sábado, 16 de noviembre de 2013

Resúmenes Cambio Social II Parte 35

En la asignatura de Cambio Social II del segundo cuatrimestre del Grado en Sociología de la UNED curso 2012/13, algunos compañeros realizamos los resúmenes de los capítulos de la bibliografía obligatoria de la asignatura. Derechos reservados, sus autores.


1- Los movimientos sociales como fuerzas de cambio “Sociología del cambio social” de Sztompka, capítulo 19, pp. 303 a 330. Tomás Javier Prieto González // “Las revoluciones: la cumbre del cambio social” de Sztompka, capítulo 20, pp. 331 a 350. Tomás Javier Prieto González 2- Los movimientos sociales: principales teorías Perspectivas teóricas y aproximaciones metodológicas al estudio de la participación (Funes/Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 1, pp 21 a 58) // Tomás Javier Prieto González // El estudio del contexto político a través de la protesta colectiva. Participación y democracia (Adell, en Funes/Adell, capítulo 3, pp 77 a 108). // Julia Ortega Tovar Participación y democracia: Asociaciones y poder local (Brugué/Font en Funes/Adell, capítulo 4, pp 109 a 132). Julia Ortega Tovar 3- Los nuevos movimientos sociales en el contexto histórico y de la mundialización Génesis y desarrollo de los movimientos sociales desde una perspectiva histórica. El movimiento obrero (Pastor, en Funes/Adell, capítulo 2, pp 59 a 76). Tomás Javier Prieto González // La dimensión individual en la acción colectiva (Funes, en Funes/Adell, capítulo 8, pp 225 a 254). José Antonio Puig Camps // Los movimientos antiglobalización (Ibarra/Martí, en Funes/Adell, capítulo 10, pp 285). José Antonio Puig Camps 4- Estudios de caso y campañas Dimensión simbólica y cultural del movimiento feminista (Robles/de Miguel, en Funes/Adell, capítulo 5, pp 133 a 162). Víctor Riesgo Gómez // Identidad colectiva y movimiento gay (Monferrer, en Funes/Adell, capítulo 6, pp 163 a 190) //  Javier Hermoso Ruiz Organización y estructura del movimiento ecologista (Jiménez, en Funes/Adell, capítulo 7, pp 191 a 224). Blas García Ruiz

LOS MARCOS SIMBÓLIUCOS DE SIGNIFICADO EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES.

En este punto vamos a resumir lo que se ha venido llamando la teoría d ellos marcos simbólicos de significado.

D.Snow y R.Benford definen el modo en el que se construyen los marcos en los movimientos sociales de la siguiente forma: “los activistas emplean marcos de acción colectiva para apuntar o señalar algunas condiciones sociales o aspectos de la vida definiéndolos como injustos, intolerables y necesitados de ser corregidos”.Con el fin de precisar dos de los matices instrumentales que proporcionan los marcos simbólicos de significado vamos a analizar dos conceptos básicos dentro de la teoría de Snow y sus colaboradores: los marcos de diagnóstico y los marcos de pronóstico. El primero de ellos implica la identificación de un problema y la atribución de culpa o causa.. El segundo de ellos no solo sugiere soluciones a un problema sino también propone estrategias, tácticas y objetivos para la acción. El tipo de acción que proponen estos marcos específicos chocarán en el momento de ponerlos en práctica con dificultades cognitivas. Este tipo de dificultades o limitaciones se pueden dividir en infraestructurales o fenomenológicas.

Las limitaciones fenomenológicas hacen referencia a las dificultades que encuentran los marcos definidos por los movimientos sociales para llegar a ser coherentes y consistentes con el contexto fenomenológico en el que se desenvuelven los miembros de la organización Para poder salvar esta dificultad dichos marcos deben ser capaces de cumplir tres premisas: credibilidad empírica, conmensurabilidad experimental fidelidad narrativa. La fidelidad narrativa permite a los movimientos sociales que sus marcos consigan un conjunto de respuestas que suenen verdaderas en relación con las tradiciones culturales que son funcionalmente similares.

Con credibilidad empírica se hace referencia a la coincidencia entre los marcos y los acontecimientos del mundo. La conmensurabilidad experimental hace referencia a la necesidad de que se pueda establecer un lazo cognoscitivo entre la realidad y el marco a través de los contenidos y de la interpretación que este propone de la realidad.

Dentro de las limitaciones infraestructurales, es decir aquellas relativas a la estructura social, comenzamos por el concepto de centralidad. Según este, un elemento importante para la extensión de un marco dentro de la sociedad es que las creencias que lo sustenten estén en un nivel alto dentro de la jerarquía del sistema de creencias de la sociedad.

