militantes sindicales o jóvenes con baja cualificación pro con escolaridad relativamente alta.
2.    La presencia predominante de los obreros no cualificados ha caracterizado los conflictos que tuvieron lugar durante la que se puede llamar fase de movilización ampliada, y que comienza en el otoño de 1968.

Touraine; los movimientos sociales pertenecen a los procesos mediante los cuales una sociedad produce su organización a partir de sus sistema de acción histórica, pasando a través de los conflictos de clase y las transacciones políticas. La base de su teoría son los tres principios de identidad, de oposición y de totalidad: a través del principio de identidad el actor da una definición de sí mismo, se caracteriza respecto a los otros actores en medio de un conflicto que le enfrenta a ellos en el campo de la acción social. El conflicto hace surgir al adversario, forma la conciencia de los actores en presencia: esto es el principio de oposición. El principio de totalidad no es otro que el sistema de acción histórica cuyo dominio se disputan los adversarios situados en la doble dialéctica de las clases: cuanto más importantes son los movimientos sociales tanto más válido será el principio de totalidad.

En su teoría estructural de la acción social, Touraine vuelve al revés la explicación de Smelser: Para el francés es preciso reconocer que un movimientos social no es la expresión de una contradicción: hace estallar un conflicto. Es una conducta colectiva orientada hacia el objeto de los conflictos de clase que es el sistema de acción histórica; la dinámica social.

Con mayor atención a los actores se coloca la (casi) teoría de la acción colectiva de Charles Tilly. A partir de la existencia de todas las sociedades de un desequilibrio en la distribución del poder. En el momento en que los grupos y los actores entran en contacto entre sí, desarrollan intereses que muestran quién pierde y quién gana en las diferentes interacciones. Entra en juego la organización: el conocimiento de una identidad común y de un tejido conexivo entre los distintos individuos que componen un grupo. La organización puede permitir la movilización de los recursos por parte de los contendientes y en tanto que proceso puede indicar un control mayor o menor sobre esos recursos. De la movilización se pasa a la acción colectiva, a la persecución de fines comunes. Tanto los detentadores del poder como los que los desafían tendrán que enfrentarse a oportunidades y a amenazas que muestran la medida en que otros grupos, incluido el gobierno, son:

1.    Vulnerables a las nuevas reivindicaciones que, si triunfan, ampliarían la posibilidad de realización de los intereses del desafiante, o bien
2.    capaces de amenazar con reivindicaciones que, si tienen éxito, reducirán la posibilidad de realización de los intereses del desafiante.

La (casi) teoría de Tilly permite descubrir en especial cómo a partir del simple compartir intereses (del potencial de decepción y de protesta) se puede llegar a la acción colectiva.

Probablemente la clasificación más clara sea la propuesta de Alberto Melucci que distingue entre movimientos reivindicativos, movimientos políticos y movimientos de clase, según los objetivos perseguidos por sus dirigentes y/o participantes:

·      En el primer caso el objetivo consiste en imponer cambios en las normas, en los roles y los procedimientos de asignación de los recursos socioeconómicos.
·      En el segundo objetivo consiste en incidir sobre las modalidades de acceso a los canales de participación política y modificar las relaciones de fuerza.
·      En el tercer tipo de movimientos, el objetivo consiste en volcar el ordenamiento social, transformar el modo de producción y las relaciones de clase.

Alberoni, aun partiendo del reconocimiento de que un movimiento es el proceso histórico que empieza con el estado naciente y termina con la reconstitución del momento cotidiano institucional, después afirma que en cambio cuanto a la salida esto no coincide con el resultado de la prueba. Alberoni analiza con perspicacia los mecanismos que se establecen para controlar a los movimientos:

1.    Se obstruye el estado naciente en el momento que surge
2.    Su interpretación se hace a través de unos moldes preestablecidos para que entre en una de las figuras reconocidas como ejemplares o en una de las Figueras reconocidas como de transgresión; el sentido de esta operación consiste en definir el movimiento como institución o canalizarlo en una institución.
3.    El mecanismo mediante el cual el nuevo movimiento se ve obligado a hacer referencia a un fundamento indiscutible del pasado
4.    Los mecanismos para impedir el reconocimiento y la generalización del movimiento
5.    Los mecanismos dirigidos a impedir la movilización
6.    Las reglas para forzar al movimiento a competir eligiendo las reglas del juego y los criterios de comprobación del éxito más favorables a la institución
7.    Los métodos de infiltración
8.    La cooptación de los líderes o su sustitución
9.    La neutralización del movimiento encauzándolo en instituciones sustitutivas
10. La represión violenta

La (casi) teoría de Tilly, basada en la organización y movilización de los recursos para los fines de la acción colectiva y en el reconocimiento de los contendientes en liza es la más adecuada para ofrecer un análisis de los resultados.


La gran mayoría de los estudios de los movimientos parece haber renunciado a adentrarse en esta dirección, tras una pequeña incursión de Gurr, replegándose hacia el análisis del reflujo de los movimientos y de su fragmentación. Sin embargo, las interrelaciones entre las energías desplegadas por los movimientos, sus demandas y la respuestas del sistema y los  actores individuales son objetos de algunas investigaciones en curso referidas precisamente al caso italiano. Todos los análisis y todos los autores subrayan que los movimientos, en su diversidad, son un camino de participación política influyente, que continuará siendo recorrido y que representa una de las maneras modernas de influir sobre las políticas y los detentadores del poder, sobre cómo se eligen y cómo actúan.

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