En este tercer año en el Grado de
Sociología con la asignatura Sociología de la Diversidad, tras haber superado
la asignatura Antropología Social en el primer curso y acompañado por el libro
Antropología de la sexualidad y diversidad cultural de José Antonio Nieto
Piñeroba, me he encontrado que el tema de la homosexualidad ha sido una constante
en las bibliografías básicas de ambos programas académicos, con arreglo al
cual, estos contenidos transversales han propiciado mi elección para elaborar
este ensayo. He creído adecuado ocuparme en este ejercicio de una aproximación
a las diversas perspectivas que abordan la homosexualidad.
Intentaré en esta práctica exponer
algunos estudios de la homosexualidad desde diversos campos de investigación
académica. En este sucinto acercamiento, podré identificar algunas de las tesis
desarrolladas, pudiendo extraer con ello, un reconocimiento de la
homosexualidad como objeto de estudio en las ciencias sociales. No como un
ejercicio de reducción, sino muy al contrario, intentar observarlo sin filtros,
artificios culturales, prejuicios o determinismos en un ambiente tan complejo
como son los sistemas sociales. Para ello será preciso localizar y enfocar las
restricciones teóricas de esta realidad, como las explicaciones más importantes
que fundamentan y justifican la profundización del estudio de la
homosexualidad.
Dentro de la sexualidad uno de los
objetos de estudio más observado es la homosexualidad, por ello este ensayo
viene a sumarse a estos trabajos, obviamente admitiendo las limitaciones
consustanciales de un estudiante que emprende el estudio de un objeto de
estudio tan poliédrico. A través de la estrategia de reconocer distintos
enfoques interpretativos generados por varios expertos, seré capaz de analizar
las tensiones como las analogías existentes en todas estas perspectivas.
Visión antropológica
Hasta finales de los años sesenta del siglo
pasado la Antropología no comenzó a interesarse en los estudios lésbicos/gays,
“las mismas condiciones sociohistóricas que estimularon el desarrollo del
movimiento gay en los Estados Unidos, consiguieron llevar la homosexualidad al
centro de la atención académica” (Nieto, 2003:161). En
nuestros días, estos estudios en antropología, se singularizan por la
irregularidad, y por las disputas en la emergencia de cualquier dominio en las
investigaciones. Los estudios lésbicos/gays deben su aparición a una serie de
avances intelectuales que prepararon el terreno para su actual expansión, “la
homosexualidad debía convertirse en legítimo objeto de investigación
antropológica” (Nieto, 2003:163).
La ambigüedad sexual ha formado siempre
parte de la realidad, así, lo que plantea problemas interesantes desde el punto
de vista de la antropología, “no es su existencia misma, sino su visibilidad
social” (Juliano, 2010:155). Desde
finales del siglo XVIII la estrategia al respecto de la homosexualidad fue
castigarla, patologizarla, negarla e ignorarla. Sólo en las últimas décadas ha
habido un interés firme es observar la homosexualidad, alejándose de cualquier
posicionamiento estigmatizador o discriminante.
En toda sociedad, los individuos
diferirán en cuanto a naturaleza, ámbito e intensidad de sus intereses e
impulsos sexuales. “Nadie sabe a ciencia cierta por qué existen tales diferencias
sexuales individuales” (Kottak,
2006:229), jugando un papel fundamental la cultura en todo el moldeado de esos
impulsos a una normativa colectiva, variando éstas de una cultura a otra. Por
ejemplo, en Hawaii según Gregersen las prácticas de homosexualidad eran comunes
entre los “aristócratas”, también se les llama mahu (Nieto, 2011: 306). El mahu no se relaciona sexualmente con
mujeres, según Levy los mahu
mantienen relaciones sexuales con hombres no mahu. Los varones no mahu
tienden a presentar estas relaciones como una forma sustitutoria de las
relaciones heterosexuales. A veces justificada por la carencia de mujeres. Los
jóvenes no mahu no se definen, no son
definidos por la comunidad, de forma sustantiva como homosexuales. Se considera
que forma parte de un periodo transitorio del individuo. Cuando los varones no mahu formalicen sus matrimonios, cesarán
sus contactos homosexuales con los mahu.
“La homosexualidad es intercultural y
universal, se encuentra en todas las sociedades humanas, con una frecuencia del
3% en los hombres y el 2% en las mujeres” (Barash, 2010:17). Los hombres gay de Samoa, conocidos como fa´afafine, no se reproducen, pero están
totalmente aceptados en su sociedad en general, y en especial en su familia,
con un comportamiento mucho más activo que sus pares heterosexuales. A
diferencia de la experiencia de gays y lesbianas en la mayoría del mundo
industrializado, los fa´afafine están
totalmente integrados en la sociedad samoana y no son discriminados. “La
experiencia de ser gay o lesbiana puede ser muy diferente dependiendo del grupo
étnico al que se pertenezca” (Macionis, 2010:331).
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