En la asignatura de Sociología del Trabajo del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria.
Derechos reservados, sus autores.
Tema 1.- La educación profesional para
el empleo - Antonio Jesús Acevedo Blanco // Tema 2.- Para una definición social de
la juventud Tomás
Javier Prieto González y Ruth Cardedal Fernández // Tema 3.- La
ocupabilidad en la familia María Lourdes Ruiz Garde // Tema 4.- Dinámica de
la desocupación Irene Ibañez
Sánchez // Tema 5.- Elementos de contexto Blas García Ruiz // Tema
6.- La temporalidad, pacto intergeneracional o imposición Pedro Medina
Charavia // Tema 7.- Biografías laborales por sexo y nivel de estudios Victoria Aguilera Izquierdo // Tema
8.- Dinámica laboral de la inmigración en España Tomás Javier Prieto González
LA FORMACIÓN LABORAL MASCULINA
La
trayectoria de los varones con estudios superiores es relativamente
independiente de los que no los tienen. A pesar del comportamiento cíclico de
la ocupación, los efectos son tan claramente decrecientes al aumentar el nivel
de estudios, que en los universitarios superiores son inapreciables para todas
las cohortes en el tramo central de la trayectoria laboral (34-55).
A partir
del 87 se pueden observar las trayectorias de los que cursaron FP1(se considera
obligatoria) y los que cursaron BUP o equivalente. Pues bien, la integración de
los que hicieron FP1 es superior a los de BUP. Esta tendencia parece indicar
que la formación profesional apunta a liberarse de su dimensión de estudios “de
segunda”, y que la especialización permite una inserción mas temprana y
eficiente.
Proceso
de salida de la ocupación: los cambios legislativos y de protección afectan
escasamente a las cohortes de universitarios. Su reducida presencia y su
posición favorable les protege respecto a otros trabajadores. Otra explicación
es su mayoritaria integración en el sector público. Los aspectos distintivos de
los universitarios son su alto nivel de ocupación, su indiferencia relativa a
las crisis de empleo y la estabilidad de sus pautas de salida de la ocupación.
Los que han cursado FP comparten cada vez más estos rasgos, aunque el
porcentaje en las cohortes jubiladas hasta 2004 es pequeño para precisar su
estabilidad al jubilarse.
1.4 La creciente participación laboral de la
mujer
Hasta
1977, el comportamiento de la ocupación tanto en varones como en mujeres sigue
una pauta biográfica estable. Es decir, lo que determina la situación de cada
cohorte es la edad porque cada una sigue la pauta de la que la precedió.
Después de este momento, ninguna cohorte posterior seguiría ya una trayectoria
con esa configuración.
En el
modelo tradicional, la participación laboral de las mujeres dependía sobre todo
de la situación familiar. La trayectoria tradicional de la cohorte 1946-50 y
las anteriores a ésta siguen casi el mismo itinerario laboral. Sin embargo,
todas las posteriores cambian la pauta de una forma progresiva.
Analizamos
las curvas de tiempo de 1977, 1984 y la década 1994-2004.
- Curva de tiempo de 1977. Modelo tradicional: cohorte 1946-50 y
anteriores. La participación de estas mujeres depende de su situación familiar
(las posteriores dependerán de su nivel formativo). Las jóvenes (sin estudios
en casi la totalidad de la cohorte), empezaban a trabajar en la segunda
infancia o en la adolescencia y presentaban tasas de ocupación supriores al
60%. A partir de los 22 años, el matrimonio y la maternidad retiraba del trajo
a 2 de cada 3 antes de los 30 años. Una vez que los hijos estaban crecidos,
sólo volverían a trabajar 1 de cada 4 de las que se habían ido. Desde los 35 la
TAO era aproximadamente del 25%.
- Curva de tiempo de 1984. Marca mínimos en la ocupación de las maduras.
En la fase favorable 1986-1991, todas las cohortes más jóvenes que la de
1941-45 cambian de trayectoria respecto a las anteriores para incrementar de
forma apreciable su ocupación.