Otro elemento importante dentro de las limitaciones infraestructurales es la gama e interrelación de valores y creencias a las que los movimientos hacen referencia en sus marcos. Si la gama e interrelación de valores es reducida, el movimiento corre el riesgo de parecer discontinuo y vulnerable, al dejar sin explicación un amplio abanico de valores y creencias dentro de su marco.

A partir de este momento vamos a analizar el funcionamiento de dichos marcos con respecto a otros colectivos sociales incluyendo instituciones públicas y privadas. Los principales objetivos de una marco de significado en este sentido, según Snow y Benford, son, por un lado, captar simpatizantes, crear un determinado tipo de opinión sobre ciertos acontecimientos y por último implementar políticas en las que tengan cabida su reivindicaciones y exigencias. Estos autores han calificado el proceso encaminado a este fin alineamiento de marcos, es definido como la relación o conjunción de marcos interpretativos individuales y el de una organización de movimiento social. La explicación de cómo este proceso es llevado a cabo es enfocada atendiendo a los siguientes tipos de alineamientos de marcos: creación de puentes entre marcos, amplificación de marcos y transformación de marcos.

Creación de puentes entre marcos es una estrategia cuyo sentido es la activación de uno o varios tipos de actividades promovidas por una organización de movimientos sociales, para poner en relación marcos de significado que  aun siendo congruente entre ellos no están de hecho conectados.

 La amplificación de marcos, los autores inspirados por Goffman tratan de definir cómo las organizaciones de movimientos sociales revalorizan o dan más vigor a significados e interpretaciones de acontecimientos que a menudo han caído en desuso, pero que pueden ser útiles como apoyo de sus propios marcos.

Mediante la extensión de marcos los movimientos sociales aumentan los límites de sus marcos para dar cabida a otros contenidos que pueden ser importantes para la captación de nuevos simpatizantes.


6.     CASO PRÁCTICO: EL MOVIMIENTO FEMINISTA Y LA CONSTRUCCIÓN DE MARCOS SIMBÓLICOS

En el movimiento feminista encontramos algunos de los ejemplos que mejor ilustran la importancia crucial de la teoría de la construcción de marcos alternativos de interpretación d ella realidad, para desencadenar la acción colectiva. El feminismo implica la puesta en marcha de un proceso de liberación cognitiva en el que las mujeres se separan de la ideología patriarcal dominante para comenzar a desarrollar una visión alternativa, feminista de la realidad. El feminismo como movimiento social, es decir, articulando a las mujeres alrededor de una identidad colectiva -con un marco teórico alternativo, un conjunto coherente de reivindicaciones y una organización y estrategias diseñadas para conseguirlas- comienza a desarrollarse al hilo de la Revolución Francesa.

En cada apartado, y de acuerdo también con la interpretación de los movimientos sociales como generadores de conocimiento, pondremos un ejemplo de cómo las ciencias sociales han reflejado y protagonizado las luchas por redefinir la realidad.

6.1  EL MOVIMIENTO SUFRAGISTA: LA DESARTICULACIÓN DEL MARCO SIMBÓLICO DE LA “NATURALEZA FEMENINA” Y “ LAS DOS ESFERAS DE ACCIÓN”.

En nuestra sociedad occidental el desarrollo de las democracias inauguró un nuevo ámbito social y político de igualdad y libertad. Es el ámbito de la ciudadanía, de los derechos civiles, políticos y sociales. Sin embargo las mujeres quedaron excluidas de la ciudadanía. La propia lógica universalizadora de las democracias, base de su legitimidad, no permitía mencionar la exclusión, ésta debía ser tácita, debe darse por descontado, debía percibirse como un hecho de sentido común. Esta exclusión estuvo legitimada tradicionalmente por la religión. Y también por parte d ellos filósofos ilustrados.  Para ello elaboraron un discurso sobre la naturaleza diferente y y complementaria de los sexos que se articuló en una doble versión, la de la inferioridad femenina y la de la excelencia femenina. Según el discurso de la inferioridad las mujeres son varones imperfectos o defectivos, a saber, parecidas, pero inferiores en capacidades físicas, intelectuales y morales. Este discurso se ha complementado con el discurso de la excelencia femenina. En él las mujeres se conceptualizan como la “sal de la tierra” . Ahora ellas atesoran las mejores virtudes de la especie: son más listas, más virtuosas y más fuertes. Aunque no tengan derechos civiles, ni políticos, ni casi humanos, en este discurso de la excelencia se afirma sin recato que, en realidad, son las mujeres las que gobiernan el mundo.

