En
la asignatura de Cambio Social II del
segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos
compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía
obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.
1- Los movimientos sociales
como fuerzas de cambio “Sociología del cambio social” de Sztompka, capítulo 19, pp. 303 a
330. Tomás Javier Prieto González // “Las revoluciones: la cumbre del
cambio social” de Sztompka, capítulo 20, pp. 331 a 350.
Tomás Javier Prieto González 2- Los movimientos sociales:
principales teorías Perspectivas
teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación
(Funes/Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 1, pp 21 a 58) // Tomás Javier Prieto González // El estudio del contexto político a través de la protesta colectiva.
Participación y democracia (Adell, en Funes/Adell, capítulo 3, pp 77 a 108). //
Julia Ortega Tovar Participación y
democracia: Asociaciones y poder local (Brugué/Font en Funes/Adell, capítulo 4,
pp 109 a 132). Julia Ortega Tovar 3- Los nuevos movimientos sociales en
el contexto histórico y de la mundialización
Génesis y desarrollo de los movimientos
sociales desde una perspectiva histórica. El movimiento obrero (Pastor, en
Funes/Adell, capítulo 2, pp 59 a 76). Tomás
Javier Prieto González // La
dimensión individual en la acción colectiva (Funes, en Funes/Adell, capítulo 8,
pp 225 a 254). José Antonio Puig Camps // Los movimientos antiglobalización
(Ibarra/Martí, en Funes/Adell, capítulo 10, pp 285). José Antonio Puig Camps 4- Estudios de caso y campañas
Dimensión simbólica y cultural del movimiento
feminista (Robles/de Miguel, en Funes/Adell, capítulo 5, pp 133 a 162). Víctor Riesgo Gómez // Identidad colectiva y movimiento gay
(Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 6, pp 163 a 190) // Javier
Hermoso Ruiz Organización y estructura del movimiento ecologista (Jiménez,
en Funes/Adell, capítulo 7, pp 191 a 224). Blas
García Ruiz
- CUATRO
IDEAS CLAVE COMO CONCLUSIÓN
1.- La superación del municipio de bienestar y la
llegada del municipio relacional han revalorizado el papel de la
participación ciudadana en el ámbito local.
2.- La participación ciudadana
representa una forma de superar los déficits administrativos y políticos que
han acompañado a la crisis del
Estado de bienestar a través del
impulso de la co-gestión y del capital social.
3.- El desarrollo de una
democracia local participativa pasa por la activación de los roles
individuales de los ciudadanos y por dotar de sentido colectivo a la
intensificación de las relaciones entre gobernantes y gobernados.
4.- La revaloración de la participación
en el ámbito local encuentra dificultades a la hora de identificar
los instrumentos que han de llevarla a la práctica, aunque la proliferación de
experiencias de los últimos años nos muestra algunos caminos que merece la pena
seguir explorando.
- CASO
PRÁCTICO: UN MAPA DE EXPERIENCIAS PARTICIPATIVAS EN LOS GOBIERNOS LOCALES
En este apartado se va a repasar, siguiendo de cerca el
trabajo de Gomà y Font, las diversas fórmulas de participación ciudadana
que se han desarrollado en los municipios españoles durante la última década.
Se propone una tipología que toma en consideración dos criterios: la base de la
participación y la fase del proceso de actuación pública sobre la que se
proyecta la experiencia participativa. El primer criterio tiene una fuerte
relación con él quién de la participación, mientras que el segundo está
vinculado al cómo de la misma:
-
Respecto
a la base de la participación podemos distinguir entre una base asociativa,
una base personal, y una base mixta. La participación de base asociativa o
puede dividirse entre aquella que responde a una lógica sectorial y aquella que
atiende a una lógica territorial; mientras que la participación de base
asociativa puede dividirse entre aquella que responde a una lógica sectorial y
aquella que atiende a una lógica territorial; mientras que la participación de
base personal puede ser intensiva o extensiva.
-
El
segundo criterio, podemos diferenciar entre aquella participación que se
dirige al diagnóstico de los problemas y a la formación de la agenda
local, aquella que se ocupa de incidir e las decisiones y en la formulación
de políticas, y aquella que se concentra en la gestión de los equipamientos y
los servicios.
En el cuadro 4. se observa la
amplia gama de posibilidades que existe en el campo de la participación
ciudadana municipal, señalaremos a continuación los más frecuentes en el caso
español, los mecanismos de base asociativa tradicional, y las experiencias
mixtas (planteamientos
estratégicos, Agendas Locales 21. La participación de base personal se
está abriendo camino de una forma especialmente interesante, aunque con
presencia limitada y de carácter experimental.