- La fase más significativa de
la trayectoria longitudinal de las mujeres es la que abarca el año 1994 y el
2004. Se combinan en esta época
dos factores. Ambos están relacionados con el vuelco formativo de las mujeres.
Por una parte la prioridad que dan a la formación, y los resultados académicos
superiores a los de los varones, posponen y problematizan la formación de
parejas. Y por otra, mejor inserción laboral de las que tienen formación
laboral estabiliza su ocupación al margen des su dedicación familiar. La
ocupación tiene una relación directa con el nivel de estudios. Cuanto más joven
es la cohorte más importante es el incremento de la ocupación. La tendencia es
estabilidad en las crisis y crecimiento en las recuperaciones del empleo. La
tasa de ocupación de las mujeres ha crecido en 10 años (1994-2004) un 62,4%.
1.5 Las cohortes de mujeres por niveles de estudios
LAS QUE NO TIENEN ESTUDIOS
Gracias a
otras fuentes consultadas se comprueba que las cohortes más antiguas de
analfabetas trabajaron en mayor medida en su juventud que las que están
representadas en este tema.
Durante
los 28 años aquí analizados (1976-2004) la participación de las analfabetas ha
sido muy escasa.
Este
colectivo es importante (24% de las mujeres) en la cohorte de la guerra
(nacidas en 1936-40. Sólo 4 cohortes después, para las nacidas en 1956-60, no
llega a un 4%. La ocupación de la cohorte de la guerra tiene una salida del
trabajo acelerada a partir de la edad de 47-51 años que no se recupera con la
bonanza económica de finales de los 90 en adelante. De aquí que se deduce que
la estabilidad laboral no favorece a las mujeres sin estudios. Esto mismo se
puede aplicar a la cohortes sin estudios más jóvenes. Las mujeres sin estudios
no son las protagonistas del crecimiento de la ocupación de la mitad femenina.
LAS QUE TIENEN ESTUDIOS BÁSICOS.
Lo que se
entiende por aprendizaje reglado básico se ha ido desplazando con el tiempo.
Los efectos sociales y laborales que se daban con la enseñanza primaria se han
ido trasladando primero a la EGB y luego a la ESO.
Las mujeres
con estudios primarios que pertenecen a cohortes anteriores a la de 1946-50
tienen una biografía laboral típica siguiendo la trayectoria de sus madres.
Pero es a partir de 1985 y desde la cohorte de las nacidas en 1946-50 hacia las
posteriores que estas mujeres empiezan a innovar. El cambio de comportamiento
se da en toda la población y en ellas también aunque en menor medida. De hecho
en el quinquenio 1986-90 todavía se observan las últimas trazas de los
comportamientos tradicionales, por ejemplo en la cohorte 1961-65, que baja la
ocupación en las edades de la primera maternidad.
Los 8
años que van de 1997 a 2004 son los que presencian una mayor ocupación. Es
posible que la inmigración haya colaborado.
El
aumento del nivel educativo general de la población ha dado lugar a que este
nivel formativo haya relevado a la primaria. La trayectoria de las mujeres es
semejante al de las que fueron a la escuela primaria como nivel máximo.
LA FORMACIÓN PROFESIONAL DE LAS MUJERES
En la
cohorte de la guerra sólo un 1,4 tenían FP1 y sólo un 0,7% tenían el FP2.
En
1971-75 las que tienen FP1 son un 8,7%
y FP2 un 12%.
Si
comparamos el número de mujeres que cursaron FP2 en la cohorte de la guerra y
las que tenían ese nivel de estudios en 2004 se observa que ha crecido un
3.900%.
Problemas:
- La muestra de las generaciones más antiguas es tan pequeña que no se
puede seguir con la misma estabilidad que en el resto de cohortes más próximas.
Pero aunque se pudieran seguir no sería muy útil puesto que es tan evidente el
cambio en la utilización laboral de estos estudios por parte de las mujeres que
la trayectoria de las cohortes anteriores a la de 1946-50, no resulta
indicativa de lo que vayan a hacer las más actuales.
