En la asignatura de Sociología del Trabajo del primer cuatrimestre del Grado en Sociología
de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los
capítulos de la bibliografía obligatoria.
Derechos reservados, sus autores.
Tema 1.- La educación profesional para
el empleo - Antonio Jesús Acevedo Blanco // Tema 2.- Para una definición social de
la juventud Tomás
Javier Prieto González y Ruth Cardedal Fernández // Tema 3.- La
ocupabilidad en la familia María Lourdes Ruiz Garde // Tema 4.- Dinámica de
la desocupación Irene Ibañez
Sánchez // Tema 5.- Elementos de contexto Blas García Ruiz // Tema
6.- La temporalidad, pacto intergeneracional o imposición Pedro Medina Charavia
// Tema 7.- Biografías laborales por sexo y nivel de estudios Victoria Aguilera Izquierdo // Tema
8.- Dinámica laboral de la inmigración en España Tomás Javier Prieto González
Los cambios en las ocupaciones con menor
cualificación
Se podría
concluir que, al menos hasta el inicio de la crisis, la trayectoria de los inmigrantes
es bastante estable, al trabajar con agrupaciones ocupacionales amplias no es
posible apreciar si entre los inmigrantes, principalmente concentrados en las ocupaciones
menos cualificadas, existe movilidad ascendente dentro de éstas. Vamos a
simplificar el estudio con el análisis de una sola cohorte, la de entrada en
2000-2003, con un período de estudio de
hasta ocho años.
En ellos se presenta la evolución de los porcentajes en cada una de las cinco
categorías de grupos ocupacionales inferiores, así como en la desocupación,
respecto al total de la población para hombres y mujeres de fuera de la UE-15.
Asimismo se incluye la proporción de ocupados en el resto de grupos.
Entre los
varones inmigrantes durante el primer año la desocupación disminuye al mismo tiempo
que se produce un aumento notable de la ocupación en la categoría más baja. Los
tres años siguientes sigue disminuyendo la desocupación y también la categoría
ocupacional más baja gracias a aumentos en el resto de ocupaciones. La
disminución de la desocupación toca su fondo en el cuarto año (2004-2007), para
dispararse a costa de todas las ocupaciones. La pérdida de empleo es más fuerte
en los grupos ocupacionales menos cualificados. Los grupos ocupacionales
intermedios y altos habían experimentado un ligero incremento entre los años
segundo y quinto, y en los años de incremento de la desocupación muestran una
sorprendente resistencia a la caída, que se quiebra solo en el octavo año.
Uno de los
elementos más característicos del empleo de las mujeres inmigrantes es la notable
concentración en el grupo ocupacional 2 (servicio doméstico, peones
industriales y textiles), que podría interpretarse como la categoría de entrada
al mercado de trabajo. Parece que la inserción en esta categoría de entrada es
más rápida entre las mujeres que entre los hombres en la 1, puesto que en un
año ellas prácticamente alcanzan su máximo en esa categoría. Durante los
primeros años en el mercado laboral la desocupación disminuye a medida que
aumenta la presencia de otras categorías, especialmente la 3 y la 4. La
disminución de la desocupación toca fondo en el quinto año (2005-2008), un año
más tarde que los hombres, y a partir de ahí crece tan solo moderadamente, al
mismo tiempo que disminuyen la ocupación
2 y, únicamente
en el octavo año, la 3. Al final del período estudiado el inicial protagonismo del
grupo 2 respecto al resto ha prácticamente desaparecido. En cuanto a los grupos
ocupacionales intermedio y alto, aumentan su presencia entre los años tercero y
quinto. Además, durante el aumento de la desocupación en los últimos años
observados, no sólo no pierden ocupadas, sino que además incrementan su
participación en el total de mujeres en edad
activa.
Conclusiones
En esta década los cambios en la
realidad social y económica han sido rápidos, intensos y muy relevantes:
1.
España se ha
convertido en un país receptor de inmigración, en el que la población de origen
extranjero constituye una parte notable de la oferta de trabajo.
2.
Durante esta
década la bonanza económica inicial se ha invertido, entrando en una recesión
profunda acompañada de la pérdida de más de dos millones de puestos de trabajo.
En recesiones
anteriores la destrucción de empleo ya había sido una de las principales protagonistas.
La sociedad española mostró una «preferencia revelada» por el paro respecto al
incremento de la desigualdad salarial, posible gracias a que las familias
paliaron las dificultades de acceso al mercado laboral de los jóvenes. En esta
ocasión, la presencia de un contingente importante de población activa, el
inmigrante, carente de redes familiares y sociales sólidas en las que
protegerse de los efectos de la desocupación plantea un nuevo escenario social.
Se han producido cambios, tanto a medida que aumentaba la población activa de
origen extranjero, como en función del cambio del ciclo económico:
1.
En este estudio
se ha puesto de relieve cómo durante el período expansivo se registró una
sustancial mejora de la estructura ocupacional, a través del incremento del
peso de las mejores ocupaciones y de la disminución de las peores. El inicio de
la crisis la ha acentuado.
2.
El aumento de la
desocupación ha afectado sobre todo a loa inmigrantes, para el que la antigüedad en el mercado
de trabajo no ha constituido un elemento de protección, disminuyendo tanto la
ocupación en las peores ocupaciones como en las medias. Por su parte, el empleo
de las mujeres inmigrantes se ha mostrado considerablemente más resistente a
los efectos de la crisis.
El retraso de la
recuperación económica está imponiendo un coste insostenible para una apreciable
proporción de la población residente en España procedente del exterior de la UE-15.
La consecuencia inmediata es el incremento de las salidas de España, de tal
modo que los saldos migratorios exteriores se han reducido, hasta casi
compensar totalmente las entradas anuales de más de 400.000 nuevos residentes
que se han seguido produciendo durante 2009 y 2010. El futuro de la permanencia
de los inmigrantes en el mercado de trabajo español vendrá determinado por la
duración de la crisis y por la capacidad de la que dispongan para afrontarla en
función de sus apoyos familiares y públicos.
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