La exclusión de las mujeres de la ciudadanía marca la propia Revolución Francesa como el primer momento en donde ellas se articulan , en la teoría y en la práctica, como un grupo social oprimido con una identidad colectiva común, con intereses y características propios, como un movimiento social. Allí tuvo lugar la primera declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía, redactada por la girondina Olimpe de Gouges. En este sentido iniciaban ya la construcción d eun discurso, un marco teórico que buscaba sintonizar con oprimidas y opresores ya que se fundamentaba en las mismas premisas que ellos mantenían defender: la universalización de los derechos humanos y los valores democráticos. Iniciaban un proceso de realineamiento de marcos.

Será a lo largo del siglo XIX, cuando se desarrollaron importantes movimientos de mujeres que lucharon por cambiar esta situación de exclusión y servidumbre. Dentro del movimiento podemos distinguir la construcción de un marco teórico alternativo y la interiorización y difusión de estos marcos alrededor de unas prácticas colectivas y una organización estratégica específica. Las feministas habían iniciado su entrenamiento en la esfera pública y política luchando contra la esclavitud. El movimiento de mujeres concentró sus acciones en deslegitimar la ideología de la naturaleza diferente y complementaria de los sexos, finalmente se centró en la reivindicación del derecho a sufragio.

Este debate estuvo presente en las ciencias sociales desde su fundación. En sociología encontramos un ejemplo claro de cómo los movimientos sociales contribuyen a desarrollar  y mejorar nuestro conocimiento científico de la realidad. El ejemplo concreto se retrotrae a Auguste  Comte y su planteamiento de las relaciones entre sexos.  Él negaba las propias condiciones de posibilidad del conflicto existente entre los géneros recurriendo la método de la naturalización de las relaciones entre los sexos. El feminismo supone una desviación de la autentica naturaleza femenina.

En su contra se posicionó John Stuart Mill atendiendo al resultado de la socialización y de la estructura social específica para explicar el carácter fáctico de las mujeres. El exhaustivo análisis que en su obra “La sujeción de la mujer”  realiza sobre el proceso de socialización diferencial para varones y mujeres le conduce a avanzar hipótesis más radicales.  ¿Por qué una educación encaminada únicamente a la función doméstica no basta (para coaccionar a las mujeres) y es necesario prohibirles explícitamente el derecho al voto, a toda participación política, y al mercado de trabajo (no proletario)?. !Nunca como en el caso de las mujeres la naturaleza ha necesitado de tanta ayuda social para realizarse!.

Comte responde que, la ciencia positiva, en concreto la frenología, confirmaba que las mujeres, como los niños, no poseían una estructura cerebral adecuada para realizar razonamientos complejos, ni para transcender el interés privado en  beneficio del público. Es tarea de la sociología, según cita literal del “Curso de Filosofía positiva” mostrar la incompatibilidad radical de toda existencia social con esta quimérica igualdad de sexos.

6.2 LA SEGUNDA OLA DEL FEMINISMO. LO PERSONAL ES POLÍTICO: LA AMPLIACIÓN Y REDEFINICIÓN DE LO POLÍTICO.

En general las mujeres habían conseguido los derechos políticos al finalizar la primera guerra mundial. Tras la conquista de los derechos formales, comprobaron las enormes dificultades que comportaba su acceso igualitario al ámbito público. Esta constatación llevó al feminismo a un nuevo resurgir organizativo y a una etapa de gran vitalidad y creatividad teóricas.  En la denominada segunda ola del movimiento , en los años sesenta, se fundamentó la necesidad de establecer mecanismos sociales y políticos capaces de romper la dinámica excluyente del sistema patriarcal. En esos mismos momentos el feminismo radical comenzaba a desarrollar el crucial giro de las teorías feministas hacia le análisis de la esfera privada. Comenzaba a tomar forma un nuevo marco teórico. Este salto adelante en la atribución de responsabilidades de la opresión de las mujeres fue posible gracias a la organización específica del movimiento en Asambleas de Mujeres formadas por un número reducido de militantes, lo que posibilitaba una intensa interacción individual-grupal en la que las mujeres evaluaban y reconocían lo que tenían en común sus experiencias cotidianas como mujeres (noésis grupal)