6.1 Participación ciudadana de base asociativa: los
Consejos Consultivos.
Durante las dos primeras
legislaturas (1979-1987), los ayuntamientos españoles dedicaron sus esfuerzos a
construir los ya mencionados municipios de bienestar y relegaron la
participación ciudadana a la condición de asignatura pendiente. Superada la
primera etapa, la articulación de los mecanismos participativos empieza a
entrar en las agendas locales. Se
han redactado Reglamentos de Participación Ciudadana y se contempla la creación
de Consejos Consultivos de Entidades.
Los Consejos Consultivos de
Entidades, según Gomà y Font, se conciben como plataforma de
interlocución de los equipos de gobierno con el tejido asociativo de cada
sector y/o territorio del municipio. Podemo distinguir entre el modelo
consultivo y el modelo de concertación. En el primer caso los
ayuntamientos optan por descentralizarse y crear unos Consejos dominados por el
propio equipo de gobierno y completados por la presencia de las entidades,
mientras que en el segundo caso, el ayuntamiento crea unos órganos
territoriales o sectoriales paritarios, donde el equipo de gobierno y las
entidades se encuentran en un mismo nivel. Aparecen mas vías para canalizar la
participación asociativa.
Observamos la presencia de
Consejos y la existencia de forma de participación en la gestión de los
servicios en la totalidad de los municipios españoles de nuestra muestra. Se
detecta cierta concentración de la participación en la fase de la gestión de
programas y servicios municipales, mientras que la capacidad de los ciudadanos
para incidir en el diseño de las políticas es escasa.
En cuanto a las dinámicas de
funcionamiento de estos Consejos, Gomà y Font destacan tres rasgos
característicos que hacen referencia, respectivamente, al ámbito de actuación,
al nivel de formalización y al rol
desempeñado por estos Consejos.
-
Ámbitos
de actuación: fuerte
concentración de los Consejos en los ámbitos de las políticas sociales y
culturales, y escasos en materia urbanística y económica. A partir de los
noventa, temáticas transversales emergentes. En la gestión de servicios
municipales se observándose una presencia de más a menos.
-
Niveles
de formación y con los criterios de acceso a los
diferentes espacios participativos se observa una enorme diversidad, desde
ensayos del neocorporativismo tripartito a dinámicas más flexibles y abiertas.
-
Los
roles jugados por los diferentes
Consejos se mueven entre los
(pocos) que tienen una incidencia directa en el diseño de los programas
municipales y los de aquellos (muchos) que se limitan a tareas consultivas y
deliberativas y que se perciben como espacio de información y legitimación de
políticas ya definidas previamente. Las relaciones no son de igualdad.
Habría que distinguir entre dos
escenarios o modelos alternativos de participación asociativa: el pluralista, y
el monopolista. El modelo pluralista hace un uso sistemático de los
consejos, no impone grandes restricciones de acceso a las entidades con ganas
de participar, pretende vincularlas al diseño de las políticas, y favorece la
presencia de fórmulas de gestión asociativa de los servicios y equipamientos municipales
(modelo escaso). El modelo monopolista se articula a través de un número
reducido de Consejos, el acceso a los mismos es difícil y restringido, su
naturaleza es informativa y los usos de gestión concertada son esporádicos. Las
entidades y los equipos de gobierno identifican pros y contras, los cuáles
hemos sintetizado en el cuadro 5, con la terminología puntos fuertes y puntos débiles.
Observamos un proceso tardío de formalización de los mecanismos locales
de participación ciudadana, coherente tras la etapa franquista, por los
esfuerzos de edificar los municipios de bienestar. A finales de los ochenta los
ayuntamientos comienzan a ocuparse de la participación ciudadana. Los primeros
pasos son tímidos y se justifican como una forma de mejorar la legitimidad de
las actuaciones públicas y como un mecanismo de colaboración en la prestación
de los servicios públicos. Es lógico que los mecanismos se diseñen para actores
colectivos formalizados y que su ambición quede limitada a los primeros
peldaños de la escalera de la participación.
Las primera
experiencias participativas de base asociativa despiertan un amplio acuerdo
entre los diferentes actores, que coinciden en otorgar importancia crucial a la
participación ciudadana. También es cierto que el amplio acuerdo le sigue una
insatisfacción generalizada al respecto a sus resultados. La introducción de mecanismos mixtos
son la respuesta a estas insatisfacciones.
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