martes, 19 de marzo de 2013

Sociología de la diversidad PREC Parte 2


En este tercer año en el Grado de Sociología con la asignatura Sociología de la Diversidad, tras haber superado la asignatura Antropología Social en el primer curso y acompañado por el libro Antropología de la sexualidad y diversidad cultural de José Antonio Nieto Piñeroba, me he encontrado que el tema de la homosexualidad ha sido una constante en las bibliografías básicas de ambos programas académicos, con arreglo al cual, estos contenidos transversales han propiciado mi elección para elaborar este ensayo. He creído adecuado ocuparme en este ejercicio de una aproximación a las diversas perspectivas que abordan la homosexualidad.

Intentaré en esta práctica exponer algunos estudios de la homosexualidad desde diversos campos de investigación académica. En este sucinto acercamiento, podré identificar algunas de las tesis desarrolladas, pudiendo extraer con ello, un reconocimiento de la homosexualidad como objeto de estudio en las ciencias sociales. No como un ejercicio de reducción, sino muy al contrario, intentar observarlo sin filtros, artificios culturales, prejuicios o determinismos en un ambiente tan complejo como son los sistemas sociales. Para ello será preciso localizar y enfocar las restricciones teóricas de esta realidad, como las explicaciones más importantes que fundamentan y justifican la profundización del estudio de la homosexualidad.

Dentro de la sexualidad uno de los objetos de estudio más observado es la homosexualidad, por ello este ensayo viene a sumarse a estos trabajos, obviamente admitiendo las limitaciones consustanciales de un estudiante que emprende el estudio de un objeto de estudio tan poliédrico. A través de la estrategia de reconocer distintos enfoques interpretativos generados por varios expertos, seré capaz de analizar las tensiones como las analogías existentes en todas estas perspectivas.

Campo sociológico

Desde el campo de las ciencias sociales, se ha tratado el tema, por ejemplo, desde la Sociología de la homosexualidad, que ha estado orientada en dos perspectivas de estudio:

1.    La de describir y clasificar la etiologías de la homosexualidad, y la de la utilización de métodos y técnicas cualitativas, que han producido numerosos textos que abordan la sexualidad como una categoría social.
2.    La que se dedica de la problematización de la categoría homosexual y enlaza con las teorías de la desviación, del etiquetado y del construccionismo social.

El posible alcance de la homosexualidad en las sociedades occidentales se dio a conocer por primera vez al publicarse la investigación del biólogo Alfred Kinsey, unos de los pioneros de la investigación sexual humana en Estados Unidos, con su obra El comportamiento sexual en el hombre de 1948. Fue un detallado estudio, con una batería de miles de entrevistas personales, donde llegó a una serie de conclusiones acerca de la homosexualidad. El informe Kinsey describía la homosexualidad como un “continuum desde la heterosexualidad exclusiva, hasta la homosexualidad exclusiva” (Pacquiao, 2000:76).

Mucho más tarde, Kenneth Plummer, en su estudio clásico, discernió en cuatro tipo de homosexualidad dentro de la cultura occidental actual (Giddens, 2006:437):

1.    La homosexualidad ocasional; el encuentro homosexual pasajero.
2.    Las actividades localizadas; practicas homosexuales que ocurren regularmente pero que no se convierten en la preferencia capital del individuo.
3.    La homosexualidad personalizada; la homosexualidad como actividad furtiva, oculta a los amigos.
4.    La homosexualidad como forma de vida; donde las actividades homosexuales forman parte de un estilo de vida específico.

Podemos documentarnos en la extensísima bibliografía existente para localizar los claroscuros y vacíos sobre esta temática, pero se puede ejemplarizar en las siguientes definiciones, que pueden situarnos en la inadecuada adjetivación; hasta 1973, la American Psychriatric Association clasificaba la homosexualidad como un “desorden mental”. En el Diccionario de Sociología de Henry P. Fairchild, nos encontramos con esta definición de homosexualidad: “perversión del deseo sexual que hace a las personas del mismo sexo más atractivas que las del opuesto” (Fairchild, 1944:144).

Existen algunas teorías que enmarcan el asunto que nos trata, pero sin duda, sobresale la teoría Queer (Queer theory), que sostiene que “la mayor parte de la explicación sociológica mantiene una inclinación hacia la heterosexualidad, y que se debe prestar más atención a los puntos de vista que no son heterosexuales” (Macionis, 2010:331). El desarrollo de los derechos de los homosexuales han impulsado en gran medida, la aparición de esta teoría, donde se subraya la idoneidad de la desaparición los prejuicios contra los homosexuales, y esto se conseguirá dando la palabra a opiniones no heterosexuales.

Se constituye por tanto un terreno para la exclusión, la homosexualidad masculina se incluye en redes y canales completamente separados. Bordie subraya que “El cuerpo tiene su parte delantera, lugar de diferencia sexual, y su parte trasera, sexualidad indiferenciada, y potecialmente femenina” (Bordieu, 1998:30), es decir, una parte pasiva y sometida en dicotomía con la parte “pública” que legitima la división sexual del uso público, sus parte manifiestas, “órganos nobles de presentación de uno mismo” (Bordieu, 1998:30) en los que se condensa la identidad social, una que se enfrenta a la realidad de los portadores, que en sus partes privadas u ocultas, el decoro obliga a disimular. Pierre Bordieu estudió muy bien este modelo, que bautizó como “modelo mediterraneo” (Gómez, 2010:90) aquél que el homoerotismo se organiza en torno al binomio activo/penetrador-pasivo/penetrado. El individuo “pasivo” es considerado homosexual, en cambio, el elemento “activo” es concebido como heterosexual.

El vínculo entre el individuo y el espacio público se redimensiona adquiriendo una nueva plasticidad y desarrollándose en una serie de estructuras y de cambios que Beck desarrolla como “apartamiento de la identidad social”, disipando sus rasgos distintivos tantos en términos de auto compresión como en su interrelación, las desigualdades siguen existiendo pero redefinidas. Los conflictos son estables y están relacionados con la discriminación concomitantes con la raza, color de la piel, género, la etnicidad, edad, homosexualidad, incapacidad física, etc. Las personas homosexuales, transgénero o intersexuales, “no son espectadores de su diversidad, son sus protagonistas” (Nieto,  2011:146) .

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