- En la EPA, la FP1 no se diferenció del bachillerato superior hasta el
año 1987. Una opción sería unir FP1 y FP2 con el bachillerato superior. Pero
hay dos razones que lo desaconsejan: - el diferente comportamiento frente a la
maternidad entre las mujeres que cursan FP1 y las de FP2 , - la diferencia
entre las bachilleres cuyo comportamiento laboral tiende a la estabilización,
frente a la tendencia creciente en la ocupación de las que cursan FP2, que se
asemeja a las mujeres que cursan estudios universitarios.
Como
resumen de las trayectorias de la formación profesional se puede decir que en
el pasado parecen haber sido más sensibles a las crisis que el resto de niveles
educativos, probablemente por estar más asociados sus puestos a los sectores
más cíclicos; que sus tasas de ocupación son sensiblemente más altas que las de
los estudios básicos; y que las cohortes en el centro de la vida laboral
tienden a mantenerlas. Para las de FP1, oscilan alrededor de un nivel próximo
al 55% en un margen de 5 cohortes, mientras que las de FP2 tienen un resultado
actual (hablamos de 2004) de un porcentaje cercano al 70%.
LA FORMACIÓN ACADÉMICA FEMENINA
Se
refiere a enseñanzas que tienen como destino directo o indirecto la obtención
de títulos universitarios.
Se
analiza a partir de tres grupos: 1. Las mujeres que han completado los
diferentes bachilleratos superiores y los cursos preparatorios para la
universidad. 2. Las que tienen estudios universitarios medios (magisterio y
enfermería hace elevar mucho el porcentaje). 3. Las que concluyen
licenciaturas, masters y doctorados. En los tres se observa un comportamiento
biográfico semejante.
Este
nivel de estudios tiene un alto nivel de inserción en la administración pública
con lo que la influencia de los ciclos no es apreciable. El incremento del
nivel de participación de las mujeres se lleva a cabo de forma paralela por
aumentos intracohortes (en cada cohorte crece la ocupación) e intercohortes
(cada cohorte alcanza mayor ocupación que la anterior al cumplir las mismas
edades).
- Bachilleres: Las cohortes anteriores a la de 1941-45 sufren un descenso ante la crisis del petróleo y siguen con una evolución descendente tanto intra como intercohortes. La cohorte de 1941-45 es de transición. Se distingue de las anteriores por un aumento de ocupación entre 1987 y primeros de los 90, para luego volver a la trayectoria de las antecesoras. Las siguientes cohortes, con alguna excepción ya no bajan del 50% llegando la cohorte de 1976-80 a un 75,6%, que es el máximo del periodo estudiado.
- Tituladas de grado medio: Semejante al caso anterior. Aunque mientras las bachilleres subían del 30 al 65%, las diplomadas lo hacen del 60 al 80%. La estabilidad y el alto nivel del de 1951-55 representa el techo (86,6% en el momento del estudio, 2004) de la ocupación de este nivel de estudios, superando en la mayor parte de su trayectoria el 80% y siendo prácticamente insensible a las crisis cíclicas.
- Universitarias superiores: Debido a que no alcanzan el 1% de su cohorte hasta la de 1941-45, las trayectorias de las cohortes anteriores hay que entenderlas en semejanza estructural con las diplomadas. Son notablemente semejantes. La diferencia está en la edad de inserción laboral. Sólo en las cohortes con edades entre 45-55 años en el 2004 alcanzaron cotas superiores al 85%.
Teniendo
en cuenta que las cohortes han ido disminuyendo de tamaño, se puede observar
que cada 10 años se ha ido triplicando el número de universitarias superiores.
De la
integración laboral de las mujeres tituladas indica una mejora de la situación
del mercado laboral y un cambio en la estructura de las ocupaciones. Hablamos
claro desde la visión que se tenía en el 2004.
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