En la asignatura de Sociología del Trabajo del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria.
Derechos reservados, sus autores.
Tema 1.- La educación profesional para
el empleo - Antonio Jesús Acevedo Blanco // Tema 2.- Para una definición social de
la juventud Tomás
Javier Prieto González y Ruth Cardedal Fernández // Tema 3.- La
ocupabilidad en la familia María Lourdes Ruiz Garde // Tema 4.- Dinámica de
la desocupación Irene Ibañez
Sánchez // Tema 5.- Elementos de contexto Blas García Ruiz // Tema
6.- La temporalidad, pacto intergeneracional o imposición Pedro Medina
Charavia // Tema 7.- Biografías laborales por sexo y nivel de estudios Victoria Aguilera Izquierdo // Tema
8.- Dinámica laboral de la inmigración en España Tomás Javier Prieto González
Tema 5. Elementos de contexto
para el análisis
5.1. La
presencia del pasado
Cuando
nacían los españoles en 1936, se producía una guerra civil que generaba un
decisivo retraso en el sistema productivo. Se produjo una brecha demográfica
profunda, la ruralización de la sociedad, una fractura económica, una parálisis
política, una desconexión internacional y un empobrecimiento cultural y
formativo difícil de restañar. La estructura sectorial anterior no se
recuperaría hasta 1964.
A partir
de esta fecha aquella generación disfrutó en su juventud del desarrollo
económico, se casó más y le sobrevivieron más hijos que nunca y protagonizó la
transición democrática antes de alcanzar la madurez. Tras la integración
europea se están beneficiando de la jubilación más temprana, más protegida y
más segura de la historia de España.
Se puede
afirmar que el comportamiento laboral global de los españoles con importantes
diferencias de edad ha sido, es y será notablemente diferente. Sin lugar a
dudas las edades a las que se jubilarán los jóvenes de hoy será diferente
(posterior) a las edades en las que se han jubilando y se están jubilando
actualmente.
Los muy
distintos niveles educativos de las sucesivas generaciones son la base en la
que se fundan esas diferencias.
Se parte
de que la mayoría de las reconversiones del empleo de las dos recesiones del
último cuarto del siglo anterior (1976-1985 y 1991-1994) son fenómenos
transitorios. Su carácter convulso está asociado a una cierta forma de arreglo de cuentas en relación al atraso
previo y a las importantes diferencias sociales y económicas respecto a Europa
de la España autárquica de la dictadura.
La
incorporación a la Unión Europea, la equiparación educativa y el proceso
general de integración de la sociedad española permite prever una mayor
estabilidad y un acercamiento a las estructuras productivas de nuestro entorno
europeo.
5.2. El
vuelco formativo de los españoles
Es un
tópico científico consolidado que, en España, la participación en el trabajo
extradoméstico está fuertemente asociada a la estructura de la formación por
varios factores. El más decisivo es la influencia del nivel de cualificación en
la oferta de trabajo femenino.
Por otra
parte, en el último cuarto de siglo las sucesivas reconversiones del empleo han afectado en mucha mayor medida a los
varones cuanto menor fuese su nivel formativo. Hay una asociación entre bajos
niveles de estudios y salida anticipada del empleo tanto en varones como en
mujeres.
En
función de sus efectos sobre el trabajo, los diferentes niveles formativos se
pueden agrupar en tres colectivos diferentes:
- Los que no han terminado el primer nivel de la formación reglada. Este grupo se puede denominar “sin estudios”.
- Los que han realizado estudios reglados básicos de carácter general (Enseñanza Primaria, ESO, EGB2 y Bachillerato Elemental). Este grupo se puede denominar de “estudios básicos”.
- Los que han obtenido el título correspondiente a una formación aceptada para las tareas que se llevan a cabo en los puestos de trabajo (Bachillerato Superior, Formación Profesional y Estudios Universitarios). Este grupo se puede denominar de formación “laboral”.
Las tres
características que tienen la formación laboral son la cualificación aplicada
al trabajo, la especialización y la orientación terminal.
Si bien
el bachillerato superior y los cursos de preparación para la universidad no
reunían estos tres rasgos, se han considerado como estudios laborales porque el
alto nivel relativo de quienes los habían cursado facilitaba su inserción
laboral, especialmente para la gestión administrativa.
La tabla
de los niveles de estudios por cohortes en la EPA del tercer trimestre de 2004
muestra las proporciones de cada nivel de estudios en cada cohorte desde la
nacida en 1916-20 hasta 1981-85. Aparecen destacados dos cohortes, la de
1936-40, caracterizada porque la mayoría se jubilaron en 2004 y la de 1966-70,
cuya proyección es la jubilación en 1930.
Para
estudiar la ocupación en función de los estudios, se puede considerar
consolidada la nacida en 1971-75 porque ya ha estabilizado las proporciones de
sus niveles formativos.
Del total
de la población que han terminado los estudios, la mitad son los que tienen
formación básica. Y mientras decrecen los que no tienen estudios, en proporción
semejante aumentan los que los tienen de carácter laboral, mostrándose con
claridad un vuelco formativo.
La
cohorte nacida en 1936-40 fue la que marcó la primera frontera del cambio de
niveles formativos. Primero fueron los analfabetos los que llegaron a
proporciones residuales, y a continuación se produjo la progresiva desaparición
del resto del grupo.
La formación
básica va teniendo una mayor variación entre las mujeres que entre los varones.
Se pasa de un 45% en las mujeres nacidas entre 1916-20 a un 66% en las nacidas
entre 1946-50. A partir de esa cohorte el incremento formativo de las mujeres
cobra una apariencia imparable. La proporción de las que no tienen estudios se
reduce entre las más jóvenes por debajo del 1%, mientras que la formación
básica pierde (entre las de 1976-80) su característica de contener a la mitad
de la población para aproximarse a una cuarta parte.
Los
varones, partiendo de niveles formativos superiores, se encuentran actualmente
en niveles sensiblemente inferiores a las mujeres.
El centro
de la evolución educativa se muestra fundamentalmente en los estudios laborales. Los varones nacidos
a principio de siglo conseguían títulos “laborales” en más de un 10%. Por
entonces las mujeres sólo terminaban estos estudios en un 3%. En la cohorte de
1976-80, los varones han obtenido títulos laborales en un 61% mientras que sus
compañeras ya han terminado ese tipo de estudios en un 73%.
Si se
atiende a su composición, conviene como mínimo observar la cohorte de 1971-75
la mayoría de cuyos componentes ya ha terminado de estudiar. En ella los
varones han concluido los estudios universitarios en un 23% y las mujeres en un
32%. Aunque en todos los niveles de estudios
laborales la ventaja de las mujeres sobre los varones se incrementa en cada
cohorte, entre los universitarios el margen a favor de la smujeres es mayor y
crece más deprisa.
Esta
realidad genera una transformación tanto en el mercado de trabajo como en la
constitución y consolidación de las parejas. Su efecto sobre la fecundidad
marcará la pauta reproductiva del próximo futuro. Sin embargo, en el terreno de
la jubilación, estas cohortes tardarán más de cuarenta años en jubilarse, y por
lo tanto quedan relativamente fuera del espacio analítico que aquí se plantea.
Es
importante constatar que el 85% de los varones que se jubilaron el último
cuarto del siglo XX no tenían estudios de mayor nivel que los primarios. Esa
jubilación tiene una clara dimensión de mejora de la cualificación de los
ocupados ya que esos jubilados con escasa o nula formación han sido sustituidos
por jóvenes con un nivel educativo muy superior.
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