Lo personal es político fue uno de los eslóganes más característicos del movimiento feminista en los años sesenta y setenta. . Se hace referencia a una concepción nueva de la política, más allá de la concepción convencional como ámbito en que dirimen sus diferencia los partidos y se gestionan las instituciones. Kate Millet define la política como el conjunto de estrategias destinadas a mantener un sistema de dominación. En segundo lugar lo personal es político incluye un componente movilizador hacia la acción y muestra la estrecha vinculación entre el análisis teórico y la práctica que caracteriza al feminismo.
El feminismo de los años sesenta como perspectiva teórica y como movimiento social ha ensanchado la concepción del modo por el que un sistema de poder se mantiene y reproduce, y ha desarrollado múltiples estrategias y métodos de lucha en todas las áreas y niveles sociales.  Este apasionante proceso que supuso el paso de la experiencia individual a la lucha colectiva, y el surgimiento de la solidaridad entre mujeres estuvo hecho a menudo de crisis ideológicas y personales. Las mujeres comenzaron a reunirse solas y comprender que “problemas personales” como la discriminación en ele trabajo asalariado, la ausencia de placer sexual o la asignación de ciertos papeles “femeninos” en la lucha política antisistema eran en realidad productos d euna estructura social específica que había que comprender y cambiar. Una de las aportaciones más significativas del movimiento feminista fue la organización en pequeños grupos o asambleas en los que entre otras cosas se practicaba la autoconciencia. Un buen ejemplo de lo que se ha llamado la interacción interpretativa.

Esta práctica comenzó en el New York Radical Women, fundado en 1967, y fue Sarachild quien le dio el nombre de  “consciousness-raising”. Cada mujer del grupo explicaba las formas en que experimentaba y sentía su opresión. El propósito era despertar la consciencia latente que toda mujer tiene sobre su opresión para propiciar la reinterpretación política de la propia vida y poner las bases para su transformación. También se pretendía que las mujeres de lso grupos se convirtieran en las auténticas expertas sobre su opresión, construyendo la teoría desde su experiencia personal y no desde el filtro de ideologías previas. Otra función fue la de contribuir a la revalorización de la palabra y las experiencias de un colectivo sistemáticamente inferiorizado y humillado a lo largo d ella historia.

El activismo de los grupos fue, en más de un sentido, espectacular. Espectaculares por multitudinarias fueron las manifestaciones y marchas de mujeres, pero aún más lo eran los lúcidos actos de protesta y sabotaje que ponían en evidencia el carácter de objeto y mercancía de la mujer en el patriarcado. Las radicales consiguieron que la voz del feminismo entrase en la mayor parte de los hogares.

La construcción de este marco alternativo de pensamiento y acción tuvo importantes consecuencias en el mundo académico. Las mujeres tomaron conciencia de su marginación del conocimiento científico y comenzó el desarrollo de los Women´s Studies y la introducción de la perspectiva feminista en el ámbito académico. Un nuevo enfoque dejará de lado, inicialmente, las investigaciones en los niveles macro para centrarse en el nivel microsocial. Desde esta perspectiva teórica comenzaron a sucederse reveladores descubrimientos en torno a las actividades reales de las mujeres. Frente al estereotipo de que las mujeres no trabajaban las nuevas investigaciones han puesto de relieve la cantidad de horas de trabajo que pueden subyacer al estereotipo de “sus labores”. Frente a la definición de no trabajo para las tareas que realizan las mujeres en el ámbito doméstico, éstas se hayan redefinido como la jornada interminable. El análisis de la esfera privada también ha arrojado luz sobre la denominada “doble jornada laboral” que padecen las mujeres que se han incorporado al trabajo asalariado, haciendo referencia a la falta de reciprocidad en el reparto del trabajo doméstico. La constatación de esta fuerte desigualdad ha proporcionado una redefinición de las políticas de igualdad. Según este análisis mientras la desigualdad en la esfera privada siga reproduciéndose, la igualdad en la pública es una vana quimera. Por otro lado, dirigir la luz hacia la esfera privada y las interrelaciones cara a cara ha llevado a la esfera pública el análisis de relaciones tan supuestamente privadas como la sexualidad, la maternidad, el amor y lo que se ha denominado la cara oculta de la familia: los malos tratos y los abusos sexuales, abriendo un estimulante proceso de redefinicón acerca de qué sea lo público y qué lo privado.

Las mujeres en general, con su incorporación como sujetos y objetos de la investigación han utilizado conceptos clásicos de las ciencias sociales para describir y explicar su situación, pero a menudo, tras largos y duros forcejeos teóricos también han llegado a plantear la necesidad de rupturas conceptuales y alternativas teóricas para deshacer la madeja del androcentrismo en las ciencias sociales.

La construcción social y académica de un nuevo marco teórico determinado por una concepción del ser humano que incluya a mujeres y a varones es el producto, y encuentra un correlato político, en la continua y creativa práctica de militante de las redes del movimiento feminista y en acciones más visibles como la declaración de Atenas de 1992, la declaración de Beijing de 1995 y las conferencias mundiales sobre las mujeres, con sus correspondientes conferencias alternativas.  En las cuales se expresa la voluntad de firmar un nuevo Contrato Social.

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